sas manifestaciones. Los Representantes

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300
sas manifestaciones.
Los Representantes antioqueños en e 1 Con­
greso habían planteado objeciones al contrato de 1 ferr'ocarri 1 de~
de comienzos de 1.893. Una vez aprobados los contratos inicia­
les, consideraban como increíble que se hubieran dejado pasar en
el Congreso. Así mismo los históricos acusaban al Gobernador
Abrahan-" C¡:;:arcla porque no solo había presionado a la Asamblea
para favorecer el contrato con la Punchard -yen ello habla de­
'y.ostrad() '¡:anejos no muy claros- sino también porque ejercía en
el Departamento "una dictadurita de lucro, de oropeles y bembo­
lla" (42).
En torro al asunto del comisionado para conformar el tribunal de
arbitramento, Abraham Morerü consideraba que todo habla sido a~
bitrario e ilegal por par'te del Gobiern..J nacional y que el Poder E
jecutivo ro tenla llmite, pero en cambio sl limitaba los poderes pf:
blicos. Igualmente sancionaba la actitud del gobierno cuando la
Punchard no habla intentado gestión alguna ante los tribunales or­
deinarios y aquel entraba de lIero en la vía diplomática oyéndola
pacientemente y facilitándole "los medios para llegar a un fin pl"'~
termihéndo las Llnicas fórmulas que acaso pudieron librarnos
una nueva rapiña". En la búsqueda
pOI'"
de
r11antener la honra del De
partarnento y de 1 país, se realizaron muchas críticas contra rIlas
301
ne fa ndas c() nt ra to s" (43).
De otra parte, los nacional istas de 1 Gobierno central lanzaron sus
críticas c..o ntra los antioqueños, aduciendo que aquellos se precia­
ban de ejercer una administración pura, pero con ocasión del ca­
so Punchard habían dado muestras de negligencia y manejos lige­
ros. Estas manifestaciones, crearon un clima de entendimiento en
la región, entre' las é9"'LPa:::iones políticas conservadoras, que liman­
do sus tensiones y diferencias ecmo efecto del caso Punchard, les
pern,i.tiera lTiantener en alto la defensa del Departamento, de su
prestiSllo y de sus intereses ante el gobierno central y en el ám­
bito naci.ona l.
En la ,,!lección para Diputados a la Asamblea departarYB ntal
en
1.894, los c..'onservadores republicanos y los representantes del na
e.iona 1ismo en Antioquia acordaron entonces lanzar una 1ista
ta que daba a los nacionalistas los Diputados de 4 Distritos
los históricos los de 5 Distritos.
conju~
y a
L_os hi stóricos consideraban qLe
debla hacerse una política de conciliación en una época tan agit~
da, más aún si. estaba de por medio "el negociado del ferroca­
rril".
Igualmente, argumentaron que los li.berales no les inspira­
ban confianza, porque al parecer la conducta observada por a 19u­
nos de éstos con motivo de los contratos (Santiago pérez Triana,
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302
Tomás Quevedo, Antonio J. Restrepo y Nicolás Esguerra) les pr~
baban que "su proceder ha estado rnovido por el interés políti.CD
y pecuniario, y por ésto son capaces de cualquier fe lonía" (44).
Rea1i.zadas las elecciones. los resultados a la Asamblea departa­
menta l en 1.894. fueron los siguientes:
F2>f~[f',!(··~I
PA LE S
SUPLENTE-:S
Medellín
eH). José Ma. Escobar
Gonzalo Correa
Antoni.o José Uribe.
Pa le 10 (?) c. Vi.lla.
Sta. Rosa.
(H). Rafae 1 Ma. Navarro
Braul io Machado
l_uis Mejía S.
Lázaro Rivera.
Sto. Domingo
(N) Roso López (Ramiro?)
E stanislao B. Zuleta
Germán U-ano.
José P. Ramirez
Abejorral
eH) He 1iodoro Ramírez
Luis 1\. Acevedo
Dr. Julio Botero
José M. Zuluaga G.
Manizales
Dr. Mario A.Ocampo.
Faancisco Ve lásquez
(N) José Jesús Restrepo
Juan
c.
Vil legas
Marinilla
Salvador Ossa R.
Jesús Ma. Gi.ráldo.
(H) Rafael Gi.raldo y Viana
Manuel T Salazar
Sopetrán
Federico Villa
Fco.de P. Martíoez
(H) Carlos J. Infante
Antonio J. Luján
Jeri.có
Dr. FederlCo A. Gómez
José A. Va lenzue la
(N) Juan P.
Ar'ango B.
Pastor Santamarla U.
Fredoma
eN) Juli.án EscolJar
I.:..uciano Carvalho
José Ma. Echeverri V.
Marco A. Cadavid.
Fuente: Carta de Abraham Moreno a Marcehano Vélez, Medellín,
¡::'eb r ero27de1.894, A.M.V. U. de l ....
303
Con las
listas mixtas, los históricos fueron mayoría al ganar 5
de los 9 circuitos e lectora les, lo que les permi ttó elegir al terc.er Senador para el Congreso, que se sumaba a los dos históri
cos elegidos en 1. E390 Y 1.892, con lo que la Representa ción an­
tioqueña quedaba así:
PRINCIPALES
Mar'ce liano vé lez
laimt~ Córdoba.
Luis Ma. Mejla Alvarez
SUPLENTES
SUPLENTES
Gui l1r~ rmo Rpo. l.
Enrique Rpo. G.
GUl llermo Rpo. 1.
Alejandro Botero U.
Rafael Giraldo y V.
José J. Hoyos eN)
304
:3,
I_OS HISTORICOS,
EL CONGRESO Y
LA GUERRA
[lE
1 .885
F-")ara los históricos era de vi ta 1 importancia darle una cobertura
más amplia a sus propuestas po líticas y económicas, logrando que
su máximo Jefe estuviera presente en el Congreso y a través de
ello, generar un movimiento de características nacionales.
