Los amantes pasajeros Dirección de: Pedro Almodovar 2013 (90’) Un grupo de personajes variopintos viven una situación de riesgo dentro de un avión que se dirige a México D.F. La indefensión ante el peligro provoca una catarsis generalizada que acaba convirtiéndose en el mejor modo de escapar a la idea de la muerte. Esta catarsis, desarrollada en tono de comedia desaforada y moral, llena el tiempo de confesiones imprevisibles que les ayudan a olvidar la angustia del momento y a enfrentarse al mayor de los peligros, el que cada uno lleva dentro de sí mismo. CRÍTICA La vuelta a los orígenes de un grande Soledad Torrero Pedro Almodóvar nace en 1949 en Calzada de Calatrava, provincia de Ciudad Real. A los dieciséis años se muda a Madrid con un objetivo claro: hacer cine. A pesar de no contar con todos los medios para lograrlo: limitaciones económicas y escuelas de cine cerradas por Francisco Franco, el manchego logra abrirse camino. En 1980, en los primeros tiempos de democracia española, estrena su primer film Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón. Treinta y tres años más tarde, su película Los amantes pasajeros es un claro homenaje a la década de los ochenta, tan determinante en su carrera cinematográfica. Los títulos ya anuncian la estética colorida y exuberante de toda la película, acompañados con una pegadiza versión de Para Elisa de Beethoven, con ritmos de cumbia. La primera escena es la única en la que participan Antonio Banderas y Penélope Cruz. Esta intervención ayudará, sin dudas, a la difusión de la película, siendo estos dos actores españoles tan conocidos en Hollywood. Para el director es una forma de introducirnos al film de una forma familiar, él ha trabajado en tantas películas con ellos, que los considera parte de su familia más querida. La verdad que hay un poco de cierto en esto, si recordamos al casi adolescente Banderas de Matador (1986) o a Penélope Cruz dando a luz en un autobús a Víctor, el protagonista de Carne Trémula (1997). El elenco sigue siendo variado, grande y talentoso (sin contar con Antonio Banderas y Penélope Cruz), con actores como Javier Cámara, Cecilia Roth, Lola Dueñas y Paz Vega. El resto, con mayor participación en la TV española y en su primera participación con Almodóvar (Miguel Ángel Silvestre y Hugo Silva, por ejemplo) mantienen el nivel del resto del equipo, entregándole lo mejor de ellos al director. La aerolínea Península, con su tripulación de asistentes a bordo declaradamente gays y con pilotos que se replantean su sexualidad, está a cargo de un vuelo transatlántico hacia la ciudad de México. Luego del despegue se detecta una falla severa en el tren de aterrizaje y el vuelo debe terminar en algún aeropuerto de España lo antes posible. Los coloridos y peculiares pasajeros de la clase Business, sumado a un delicioso cóctel que contiene mezcalina, es el escenario perfecto para una comedia donde abundan el sexo y los diálogos subidos de tono. Los personajes tienen una química especial como grupo, y a pesar de que son muy diferentes, con historias de vida tan distintas, las relaciones entre ellos se dan de una forma muy natural. El sentimiento de grupo, tan difícil cuando se trata de actores de tan diferentes estilos, se logró, sin dudas, gracias a la labor de dirección. El grupo como entidad se asemeja por momentos al sombrío consorcio de La comunidad (Álex de la Iglesia, 2000). Almodóvar volvió a la comedia con una historia en donde predominan los diálogos y las acciones sobre los genitales masculinos, lo que provocó el rechazo de cierto público español. El crítico cinematográfico Carlos Boyero volvió a arremeter contra el director, esta vez de forma más cruel, declarando que su mayor sentimiento ante el film fue el de la vergüenza ajena. La música juega un papel muy importante y el tema principal: I’m So Excited de The Pointer Sisters, nos transporta a la década de los ochenta. También es una excusa perfecta para divertirnos con una coreografía inolvidable, dónde las tres hermanas morenas se convierten en