El inconsciente: otra lógica 5

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El inconsciente: otra lógica
Serge Leclaire *
.Una labor verdaderamente
clentlflca se caracteriza por el hecho de
que no deja de indagar ningún fenómeno que se presente en el terreno.
Si en el campo de un microscopio aparece una formación desconocida, nada
permite afirmar a priori que se trata de algo sin relación pon los procesos
que tienen lugar en la estructura tomada en consideración. Sea como fuere,
el estudioso deberá informar sobre todo lo que se presente en el campo
de su investigación,
especialmente
cuando algún elemento aparezca de
modo accidental e imprevisto, pues no es sino al término de tal labor cuando
se podrá determinar el estatuto del fenómeno hasta entonces desconocido.
Si después de repetir el experimento
varias veces en las mismas condiciones sigue apareciendo, se trata de un descubrimiento
cuya importancia
sólo podrá evaluarse mediante la continuación
del trabajo.
\
La inclusión de un elemento antes desconocido implica que la percepción del objeto considerado se organiza de un modo diferente. Lo 'propio
de un descubrimiento
importante es que produce una nueva visión de conjunto del objeto estudiado, donde cada uno de los elementos hasta entonces
conocidos se organiza en otro sistema de relaciones, es decir; de acuerdo
con otra lógica.
Así, cuando Ramón y Cajal demuestra la estructura celular del tejido
nervioso, esboza también una nueva lógica del discurso neurofisiológico:
lo
que se pensaba en términos de sincicio, de sistema reticular, en adelante
se dirá y pensará en términos de sistema celular, de lo cual surgirá, por
otra parte, una serie de nuevos problemas relativos a la transmisión
del
influjo nervioso a nivel de 'la sinapsis. Pero serán necesarios más de cincuenta años para que el descubrimiento
de Ramón y Cajal venza definitivamente la resistencia
cerrada de los partidarios
de la teoría reticular.
(Galileo sufrió aún más para lograr hacer entender la verdad de su descubrimiento). Ningún campo de la investigación
científica escapa a la exigencia metodológica,
sea su objeto
formación
la estructura
Dirección:
social,
57-59, rue Lhornond,
de estudio
geológica
75005 Paris,
France.
un órgano
del cuerpo
de una determinada
o una
región
de
5
Serg~, Lecla.ire,
la corteza terrestre, o la historia a'e la religión que regula la vida de una
cornúnldad.
;, El campo de trabajo psicoanalítlco se determina a partir de un recurso
que consiste en dejar hablar libremente' a un paciente, es decir, a un
hombre que' sufre; frente a otro que lo escucha 'con la única condición de
oír, de tomar en cuenta todo lo que aquél dice.
El inconsciente aparece entonces en este campo como la insistencia
siempre renovada de otra lógica de efectos extremadamente poderosos,
aunque nunca se lrnponqaexcluslvarnente: pero lo que sí se impone, en la
repetición de la experiencia, es que el discurso consciente no cesa de elaborarse en el seno 'de una dialéctica inaudita '\ con otro discurso organizado por otra lógica, en la que las categorías de temporalidad, causalidad,
principio de contradicción, funcionan de otro modo "". Según esta lógica,
"la leche de laternurahumana'', más que mera metáfora, es verdaderamente
devorada con .los ojos, hasta recobrar el aliento en aquel o aquella que
uno ama. No es sino en' el campo de la experiencia psicoanalítica donde el
triconsctente.se impone como un 'descubrimiento ya hecho pero siempre
pronto a rehacerse. como otra lógica tanto más insistente cuanto que no
podemos brindar, con nuestros actuales medios de registro, más que una
representación transformada '(y por ende deformada); reducida a la única
lógica del discurso 'enunciativo (lógica consciente). Por el contrario, lo que
podemos asir y registrar son los efectos de esta dialéctica no escuchada,
inscritos entre el discurso inconsciente y el discurso consciente, el trabajo
constante por el que se elabora y se impone 'como aparentemente dominante el discurso consciente (el de la' "buena conciencia", el del buen
sentido, el de la ciencia autodenominada positiva y, en general, el de la
ideología). La experiencia psicoanalítica se funda en darle el primer lugar,
desprejuiciadamente, a los fracasos y flaquezas del discurso consciente
que se le presentan como el sufrimiento, el síntoma o el desconocimiento
de un hombre determinado .