Por e
110 uno de loa asuntos más discutidos entre Abril y Mayo de 1 .1.894
por lo.s históricos. fué el relativo a la presencia o ausencia de
lRAarceliar-o Vélez en el Congreso de aquel año.
sot)re
(~l
Las apreciaciones
tema fueron di versas. Algunos propendían por la neces!...
dad de darle una presencia y una cobertura más amplia al movi­
miento hi.stórico con Maree liano vé lez en el Congreso y en la Ca
pi.tal. Otros 10 c.onsideraban i.nconveniente porque siendo aún mino
t"ía, todo lo construído hasta e 1 momento podría arruinarse
sin
./
obtener ventajas mayores para la causa. El 26 de Abril se reuma
en casa del General Jaime Córdoba, en Bogotá, una importante r~
presentación del historicismo para discutir e 1 asunto. Se hicieron
presentes Ceci lio Cárdenas, Ricardo y Rafael Portocarrero, Anto­
nio Vélez. el Gral. Rafael Ortiz, Wenceslao Pizano, José Joa­
quín pérez. Gregorio Gutiérrez, Juan B.
Pombo, Eduardo Posada,
Gui llerrY'¡O Uribe, Juan C. Arbe láez. Francisco Antonio Gutiérrez
305
y Jorge Roa. Enrique Restrepo G. se excusó por halfurse enfer­
mo
(45~).
C";omo resultado de la reunión, 13 votaron a favor de que Marce lia
no VéIez se hiciera presente en el Congreso y 2 estwvieron en con
tra (Fc'o. A. Gutiérrez y ,Jorge Roa). ASl mismo Enrique Restrepo
G.
n,anifestó más tarde e 1 desacuerdo c..on la venida de vé le z. Se
gún Juan
c.
Arbe\áez a pesar de que los histónh±os seguían sien­
do minorla en el Congreso, vé lez debe rla poner todo su prestigio
polltico a favor de la cassa republicana, ya que fuera de las abs­
tracciones po líticas et, partido necesitaba, como en religión,
de
t"()anH'estaciones externas que le dieran cohesión y vida práctica.
Para Ar'beláez esto era lo que faltaba, pues "tBnemos culto inte,:,_
c~
nCl, pero nos falta culto externo que es el culto de las rnasas,
ya influencia a
veces es decísi va". Citando a Smi les, y hacie ndo
caso de un aforismo popular, Arbeláez le decía a Marceliano
vé­
lez que la acción era la que renovaba el mundo y que "la preser::­
cia del hombre hace milagros". Por ello no concebla "a un jefe
de partido metido en una cañada" (refiriéndose a que Marce liano
Vélez vivla en su Hacienda Marla Teresa en AmaIfi. un lugar muy
apartado de Mede 11 ln), mientras se llbraban los c'Ombates de los
ldeale,,~ en ()tros escenarios,
definiti. VD (46).
que eran los que llevarlan al triunfo
l_a insistencia llegó hasta la exageración, cuando
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30R
en carta de Mayo 29 de 1.894 le hizo este curioso comentario a
vé lez: " Si en e
tlrnD susplr'u.
l
próximo Congreso, la Repúbl iea ha de dar su úl
bueno es que tú. cual otro José de Arimatea (que
también el~a SenacJor), vengas a sepultar su cadáver.
Ladrones
para crucificar asu lado rD faltar'án" (47).
t::ntre tanto las polémicas políticas continuaron agudizándose y la
hostilidad creció entre las dos fracciones del partido conservador.
En un artículo escrito en "El Porvenir" de Cartagena Firmado ¡::xJr
el [):~signado Carlos Holguín, éste caracterizaba al ''Velismo'' como
"el gamonalismo o cacicazgo perpetuo sobre esas montañas gere
~
sas. e;ercido por gentes de estrecho criterio, pasiones vehemen­
tes y audaz parroquiallsmo". Holguín se refirió tambien a "las fa~
saa antioqueñas" en clara relación a lo dicho por e 1 jefe de los
históri.cos en las elecciones de 1.891: " 'que se acaben la farsa y
los farsantes' ". Ha 19uín expresaba que combatía pero no odiaba a
lus que hablan querido llamar'se dueños de Antioquia, y fomenta­
ban allí las pasiones, para poder ser ellos amos y señores en esa
región. Al~gumentaba que también había combatido esa política ce0.
tralista que quiso tratar a los antioqueños como siervos y consu­
mtr en Medellín el fruto del Eludor y el trabajo de todo un pueblo.
Así rnísmo. -afi rmaba- combatíó la ¡::xJ 1(tica::Je promulgar
leyes
307
de excepción oajo su gobierno y hasta moneda diferente, como lo
querían los antioqueños de "la camarilla Ve lista", pues con esta
pretensión no se había hecho más que heri.r el sentimiento colom
biano. Es decir, habla combatido "esa política de resistencia
a
todo lo nacional, con lo que se ha querido ac-..ostumbrar al Depa.c:
tamento a vivi.r en perpetua rebeldía contra el país y sus instit.::!.
ciones", pretendiendo con ello establecer con Gobiernos amigos
un modus vivendi y relaciones casi internacionales al igual que lo
hizo Berrío !:':'ntt"e 1.864 Y 1.873 con Gobiernos enemigos. Contra
todo ésto había luchado Ha lquín -según decía- y por e no cargaba
(:on
,~l
odio del Departarnento de Antioquia, y además por haber
puesto en su (;ooierno hombres que "no están ligados ¡:x)r jurame ntos de pandilla", y, como sus contrarios consideraban a An­
tioquia como tierra suya, todo lo que pudiera contrariarlos o per
judicarlos lo veían como guerra contra Antioquia. Terminaba afir
mando que en los dos primeros años de su Administración, todos
los
[)epartamc~ntos
lo atacaban por vivir sometido a la influencia
antioqueña, por no hacer sino lo que querían los Pizanos, Vicen
te RestrefX), Marce 1ino Posada o Rufino Gutiérrez (48).
