Crece la violencia entre las parejas de novios adolescentes

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LUNES
5 DE SEPTIEMBRE DEL 2011
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SOCIEDAD
La lucha contra una lacra social
Crece la violencia
entre las parejas de
novios adolescentes
La Generalitat y la fiscalía
detectan un aumento de
denuncias por agresiones
LA VIOLENCIA CONTRA LA
PAREJA EN LA ADOLESCENCIA
Datos del estudio ‘Los menores y la violencia
contra la pareja’ (2007-2010).
Servei de Mediació i Assessorament Tècnic
DENUNCIADOS POR SEXO
Hombre
71%
Mujer
29%
Un estudio desvela que
las chicas responden más
a un ataque que las adultas
CASOS POR EDADES
J. G. ALBALAT
BARCELONA
L
as denuncias por violencia
en las relaciones de pareja
entre adolescentes y jóvenes crecen. Tanto la Generalitat como la Fiscalía de Barcelona han detectado un aumento de los
casos en los últimos años y han mostrado su preocupación ante este grave problema social. Ante ello y cara
a afrontar mejor este fenómeno, un
grupo de técnicos y expertos del Servei de Mediació i Assesorament dependiente de la Direcció General de
Justícia Juvenil han elaborado el perfil de los menores de 14 a 17 años denunciados (un 29% son chicas) y han
identificado las variables que explican el inicio de esta violencia en las
relaciones sentimentales entre muchachos. Destacan la escasa habilidad de los padres para educar, el
consumo de droga y alcohol, la aceptación de la violencia como actitud y
la falta de control personal.
El estudio ha sido apadrinado por
el Centre d’Estudis Jurídics de la Generalitat. La decena de técnicos que
han participado en él han analizado
desde diferentes puntos de vista una
muestra de los agresores y de las víctimas que figuran en 90 expedientes
judiciales en la provincia de Barcelona entre los años 2007 y 2010. Un dato relevante es que el 34% de los casos se resuelven a través de un programa de mediación.
LA VÍA DE LA MEDIACIÓN / «En estos jóve-
nes no está consolidada una actitud
de maltratador. Se les facilitan las
herramientas para modificar la conducta y resolver los problemas sin
violencia. Sus conductas no son inamovibles. Están formándose y existe
la posibilidad de reconducir sus acciones», explican Esther Amat y Pepi
Delgado, dos de las especialistas que
han participado en el análisis. En la
mediación es indispensable que el
agresor acepte su responsabilidad,
pida disculpas a la víctima y repare
el daño causado.
El informe destaca que casi un
tercio de la muestra son chicas denunciadas por sus parejas masculinas, cuando entre la población
adulta la cifra de mujeres agresoras
variables
EL NIVEL DE VIDA
Y EL ENTORNO
SITUACIÓN SOCIOECONÓMICA
J Otro de los factores que se
recogen en el estudio es el
socioeconómico. Mientras
que hay investigaciones que
señalan como factor de riesgo
un bajo nivel económico de la
familia, el análisis de la muestra
escogida por los técnicos de
la Generalitat refleja que el
75% de los adolescentes y
jóvenes definieron su situación
económica como suficiente.
Es decir, que tienen cubiertas
las necesidades básicas y
no padecen una situación de
precariedad social, según
los autores del informe. El
otro 25% tiene un estatus
socioeconómico insuficiente o
cuenta con ayuda asistencial.
RESPALDO SOCIAL
J Existen trabajos que apuntan a
que los niños en edad preescolar
que reciben más apoyo social
presentan un índice más bajo
de agresividad. Otros informes
detallan que los jóvenes que
perciben poco respaldo por
parte de la familia y los amigos
pueden ser más propensos a
manifestar su ira y agresividad.
El documento de los expertos de
la Generalitat desvela que solo
un tercio de la muestra presenta
falta de respaldo social y que el
61% manifiesta tener un entorno
relacional favorable, capaz de
ofrecerle apoyo social.
CATALANES E INACTIVOS
J La mayoría de los menores
denunciados por violencia
en la pareja han nacido en
Catalunya (70%), el 14% son de
origen suramericano y el 12%
de Centroamérica. El 43% está
inactivo, el 24% estudia (de ellos
el 77% cursa la ESO) y el 29%
trabaja.
no pasa del 5%. «Debemos tener en
cuenta que la pareja normalmente
no convive, la forma de responder
de los adolescentes es impulsiva y
las muchachas, ante una agresión,
no se quedan paradas y reaccionan.
