VENERABLE M

Anuncio
VENERABLE M. JULIA NAVARRETE GUERRERO
DISCÍPULA Y MISIONERA
ALLÍ EMPEZÓ TODO cuando la M. Julia tenía 16 años, ella misma nos lo cuenta: “Con ocasión de
una Misión a la que asistí, hice una confesión general… Allí estaba Dios con su misericordia
esperándome… Me dio el Señor un conocimiento tan profundo de la malicia del pecado y un dolor
tan grande de contrición, que en verdad sentía que se me
desgarraba el alma; pensando que con mis pecados había ofendido
a un Dios tan bueno… Nunca podré explicar el efecto de esta
conmoción en mi alma. ¡Qué transformación! Mi dolor, mi pena,
produjo un tal desapego de las cosas de la tierra; que me parecía no
ser ya la misma1.
Esta es la experiencia inicial de todo discípulo: todo parte de un
encuentro, de una fascinación, de la sorpresa de Dios en tu propia
vida, de alguien que te mira profunda e íntimamente, de alguien que
te atrae, que te llama por tu nombre y va haciendo camino contigo.
Camino de conversión, de transformación, de desapego de todo…
porque quien se encuentra con el Señor no puede ni debe seguir
igual. Tal es la experiencia de la Madre Julia Navarrete, después de
una misión a la que asistió comprendió que el amor del Señor la desbordaba y que ella debía
corresponderle.
La primera decisión que toma después de esta experiencia de encuentro con el Señor, es que
“debe amarlo con todo el corazón, con todas las fuerzas y con toda el alma” (Lc. 10, 27) y esto
la lleva a hacer voto de perpetua castidad: entregarle al Señor toda su vida, todos sus afectos,
consagrarse a un amor universal y especialmente a amar a quien más necesitara de ella. Decide
seguir a Cristo en la vida religiosa.
1
NAVARRETE GUERRERO, Julia, Autobiografía, Mi camino, n. 7.
Y
resuena
interior
el
en
su
mandato
misionero de Jesús:
“Vayan por todo el
mundo y anuncien
el
evangelio”
(Mt.
28,19a). Y la M. Julia
tomó este mandato
muy en serio, lo hizo
suyo y en los 93 años
de vida que el Señor
le
concedió
jamás
calló ni silenció el
mensaje de Jesús.
Testimonio de ello es
como aún desde su
más tierna edad la M.
Julia
momentos
busca
para
hablar con Dios en la
oración,
para
socorrerlo en los pobres y enfermos que venían a su casa, enseñando algunas oraciones a sus
hermanos más pequeños, etc.
LOS CAMINOS DE LA MISIÓN EN NUESTRA CONGREGACIÓN2
En la Congregación de Misioneras Hijas de la Purísima Virgen María fundada por el P. Alberto
Cuscó Mir y la M. Julia Navarrete, nuestros fundadores nos enseñaron bases sólidas de la misión:
la oración, el testimonio, el anuncio y la cooperación misionera.
2
JUAN PABLO II, La Misión de Cristo Redentor, Roma, 1990.
Podemos afirmar que la principal misión que la M. Julia desarrolló fue
desde la oración, ella era la religiosa del encuentro con Dios, fue
una mujer de oración que llevó a todos a Dios y llevó a Dios a todas
las personas con quienes trató, por eso la Iglesia afirma de ella: “Fue
una figura de mujer y religiosa contemplativa en la acción y activa en
la contemplación”.3 Cuanto más intensa era su actividad apostólica
más profunda era su oración, en su vida se armonizó bellamente fe y
vida, oración y apostolado.
Otro elemento importantísimo en la vida de todo misionero y por
consiguiente en la vida de la M. Julia es el testimonio, quienes
conocieron a la Venerable Madre saben que más que predicar con
palabras, su sola presencia evangelizaba, llevaba a las personas a Dios, algunas pueden decir: al
estar con la M. Julia sentía que estaba cerca de una persona de Dios, sentía a Dios, ella irradiaba a
Dios.4
Ejemplo del anuncio del Evangelio es la amplísima correspondencia que la M. Julia mantenía con
hermanas de la Congregación, con sacerdotes y seminaristas, con laicos, etc. en toda esta
correspondencia brilla la experiencia de alguien que ha encontrado a Dios y anhela vivamente que
muchos otros lo encuentren y lo sigan.