L_as diferencias entre los nacionalistas y los históricos no siem­
ore se TOrr,af'on antagónicas y si bien en algurDs aspectos econó­
308
rnicos y políticos se enfrentaron abiertamente, circunstancias co_
yunturales delicadas los llevaron a buscar estrategias de conci­
liación. Así mismo, no es posible afirmar que cada una de las
dos fracciones actuara en forma monolítica, ya que en ¿;¡r1goros
casos se produjeron actitudes individuales diversas que dependie
ron de] modo y el interés político que acompañaran un proyecto
o una det(.:,rmi nada adhesión o crítica a los opositores.
E'nJullu 8 de 1.[394, la Asamblea del Departamento
-mayoritari~
mente histór'ica- al culminar sus sesiones ordinari.as deci(Jió apo
yar a Mi.gue 1 vásquez B.
para que continuara como Gobernador
de Antioqui.a por su manejo moderado de la Administración y su
claro comportamiento en la cuestión del ferrocarril. Así mismo
felicitó al Vicepresidente de la República encargado del Poder ~
jecuti'ft"J por su intervención -hasta ese momento positiva- en los
i.ncidentes del Banco Nacional (emisiones) y en los asuntos de los
ferrocarriles de Antioquia y Santander "que han sido objeto de
qraves y justas censuras", en aquellos "momentos de desconcier
to y ansledad". Este voto de aprobación -afirmaban los Diputados­
expresaba el anhelo que la gran mayoría del pueblo antioqueño,
con e 1 objeto de que de la misma manera que se actuó con oca­
si(~rl ,jp
los asuntos ll'ienclOnados, se implantara en el país una ~
309
lítica honrada y se restablecieran "en toda su pureza las práctl­
cas tradicior'Cl. ¡es eje 1 partido conservador" (49).
En Agosto del mismo año, el periódico "El EsFuerzo" realizó un
estudio retroactivo de lo que denominó "las cosas del incondicio­
na 1ismo" en el coal comenzaba quejándose de la situación actual
de abatimiento y miseria a que se había llegado en el país des­
de que éste fué e rigido en Nación independiente. Después de lan
zar duras críticas a Rafael Núñez y a Carlos Holguín ¡x¡r
sus
"regímenes transitorios" tomaba una posición conciliadora con la
.Administración Caro. al ponerse en ésta al descublerto los ma­
nejos íncJehidos eje 1 f3anco Nacional y de los ferrocarriles de An
ttOqUld y Santandc'\t".
Por ello, consideraba el edltor' de ni:::l Es­
fuerzo" que
" en manos de Caro se encontraba hoy e 1 porvenir de
la nación. El haber nombrado al Gral. Guillermo Quin
tero Calderón como Designado y los demás procedi- ­
mientos últimos del Congreso devuelven la tranquili­
dad al país que espera su rehabilitación. Por esto el
partido conservador (histórico) a¡x¡ya resueltamente
los procedimientos del Señor Caro" (50).
Durante los últimos meses del año 1.894, nuevos acontecimientos
i.ncidieron en la situación política del país. Ciertamente los afa­
nes de conciliación entre históricos y nacionalistas fueron diver­
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310
sos y cCJyunturales, no obstante los aspectos centrales de diver­ genCla slgule('On vigentes.
La op:lsición liberal estaba desarticu­
lada y dividida, pero el sector más beligerante
pacíficas
El.
rD
veía salidas
la situación de exclusión creada por el Gobierno de
Caro.lesrje Agosto de 1.893. A todo ésto se sumaba el carácter
crónico de la crisis fiscal y e 1 desprestigio de 1 gobierno por el
manejo arbitrario de las libertades públicas (51).
La muer'te de Rafael Núñez acaecida en Cartagena el 18 de Sep­
ti.embr'e de 1.894 y la de Carlos Holguín el 19 de Octubre del mi§_
mo año. creó preocupaciones entre los nacionalistas gobernantes,
llegó a impactar a los mismos históricos e incluso llevó a los pr~
nleros a proponer acuerdos con éstos, en una búsqueda de unión
sin éxito, del partido nacional (52).
~:::::st:as
condiciones fueron aproVechadas por el se ctor beligerante
del liberalismu, que reacciorD ante el vacío político creado \Xlr la
nueva .sit'-.JBc'ión. y vió en elié)' la fXlsitJilidad de canalizar Fuerzas a
través de la guerra par'a acceder al \Xlder.
L..a
revuelta fué organizada por el rico cafetero cundinamarqués
F::ustacio de la Torre Narváez y por el profesor de Derecho y edi­
tor eje periódicos santanderiano, Juan Féli.x de León. Su plan in­
311
dUla el a¡:x)yo de unidades militares desertor'as de Bogotá, las cu~
le8 armarían algun::.)s grupos de liberales de la Capital mientras o
tros tornarían el Palacio Presidencial y pcnd,...,:lam preso al Vicepr~
sidente C:;aro.
L_a insurrección sería secundada por pronunciamien
tos en varios Departamentos. Desafortunadamente para los libera
les, los planes fueron conocidos por él: Gobierno, la policía detu­
ve- en Eogotá a varios "conspiradores armados" y encarceló a De
la lor're y a otros dirigentes.
gunc)~;
No obstante el fracaso inicial, al
liber"ales de Bogotá y el occidente de Cundinamarca conti­
nuaron la r"evLJelta y ernitieron un pronunciamiento el 23 de Ene­
ro eJe
1. 89~-)
en F-acatatlvá -Cundinamarca--. En este Departamento,
la lnsul"t"ección Fué di rtgida por Siervo Sarmiento, Rafael Uribe U.
y Nemesio Camacho, y fué secundada en Santander"' por José Ma.
F<uiz, en Boyacá por Pedro Ma. Pinzón y en el Tolima ¡:x)r Rafa­
el Camacho (53).
Los liberales alzados en armas esperaron infructuosamente el apo_
yo de los conservadores históricos, el cual no se llevó a cabd:l, a
pesar de las posteriores acusaciones -no demostradas- de Miguel
Antonio Caro, por la supuesta participación de aquellos en la gu~
rr'a.
