Cuentos de terror

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40 | Lengua 5
Capítulo
3
Tiempo de leer
3 El cuento que van a leer se publicó en un libro llamado Cuentos de terror.
Comenten entre todos: ¿quién será el Bobi: una persona, un animal o algún ser
irreal? ¿Qué características tendrá? ¿Qué le pasará?
Ahora lean el cuento. Si los asustan las historias inquietantes, procuren no
estar solos a la hora de leer ésta.
El Bobi
Una familia (el papá, la mamá y el nene de seis años) decidió pasar
un fin de semana largo en una isla del Tigre. El hijo era un buen chico,
muy solitario, hijo único, el regalón* de sus padres, el mimado y
sobreprotegido*. Luego del almuerzo salió a caminar por la isla medio
aburrido. De pronto encontró un perrito. Uno muy singular, ya que no
ladraba ni movía la cola. Simplemente lo miraba. Pero su principal rareza
era física. Tenía la trompita un poco más aguzada*, más fina y larga de
lo que suelen tenerla esos animales; cola casi pelada, tal vez debido a una
enfermedad. El niño le ofreció una golosina que el perro comió con avidez.
Como demostró buena disposición para seguirlo, lo condujo a la casa.
A los padres no les gustó mucho este perro, sobre todo por la cola.
Pensaron que tenía sarna* o algo por el estilo. “A ver si lo contagia al
nene.” Sin embargo no se atrevieron a ser excesivamente severos*.
Sucedió que el animalito tenía mucha hambre. Le dieron carne, pero
notaron con extrañeza que era insaciable. No importaba cuánta comida le
diesen o qué le dieran. Devoraba todo. Seguía sin ladrar ni mover la cola.
Estaba quieto, inmóvil, como en guardia.
—Bueno, está bien. Se puede quedar el Bobi —dijo el padre—.
Pero no adentro de la casa. Le hacemos una cuchita, con unos
trapitos, ahí afuera.
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Tacuarí 1850 - Cap. Fed. - C1139AAN - Tel: 4307-3991 - Fax: 4307-7123
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© Tinta fresca ediciones S. A. | Prohibida su fotocopia. Ley 11.723
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Historias inquietantes
—Sí, sí —declaró el nene—. Pero yo lo quiero al Bobi, así que va a
estar conmigo.
—De acuerdo, mientras estemos en la isla, cómo no. Pero afuera.
Además no quiero que lo toques. Puede tener sarna.
Ahora bien, como todo llega en este mundo también llegó el día de la
gran tragedia: volverse a Buenos Aires.
—El Bobi se viene conmigo.
—No, no. Por favor, no empecemos. Mientras estuvimos aquí te
dejamos tener al perro todo lo que quisiste. Pero ahora no lo vamos a
llevar a casa, porque tenemos un departamento chico. Además ahí está
Silvestre, nuestro gatito. Se va a llevar mal con el perro, se van a pelear.
—Nooo, yo lo quiero al Bobi. Bobi es mío.
El chico, cuando quería realmente algo, se salía con la suya.
Cuando llegaron al departamento, lo primero que hizo Silvestre
al ver a Bobi fue bufar y subirse rapidísimo arriba de un ropero. El
recién llegado, en cambio, no dio muestras de ninguna agresividad
para con el gato. Simplemente lo miraba.
Ese día el perro continuó con el extraño comportamiento que había
mostrado en la isla. No daba trabajo. No molestaba. Siempre estaba
inmóvil.
A la noche, la madre abrió la heladera. Había guardado ahí un kilo de
carne pero estaba un poquito pasada.
—Se la damos al Bobi.
La comió toda, como si no se hubiese alimentado en semanas. Seguía
con su hambre eterna.
Al llegar la hora de dormir el nene insistió en llevar al perro a su
cuarto, pero esto no se lo permitieron. Fue instalado en la cocina en una
cucha provisoria*.
Cuando se levantaron a la mañana siguiente, Silvestre no apareció
por ningún sitio. “¿Dónde está el gato?” Lo buscaron por toda la casa,
sin resultado. “¿Se habrá tirado por el balcón, por miedo al perro?”
Bobi, a todo esto, tan sólo efectuaba un jadeo* ansioso, como diciendo:
“¿Cuándo me dan más carne?”.
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42 | Lengua 5
¿Qué significa...?
regalón: mimado.
sobreprotegido:
excesivamente cuidado y
mimado.
aguzado: puntiagudo.
sarna: enfermedad de la
piel que produce llagas que
pican mucho.
severo: duro, que no deja
pasar nada que esté mal.
provisorio: que no es para
siempre, sino sólo para un
tiempo.
jadeo: respiración
dificultosa, generalmente
por efecto del cansancio o
del calor.
