NUESTRA SEÑORA DE FOURVIÈRE Los Romanos fundaron la

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NUESTRA SEÑORA DE FOURVIÈRE
Los Romanos fundaron la ciudad de Lugdunum, que después
se convirtió en Lyon. Las gentes construyeron un templo en el
siglo IX sobre el foro de Trajano en la colina de Fourvière, con
la advocación de Nuestra Señora del Buen Consejo. En 1560
fue saqueado y quemado por un grupo de calvinistas que solo
dejaron las cuatro paredes; 26 años más tarde fue
reconstruido y dedicado a nuestra Señora de la Asunción. En
el siglo XVIII una peste invadió la ciudad y los magistrados se
comprometieron a ir cada año, el 8 de septiembre, en
peregrinación al santuario; así cesó la peste. La basílica actual
de Nuestra Señora de Fourvière, fue construida en el siglo XIX.
Antes existía una iglesia antigua, que fue la que conoció
Marcelino Champagnat. En el nuevo templo una de las cúpulas
externas sostiene una imagen dorada de María de 5,60 mts. y
en su interior hay una imagen negra de la Virgen milagrosa
desde el siglo XVI. La actual basílica se inauguró en 1896; es
una obra muy hermosa realizada por Bossán, para cantar las
virtudes y privilegios de María Inmaculada. Al pie de la basílica
hay unos jardines llamados “jardines del rosario”. La montaña
donde está construida la iglesia de Fourvière, tiene una altura
de 318 metros y desde allí se divisa el río Saona y más allá el
río Ródano. El santuario es visible desde cualquier parte de
Lyon y es un símbolo para la ciudad. A Lyon se le llama “la
ciudad mariana”.
La imagen de la virgen es negra, como muchas otras imágenes
marianas que se encuentran en el camino de peregrinación
desde Jerusalén, Constantinopla, Roma, Santiago de
Compostela y América; tiene rasgos de mujer oriental, no de
africana y la figura de la virgen está más elaborada que la del
niño; María poco cuidado le coloca al infante en esas imágenes
que la orden de los Monjes Templarios, fundada en 1118 para
proteger a los cristianos peregrinos que iban a Jerusalén,
mandó hacer en madera negra y fue pintada de azul, los
escultores eran orientales y las imágenes fueron traídas a
occidente desde Jerusalén para ir estableciéndolas en lugares
apropiados; uno de esos lugares fue Lyon.
En el santuario de Fourvière, en Lyon, Francia, el 23 de julio de
1823, al día siguiente de su ordenación sacerdotal, 12
miembros de la Sociedad de María fueron al santuario para
firmar y hacer más real su compromiso; eran 12, como las doce
estrellas que rodean a la virgen del apocalipsis. Un sacerdote
celebró la eucaristía, todos comulgaron y se consagraron a
María, manifestando la voluntad de crear la Sociedad de
María, superando los trabajos y sufrimientos, en acuerdo total
con el Papa. Todos firmaron un acta de compromiso; entre
ellos estaba, Marcelino Champagnat.
Marcelino Champagnat, que se había encargado en la
sociedad de María de la fundación de los Hermanos, fue
nombrado colaborador del párroco de La Valla. Antes de
marcharse de Lyon, a su parroquia, fue a ofrecer su persona y
su obra ante la Virgen de Fourvière. De ahí en adelante,
siempre se dirigía a María como su “recurso ordinario”. En
María siempre puso su confianza y le ofrecía su persona, su
trabajo y todos los actos de su vida. Muchas otras veces estuvo
Marcelino en el santuario de Fourvière, dado que
frecuentemente, tenía que ir a hacer vueltas eclesiásticas o
gubernamentales en la ciudad de Lyon. Este es el por qué de
la importancia de este Santuario para los Maristas.
Santiago de Cali, 25 de abril de 2016
Hno. JULIO ENRIQUE QUINTERO VARGAS
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