PINTURA EN VIVO CAPTA TU MOMENTO Por: Ricardo

Anuncio
PINTURA EN VIVO
CAPTA TU MOMENTO
Por: Ricardo Delgado Herbert
Joaquín Sorolla pintando al aire libre
La pintura, ha sido una herramienta de expresión de nuestra civilización. El plasmar la espontaneidad de un festejo,
la alegría de un momento, era remitido en un cuadro, hasta la llegada de la fotografía, que “desplazó a la
pintura volviéndose así, en una herramienta alternativa que nacía dentro del innovador siglo XIX.
Frans Hals “El alegre Bebedor” (1627-1628)
El mecanismo de la fotografía avanzaba y daba otras alternativas distintas a la pintura, estas dos herramientas de
expresión tuvieron que seguir por caminos distintos, donde la esencia en el caso de la pintura se seguía
manteniendo al ver más allá de la realidad.
La espontaneidad del pintor llenó al artista de ánimos para así buscar interpretando con su pincel una escena,
tocando terrenos inexplorados donde la forma y el color decían más que algo tan descriptivo, así, renacía la
conciencia revolucionaria que marcaría a la generación impresionista.
“Claude Monet con su esposa en su estudio flotante” (1874)
Esos rebeldes que despectivamente llamaran “impresionistas” se atrevieron a salir al campo a captar la luz,
buscando diversas alternativas de aprender a ver y sentir, y ante esos retos visuales encontraron un sinfín de
espontaneidades y manejos del color que se reflejaron entre sus paisajes esbozados y trazados con fuerza que los
hacían más contundentes ante el ojo del espectador acostumbrado a la “academia ortodoxa”, sorprendiéndolos y
revelando ante sus ojos una nueva manera de ver la expresión del nuevo arte que se gestaba a finales del siglo
XIX, haciendo de sus obras estandartes del modernismo que venía llenos de frescura que hasta nuestros días,
nos siguen aportando esa originalidad de entender el arte moderno que sigue influyendo hasta nuestros días.
Auguste Renoir, “Le Moulin de la Galette” (1876)
Mientras tanto, los pintores ingresaban a ver espectáculos donde bocetaban desde sus butacas, Edgar Degas
gustaba de pintar dentro de los shows o tras bambalinas la acción en movimiento de sus bailarinas de ballet en
escenas de sus ensayos, en diversas técnicas que le dieran un estilo de captar la espontaneidad y un estilo del
movimiento propio de interpretar ese nuevo mundo libre que luchaban obtener.
.
Edgar Degas “El coro” (1877)
Técnicas como el pastel y la acuarela o en algunos casos el oleo eran los ejecutantes de esos momentos que el
artista congelaba donde la alegría de la danza, el amor, la pasión y el verdadero espíritu humano nos lo
transmitían en trazos volumétricos y colores yuxtapuestos.
Edgar Degas, “Bailarinas en azul” (1890)
En la Francia Parisina dentro del Moulin Rouge había un pintor que captaba la esencia similar del baile y la
alegría dentro de un burdel, la hilaridad del gran Toulouse-Lautrec, entendía y compartía mas allá de trabajar en
su taller, la fiesta de captar la frivolidad, pintando en vivo entre el brindis retratando la belleza y el movimiento, el
jolgorio donde el carboncillo se volvía en una herramienta ágil entre aquellas modelos de chicas que imprimían
fuerza en la tarima bailando can-can de aquel romántico Paris bohemio, un trazo que marcaba una época y que
quedaba plasmado en una tela del gran maestro.
Toulouse-Lautrec, “Baile en el Moulin Rouge” (1890)
Mientras tanto en el paisaje, el campo se transformaba en manos de otro pintor que buscaba la luz, el pintor
Vincent Van Gogh transmitía fuerza y expresión, algo no tan común para su momento, donde en cada cuadro
transmitía una libertad absoluta, captando así la esencia de su momento, el sentir, encontrando y abstrayendo una
diversa manera de ver la realidad de su época donde el artista se adelantaba a pasos agigantados en esa
modernidad de la pintura, Vincent se internaba entre esas tormentas, entre los campos repletos de cuervos para
espantarlos y captar y sentir esa esencia que revoloteaba y despeinaba su cabeza, captando así trazos expresivos y
colores para así mostrar, aquella esencia de libertad de aquel sublime momento.
Vincent Van Gogh, “Campo de trigo con cuervos” (1890)
La enseñanza de los siglos es basta con este pequeño ejemplo de maestros y nos deja en nuestros días una
reflexión por aprender y mantener viva esa flama, ¿Por qué no seguir con esa tradición captando la alegría de un
momento? donde el amor y la espontaneidad se conjugan dentro de una celebración que para ti sea importante y
el arte capte lo que no se puede decir más que con trazos.
Las buenas costumbres del pasado no debemos de descartarlas, la tradición del pintor ante un lienzo lleno de
colores que plasma el artista en el momento preciso de la euforia, es una tradición que viene del mas anhelado
sentir de la felicidad humana, y esa expresión no claudicará jamás y nos seguirán mostrando como aquellos
artistas, captan y recrean un momento de la vida, la esencia del momento.
La pintura en vivo en las manos del artista que transita visualmente entre el bullicio de la gente, entre sonrisas
lo seguirá haciendo plasmando placeres o dolores que el hombre siga sintiendo hasta que la vida concluya.
Por lo pronto la fiesta de la vida seguirá y el artista entre sus colores estará presente para ser testigo activo de
captar la vida del hombre entre brochazos y sonrisas que les arranque a sus modelos festivas que deambulen por
su caballete queriendo regalarle alguna pose para ser parte de una obra que describa su momento histórico que le
tocó pertenecer.
Ricardo Delgado Herbert, “pintando una boda”, 2011
Descargar