Casi clespués de 2 meses de iniciada la contienda, las fuerzas libe
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312
rales fueron derrotadas por los ejérCitos del goblerno conducidos
p.j," reeorx)cidos iefes mUitares: Rafael Reyes, Manuel Casabian-
ca y Prósper'C:. Pinzón principalmente, primero en La Tribuna
(Cundinarnarc-..2) el 29 de Enero y luego en Enciso (Santander) en
M;::u"zu
~,;e
¡"S
iE:';
1.895.
Los esfuerzos de los liberales beligerantes
vieron obstaculizados por las diviSIones dentrc de su propio
pat~tldo.
Algunos de sus dirigentes como Aqui leo Parra, permane
eie ron al rnar'gen de la planear:ión de la revue Ha y otros se opu­
sieron a ella. Algunos conservadores histórí.cos tr'ataron de for­
mar~ una alianza con éstos últimos intentando,
sin éxito, terminar
la guet~ra a través de un arreglo negociado sobre la base de re­
formas Constitucionales y políticas. Al parecer, esta alianza Fr~
casó debido a la falt.a de influencia de estos grupos en las masas
de sus respectl vos partidos, y a las dificultades de llegar a un
acuerdo satisfactorio en torno a la cuestión religiosa, ya qL.e para
algullOs conservadores históricos este aspecto seguía siendo decis2.
\/lJ
en la dí.ferenciación partidista entre las dos colectividades~ y
aunque lus lIberales r~elegaron
la cuestión religiosa a un segundo
plan;), aquellos veían con temor que el establecimiento de alian­
zas en este
terr~enl}.
tes quitara prestigio social y se convirtiera
en un ar!l1a que p-Jdrla. ser aprovechada por los nacionalistas para
corntJatirlcs (54).
313
El gobier'no restabreció el orden a través de medi.das preventivas,
a la exce lente escogencia de comandantes militares
con un ampllo
ejérclto -que entre L88 y L894 contó con alrede(Jor de 6.000 Ilom
bt.... es ,~n toeJo el país- v a su posibili.dac1 de emitir moreda e
incre
mentar los impuestos -como el de exportación de café- para finan
ciar su ·,:jército.
~-:>or'
su parte, el Gobierno departamental antioqueño respaldó al Go
bierno nacional para develar la revuelta. En Abril "19 eje 1.895 se
recibió con júbilo en Medellín a los jefes, oficiales y soldados qLe
c:J:)ntribuyeron al establecimiento del orden público y a la defensa
del Gobierne; nacional. El periódico "El Esfuerzo", afirmaba enton
ces que:
"El partido conservador que fe lizmente es aquí (en An­
hoquia) demasiado numeroso y está en considerable ma
yoría, sin distinción de parcialidades ni. de detenr:r.ina-­
das agrupaciones políticas, se ha apresurado a cutnpli.r
los deberes que le imponían la gratitud y sus propias
convicciones " (55).
Las ovaciones di.eron principio a la entrada de los Generales Reyes,
E3errío, Moreno y Gómez; llegaron después e 1 General José Ma. ~
rni.nguez E., jefe mUi.tar del Departamento, Don Marceli.no Arango
y otros oficiales notables. El día anterior había desfilado el ejér­
ci.to antioqueño que hizo !¡as campañas de Puerto Berrío, Puerto Na
314
ci.onal, Ucaña, t=3ucararl,anga y Norte de Santander, y se había
dE~stinado
especialmente al combate de Enciso.
El General Rafael Reyes recibió numerosas felicitaciones por me
dio de 1 te légrafo, que venían de todas partes del Departamento, y
tanto los nacionalistas como los históricos se alegraron de que en
ellas vinieran unidas las firmas de todos los conservadores que en
otra época estuvieron divididos, porque "el partido conservador an
tioqueño, sean cuales fueren sus desgraciadas divisiones intestinas,
rinde culto al principal, al cardinal principio de su escudo político,
que tiene su origen evidentemente en sus creencias religiosas: el
de la defensa del gobierno establecido y de las instituciones
vige~
tes". !-~-ste partido rara vez había sido revolucionario --se afirrna­
Da·- y
cuando había entrado en revoluciónes era por" cuestiones re 1igiosas
[XJI"que e 11as det.erminaban su fuerza y car'acteri zaban su modo de
pe nsat' (56).
Pero, de otro lado, en el mes de Abril, el Vicepresidente Caro
e~
vió un telegrama al General Abraham Garda -entonces Ministro Ple
nipotenciario de Colombia en Venezuela- en el cual sostenía la exis
tencia de un pacto de unión entre los revolucionarios de las dos Re
plJb 1icas ¿~n la guerra de Enero a Marzo de 1.895, Y a su vez adu­
sal")a a "los Velistas del Congreso", en unión con los liberales, de
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315
de ser los responsables de la guerra:
" Declaraciones que aquí se estan tomando ¡:x)nen
de manifiesto que los principales responsables de
la revolución fueron los Ve listas del congreso, no
solo por la agitación criminal que promovieron,
sino p"..Jrque estuvieron en los clubs e hicieron par
te repartiéndose República bajo Presidencia del -­
Dr. vé lez por ocho años. Como se trataba de una
traición negra €ln ,qoe ro debía faltar el asalto roe
turro a mis habitaciones privadas, llamaron a A­
costa como auxiliar técnico" (57').
E:~l
rnencionado te legrama, conocido públicamente sin la autoriza­
clón
('lCUS
elr",
Caro. produ;o revuelo e indignación entre los jefes hist~:..
antioqueños, quienes respondieron al Vicepresidente con una
enérC:JlCi;l. protesta en la cual negaban la exactitud de tales afirma-
Clones, y pecJían que se exhibiera la prueba de ellas, observando
que la
,-o exhibición de semejante prueba sería reconocimiento tá
cito per'o incontestable de que se les habla calumniado.
