El Dr. Joaquín D`Harcourt Got. Un gran cirujano ortopédico en el exilio

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CRÓNICAS Y CULTURA
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El Dr. Joaquín D’Harcourt Got.
Un gran cirujano ortopédico
en el exilio
Por IGNACIO LOYOLA GARCÍA FORCADA
Hospital Universitario de Tarragona Joan XXII.
En el excelente libro “Historia de la SECOT”,
editado por nuestra Sociedad el 2002, en el capítulo referente a los fundadores se dedican
unas pocas líneas a uno de ellos, el Dr. Joaquín
D’Harcourt Got. Me llamaron la atención los escasos datos existentes sobre él, sobre todo qué
le ocurrió una vez en el exilio. Pienso que estoy en condiciones de llenar este vacío, y creo
de justicia dar a conocer su figura a todos los
compañeros. Por ello agradezco sobremanera
la oportunidad que me brinda el Boletín. Ésta
es la breve semblanza de un hombre que fue
testigo y participante de las dos guerras que
han marcado nuestra historia moderna: la de
África y la Civil.
El Dr. D’Harcourt nació el 23 de mayo de
1896, de padres españoles en Puerto Príncipe
(hoy Camagüey, Cuba), donde estaba destinado su padre, militar.
Cursó sus estudios de Medicina en la Universidad de Madrid, ingresando a continuación
en el Cuerpo de Sanidad Militar. Fue pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios en
Estados Unidos1. Destinado en África, vivió en
carne propia la Tragedia de Annual2, posición
en la que estaba el 21 de julio de 1921. Fue
uno de los últimos en abandonarla, a punta de
pistola, junto con un destacado grupo de jefes y
oficiales, entre ellos los coroneles Morales (jefe
de la Policía Indígena) y Manella (jefe del Regimiento de Cazadores de Caballería de Alcántara, cuyos soldados tuvieron tan heroica actuación aquellos días terribles). Aquellos hombres
al parecer se juramentaron para no dejar que
ninguno cayera vivo en manos de los rifeños.
Muy pocos llegaron a Melilla, entre ellos D’Harcourt, que estaba herido. Posteriormente estos
sucesos le acarrearon no pocos sinsabores,
pues fue encausado, como muchos otros, por
el juez militar que dio origen al llamado “Informe
Picasso”. La dictadura de Primo de Rivera evitó
que del mismo pudiera extraerse ninguna conclusión, y todas las causas fueron archivadas.
En el período entreguerras continuó su estrecha colaboración con el que fue su gran referente profesional, el Dr. Manuel Bastos Ansart,
participando en numerosas publicaciones y comunicaciones3.
Por fin, el 6 de julio de 1935, se funda la
SECOT. El Dr. D’Harcourt fue vicesecretario de
la Junta Directiva. El primer congreso se celebró
en Barcelona del 19 al 24 de junio de 1936, apenas un mes antes del estallido de nuestra Guerra Civil. En ella, como teniente coronel médico,
fue Jefe de los servicios quirúrgicos del ejército
republicano, aplicando masivamente el método
de Orr-Bastos-Trueta. En aquel período no dejó
de publicar4-6. En la Batalla de Teruel tuvo que
combatir contra su primo el coronel Rey D’Harcourt, que ostentaba el mando de las tropas
franquistas. Una vez tomada la ciudad ambos se
encontraron y se fundieron en un abrazo7. Desgraciadamente, no pudo evitar el trágico fin del
valiente coronel, fusilado casi al final de la contienda. Éste es otro ejemplo trágico de lo que representa un enfrentamiento fratricida.
Tras pasar por el Hospital de Vallcarca8 salió
de España, recalando en Sète (Francia). Final-
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El Dr. Joaquín D’Harcourt Got. Un gran cirujano ortopédico en el exilio
mente y tras no pocas penalidades, se exilió a
México. Allí fue miembro fundador y primer presidente del Ateneo Español (entre 1949 y
1967)9. Otros destacados miembros del mismo,
entre otros, fueron Luis Buñuel, León Felipe y
Niceto Alcalá Zamora.
Como aspectos más relevantes de su actividad profesional en el exilio podemos citar los siguientes: fundó la Clínica Benéfica Hispana,
fue profesor desde 1942 de la Escuela Médico
Militar, desde 1944 profesor de la Universidad
Autónoma de México (a la que donó su biblioteca). Durante toda su etapa mejicana siguió publicando artículos y libros10. El último trabajo
del que tengo noticia lo constituye una biografía del matrimonio Bastos11.
El Dr. D’Harcourt tuvo tres hijos, y falleció en
Ciudad de México en 1972. Continuamente sus
familiares recibían muestras de cariño por parte de todos aquellos que Don Joaquín había
tratado como cirujano12. El poeta León Felipe
le dedica un poema13 con la dedicatoria: “Al
Dr. D’Harcourt, otro médico heroico de la Emigración, generoso y compasivo”.
Nunca volvió a España. Sirva este trabajo
como recuerdo y homenaje a un hombre que
vivió, y sufrió, dos guerras y que siempre hizo
lo que mejor sabía hacer: curar.
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BIBLIOGRAFÍA
1. Guerra F. La Medicina en el exilio republicano. Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá; 2004.
p. 569-70.
2. Pando J. Historia Secreta de Annual. Madrid: Ediciones Temas de Hoy, S.A.; 1999. p. 172-4.
3. Bastos, D’Harcourt, Mazo: “Significación de las células gigantes en los tumores, y tumores de célu-
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10.
11.
12.
13.
las gigantes”. III Congreso de la Sociedad Internacional de Oncología, Madrid, 1932.
Contribución al estudio de la patología de las fracturas recientes del cuello de fémur y los fundamentos de tratamiento operatorio de estas fracturas.
Rev San Gue. 1937;2:37.
Contribución al estudio de los trastornos tróficos
de las extremidades por enfriamiento. Rev San
Gue. 1938;11-12:113.
Nota previa sobre la acción de la sulfamida en las
infecciones quirúrgicas. Rev San Gue. 1938;14-16:
246.
Entrevista del autor con Dña. Ana María Rey
D’Harcourt, hija del Coronel Rey D’ Harcourt, Zaragoza, 28 de febrero de 2004.
Broggi M. Memòries d’un cirurgià, Barcelona: Ediciones 62; 2001.
Fuente: Dña. Leonor Sarmiento Pubillones, actual
Presidenta del Ateneo Español en México.
Traumatología quirúrgica general y especial. México, 1945.
Relación biográfica de la vida amorosa, fructífera y
creadora de una pareja ejemplar: Consuelo Bastos
y Dr.Manuel Bastos. México, 1969.
Correspondencia del autor con Don Rafael D’Harcourt, nieto del Dr. D’Harcourt.
León Felipe: “Insomnio” (soneto incluido en el libro
¡Oh, este viejo y roto violín!).
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