La tarea misionera de dar a conocer a Jesús y su evangelio es primordial en la vida de la M. Julia
siempre envía a sus religiosas a los lugares donde Jesús y su Evangelio son menos conocidos, tal
es el caso de las misiones de Baja California, como son: San José del Cabo, La Paz, Todos Santos
y Guerrero Negro, lugares lejanos y carentes de evangelizadores. Allá va la M. Julia personalmente
y superando las vicisitudes de una navegación marítima peligrosa y difícil. Estas fundaciones
fueron grandes retos para la M. Julia y su Congregación que se extendían hacia tierras
desconocidas y llevaban el anuncio del Evangelio y el testimonio de la bondad y la misericordia del
Padre a estos hermanos nuestros. Realizaron actividades de promoción humana a través de la
educación de la niñez y juventud.
3
SOBRE LA HEROICIDAD DE LAS VIRTUDES DE LA SIERVA DE DIOS JULIA DE LAS ESPINAS DEL SAGRADO CORAZÓN, Fundadora del
Instituto de “Misioneras Hijas de la Purísima Virgen María. (1881-1974).
4
Cf. VIRTUDES HERÓICAS DE LA SIERVA DE DIOS, Sobre la oración. Roma 1997.
Muy en el corazón tuvo la M. Julia la fundación de las comunidades de la Huasteca Potosina,
quería que se colaborara en la evangelización y educación, especialmente de nuestros hermanos
indígenas. Ella anheló vivamente estas fundaciones y estuvo siempre al pendiente de sus
hermanas misioneras, las preparaba, les escribía, alentaba su trabajo apostólico. Desde esos días
hasta hoy, las misiones de las comunidades de Aquismón, SLP, Tancanhuitz, SLP y Tamuín, SLP,
son especialmente queridas por las hermanas de la Congregación, quienes siguiendo el ejemplo de
su Fundadora evangelizan y se dejan evangelizar por los hermanos más necesitados y vulnerables:
los indígenas.
Su conciencia misionera no se concretó sólo al anuncio del Evangelio que las hermanas pudieran
realizar sino que se extendió a la
labor
misionera
de
la
Iglesia
Universal y consciente del espíritu
misionero que debe caracterizar a
nuestra Congregación se instituyó
oficialmente
Obras
en
todas
Apostólicas
misiones,
a
fin
el
de
nuestras
mes
que
de
todos
creciéramos en la conciencia de la
cooperación misionera, a fin de
poder ayudar a la Iglesia para que
envíe a otros misioneros a los
países donde Cristo no es todavía conocido. Ella afirmaba: “nuestros Colegios son misiones y las
maestras son misioneras”5.
La M. Julia Navarrete Guerrero ejerció su misión también entre nuestros hermanos Migrantes en el
vecino país de los Estados Unidos de Norteamérica, ella misma los llamaba, los evangelizaba, los
convocaba y su testimonio les recordaba el evangelio de Jesús, así lo atestigua uno de los jóvenes
de aquellos tiempos: “la luz en el cuarto de la M. Julia me recordaba que debía comportarme como
cristiano”. Y hoy las religiosas fundadas por la M. Julia siguen siendo familia, refugio, compañía,
5
NAVARRETE, Julia, Grabación sobre el carisma de la Congregación.
testimonio y presencia cálida para tantos migrantes que necesitan ser acompañados en su proceso
de evangelización y de una vida más digna, lejos de los suyos.
Su Congregación siguiendo el testimonio misionero de la M. Julia ha ido poco a poco superando
fronteras y hoy es presencia evangelizadora en Perú y en Nigeria, a fin de que Cristo sea amado y
conocido, para que el Corazón de Jesús tenga un consuelo, se invoque y se siga al Espíritu Santo
y se ame a María la madre Inmaculada.
Los caminos menos recorridos y más escabrosos del Reino fueron transitados por ella, con el paso
ágil de la juventud y madurez, hasta con las muletas, la silla de ruedas y la cama donde la
enfermedad la postró en sus últimos años fueron presencia
evangelizadora, fueron anuncio de las verdades del Reino y un
testimonio y mensaje elocuente de quien nunca se reservó nada
para sí y quien puede decir a ejemplo de Cristo: “Todo lo he
cumplido” Jn 19, 30.
La Congregación fundada por la M. Julia Navarrete Guerrero
quiere ser el corazón, las manos, los pies, los labios y los ojos del
Señor Jesús a ejemplo de la M. Julia para prolongar a través del
tiempo la obra iniciada por quien hoy la Iglesia en Juan Pablo II
(el 22 de junio de 2004), la declara: “Venerable Madre Julia
Navarrete Guerrero”.
H. Guillermina Arroyo López
MHPVM
Descargar