..
6
••
Literalmente "inaudita" significa lino escuchada".
Freud, S. "Das Unbewwusste". Gesammelte werke,
X, 'p. 2á6,
El lnconsclentej otra. lógica
Por boca del que habla, si se sabe 'escuchar, no se revelan solamente, como algunos se· complacen en creer, los fracasos y las "fallas"
de una historia lndlvldual famil lar que se. cuenta, .slno una palabra profundamente ligada a la hjstoria del ..mundoque .la .atraviesa, Pero lo que la
experlencla psicoanalítica, mejor que nlnquna, deja escuchar en la textura
infinitamente compleja de .Ios fraqmentos articulados balo la forma de
historias actuales, de relatos, ,de recuerdos, pero también bajo la forma de
sueños, de fantasías, de enunclados con sentldos rebeldes u oscuros, es'
la inagotable riqueza de las. palabras, las que se imponen como materialidad
textual, literal, fónica y 'acústica, y son en sí .rnlsmas la sustancia, la trama
y la textura de lo que 'se nos presenta.
..
.
Riqueza inagotable, pues cada una de ellas. en cada frase, en cada
relato o fantasía, nos remite sin otra mediaclóna
la propia materia. prima
de la historia, es decir, a los vocablos que la expresan y que la hacen directamente presente en cada uno de nosotros. Material .e lnrnedlatarnente
presentes, las palabras constituyen la historia contada o escrita: si el rostro
o el pensarnlento de' Saint Just están hoy materialmente presentes .en
nosotros, es por las 'palabras. que .cuentan su hlstorla y los acontecimientos
que lo han. conducido hasta la muerte. Se puede a partir de esta realidad
presente, reconstruir. como en una película. las imágenes, las' escenas,
los acontecimientos de. su vida, la época de la Revolución Francesa, pero
sin olvidar que la historia así reconstruida solo 'es historia a partir de su
materia prima, la única que tenemos efectivamente a nuestra disposición,
la palabra de los relatos habladoso escritos que nos llegan. Las imágenes,
los retratos, los cuadros. que 'nos quedan de esos momentos históricos' no
escapan a este estatuto 'de huellas ordenadas en, un discurso, como
tampoco los modernos "flash" de actualidad cuyas imágenes se encadenan
como la sucesión de palabras en un discurso enbruto.
Considerados en el campo de la experiencia psicoanalítica, los hilos
entrecruzados de la historia, la- textura de, los relatos, la' reconstrucción
de los recuerdos y la razón (ratio) de las fantastas .perrnlten ver ,como en
el binocular deun poderoso mlcroscoplo.. la escritura deldlscurso que se
7
Serge Leclaire
produce al mismo tiempo que el estatuto de las palabras que lo constituyen.
Lo que aparece entonces -más
precisamente
habría que decir: lo que se
entrega entonces para escuchares que cada fenómeno, cada palabra,
cada frase o locución del discurso racional no sostiene su potencia expresiva o significativa
si no es sobre una dialéctica que se prosigue incansablemente en las palabras de otro discurso, aquel del inconsciente
regido
por otra lógica. Esta dialéctica, impensada hasta la era psicoanalítica,
se
escribe desde siempre en un texto que los hombres de ciencia acostumbraban despreciar:
el de los sueños y fantasías. Texto híbrido que, utilizando sólo las materias primas del discurso racional y consciente, palabras
usuales y representaciones
fragmentarias
de la realidad, lleva muy fuertemente trazada la marca de las "huellas mnémicas inconscientes"
en que
consisten los elementos fundamentales
del discurso consciente.
En este texto de compromiso
que representa las fantasías y los
sueños, las dos lógicas se enfrentan y se conjugan, produciendo relatos o
escenas a la vez realistas y absurdas. El soñante, por ejemplo, toma un
colectivo
para dirigirse
ciertamente
al empleo, y recorre
en su Ciudad; sube entonces
Después
están juntos
alterarse
por que surja de entre
de luz, constelado
en una playa,
calles y avenidas
un pasajero
rodeados
de niños
las olas un caballo
de conchlllasjel
colectivo
que existen
que cree reconocer.
que juegan
rutilante
sin
de algas y
está ahí esperando
a todo
el mundo sobre la playa.