los asistentes interpretados por Javier Cámara, Carlos Areces y Raúl Arévalo. Uno de los personajes más interesantes es Joserra, interpretado por Javier Cámara. Es un hombre enamorado del piloto Álex Acero, que luego de una experiencia traumática no puede mentir. El personaje es también alcohólico y drogadicto, pero eso no impide que nos encariñemos con él. Es algo similar a lo que nos sucedía con otro protagonista almodovariano en la piel de Javier Cámara: el enfermero Benigno de Hable con ella (2002). Uno de los pasajeros es el Sr. Más, un político estafador que construye aeropuertos con dinero proveniente de la malversación de fondos. Las recientes historias de corrupción entre políticos españoles, como las que involucran al ex tesorero del PP, Luis Bárcenas, se dieron a conocer luego de que Almodóvar hubiera ideado el personaje y comenzado el rodaje. El director decidió continuar con la idea original y actualmente en las entrevistas españolas se le atribuye una habilidad premonitoria sobre la actualidad política. Otro símbolo de la crisis española es el Aeropuerto Central de Ciudad Real, que ha permanecido vacío desde fines del 2011. Este decorado vino como anillo al dedo para Los amantes pasajeros. Almodóvar acepta que su país está atravesando momentos de crisis, y se siente muy orgulloso y contento de poder regalarle a su gente un momento agradable a través de una comedia. Lola Dueñas sigue confirmando su talento al interpretar a Bruna, una inocente mujer con poderes sobrenaturales. La actriz catalana continua su papel de Sole en Volver (2006), al representar a una manchega auténtica, que habla, según Pedro Almodóvar, con el acento de su madre. El director sigue mostrando su conocimiento por el género femenino con su estereotipo de mujer dura, Norma Boss (que al final resulta no serlo tanto), interpretada por Cecilia Roth. Las amantes del artista Ricardo Galán son mujeres enamoradas que llegan a la locura, al perdón y al sacrificio por amor. Estos personajes femeninos, despechados por el abandono de un hombre, parecieran desprenderse de la trama de Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988). Es cierto que en este último film, Pedro Almodóvar no nos hace reflexionar sobre temas tan profundos como en las obras de los últimos diez años: el estado de coma, el amor incondicional, la educación religiosa, la melancolía o la ética científica. Pero da gusto cómo nos demuestra que no necesita de grandes temas para exhibir su talento. Su ingenio y su gracia para la comedia, y esa habilidad absoluta que tiene sobre el lenguaje cinematográfico (combinando música, vestuario, actuaciones y decorados bellísimos) son suficientes para aplaudir una vez más otro film del director manchego. http://www.elespectadorimaginario.com/los-amantes-pasajeros/ Cine en deconstrucción: “Los amantes pasajeros” Miguel-Fernando Ruiz de Villalobos Siempre que se pueda hay que ir con la verdad por delante, y en esta ocasión voy a pecar de decir la verdad y nada más que la verdad. Me pide el buen amigo y gran profesional José López Pérez, ya saben el alma mater de esta página que cada día gana más adeptos, que escriba, reflexione o pondere (digan lo que quieran) sobre la última película de Pedro Almodóvar, “Los amantes pasajeros” en este espacio ocasional que es “Cine en deconstrucción”. La verdad es, la verdad de la verdad, que no me apetece nada de nada escribir y mucho menos reconstruir la película de Almodóvar, no tan sólo porque me parezca horrorosa (la peor de su filmografía, que ya hace varias películas está haciendo aguas), si no porque me falta motivación para intentar especular sobre cómo podría haber sido construida de otra manera. Pero la amistad es la amistad, los retos son los retos y las motivaciones siempre son buenas, aunque a veces la indiferencia y la pereza se apoderen de uno. Para hacer más fácil (para mí) este intento de desconstrucción de “Los amantes pasajeros”, voy a dividir mi análisis, mi disección (personal sin lugar a dudas y con todo el margen de error que hay en todas nuestras miradas) en diez puntos, por aquello del famoso decálogo, tan habitual en nuestra cultura europea: 1.