El Naturalismo (segunda mitad del siglo XIX) El Naturalismo surge en Francia hacia 1870. Viene a ser una derivación de las tendencias realistas, es como decía Emilia Pardo Bazán: “su nota más aguda”. El Naturalismo surge como una derivación del Realismo, que tenía como objetivo explicar los comportamientos del ser humano. El novelista del Naturalismo pretende interpretar la vida mediante la descripción del entorno social y descubrir las leyes que rigen la conducta humana. Los escritores naturalistas representan a sus personajes en situaciones extremas de pobreza y marginación, y les gustaba describir los ambientes más bajos y sórdidos con el fin de poner al descubierto las lacras de la sociedad. La descripción de estos ambientes interesaba en la medida que permitía observar cómo influye un medio hostil sobre la forma de ser de los personajes y cuáles son las reacciones del ser humano en condiciones de vida adversas. Pero tiene rasgos nuevos que lo distinguen del Realismo. La diferencia entre el Realismo y el Naturalismo no es fácil de definir, a pesar de que los dos términos son a menudo usados indistintamente. La diferencia estriba en el hecho de que el Realismo se ocupa directamente de aquellas cosas que son cogidas por los sentidos, mientras que el Naturalismo, un término más bien aplicado a la literatura, intenta aplicar teorías científicas al arte. Fue Émile Zola (1840-1902) el primero que en 1868 utilizó el término Naturalismo. El Naturalismo en literatura defiende que la composición literaria debe basarse en una representación objetiva y empírica (experiencia) del ser humano. Se diferencia del Realismo en que incorpora una actitud amoral en la representación objetiva de la vida. Los escritores naturalistas consideran que el instinto, la emoción o las condiciones sociales y económicas rigen la conducta humana, rechazando el libre albedrío y adoptando en gran medida el determinismo biológico de Charles Darwin y el económico de Karl Marx. Características del naturalismo: Describe las historias con una minuciosidad excesiva. Describe demasiado las escenas. Busca una impresión del lector. Al leerlo puede causar una impresión desagradable. Es también un documento de época. Las historias se desarrollan en ambientes rurales. Desaparece el narrador omnisciente, para la aparición del cacique. El cacique es el mandamás en este caso. El cacique hace sufrir a los habitantes. El naturalismo se basa en Charles Darwin y su teoría de la evolución que dice que el más fuerte es el que sale adelante. Emilia Pardo Bazán fue probablemente la única escritora en España que defendió abiertamente el naturalismo en su ensayo La cuestión palpitante (1883). Sus novelas Los pazos de Ulloa (1886) y El cisne de Vilamorta (1885), entre otras, se consideran naturalistas. Otros autores naturalistas son: Luis Coloma Roldán, Vicente Blasco Ibáñez y Leopoldo García-Alas y Ureña, «Clarín».