Son personas que no están formadas
al cien por cien. Y el rol tradicional
de la sumisión no está instaurado»,
explican las expertas.
Se constata asimismo una mayor
exposición a la violencia en la parte alta de esta franja de edad. Así, de
los 16 a los 17 años se pasa del 25% al
55% de los infractores. En cuanto al
tipo de agresión, los chicos ejercen
más el abuso emocional y verbal continuado que las chicas, mientras que
ellas actúan de forma más aislada.
El estudio concluye que los chicos tienen muchos más expedientes
abiertos (71%), con hechos más graves (en el 85,7% de los casos constituyen delito y en el 14,3%, falta) y en los
que suelen coexistir diferentes tipos
de conductas violentas (agresiones,
insultos, vejaciones, celos, coacciones, amenazas). Por lo que se refiere
a las chicas, estas tienen menos expedientes, son menos graves (73,1%
de delitos y 26,9% de faltas) y acostumbra a haberse producido solo un
tipo de conducta violenta.
Una de las variables sociales que explican el inicio de la violencia entre novios adolescentes es la escasa habilidad de
los padres para educar. Tanto unas
prácticas educativas demasiado punitivas como la negligencia de los
padres tienen una influencia directa en la presencia de conductas agresivas posteriores de los jóvenes, según el estudio. Por otra parte, la
ausencia de un progenitor en la estructura o núcleo familiar ha resultado ser un rasgo común en jóvenes
que establecen relaciones de pareja
violentas.
En la parte clínica, los técnicos
destacan como factores de riesgo el
consumo de alcohol y droga, la aceptación de la violencia como actitud,
la ausencia de empatía (dificultad
para identificar, comprender y compartir pensamientos, sentimientos
e intenciones con otra persona) y la
falta de control.
50
50
40
40
30
30
20
20
10
10
0
0
14
15
16
Años
17
SEGÚN LA PROCEDENCIA
Catalunya
70%
Latinoamérica
26%
Magreb
3%
África
Subsahariana
1%
PERCEPCIÓN DEL PROPIO
NIVEL SOCIOECONÓMICO
Suficiente
75%
Con ayuda
asistencial
15%
Insuficiente
10%
FACTORES DE RIESGO /
OCUPACIÓN ACTUAL
Inactivo
43%
Trabaja
29%
Estudia
No se sabe
4%
24%
FOTOGRAFÍA: FERRAN NADEU
La ingestión abusiva del alcohol
aparece en el 30% de los casos, habitualmente los fines de semana, y
el de hachís en un 18%, la mayoría
a diario. Más de la mitad de los adolescentes estudiados tienen dificultades para controlar la ira, y el 49%,
problemas de autocontrol en gene-
ral. El estudio corrobora otros informes que detectan que los agresivos
presentan una alta tendencia a mostrar ira respecto a los que no lo son
y que hay una asociación entre la
agresión física y la expresión de la
ira en las parejas.
La aceptación de la violencia co-
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Vea el videocomentario de J. G. Albalat sobre
la violencia en las parejas de adolescentes
LLL
LOS QUE ESTUDIAN
ESO
77%
Primaria
sin acabar
13%
Ciclo formativo
de grado medio
«·¡Enséñame
el móvil!»
Bachillerato PQPI* 5%
1%
4%
*PROGRAMAS DE CUALIFICACIÓN
PROFESIONAL INICIAL
HAN SUFRIDO MALTRATO INFANTIL
NO
No se sabe
72%
19%
Sí
9%
PADRES CON POCA HABILIDAD PARA
EDUCAR
SÍ
50%
No
41%
No se sabe
9%
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
NO
No se sabe
57%
28%
Sí
15%
PADRES O TUTORES SEPARADOS
NO
65%
35%
No
22%
No se sabe
20%
Otras sustancias
2%
mo actitud está presente en un tercio de la población adolescente estudiada. Hay expertos que señalan
que entre los adolescentes hay también índices elevados de creencias
sexistas y actitudes que justifican la
violencia. Asimismo, más de un tercio de estos jóvenes presentan au-
sencia de empatía (en los reincidentes el índice es del 91,3%), y un 30%,
escasez de habilidades para la resolución de problemas.
