TRAUMATISMO CRANEOENCEFÁLICO (TCE) EN UCI. EPIDEMIOLOGÍA Y CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS G. Muñiz, F. Bueno, E. Fernández, D. Escudero, R. Fernández-Cid, LA. Cofiño, J.A. Gonzalo, C. Calleja, L. Marqués, F. Taboada, J. Otero. Servicio de Medicina Intensiva. Hospital Covadonga. Hospital Central de Asturias. OBJETIVO: Conocer las características clínicas y epidemiológicas de los TCE ingresados en nuestra UCI. MATERIAL Y MÉTODO: Estudio prospectivo sobre 84 TCE consecutivos ingresados en UCI durante el año 1997. Hospital terciario. Se analizaron las siguientes variables: edad, sexo, mecanismo traumático, Escala de Glasgow (GSC), reactividad pupilar, diagnóstico por TAC, lesiones traumáticas asociadas, sistemas de neuromonitorización empleados, tratamientos utilizados, recuperación funcional al alta de la UCI según la Glasgow Outcome Scale (GOS) y mortalidad. De acuerdo con el GSC se clasificaron en: TCE severos (Glasgow<9), TCE moderados (Glasgow 9-12) y leves (Glasgow 13-15). RESULTADOS: Edad media 44,6 (15-87), 66 varones (78,6 %) y 18 mujeres (21,4 %). La causa más frecuente del TCE es el accidente de tráfico (51,2 %). La GSC media inicial fué de 7,2±6,4 (3-15) perteneciendo 65 pacientes (77,4 %) a un TCE grave, 12 (14,3 %) a un TCE moderado y 7 (8,3 %) a un TCE leve. En 45 pacientes (53,6 %) existían otras lesiones asociadas, siendo por orden de frecuencia, traumatismos de extremidades: 24 (28,6 %), traumatismos torácicos: 23 (27,4 %), pélvicos 9 (10,7 %) y abdominales 2 (2,4 %). En el momento del ingreso, el 24 % de los pacientes presentaba una o ambas pupilas arreactivas, perteneciendo todos estos pacientes al grupo de los TCE graves. En el TAC craneal al ingreso se encontraron las siguientes lesiones: contusión cerebral en el 65,5 %, fractura craneal en el 53,6 %, hemorragia subaracnoidea en el 38,1 %, hematoma subdural en el 29,8 %, edema cerebral en el 23,8 %, hematoma epidural en el 19 %, hemorragia intraventricular en el 4,44 %. La lesiones asociadas a una menor GSC según la descripción de Marshall fueron las masas no evacuadas, con un Glasgow medio de 4,4. Se monitorizó la PIC en 14 pacientes (16,7 %) de los TCE graves. Los sistemas utilizados fueron: Camino intraparenquimatoso: 12 pacientes y Reservorio Ommaya o drenaje ventricular: 2 pacientes. Se evidenció Hipertensión Intracraneal en el 57,1 % de los casos monitorizados. Otras técnicas de monitorización utilizadas fueron: DTC 38,1 %. SjO2 4,8 %. Potenciales Evocados 6,0 %. Se realizó tratamiento neuroquirúrgico en el 35,7 % de los pacientes: craniectomía descompresiva en 11 casos, evacuación de hematoma epidural/subdural en 25 casos. El tratamiento médico más utilizado fue el manitol (31,0 %), seguido de hiperventilación (17,9%), salino hipertónico (11,9%) y coma barbitúrico (7,1 %). Las complicaciones más frecuentes fueron atelectasias (52,4 %), shock de diferentes causas (38,1 %), hiperglucemias (32,2 %), neumonía (27,4 %), sepsis (16,7 %), DIN (16,7 %) y SIADH (6,0 %). La mortalidad global fué de 20 pacientes (23,8 %). 19 pacientes en TCE graves (29,23 %), 1 paciente en TCE moderado (8,3 %). La mortalidad atribuida a causa no neurológica fué de 6 pacientes (30,0 %). La estancia media fué de 15,9±28,0 dias, perteneciendo la estancia más prolongada al grupo de TCE grave (15,5±30,4). CONCLUSIONES: El TCE grave es una patología que requiere una estrecha neuromonitorización y tratamiento intensivo, siendo causante de una alta morbi-mortalidad intraUCI.