La protesta no f'ué res¡:x)ndida ¡:x)r Caro,rpero en Junio 4 de 1.895,
éste envió otro telegrama a Julián Cock Bayer a Medellín, donde
afirmaba que con e 1 te legrama de García no había hecho mas que
n
corDuni.car en térmitlOs fami liares lo que resulta de un cúmulc) de
re ve laciones y declaraciones". Af"guían también, irónicamente
c;ontra de los históricos que:
en
316
" si hay en esto algo grave, no está en que yo lo
diga, sino en e 1 hecho mismo. Sería el primero
en celebrar que pudieran ser infirmados los testi
monios. No sé que digan esos señores. Hay qui~
nes crean que un hecho es inmoral si lo comete
un decidido adversario, y que es lícito si lo co­
rnete un individuo que se llama an'ligoj de otro mo
do, que la ropa sucia ha de lavarse eh casa, au~
que sea que el he rmano trate de envenenar al her
mano, la mujer al marido, e 1 hijo al padre. Us­
ted juzgará de la moralidad de esta doctrina. Yo
110 tengo nada que hacer en este asunto. Dios lo
hace todo: ha habido maquinaciones tenebrosas
que fracasaron por Favor de la Providencia: sal­
drán a la luz por sí rnismas y la Nación dará su
fa 110 " (58).
Desde el 9 de Marzo se había creado por Decreto E jecuti vo, una
corriÍ
sión investiqadora para averiguar responsabilidades en los su
cesos de la guerra que azotaba al país.
Los té legramas aludidos
y la comisión conFormada, produjeron estupor y Fuertes reacciones
en la Representación antioqueña al Congreso. Juan C. Arbe láez di
t~igió
el 15 de Julio de 1.895 una enérgica carta aMigue 1 A. Caro,
en la cual negaba los cargos hechos contra los históricos, exigía
las pruet)as de tales acusaciones y solicitaba un juicio imparcial,
aunque e 1 Vicepresidente tuviese a su favor "las inflLB ncias que
os dá el elevado puesto que ocupais, el telégrafo que trasmite a
todas partes vuestra va luntad omnímoda, el periodismo que os en
salza diariamente y las autorizaciones con que os inviste la ley
f31
de 1.888" (59).
'1
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317
Después de realizar un análisis pormenorizado del telegrama del
5 de Abril, Y de demostrar la inocencia de los cargos qLe
se h~
cían pt-:>r la supuesta participación de los históricos en la guerra
de 1. 8~Y5 (";ontra el gobierno t buscando con ésto reconstituir
su
honra ante la opinión del pats, decía Juan C. ArbiÍ'!iáez a Miguel
A. Caru que las causas de las perturbaciones del orden social
\-)abían
SlCJO
buscadas lejos de su origen, ya que en su concepto,
éstas r'adicaban en e 1 hecho de no haber dado al pa 15 libertad e
prf:~nsa
lectoral,
.':301amente restringida por la ley y garantías in
dividuales (1",0).
Ava,nzada la investigación q~e realizó la Comisión nombrada por el
Gobierno, no se demostró culpabilidad en los "Ve listas" del Con
Sjreso de su participación en la guerra contra el gobi.erno, pero
Caro no rectlficó sus iniciales conceptos sobre este asunto.
Por
esta I~azón los Congresistas históricos Guillermo Restrepo l.,
Jaime Córdoba, Pedro Nel Ospina, Ramón Arango, Luis Ma. Me
jta Alv¡:¡rez y Bernardo Escobar, enviaron una carta abierta
al
Vicepresidente el 18 de Diciembre de 1.895 en la cual analizaron
cada uno de los cargos, se remitieron a la Investigación, prese::2
tai"':)r'
d
l,)s
Cal"é)
í'esultados de su labor parlamentarIa y se enfrentaron
¡XW
el manejo arbitrario y sesgado que habla hecho
del
318
prot,lerlla, buscando con ello su reivindicación ante el país (61).
[_os carqü5 lanzados contra los históricos fueron r':,:spondidos poI'"
éstos en forma amplia. Con relación a su labor en el Congr'eso,
los firrnantes de la carta habían exigido que se sometieran a la
aprobación de éste, los contratos de cierta magnitud celebrados
por el poder Ejecuti\.AJ, entre los cuales se encontraba el de la
construcción del ferrocarril de Antioquia, pero algunos Ministros
se opusieron abiertamente a que este precepto Constitucional tu
viera cumDlimiento.
Pidieron además que se expidieran leyes de
irnprenta, y se suspendieran las facultades extraordinarias del
Presidente, con e 1 objeto de que el país no siguiera bajo el régi­
rnel'l de c:lisposiciC-lnes transitorias y se respetaran las garantías
consa~"Jradas en la Constitución.
Presentaron proyectos de ley p~
ra el estableci.miento de la libre estipulación de moneda en los
ne~JocloS a
plazo que permitiera e 1 funcionamiento de 1 crédito pri
vado para que se \.AJlviera gradualmente a la circulación moneta­
ria y cesara la crisis de las industrias en Colombia.
L_ucharon
1ncansablemente ¡:xJr introducir en la administración pública
las
economías y votaron por el establecimiento de nue\.AJS impuestos
sobre cDnsumo, que a pesar de ser superfluos y noci\.AJs dieron
pequeña~3
entradas al tesoro; para que el Gobierno, libre de las
319
trabas de la crisis fiscal,
n(~s.
pudiera moverse en m9jores condicio­
HiCleron cuanto pudieron para que los escándalos de las emi
siones clandestinas y del llamado Peti.t Panamá fueran investiga-­
dos a fondo Dar el Congreso y se impusi.era a los culpables la
na,
mer~ecida.
Pe:...
F::inalmente se opusi.eron a que se gravara la indus­
t:ria cafetera de exportación.
Con relación a los demás cargos -basados
pruebas
"
ma~3
en rumores que en
H 1cluyentes- los históricos demostraron su falsedad y se
C;C...
atuvier'On "al fallo conciensudo de la genuina opinión nacional, hoy
casi si.n órganos de publi.di.dad por obras de disposiciones arbitra­
rias de todo derecho"
(62).
320
4.
DIFERENCIAS PARTIDISTAS, ELECCIONES Y REFOR­
MAS (1.896-1.898)
Con lo seña lado anteriormente, se incrementaron las diferencias
partidistas entre los nacionalistas y los históricos. Estos (Jltimos
se apar-·taron aCm más de la
Administración de Miguel A. Caro,
aunar'en esfuerzos con el partido liberal para reformar la Rege­
ner'Ciclón
IXH'
medios legislativos y electorales y lograron darle a
su íílovlrY'liento un carácter más amplio y de cobertura nadara 1 (63).
