278 F ERNANDO A RIAS GARCÍA Dentro del derecho de goce se entienden incluidos los frutos naturales pendientes al tiempo de deferirse el usufructo de conformidad con el artículo 840 del C.C., no obstante, “…los frutos que aún estén pendientes a la terminación del usufructo, pertenecerán al propietario”. El usufructo se extiende al goce de bosques y arbolados, “pero con el cargo de conservarlos en su ser, reponiendo los árboles que derribe, y respondiendo de su menoscabo, en cuanto no dependa de causas naturales o accidentes fortuitos”, según lo expone el artículo 842 del C.C. Igual derecho de extensión opera sobre las minas y canteras, si existen sobre la cosa fructuaria, pudiendo el usufructuario aprovecharse de ellas, “y no será responsable de la disminución de productos que a consecuencia sobrevenga, con tal que la mina o cantera no se inutilice o desmejore por culpa suya”, según lo depuesto por el artículo 843 del C.C.571. El usufructuario puede cambiar los cultivos de una finca por otros que la doten de mayor provecho, porque ello no determina per se, una modificación a la “forma y sustancia” de la cosa fructuaria. Ello es posible siempre y cuando no exista perjuicio para el nudo propietario, pudiendo hacerse también por mutuo disenso entre usufructuario y nudo propietario. El derecho de goce tiene también dos manifestaciones especiales: uso de servidumbres y descubrimiento de tesoros. Frente al primer caso, el artículo 841 del C.C. establece que: “El usufructuario de una heredad goza de todas las servidumbres activas, constituidas a favor de ella, y está sujeto a todas las servidumbres pasivas constituidas en ella” y frente al segundo, que si el usufructuario descubre un tesoro en la cosa fructuaria, solo tendrá derecho a la mitad del mismo como descubridor y la otra corresponderá al nudo propietario del bien. El artículo 845 del C.C. confirma: “El usufructuario no tiene sobre los tesoros que se descubran en el suelo que usufructúa, el derecho que la ley concede al propietario del suelo”. Un segundo derecho que confiere este derecho real al usufructuario es el de entregar en arrendamiento la cosa fructuaria o ceder su ejercicio, salvo prohibición expresa del constituyente572, según cita que hicimos del 570 571 572 Código Civil. Artículo 849: “Los frutos civiles pertenecen al usufructuario día por día”. Otra forma de extensión se da frente a los aumentos que reciba la cosa fructuaria por aluvión o por otras accesiones naturales. No obstante estos derechos se resolverán al final del usufructo, según lo dispone el artículo 853 del Código Civil: “Aun cuando el usufructuario tenga la facultad de dar el usufructo en arriendo o cederlo a cualquier título, todos los contratos que al efecto haya celebrado se resolverán al fin del usufructo. El propietario, sin embargo, concederá al arrendatario o cesionario el tiempo que necesite para la próxima percepción de frutos; y por ese tiempo quedará sustituido al usufructuario en el contrato”.