Resulta fácil,
discurso
consciente,
infinitamente
en una formación
el relato
más difícil
así, reencontrar
del principio
reconocer
.Ios elementos
de un día de trabajo.
y organizar
la intrincada
del
Pero es
trama del otro
discurso.
Se puede comenzar
mos-
por "asociaciones
por el pasajero
libres"
reencontrado,
el hilo de su historia,
o su nombre evocan, dejarse conducir
8
abierto
-más
-diría-
hasta la playa donde aparece la enig-
mática figura del caballo saliendo de las aquas. Pero
oído verdaderamente
escuchar
de lo que su rostro
aquí necesitaremos
allá del arraigado
prejuicio
un
que nos
El inconsciente:
otra lógica
hace decir con. suficiencia "No es más que un sueño",- para que la evo"
cación sea posible; y entonces escucharemos el recuerdo de un caballo
negro herido que tanto asustó al niño en los días de la guerra, y escuchar,
sin conclusiones prematuras, el relato fascinante de las "enloquecidas
cabalgatas de tártaros". Asimismo sería menester tener en cuenta todos
los hilos que conyergen en este texto del sueño y escuchar atentamente lo
que dice el caracol, que cuando lo llevamos al oído nos cuenta el fragor del
mar", y a través de él sin duda, mucho acerca de la historia de los hombres,
precisamente de aquella que figura inscrita en nuestra memoria aunque
nunca la hayamos vivido individualmente dada la limitación del cuerpo
orgánico. Esto es lo que permanece marcado en nuestra memoria, sin que,
podamos, en el límite de nuestra historia individual, encontrarle el origen,
que denominamos huellas mnémicas inconscientes. Estas provienen de la
historia de otros, de nuestros padres, de nuestros ancestros, de aquellos
que han hecho de nosotros lo que somos, con su coraje, sus flaquezas,
sus pensamientos, sus deseos y sus palabras, y con toda la herencia que
también ellos habían recibido de la historia, y muy precisamente con lo
que de ella tuvieron que destruir para Gonquist'arla mejor, para hacerla
nueva y propia. Sería ingenuo ubicar estas huellas de la historia de los
hombres solamente en un cerebro, cuando están inscritas en el mundo;
su infinita dispersión las hace inabarcables, y sólo desconociendo su naturaleza se podría intentar un 'catáloao. Y es tal su fecundidad que no cesan
.de producir otras nuevas, presentes, concretas y actuales por sus efectos.
En el texto híbrido del sueño o de la fantasía, por lo tanto, lo que
se dice (si se tiene la paciencia de escuchar) es la relación de cada uno,
singular, problemática y contradictoria, con la realidad de la historia de los
hombres y del mundo, relación verdadera con una historia viva y actual.
El sistema del' discurso inconsciente, el de las "huellas mnémicas
inconscientes", escapa a la lógica de los enunciados (habltuálmente considerada como la única racional)' en tanto las palabras al registrar una
En francés
la identidad
fon~tica
entre
mar 'y
madre
(mer y mere)
es perfecta."
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Serge Leclaire
huella, .al fijarla, la privan de su capacidad de engendramiento, de esa potencia del deseo que emana .de las huellas inconscientes.
Ordenadas en un' discurso consciente 'las palabras tienden a construir un sistema estereotipado, animado sólo por su dialéctica interna. De
alguna manera, parecen esas fotos del sol naciente que no darán nunca
más que una ilusión de luz y una falsa promesa de calor. Sólo cuando se
las pone en relación con las huellas mnémicas inconscientes, en esta
dialéctica siempre desconocida, se hacen fecundas, activas, y pueden ser
utillzadas, conforme a su naturaleza, como instrumentos eficaces de trabajo, portadoras de vida, y no como' letras muertas que fijan, en la inmovilidad de un saber abusivo, un proceso ininterrumpido.
Es decir, hay una contradicción, una incompatibilidad o, mejor aún,
una antinomia entre la lógica del discurso consciente que tiende a estereotipar las palabras en la abstracción y la lógica del discurso inconsciente
donde se yergue, vivaz, la fuerza del deseo humano.