Biografía
Alberto Laiseca nació en
Rosario, provincia de Santa
Fe, en 1941. Desempeñó
diversos oficios: fue
empleado telefónico,
corrector de pruebas del
diario La Razón y escribió
notas sobre libros en
diarios y revistas. En 1976
publicó su primera novela:
Su turno para morir. Desde
entonces, ha escrito
varias novelas y libros de
cuentos: Matando enanos
a garrotazos, En sueños he
llorado y Cuentos de terror.
Capítulo
3
Por fin, en el baño encontraron una pelotita de pelo y algunos
huesitos. Evidentemente Bobi se lo había comido a Silvestre.
Por supuesto nadie ignora que hay perros que matan gatos. Cierto,
pero no se los comen.
La mujer le dijo al marido:
—Vos andate a trabajar. Yo me voy con Bobi al veterinario para
consultarlo. ¡Que me diga qué pasa con este animal! ¿Qué tiene, la
lombriz solitaria? ¡Se comió al gato y anoche le dimos un kilo de carne!
De paso le pregunto por esa cola tan horrible que tiene.
Cuando llegó a la veterinaria, para su fastidio la mujer observó que
había nueve personas antes. Cada una con su perrito, su gatito, la
tortuguita...
El veterinario, que acababa de atender a una mujer que traía un
caniche, se asomó a la puerta del consultorio para ver quién seguía.
No bien vio a Bobi, el hombre puso cara rara.
—Señora, venga.
—Pero escuche, doctor, hay nueve personas antes que yo.
—No importa. Venga usted.
La hizo pasar con el perro, el cual mostraba una obediencia y disciplina
impecables. El veterinario cerró la puerta.
—¿Señora, usted sabe lo que tiene ahí?
—Bueno... un perrito que encontramos en el Tigre. Anoche se comió
al gato y...
—Señora, esto no es un perro. Es un ratón asiático. Son asesinos.
Seguramente a causa de la inundación en Brasil, bajó de un buque
proveniente de Asia y aprovechó la correntada. Después el alto Paraná
lo trajo arriba de un camalote y llegó a Tigre. Agradezca, señora, que en
su casa usted tenía un gato. Porque si no, en vez de comerse al gato, se
hubiese comido a su hijo.
Leyenda urbana argentina. Narración oral anónima recopilada por Alberto Laiseca en
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Cuentos de terror, Buenos Aires, Interzona Editora, 2003 (adaptación).
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Historias inquietantes
A
C
T I
V
I
D A D
E
S
4 Respondan a las siguientes preguntas en la carpeta.
 En la situación inicial, se presenta al Bobi como un animal inofensivo pero extraño.
¿Qué características lo vuelven extraño? ¿Cuál preocupa más a los padres?
 A pesar de que el animal no les gusta, los padres aceptan llevarlo a la ciudad.
Expliquen por qué la familia se queda con él.
 ¿Qué hecho motiva la consulta al veterinario?
 En el relato aparecen palabras y expresiones que anticipan el desenlace, es
decir, que el Bobi no era un inofensivo perrito hambriento sino un animal asesino.
Por ejemplo: “devoraba todo”, “extraño comportamiento”, “hambre eterna”. Vuelvan a leer el cuento y marquen las pistas que sugieren lo que va a ocurrir.
 ¿Por qué este cuento puede considerarse inquietante? ¿Qué efecto produce su
lectura?
5 En pequeños grupos, piensen y escriban un final para esta historia que
no resulte inquietante. El texto que ustedes inventen iría a continuación del
siguiente párrafo:
La estructura del cuento
Los cuentos, en general,
están organizados en tres
partes: la situación inicial,
en la que se presenta a los
personajes; el conflicto, esto
es, la aparición de algún
problema o hecho que
altera la situación inicial; y
el desenlace o resolución
del conflicto. Hay una gran
variedad de cuentos y
muchas veces se los clasifica
por el tipo de conflicto y
su resolución. El desenlace
puede ser, por ejemplo:
gracioso, misterioso,
inquietante, maravilloso.
Cuando llegó a la veterinaria, para su fastidio la mujer observó que había
nueve personas antes. Cada una con su perrito, su gatito, la tortuguita.
6 En la columna de la izquierda aparecen palabras de los personajes. Sin
embargo, en el cuento no se aclara quién las dice. Relean el texto y luego unan
con flechas cada expresión con el personaje al que le corresponde.
“A ver si lo contagia al nene.”
dijo el veterinario.
—El Bobi se viene conmigo.
—Se la damos al Bobi.
dijo la madre.
“¿Dónde está el gato?”
—Señora, venga.
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dijo el nene.
El diálogo en la narración
Para incluir lo que dicen los
personajes en un cuento, se
usan signos de puntuación:
la raya de diálogo y las
comillas. En la narración
no siempre se aclara quién
es el personaje que habla.
Esto requiere más atención
por parte del lector. Pueden
buscar más información
sobre el uso de las comillas
en la página 152.
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