- El título de la película, quizás lo mejor de la misma, juega con esa equívoca y dudosa construcción gramatical “los amantes pasajeros” en vez de “los pasajeros amantes”, que permite hacer entender al espectador que los amantes son pasajeros (una verdad de amplio porcentaje), pero que los pasajeros no son amantes (aunque si es cierto que hay una pareja de amantes en la historia, los personajes de Álex Acero –nombre para la reflexión- y Joserra). 2.- Lo más inquietante de la película es que, según las pocas, pero directas, declaraciones que ha hecho Pedro Almodóvar, con “Los amantes pasajeros” vuelve a la comedia. Si “Los amantes pasajeros” es una comedia, tendré que repasar, muy a mi pesar, mis relaciones cinematográficas con Ernst Lubitsch, Preston Sturges, Billy Wilder y Howard Hawks. Ni una risa, ni una sonrisa, quizás un sonrojo por lo pedestre de lo que se supone quiere ser un gag, una situación cómica o una ironía. “Los amantes pasajeros” se cae desde el primer plano hasta el último, desde el primer intento de querer hacer reír al espectador. 3.- Lo más lamentable de la película es ese intento de plantear una metáfora sobre la situación que vive el país. Vamos por partes: El avión es la España actual, que tiene roto el tren de aterrizaje y no encuentra un aeropuerto donde hacer un aterrizaje de emergencia, con el peligro que tienen todos los aterrizajes de emergencia. Los pasajeros de primera clase y la tripulación son los diferentes representantes de la sociedad española (políticos, dirigentes sindicales, empresarios, artistas, videntes, asesinos y jóvenes), los pasajeros de clase turística son el pueblo, que ha sido adormecido para que no sepa el posible trágico final que se le avecina. Cómo es fácil elucubrar (imaginar sin mucho fundamento), cada personaje (los dos pilotos, los tres azafatos, la vidente, la dominatrix, el asesino, el empresario, la pareja de jóvenes recién casados) puede ser proyectado en personajes reales de la vida española, algo que se debe dejar al libre albedrío del espectador. 4.- Lo más curioso de “Los amantes pasajeros” es la obsesiva repetición por parte de todos los protagonistas de esta historia de la necesidad y ventajas del sexo oral, concretamente la felación (estimulación bucal del pene), vulgarmente mamada (palabra todavía no reconocida porla RAE, pero todo se andará), que termina por aburrir y que de tanto repetirlo pierda, justamente, su posibilidad de ser escandalosa. 5.- Es evidente que para mirar con ojos objetivos “Los amantes pasajeros”, no se debe tomar ninguna posición moral, ni a favor ni en contra de nada ni de nadie, de ahí que resulte chocante que siendo una película que hace una exaltación de la homosexualidad caiga, en determinados momentos, en un feroz machismo, lo cual lleva a preguntarse cuales son las intenciones de Pedro Almodóvar, un hombre que ha amado tanto a sus actrices (mujeres). 6.- Que la película transcurra en el espacio que transcurre (la cabina de los pilotos, el espacio de los azafatos y el departamento de primera clase, con puntuales salidas al exterior, gracias a la telefonía móvil), como un burdo homenaje o referencia innecesaria al camarote de los hermanos Marx (esto puede ser una magnífica elucubración) en “Una noche en la ópera”, no hace más que reafirmar el caos especulativo al que se ha visto abocado Pedro Almodóvar, bastante tocado por los malos resultados de sus más recientes películas. 7.- Pero eso sí, lo más divertido de la película, cómo guiño travieso de Pedrito antes de ser Pedro, es que finalmente el avión averiado con esos “amantes pasajeros” encuentre tierra en el aeropuerto fantasma de La Mancha, donde los pasajeros ya amantes, logran salvar sus vidas, seguramente gracias a las grandes dosis de sexo que han desarrollado durante sus largas horas sobrevolando el país. 8.