Pero esto implica también decir que no se puede emplear de modo
pertinente palabras que forman el discurso consciente más que teniendo
en cuenta el incesante trabajo que las vincula contradictoriamente (conflictivamente) con los elementos del otro discurso (inconsciente), pues la
experiencia psicoanalítica nos muestra que son indisociables.
La dificultad, aquí, es la de proporcionar a quienes no cuentan con la
experiencia del psicoanálisis, una idea más o menos concreta de la lógica
del sistema inconsciente, de la naturaleza de sus elementos, de las huellas
mnémicas inconscientes, y especialmente de su articulación paradójica con
el discurso consciente que nos' es' familiar. A estos efectos,' pr-6'porcionaremos ahora un fragmento de experiencia psicoanalítica que pone en evidencia la potencia extrema del discurso Inconsclente; lo real en 'Ias manifestaciones y el trabajo de análisis que permite reorganizar los efectos.
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Se trata ~e una mujer joven, en tratamiento psicoanalítico desde hace
alrededor de quince meses, cuyos síntomas de depresión, de inhibición,
incluso de confusión, se ordenan alrededor de :~na angu~tiante. cuestión
El inconsciente:
otra lógica
de identidad. Sus padres, como los de muchos niños; esperaban un varón
'y no habían pensado en un nombre de mujer. Como ellos, improvisaremos,
y la llamaremos Mireille. Otra niña la había precedido en la familia, y será
necesario que sus padres esperen al número 3 para que llegue el deseado
varón.
De estas circunstancias. por lo demás, triviales, Mlrellle conserva la
huella de la angustiante incertidumbre con que esperan los' padres, angustia e incertidumbre ya sintomáticas de un, profundo malestar. A ella le
quedará, determinante, una incertidumbre acerca de su identidad femenina
y de su identidad total, situación que enfrenta, sin embargo; 'sin mayor alteración de la personalidad.
Así, por lo que cuenta Mireille de,la época de su nacimiento conocemos
las dudas de la madre acerca de su propia condición de mujer, y la dificultad
del padre para encontrar, en esta historia, un lugar de hombre: Muy tempranamente, en el trabajo psicoanalítico, un primer sueño recoge, en su
texto híbrido, la intriga del discurso consciente y de las huellas mnémicas
inconscientes. Sobre el 'techo de zinc de una casa; juegan juntos la hermana
mayor, subebéy Mlrellle, Esta, temerosa de que el pequeño se caiga,
avisadel peligro. Trata de impedirlo, lo ataja; pero de todos modos el niño
se cae. Está en el suelo sin que haya sufrido graves daños. El carácter
híbrido del texto del sueño se da enseguida en la representación del techo
(de zinc] donde la escena tiene lugar". El techo es una representación,
como en un jeroglífico u, .del pronombre personal "tú" ~u, lo que se dice
explícitamente en el hilo de las asociaciones que siguen al relato del sueño,
así corno del "tú"se pasa al ;"yo", y precisamente nos hallamos frente a
la cuestión del "yo" a través de la cual se "habla" de identidad.
En una fórmula se puede escribir el enunciado del problema: tú/yo,
que puede modularse en tú y yo, en tú o yo, en tila mí; fórmula híbrida
donde se mezclan los elementos gramaticales del. 'enunciado expresivo y
••
El lector deberá tener presente que el original está escrito en francés.
Freud, S. "Die Traumdeutung". Gesammente Werke, 11/111,p. 284.
Identidad fonética entre "tú" y "techo" (101 y lollj. (N. del T.j.
(N. del T.j.
11
Serge Leclaire
la influencia de los elementos inconscientes y que se manifiesta por el
hecho de que la materialidad fónico-acústica del pronombre "tú" produce
la representación de un techo en' el sueño. La articulación lógica consiste
aquí en una identidad fonética y anuncia en su carácter aparentemente
insignificante el peso de otra lógica propia" e inconsciente. Igualmente
manifiesto en el sueño y bien cerca del "techo" en la lógica fonética, se
impone el "3" ~.