Con este objeto, en Enero de 1.896 fueron
pub1i~"'1dos
dos Mani­
fi.estos por' los históricos, que al parecer presuponían acuerdos
entre los conservadores republicanos de Bogotá y Medellín.
El
primero de ellos, conocido como el Manifiesto de los 21 itA la
Nación" (tv'lo ti vos de Disidencia), hacía un análisis de la si tuaci.ón
general del país y de las condiciones políticas del momento. Re
conocía los
bereftcios de la Regeneración tales como "la unidad
r¡aclonal quebrantada por la federación, y la pacificación de las
conciencias por medio de amistosos convenios entre la Iglesia y
el Estado, dejando a salvo la necesaria independencia de las dos
pC)teetades". Pero así mismo señalaba los lnconvenientes de la Re
generación, ya
recogidos en el manifiesto de Marce liana
lez en 1.893. Expresaba.
vé­
su iJ'oz de alerta y de protesta por el
I
1I
I
I
I
I
I
I
321
patente antagonismo entre las doctrinas ConstHuciona les y las
prácticas po líticas del Got)ierno en el ámbito ecorómico, po lítico,
administrati\lCl y social (64).
Por su
~-:)drt8 '~l
MéV'C(;; llarY)
r'nanifiesto "A mi.s Arnigos
P~)l íticos"
firrnado por
vé lez hacía una síntesis de la marcha general de la
polftlca na,cional,/ de la línea de conducta que debía adoptar
el
par'tido conservador republ i.cano en las e lecciones para Consejos,
l\sambleas y Congreso. Manteniendo la misma línea de
cornport~
miento señalada en "El Manifiesto de los 21 "f formuló en 13 pro­
¡:x:Jsidones e 1 programa de su partido. Tal como había sido enun­
ciado en 1.89:::-3 éstas se refirieron a la derogatoria de las facul­
tades extraordinarias en beneficio de la seguridad personal, la
~
bertad de prensa, la pureza del sufragio, la prescindencia de los
empleados públicos en los asuntos e leccionarios, la independencia
del poder judicial y del ministerio público, el r?espe!ib absoluto de
la conciencia personal y po lítica de todos los empleados públicos,
la supremacía ahsoluta y efectiva de la Constitución, la reducción
'lR 1 eiérclto D(~rmanente, la supresión gradual y
so fcrzusc, de!
prudente del dur­
pape I moneda naoiona 1, la libertad para las indus­
trlas de exrortadón, la fi.scallzación inescrupulosa de las rentas
púoHcas y lS'descentralización administrativa departamental y muni.­
ci..pa1 (66).
322
lo_a creciente fuerza política de los conservadores hÍ'stóricos en el
ámbito nacional, se vió precisada a enfrentar la intervención del
Gobierno nacional en el proceso electoral.
Por su parte los libe-­
rales-reorganizados después de la guerra- conformar'on comités
electorales en los Departamentos para participar en las próximas
elecciones como prueba de que preferían las vías legales y pací­
ficas, introducirían en las corporaciones públicas las ideas libera
les e inioulsarlan las reformas que venían proponiendo de tiempo
atrás (66).
Tal con"o habín. sucedido en las elecciones de 1.891-9'2 los hbera­
les e históri(x)s hicieron sulicitudes al gobierno para que garanti­
zara la libertad electoral, levantara el Estado de Sitio, prohibie­
ra el reclutamiento, entraran en vigencia las libertades de asocia
ci.ón. locomoción y transmisión de información libre por te légra­
fos y correo, y se m':::Jdificara la di visión territorial de lCE Distri­
tos electorales organizados para favorecer a los naciibnalistas (67).
Por su parte los nacionalistas continuaron ganando adeptos al ex­
plotar una supuesta liga política entre los conservadores históri­
cos y los liberales (68).
f:::~n
Abril de 1.896 se realizaron las e lecciones para las distintas
323
corporaciones públlcas. En medio de coacción, fraudes y vio 1en­
Cla. los resultados para Consejos Municipales, mostraron que
~
da una ele las 3 agrupaciones políticas contaba con fuerzas Célsi
si.rní.1ares en AntlOquia.
Pero las situaciones más conflictivas se
. presentar'on con re lación a la e lección y escrutinio de los Diput~
dCJS
y Representantes a la Cámara (69').
U,, Asamblea del Departamento quedó compuesta ¡:x>r 1() naciona­
listas, 4 li.berales y 4 históricos.
Los primerclS fueron mayoría
en los Distritos Electorales de Medel1(n, Fredonia, Jericó, Santa
Rosa y IVianizales.
Los liberales obtuvieron mayorías en Sopetrán
y Santo Ciomingo, y los históricos en Marini11a y Abejorral (70).
D(~ esta maner'a el Gobernador nacionalista Bonifado vé le8, se
aseguraba e 1 apoyo de su propio partido en la Asamblea. Sin em
bargo ésta solo podía nombrar un Senador, y escogió al nacion..,­
lista Fernando Vélez con sus respectivos suplentes, al lado de dos
reconocidos históricos, Jaime Córdoba y
Luis Ma. Mejía A., ele-­
gldos en años anteriores.
En la votación por Representantes se hi.cieron más patentes las i­
rregularidades. abusos y atentados al sufragw, tal como se demos
treS en
)<,$
'~e3u1tados
fi na les.
De los 9 Representantes. 6 fueron
(laclc)nal1sta.s, 2 histórlCos y uno liberal, aS1:
REPRESENTANTES RJR ANTIOQUJA
PRINCIPALES
s U P LE f'.JTr:~ S
1 .896
Circo 1"Marco Fidel Suárez
2°Julio Ferrer
3° JustiniarlO Montoya.
4° Rafae 1 Uribe U.
5° Santiago pérez (sic).
1;
6° Pedro Justo Berrlo.
