Ser Vs. Estar Vs. Parecer

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Ser Vs. Estar Vs. Parecer
septiembre de 2010
Observe estas tres frases y como en los juegos de las diferencias, busque qué emociones distintas provoca cada una de ellas:
-
qué tonto soy
-
hoy estoy tonto
Por mucho que de niños nos enseñen a estudiar la retahíla del “ser, estar o parecer” como si fuesen uno sólo, esta claro que nada tienen que ver.
No es lo mismo “ser tonto” que “estar tonto” o “parecer tonto”. Y por estúpido que parezca,
cuando se trata de nuestro discurso interno tiene una gran importancia cómo nos dirigimos
a nosotros mismos al igual que si nos dirigimos a otra persona. El poder de la palabra es
irrefutable, y no debemos menospreciarla.
La retahíla de pensamientos que discurren por nuestra mente y la forma en que se presentan determinarán buena parte de cómo nos comportaremos a lo largo de nuestra vida.
La atribución de características negativas como parte de nuestra personalidad cuando cometemos un error es una forma de sabotear nuestro autoconcepto e infravalorarnos. Por eso
es importante ser consciente de ello y trabajar para cambiarlo.
En el primer caso “Ser tonto” implica una forma degradante, por ejemplo: tengo un día
malo y he metido la pata: “¡desde luego es que soy tonto!” esta forma de dirigirme a mi
mismo es un insulto que anula nuestra capacidad de reacción ante cualquier situación,
pues si soy tonto y esto es una característica inherente de mi, y no se puede transformar
poco puedo hacer por la situación, sólo me queda resignarme ante mi propia forma de ser.
Cuando la valoración que hacemos respecto a un mal día se atribuye a aspectos externos a nuestra persona, a errores que se han cometido pero no a características de personalidad, entonces hay mayor posibilidad de salir bien parado. Valoramos un problema
como algo puntual que hay que resolver. Ej: “hoy estoy agotado y no doy pie con bola”, el
cansancio influye en mi rendimiento y por eso me equivoco pero puedo ser una persona
muy competente. Nuestra autoestima queda intacta. En este caso el uso del verbo estar nos
permite juzgar nuestro comportamiento como algo que es susceptible de cambio.
El caso de parecer, es similar a ser. Aún cuando nos disculpemos con una persona por
decirle que “parece tonto”, el efecto conseguido será el del insulto y la persona se sentirá
igual de agraviada. Así mismo cuando yo me dirijo a mi, y en mis pensamientos figura el
verbo parecer constantemente “si es que parezco tonto, no me entero de nada” en realidad
recibo un insulto directo y el autosabotaje, que me impedirán confiar en mi en otra ocasión.
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Ser Vs. Estar Vs. Parecer
septiembre de 2010
El razonamiento emocional implica igualar cómo me siento a cómo soy: “Me siento torpe
luego soy torpe”.
Hacer un análisis del discurso interno y trabajar estos aspectos resulta vital para mantenernos sanos emocionalmente, la autoestima se ve reforzada cuando cambiamos estos
aspectos tan sutiles, que suelen pasar desapercibidos, pero de gran magnitud.
Cristina Carmona Botía
Psicóloga
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