Tres personajes figurados que evocan muchas constelaciones trinitarias: el padre, la madre y ella; los tres niños; Mireille, el marido y la
rival. Pero en el sueño se presenta también una aritmética singular: tres
menos uno (el niño que se cae) da, a pesar de todo, tres; sea 3 - 1 = 3.
El "zinc" del techo permanecerá en silencio en las asociaciones del sueño
hasta que, más lejos, encontremos el "cinco" (cinq) y sobre todo su anagrama "quince" (quinze), Esta manera de escuchar, impuesta por lo que se
diría en el sueño, puede sorprender y -¿por qué no?- parecer poco seria,
a tal punto estamos acostumbrados a la seca lógica del "dos más dos son
cuatro". Dé hecho, los cálculos en el inconsciente de Mireillelo mismo son
escrupulosos que fantásticos, y su memoria (donde se graban las huellas
mnémicas inconscientes) no tiene nada que envidiar a las computadoras
más perfeccionadas.
En el momento en que escribo, Mireille está en los últimos meses
del embarazo. Hace un tiempo me ausenté por quince días. Se lo había
anunciado con suficiente antelación, pero la interrupción de nuestro trabajo
la contrarió. Sin embargo, continuó "diciendo" lo suyo durante mi ausencia
y de un modo espectacular. Al séptimo día de la interrupción, la aparición de
fuertes contraccíones uterinas perturbó bruscamente un embarazo que
se desarrollaba, hasta ese momento, sin contratiempos. En prevención de
un parto prematuro, Mireille fue internada en un hospital. Sin embarqo no
se efectúa ningún trabajo eficaz: el niño no está encajado y no hay dilatación
de cuello. Tampoco. síntomas de sufrtrnlento fetal. Exámenes exhaustivos
12
Emparentamiento fonético entré "tú"
y "tres"
(toi y trols). (N. del T.).
El inconsciente:. otra lógica
no revelan ninguna anomalía, humoral u .hormonal. A pesar de un ihtenso
tratamiento antiespasmódico por perfusión, las contracciones apenas disminuyen, e incluso aumentan cuando la enferma se pone de pie. Sólo en
el momento en que hubiéramos debido proseguir el tratamiento analítico
Mireille advierte que las contracciones se desencadenaron exactamente el
decimoquinto día del séptimo mes de embarazo, y que estos siete meses
y medio constituyen el tiempo durante el cual habría sido alojada por la
madre" pues Mireille nació prematuramente. En este preciso instante, disminuyeron bruscamente. la intensidad y la frecuencia de las contracciones,
que todavía continuaron durante un tiempo. Algo del discurso inconsciente,
que se presenta aquí como los números de una cuenta, y se, explicita en el
trabajo analítico, frena el proceso ineficaz del trabajo de parto, pero sin
detenerlo por completo. Sucede que, en cierto modo; la cuenta inconsciente
no es exacta y sería necesario dejarla que se descifre mejor. Es entonces
cuando Mireille comprueba, después de una conversación con la madre,
que no eran siete meses y medio, como ella pensaba. La madre afirma que
nació a los ocho meses: quince días de diferencia entre la historia que
cuenta ella y la que cuenta la madre. De ahí que el día justo en que se
cumplen los· ocho meses de embarazo de pronto sus contracciones se
detengan por completo y qué ella retome al puntó sus actividades normales.
Si ahora consideramos analíticamente qué ocurrió en ese momento
de la experiencia, comprobamos que hubo una relación crítica entre diferentes discursos, es decir, diferentes sistemas que tienden a funcionar
separadamente. Por una parte, en el sistema del cuerpo fisiológico se desencadenó un proceso sintomático que requiere la ihtervención de otros; apela
a los conocimientos científicos del ginecólogo-partero, pero también a los
míos, que no, son sino la atención dirigida hacia la lógica del inconsciente.
Es necesario advertir que es nuestra ciencia de escuchar la que determina
la sucesión de los acontecimientos. A fávor dela escucha aparece primero
la historia del nacimiento de Mireille ordenado en cifras muy precisas.