7° Abraham fV\o re no .
8° f\licolás Estrada.
9° Lucianc..¡ Carva lhe .
Fernando Vélez-Luciano Carvalho.
Roberto Becerra- Fafael Restrepo U.
Lázaro Toro Z. -José J. Hoyos.
Mario Arana-José Ma. Villa
José Ignacio Esoobar- Julio ). Vi llamizar.
Liborío Echavarrla V.-:Eleuterío Ceballos.
Eliseo Arbeláez-Rafael Giraldo y Viana.
Bernardo Excobar-Manue 1 Ma. Londoño.
Marcelino Arango-José Ma. Restre¡:xJ W.
Fuente: Diario Oficial, Bogotá, Julio 9 de 1.896, N° 10.073, pago 653
(71).
N
N
N
L
L
N
H
H
N
(?)
325
Rafae 1 Uribe Uribe, único Representante liberal en la Cámara de
í.896 fué nombrado por el Distrito Electoral de Sopetrán, c..--om­
pue5to por los municipios de Antioquia. Belmira, Buriticá, Cañas-·
Gordas.
Pava rando cito , Dabaiba, F-rontlno, Gira ldo,
Liborina, San
Jerónimo, Sucre, San Pedro, Urrao y Sopetrán (72). Aunque en
el escrutinio departamental se dió el triunfo a los liberales en los
Di.stt~it()S
de Sopetrán y Santo Domingo. éstos pretendían haber
tri.unfado también en Jericó y F-redonia donde el triunfo les fué a
rr'ebatado por los jueces electorales.
Una vez poseei.onado de su cargo, Uribe Uribe pronunció en el Con
gr'eso e
1.
discurso titulado
11
Representantes Espurios'!, en e 1 cual
presentS una proposi.ción para que se declararan válidas las elec­
(:ionr~s (jE~ ~:ianta90 Pérez,
Aquileo Parra, y
Luis A. Robles por los
DIstrIto::' t:lectorales antioqueños de Santo r:omingo, Jer'lcó, y Fr~
donia en su respectivo orden, y de Salvador Camacho Roldán y E
zequiel A.badía por los Distritos Electorales Panameños de Chiri­
qUl y Veraguas. Aunque Uribe Uribe no tU\lü éxito en su propuesta,
puso de manifiesto los atropellos, los fraudes y la falsía del pro­
ceso electoral, y de la imposición oficial a través del ejército, la
po licía,
los Gobernadores y los funcionarios departamentales. Con
e 110 denunciaba a muchos de los Representantes que debían su cu­
326
r'ul a la exclusión de los partidos de o¡:::x::>sición en el ejercido
de 1 suFragio (73).
La e lección de Uribe Uribe le permitió al liberalismo expresar
sus puntos de vista sobre los problemas más candentes del régi­
men Regenerador.
Uribe Uribe se refirió en la Cámara a m(.JIU"",,
pIes problernas nacionales e internacionales (entre otros el de la
lI,dependencia cubana). En su batalla cc)ntra la Regeneración, a­
con"'loañado por las fuerzas históricas, driticó arduamente las me
didas econórrlicas y
¡::x)
líticas de 1 Gobierno y concentró sus ata-­
ques en el impue sto a la exportación del caFé, decretado por C~
ro durante la r~evoludón de 1.895. Este decreto estableció un im
puesto de $1.60 por cada 50 ki los de caFé tri llado para la expo~
tación y de $1 .20 para los de caFé pergamino. A su vez elevó las
tariFas arancelarias en un 15% a' los importadores. Con esta me
dida se aFectaron los intereses de exportadores e importadores y
el Gobierro buscó con ello fortalecerse Fiscalmente. A pesar
de
los esfuerzos de Uribe Uribe y de algunos históricos, el Congre­
so no aboliS e 1 decreto pero redujo su monto a 1/3 de la tarifa
original y concedió poderes al Ejecuti. va para rebajarlo o e limi­
narlo
Sl
consideraba que la demanda cafetera habla sufrido una se
ría caída. Ante la caída de los precios del café en el mercado in­
327
ternaciona l, Y la presión de las principales firmas ex¡:::ortadoras
solJre el gobiernCJ, el impuesto fué suspendido temporalti1ente en
Jul io de 1. f397 , Y luegq at)o hdo
él
fines de 1.898 bajo un nuevo
jefe del t=::jecuhvo y una Cárnara de Representantes dominada por
los conservadores históricos (74).
Aunque Antioquia, con prácti cas arbitrarias, mejoró la corre la­
ción de fuerzas para los nacionalistas, la fuerza política de los
conservadores históricos iba creciendo en el ámbito nacional, de
tal manera que cuando Caro delegó el poder en Marzo de 1.896,
en su Designado Guillermo Quintero i Calderón, éste nombró un g~
binete en el que incluyó a Abraham Moreno, Senador histórico an
tioqueño y miembro del Directorio Conservador republicar"iJ en su
I~egión, para el car'go de
Ministro de Gobierr"i); y a Francisco
Groot -enernigo de las políticas fiscales de Caro- para el minis­
terio de Hacienda.
Transcurridos so lo '5 dtas, Caro r'easurr<i.ó el
poder y r"iJmbró un gablnete compuesto solo por nacionalistas, en
(:lur'eciendo así su cor,,:::iucta po 1(tica ('.Dn los liberale s y los históri
cos. Al desaprobar las actuaciones de Quintero Ca lde rón y sor­
prendido por la participación de los históricos en el Gobiern:), Ca
ro afirmó en forma concluyente que
" la armonía de los elementos cristianos no se obtie
328
I
I
I
I
I
I
ne nornb!~anck, cardenales protestantes ... Esos
Se
pue.den venir al Gobierno cuando tengan ma
YCr"'ía para ganar e lecciones () fuerza para ganar
batallas: antes no ¡ El Señor Abraham I\IIQrero,
que ha ~3ubscrito (sic) el manifiesto revolucionario
del Gral. vé lez, ha sido nombrado Ministro de
Gobierno, que eÉ el Ministerio de la política. Los
"veintluro" lo han excitado a que venga y ha acce
dido a su invitación. Posesionado, se apoyarla e~­
e !los, les darla alas para todo, surgirían forzos~
mente conflictos con los Gobernadores, dimisiones,
camb1Os. .. e 1 desastre " (75).
i')ol~e2,
Ma logr-'ada la
'1
Administración de los 5 dlaa", la lucha entre los n~
ciona listas y los históricos se localizó en la escogencia de candida
tos para la e lección de Presidente y Vicepresidente en Diciembre
de 1.897.
