13.- TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS Y CAMBIOS SOCIALES

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13.- TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS Y CAMBIOS SOCIALES EN EL SIGLO XIX.
13.3.- TRANSFORMACIONES CULTURALES. CAMBIO EN LAS MENTALIDADES. LA
EDUCACIÓN Y LA PRENSA.
1.- Transformaciones culturales.
La implantación del sistema liberal tras la muerte de Fernando VII transformó la vida intelectual y
cultural de España, aunque con limitaciones las libertades de opinión y creación se fueron consolidando.
Durante la primera mitad del s. XIX llegaron a España los estilos artísticos del Neoclasicismo y el
Romanticismo, éste con figuras tan destacadas con M.J. de Larra, Espronceda o Bécquer. Durante la
segunda mitad el realismo y el naturalismo. En España destacó un realismo crítico, con obras que llevan
una importante carga de denuncia social, los autores más importantes fueron Benito Pérez Galdós, V.
Blasco Ibáñez y Leopoldo Alas Clarín.
La crisis de finales de siglo coincidió con un enorme esplendor científico y cultural. La llamada
Generación del 98 criticó los defectos del sistema político de la Restauración, especialmente a la
decadencia nacional y al sistema oligárquico de poder, pero no hicieron propuestas políticas alternativas
coherentes. En la Generación del 98 destacaron ensayistas como Ramiro de Maeztu o Azorín y escritores
como Miguel de Unamuno, Pío Baroja y R.M. del Valle Inclán.
2.- Cambio en las mentalidades
Durante el s. XIX chocaron tradicionalismo e innovación. El tradicionalismo se basaba en los valores
propios del absolutismo del Antiguo Régimen y del liberalismo más conservador, como tradición,
jerarquía, orden y moral. Era defendido por intelectuales como Marcelino Menéndez Pelayo.
La innovación, con pensadores como Francisco Giner de los Ríos, fue una corriente abierta a las
novedades del pensamiento europeo tales como el darwinismo, el racionalismo y el positivismo. Esta
nueva corriente, que buscaba que España superase el atraso cultural y científico, surgió en las ciudades y
expresaba una nueva mentalidad, que se manifestó como modernizadora y laica entre las clases medias y
revolucionaria y anticlerical entre las clases bajas.
A pesar de de los cambios producidos, permanecieron vigentes muchos valores y costumbres heredados
de épocas anteriores como el sentido del honor, la infravaloración del trabajo, la picaresca o el trato
despectivo a los considerados inferiores.
3.- La educación
El modelo educativo español quedó fijado en 1857 por la Ley Moyano, que dividía la enseñanza en tres
niveles: educación primaria, educación secundaria y educación universitaria. La Ley Moyano declaró
obligatoria la enseñanza primaria y encargó su financiación a los ayuntamientos. Mientras que en Europa
el analfabetismo prácticamente había desaparecido, en España, a principios del s. XX aún superaba el
60% de la población. Esta ley estableció el derecho a la creación de centros privados, lo que garantizaba
la influencia de la Iglesia en la enseñanza mediante los privilegios recogidos en el Concordato de 1851:
obligatoriedad de la asignatura de religión y adaptación a la doctrina católica de los libros y las
explicaciones de los profesores. A principios del s. XX la Iglesia impartía el 33% de la enseñanza
primaria y casi el 80% de la secundaria.
Frente al conservadurismo de la enseñanza oficial y religiosa, Francisco Giner de los Ríos fundó en 1876
la Institución Libre de Enseñanza, con el objetivo de promover una reforma educativa. La Institución
Libre de Enseñanza era un centro privado, laico y alternativo a la cultura oficial, que tenía como objetivo
la formación de personas libres, fomentando la tolerancia y el espíritu crítico. La Institución introdujo en
España métodos educativos de vanguardia que fueron seguidos por varias generaciones de pedagogos.
En 1907, siguiendo las ideas de la Institución Libre de Enseñanza se fundó la Junta para Ampliación de
Estudios e Investigaciones Científicas, dirigida por Santiago Ramón y Cajal, que pretendía, mediante la
renovación educativa y el fomento de la investigación, situar a España al nivel cultural y científico de las
naciones europeas.
El movimiento obrero fomentó la enseñanza popular a través de escuelas de alfabetización de los ateneos
obreros. Destacó Francisco Ferrer Guardia, creador de la Escuela Moderna de Barcelona, de ideología
libertaria.
4.- La prensa
La prensa tuvo un marcado carácter político desde principios del s. XIX. Su papel fue decisivo en la
difusión de las ideas liberales, aunque tuvo que luchar contra las prohibiciones que impusieron el
absolutismo de Fernando VII y los gobiernos conservadores isabelinos.
El pleno desarrollo de la prensa tras la aprobación la libertad de imprenta de durante el sexenio
revolucionario (En 1873 se editaban en Madrid 102 publicaciones o gacetas). Aparecieron periódicos
independientes como El Imparcial o La Vanguardia, que incorporaron nuevas secciones, que tuvieron
mucho éxito, especialmente la novelas por capítulos, llamadas folletines. En paralelo se desarrolló una
prensa obrera que difundía las ideas anarquistas (Tierra y Libertad) o socialistas (El Socialista).
Como la mayoría de la población era analfabeta la tirada de los periódicos era escasa, no sobrepasando en
el mejor de los casos los 15.000 ejemplares.
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