Después se menciona algo acerca del sistema de organización de mi tiempo:
15' días de ausencia por un trabajo en el extranjero. Estos 15 días hacen
1.3
Sei'gé Leclalre
.
surgir la historia de su .nactmlento tal como se plantea en el sistema de
recuerdos de la madre. La relación de estos diferentes sistemas es eficaz
porque ninguna de esas historias predomina sobre las otras, ni menos
aún, es ajena a ellas, cualquiera sea la aparente heterogeneidad de sus
lógicas.
Pero lo que se manifiesta especialmente es que cada uno de estos
sistemas participa al mismo tiempo de otro sistema que no está constituido por ninguno de ellos en particular: algo así como un sistema puramente simbólico, como lo sería, empleando una imagen que se impone, el
del calendario, idéntico para todos y, al mismo tiempo, diferente para cada
uno según su historia.
!
Pero el discurso inconsciente, el de las huellas mnémicas inconscientes, se asemeja más a la memoria de una computadora cuyo programa
fuera inscrito por instancias extrañas a las personas que recogen los resultados. Estas instancias "extrañas" no son otras que el destino secreto y
los' sueños en suspenso de aquellos que nos han precedido, el entrecruzamiento de las palabras y de .las historias que hacen y constituyen la Historia inacabada tal cual se transmite y se perpetúa, y que siempre viva,
no tesa de decirse, de escribirse, de crearse. ' Pero en rigor, estas huellas,
aún más que las inscritas en la memoria de las computadoras, escapan a
toda captación inmediata:
se perciben sus efectos, se puede
quizá recons.
..
.
truir sus modalidades de inscripción, pero no se las puede descubrir tal
como, en sí mismas están inscritas, como tampoco se puede objetivar el
encuentro, en el espacio sonoro, de ,un do y de un sol. Porque no está inscrlta en ningún sustrato, porque solamente está constituida por encuentros
en, cadenas y por cruces en redes, se vertebra su' carácter estrictamente
imborrable. Su fuerza absolutamente determinante, está ligada a la singularidad de su disposición en. un momento particular de la historia: aquella
del origen y de los primeros tiempos de la vida del sujeto.
14
En el 'caso de Mlrellle, en el campo de la experiencia psicoanalítica
vernos 'cómo 'influye poderosamente sobre el conjunto de su sistema fisio-
El inconsciente:
otra lógica
lógico,' un sistema slmbóllco.: hecho con números y singularmente ordenado como un doble calendario imaginario, el suyo y el de su madre, cuya
superposición hace aparecer un desfasaje de 15 días. Estos 15 días, o simplemente el número 15, pueden considerarse el reflejo de una huella mnémica inconsciente que ha sido de alguna manera despertada de la latencia
poi" la intervención de.los 15 días impuestos por mi ausencia
En el campo
de la experienciapsicoanalítica,
que se caracteriza,' recordémoslo, por el
hecho de recibir todo lo que puede decirse sin ninguna exclusión a priori,
esta "huella" 15 ó 15 días se expresará, por consiguiente, de una manera
particularmente estentórea. Sin embargo sería' un error creer que el 15
ha sido inscrito en el inconsciente como si hubiera sido trazado en un
pizarrón negro por un maestro que enseñara a sus alumnos la sucesión
de los números. Su "proqramaclón", su inscripción inconsciente, se origina en
un proceso más complejo, cuya verdadera naturaleza lntentaremos esbozar.
En principio, nada nos permite afirmar que el decir de su madre corresponde a una realidad biológica objetiva: que Mireille ha efectivamente
nacido a los ocho meses después del día de su concepción. Lo único lndudable es que hoy esta mujer cuenta así la historia. de la gestación de su
segunda hija. Habrá que averiguar cómo el ocho se ha impuesto en el pensamiento de la madre. Y otro tanto acerca del siete y medio de. Mireille a
favor del cual se, impone el 15.,Ya en el primer sueño que hemos referido,
el del niño sobre .el techo, se podía leer el juego de una aritmética singular:
3'-1
3; seencontraba también, hábilmente disfrazado de "zinc", el 15
(t.
=
Se podrla objetar que mi ausencia, impuesta, introdujo el 15 como un cuerpo extraño en el campo de la
experiencia. Tal objeción seria válida si la ordenación del campo psicoanalltico pudiera concebirse con
exclusión del discursO y de la historia en los que yo estoy comprometido.