- Lo más patético es ver a excelentes intérpretes del cine, el teatro y la televisión de nuestro país interpretando a unos personaje que no se creen en ningún momento, y es que el gran director que fue Pedro Almodóvar de actores y actrices (especialmente estas últimas) parece haber tocado fondo en este importante apartado donde los personajes son los que sostienen la historia. 9.- Una historia, por otra parte, que tiene un guión tan flojito, tan poquita cosa, que da grima (desazón) pensar que la soberbia de Pedro no le permite aceptar un buen guionista a su lado que le ayude a superar sus actuales carencias. 10.- Y la pregunta final, la de miles de millones de la moneda que se quiera, es la de cajón ¿para qué “Los amantes pasajeros”? Que en su primer fin de semana se haya colocado en el primer lugar de recaudación no es el aval de calidad y de interés de una película. Cómo muy bien se sabe la sombra de Almodóvar es alargada y puede más lo mediático que una buena mamada (y ustedes perdonen). En fin, que cada uno aguante su vela, como yo he tenido que “aguantar” (una metáfora de esforzarme) para complacer a José López Pérez y escribir (seguramente muchas sandeces) sobre una película que ni me interesa, ni me ha motivado y que ya estoy empezando a olvidar. http://www.nosolocine.net/cine-en-deconstruccion-los-amantes-pasajerospor-miguel-fernando-ruiz-de-villalobos/ CURIOSIDADES Como Hacer Agua de Valencia Historia El Agua de Valencia fue elaborado, por primera vez, en el año 1959 por Constante Gil en el Café Madrid de Valencia. Durante una década la bebida fue conocida sólo por un pequeño grupo de clientes, hasta que, en la década de 1970, comenzó a conocerse en la noche valenciana. Desde entonces, se ha convertido en una bebida muy popular. Ingredientes Cava o champagne Zumo de naranja Ginebra Vodka Azucar Preparación En una jarra de 1 litro añadir 1/4 de zumo de naranja recién exprimido. Añadirle una botella de cava semi-seco o champagne. Añadir una copa de vodka y ginebra, añadir azúcar. Remover y enfriar en la nevera http://wikipedal.org/Agua_de_Valencia PROPUESTA MUSICAL Malagueña Salerosa https://www.youtube.com/watch?v=alklvDtHAKw https://www.youtube.com/watch?v=8fFOmwI1Oyg https://www.youtube.com/watch?v=qjmcE4QiBkc VOCABULARIO Abordar: Dicho de un pasajero: Subir a un medio de transporte. Abordar un tren, un avión, un barco. Arcada: Movimiento violento del estómago, anterior o simultáneo al vómito. Aterrizar: Dicho de un avión o de un artefacto volador cualquiera: Posarse, tras una maniobra de descenso, sobre tierra firme o sobre cualquier pista o superficie que sirva a tal fin. Azafato, ta: Persona encargada de atender a los pasajeros a bordo de un avión, de un tren, de un autocar. Chaleco: Prenda de vestir sin mangas, que cubre el tronco hasta la cintura y se suele poner encima de la camisa o blusa. En la película chaleco salvavidas. Cochambroso, sa: coloq. Lleno de suciedad. Desangrar: Perder mucha sangre o perderla toda. Desparramar: Esparcir, extender por muchas partes lo que estaba junto. / Verter, derramar un fluido por muchas partes. Dineral: Cantidad grande de dinero. Estafar: Pedir o sacar dinero o cosas de valor con artificios y engaños, y con ánimo de no pagar. / Cometer alguno de los delitos que se caracterizan por el lucro como fin y el engaño o abuso de confianza como medio. Liar: coloq. Engañar a alguien, envolverlo en un compromiso. Marear: Producir malestar, náuseas y aturdimiento a alguien. / Dicho de una bebida alcohólica: Embriagar ligeramente a alguien. Mamarracho: Persona o cosa defectuosa, ridícula o extravagante. / coloq. Cosa imperfecta. / coloq. Hombre informal, no merecedor de respeto. Mona: Dicho de una persona: De aspecto agradable por cierto atractivo físico, por su gracia o por su arreglo y cuidado. Sudaca: coloq. Sudamericano. Tutear: Dirigirse a alguien empleando el pronombre de segunda persona para el trato de confianza o familiaridad. Vidente: Persona que pretende adivinar el porvenir o esclarecer lo que está oculto. / Persona que tiene visiones sobrenaturales o que están fuera de lo que se considera común.