«El noviazgo en sí mismo es un estado de estrés. Se negocian situaciones y se despiertan senEMOCIONES /
TONI SUST
BARCELONA
Uno de los problemas principales
es determinar qué es violencia y
qué no. «Para la gran mayoría de
los jóvenes, violencia equivale a
agresión, pero no a que un chico
exija a su novia que le enseñe los
mensajes de su móvil, o le obligue
a explicar con quién ha quedado.
Dicen que no tolerarían una agresión ni agrederían a su pareja, pero
no creen que un insulto sea un acto
de violencia». Eso es lo que asegura
Ana Belén López, coordinadora del
programa Paranys de l’amor, que habla desde la experiencia. Un total
de 1.795 alumnos de institutos públicos de Barcelona recibieron en
el 2010 uno de estos talleres, que
impulsa el ayuntamiento y realiza
la fundación Salut i Comunitat, sobre la prevención en el maltrato de
pareja. El año pasado se hicieron
96 talleres, un total de 344 horas.
López y un compañero forman
una de las parejas de educadores
y trabajadores sociales que se ocupan del taller. Cuando las peticiones se acumulan, cuentan con otra
pareja de expertos. También compuesta por un hombre y una mujer, y no por casualidad.
Sí
CONSUMO DE DROGAS
Alcohol y
cannabis
48%
Talleres para jóvenes les advierten de que la
violencia en la pareja adopta formas distintas
saciones y emociones diversas que
los adolescentes deben aprender a
canalizar. Es una época de cambios»,
explican Amat y Delgado. De ahí que
a los jóvenes que presentan ciertas
actitudes se les deba ofrecer salidas
para que resuelvan sus conflictos
desechando la violencia. H
Una chica que llora
Los talleres sobre los rasgos de las
parejas en las que se producen abusos, de dos a seis horas de duración,
se hacen en función de la petición
de los profesores. Están destinados
a alumnos de 13 a 18 años, es decir, de segundo de ESO a segundo
de Bachillerato, pero la mayoría de
los participantes son chicos de entre 14 y 16, las edades en las que tienen las primeras parejas. Con frecuencia, profesores reclaman los
talleres porque aprecian indicios
de maltrato potencial en parejas
de estudiantes.
La entrada no es siempre fácil,
sobre todo con los chicos: «Las chicas reciben mucho mejor la información. Los chicos se suelen sentir
amenazados, son más sensibles,
están construyendo su identidad».
De ahí que se les dirijan un hombre
y una mujer, para que haya un referente femenino y uno masculino.
Los talleres incluyen diferentes
apartados: uno dedicado a los estereotipos de género, otro a los mitos
del amor romántico y otro a la violencia y sus tipos. Por ejemplo, se
trata de dar a entender a los chicos
que ser el más duro, conducir más
rápido, «asumir riesgos», no supone ser más hombre. López abona
la tesis de que el maltrato no está
marcado por la procedencia social:
«No existe perfil de víctima y agresor. Podemos encontrar lo mismo
en un centro problemático y en uno
que no lo es».
En varias ocasiones, ella ha asistido a una escena inquietante. Durante el taller, y tras darse cuenta
de que algunas de las actitudes señaladas como violentas se dan en
su relación, una chica se levanta
y sale llorando. Los educadores la
advierten entonces de que no tiene por qué aguantar algo así.
AGRESIVIDAD Y CONTROL
Los alumnos equiparan
el maltrato a la agresión
física, pero no a algunas
prácticas de control
que están fuera de lugar
ASUSTADOS
«Los chicos suelen
sentirse amenazados
en los talleres», afirma
la coordinadora
del programa
La iniciativa, que se desarrolla
desde el 2002, fue acogida con éxito en el 2010, año en el que se hizo
el máximo previsto de talleres. En
el 2011 se prevé repetir el pleno.
López subraya que más que un curso es una actividad dinámica. Los
alumnos de una clase trabajan en
equipos y participan activamente.
Sin embargo, esta labor es mejorable. «Algunos centros están volcados en esta cuestión, otros no
tanto. El principal problema es que
un taller no es suficiente». La coordinadora advierte de que si los institutos no mantienen viva la llama
el mensaje no cala. Con lo cual es
más fácil que se mantengan equívocos: «Los jóvenes creen que el
amor lo puede todo». H
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