La hipótesis de tal exclusión seria completamente contraria a una 'disposición correcta, pues plantearia desde el comienzo, una limitación a.la posibilidad de dejar decir todo y de poder escucharlo.
Muy por el contrario, se trata de aceptar sin reserva, que yo mismo soy un producto del discurso
y de la historia. El problema práctico en el manejo de la experiencia psicoanalitica' consiste justamente,
para el psicoanalista, en no faltar á esta verdad: no hay en el ejercicio de su función, nada más que un
lugar de abertura (o de escucha) en el conjunto de los discursos que se traman y él no es, cuando interviene, sino el portavoz de la historia viva. Situación dificil de sostener, sin duda. Que no se haya sostenido,
.. que se 'haya -deellzadc ·fuera· de -esta poslclón podría explicar el. resbalón ideológico del psicoanálisis
nos,es dado veren.qué se .transtorrnó de .necno en numerosas áreas culturales occidentales, en contradicción absoluta con su genio y vocación.
15
Serge leclaire
que se revela aquí determinante, así como el 5 que contiene. Se puede observar, además, que 7 y medio es la mitad de 15, y' que en el medio (en la
mitad) del tiempo de mi ausencia se desencadenó precisamente el síntoma. El inconsciente se desentiende de errores tales como confundir en su
lógica los meses con los días, como si lo importante fuera de alguna manera
la materialidad del número 15. Siempre de acuerdo con la misma matemática
bromista, el 15 habla también de la cuenta de la célula familiar de Mireille,
1 grupo deS personas, o incluso, aprovechando la materialidad fónica que
tiene el S en francés, las 3 maternidades de la madre: 3 x seno ",
Aparece aquí que la inscripción inconsciente está programada por una
sobredeterminación inagotable cuya inscripción no se puede desentrañar
en un solo tiempo. La prueba de su existencia no se revela sino en la potencia
determinante, absolutamente determinada, de sus efectos. Vale decir también que no se puede aislar la huella mnémiéa inconsciente como un "cuerpo
puro", sino que la asimos en la insistencia de los compuestos de los que
forma parte, y en la repetición de sus enunciados híbridos. En ellos se
repiten, disfrazadas pero poderosas, las mismas huellas, localizables por
los elementos de su materialidad fónica: tú - tres; yo - mes; seno - cinco;
zinc - cinco - quince (toi - trois; mol- mois; seín- cínq: zlnc- clnq- quinze).
En lenguaje dialectal (que sólo se puede transcribir fonéticamente)
mezcla de consciente e inconsciente, se podría decir capciosamente: El problema de Mireille ¿es una cuestión de identidad o de meses (moi • mois)? n.
En última instancia, se podría imaginar inclusive una localización de
las huellas mnémicas inconscientes realizada mediante el análisis fonético
del registro integral de un paciente. Pero equivaldría a desconocer el hecho
esencial de que todo no puede decirse más quea través de y con otro, cuya
escucha e intervenciones no cesan de atestiguar una vlnculaclón presente
y viva con las palabras y I~ 'historia que ellas callan. Todavía es necesario
16
Emparentamiento fonético entre seno y cinco (sein, cinq). (N. del T.).
Juego de' palabras por identidad fonética entre mol (yo) mets (meses); el iraductor pone en estos casos
"intraducible".
Optamos por una adaptación hibrida 'para mántener, si no la espontaneidad del original,
. al menos la posibilidad de entender su posterior elaboración. (N. del T.J.
El inconsciente:
otra lógica
que este otro sea alguien obstinadamente atento, como el investigador ante
el microscopio, incluso frente a aquello que hábitos seculares nos enseñaron
a soslayar, incluso frente a lo que un conjunto de discursos demasiado bien
ordenados nos obliga insidiosamente a no entender.
Sólo en nuestro tiempo en el campo de la experiencia psicoanalítica
ha sido demostrada concreta y objetivamente la insistencia determinante
de otra lógica, la del inconsciente (de las huellas mnémicas), cuya consideración es ineludible para quienes pretendan abordar, de un modo riguroso
y científico, lo que ocurre en el hombre y en su historia.
Noviembre de 1975.
17
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