fuerza, que salta algunos centímetros por encima del cráter de la caverna. Thuret (l)fué el primero en consignar esta descarga explosiva del contenido anteridial en el Conocephalus cónicas, y posteriormente otros autores han confirmado la observación en ésta y en alguna otra especie. Después la descarga se verifica con más lentitud, pero no se detiene hasta que todo el anteridio se desocupa; la masa de células con los antérozoides que llenaba todo el anteridio va saliendo por la abertura, empujada hacia arriba por el líquido que trasudan las paredes de él, quedando, finalmente, el saco anteridial vacío y algo arrugado en el interior de la caverna, a la cual tampoco puede refluir el contenido anteridial, por el ajuste exacto del extremo superior del anteridio en la parte superior de la caverna y por el líquido que también segrega ésta, en algunos casos por lo menos. 2.° Tipo Jungermanniales. — Los anteridios de las Jungermanniales son pequeños, esféricos o algo alargados y elipsoidales; en las talosas son de muy corto pie, y en algunos géneros están hundidos en la fronde; en las foliosas ocupan siempre la axila de hojas (hojas perigoniales), que en la mayoría de los casos se diferencian de las hojas ordinarias; suelen tener un pedicelo muy largo (fig. 57 B), formar grupos y estar entremezclados con pelos o laminillas llamados paraflsos. En los raros géneros en los cuales los anfigastrios alcanzan un tamaño poco menor que las hojas, como en las Anthelias, también hay anteridios ocupando la axila de los anfigastrios. S e originan estos anteridios por unas células superficiales que se diferencian cercanas aun al punto vegetativo. En las Jungermanniales foliosas las células originarias son las de la base de la hoja cuando ésta es todavía muy joven; están en el ángulo que forman dos hojas rudimentarias (fig. 59 A, a') y más próximas a la parte dorsal de la planta; más tarde, cuando se desarrolla el anteridio, éste queda adscrito a la hoja inmediatamente inferior a la que le dio origen; es decir, que el anteridio o los anteridios que ocupan la axila de una hoja tuvieron su origen en la base de la hoja superior, que en ocasiones aparece muy distante. Lá célula que producirá el anteridio empieza por abombarse y dividirse en dos células superpuestas: la superior es la célula madre del anteridio; la inferior formará el pie (fig. 59 A, a'). En esto no se diferencian de las Marchantiales. Pero la diferencia se (i) G . T H U R E T , Discharge Soc. Nation, des Sciences of Antherozoides de Cherbourg, in Fegatella. tomo IV.) (Mem. de la