L_as diferencias ideo lógicas y programáticas que di vidlan
a los partidos políticos se manifestaron con gran fuerza durante la
canipaña presidencial de 1.897.
SegCm C'-lar-les' 13el~gquist, los nacionalistas representaban intereses
de la burocracia, de la Iglesia y de la agricultura tradicional.
E~
tos intereses se beneficiaban de las ¡x¡lítlcas económicas y estatís
tas y de las medidas centralistas y pr'l-J-católicas de los gobiernos
de la Regener'ación. El régimen de papel m::meda no amenazaba y
más bien Fa\.-Qrecla los intereses de los agricultores tradicionales
que producían para el mercado i.nterno, cuyo capital estaba i.nver
ttdo pri.nci.palmente en bienes ratees.
Los impuestos de exporta­
329
ción, los monopolios fiscales y las tasas aduane ras incrementa.­
das favorecían al Gobierno y no amenazaban los intereses de los
burócratas y de los agricultores tradicionales.
La PJ 1ítica ferro
viaria, de reducidos éxitos, no había logrado unir el interior con
el mar, pero le había prestado olh servicio efectivo a la Sabana
de Bogotá, fortín de la agricultura tradicional, Y base política de
los nacionalistas. En defensa de sus intereses -según el autor
rr1(~ncionado->,
los nacionalistas se rehusaron a comprometer sus
lI'1edidas econSmicas, así como sus logros de centralización PO~
ti. ca ~
unificación nacional y pacificación de las conciencias por
medio de 1 Concordato entre e 1 Estado y la Iglesia, y \XlI'" e 110 se
mantuvieron distantes de sus crÍi:iccs liberales e históricos.
tante.
El.
niedída que se fué agudlzando la crisis cafetera y
No obs
los r~
cursos eJe 1 G;obierno fueron mermando, la filosoFía y los progra­
mas nacionalistas se fueron debilitando y se vieron sometidos
al
ataque de sus opositores. Todo ésto les hizo más difícil el control
de la situación política, y aunque lograron mantenerse en el gobie~
Y):'::¡
hasta los comienzos del siglo XX, tuvieron qoe recurrir a mani
obras cada vez más arbitrarias y desespet-adas (7(5).
En:8sta perspectiva, en las elecciones de 1.897, los nacionalistas
respaldaron -después de múltiples vaivenes- la candidatura de Ma
330
nue 1 Ant()nio Sanclemente y José Manue 1 Marroquín t
CDn quienes
creían mantener la continuidad de la Regeneración y la defensa de
sus intereses.
Por su parte
t
los históricos y los liberales
t
al decir de Ber~
quist, representaban más los intereses de los emportadores y e~
portadores t y se enc..'Ontraban vi.nculados con el comercio interna­
clOnal y con las finanzas internas.
Por ello buscaban el r"'egreso
al patrón ore), tarlfas arancelarias más bajas, abolición de los
1,10rK:JPO 1ios
eje 1 C:;obierno y de los impuestos de exportación y una
debida atención
él
la deuda externa ... Con estas medidas se atrae
ría el capital extranjero y nacional necesarios para expandir la ~.
cO!'lC)mía y construir obras de infraestructura (carreteras t
puentes t
ferr"ocarri les ... ) que incrementaran las re lacianes de 1 interior de 1
país con e 1 mercado internacional (77).
La interpretación de 8ergquist -segCln Frank Safford- está basada
,31'1
varios supuestos: que la actuación política y económica estan de
cerrninadas por fuerzas externas; que identificaba a los liberales y
a los históricDs con el comercio exterior al afirmar que eran los
i.rnportadores y exportadores t
mientras los conservadores naciona
1istasson identificados con la agricultura doméstica t
la burocracia.
A su vez Bergquist t
la Iglesia y
util iza e 1 concepto Gramsciano
331
de hegemonía. en CClmbinación con los auges exportadores para i­
dentif'icar a
y
los liberales con e 1 comercio exterior entre 1.850
1.876, Y más adelante a la Regeneración con el auge relativo
de los precios del caFé (78).
Frank SaFford después de evaluar el imp:>rtante trabajo de BerCJquist, consicJera que el conflicto básico de la época de la Reg~
nel~ación
ry)
Pué entre importadores-exportadores y agricultura d~
lI.ésti.ca. Señala más bien, que fué
" un conflicto en el cual los esfuerzos de Núñez y
Caro para crear un Estado Central fuerte, choca­
ron tanto con los intereses de Ülnacoligarquía CClmer
cial, qUE~ había mantenido la economía bajo el CCl~
trol privado, como con los intereses regionales de
Antioquia y el Cauca sobretodo, que eran recorta­
das por el int.ento de crear un Estado Central" (79).
Clertarnente el estudio de Bergquist ha de ser confrontado con in­
vestigaciones más detenidas sobre la composici.ón de las agrupaci~
nes par~tidistas, los di.versos y múltiples intereses en los ámbitos
regional y nacional donde además de los factores económicos sean
tenidas en cuenta particularidades regionales -tal como hemos se­
ñalado- tradiciones políticas y mentales de las poblaciones y mat.!.
ses d'\JerSO~3 en los comportamientos sociales dado el carácter
flexible de los proces'Js políticos.
332
Por lo pronto y en razón de 1 estudio que hemos venido desarro­
llando, sí es ~posible afirmar que un importante sector de los
grupos dominantes -que inicialmente fué partidario de la Regen~
ración-- se enc,.ontraba desilucionado con e l1a, pues advería que no
había logrado una paz sólida, no compartía
la inmorali.dad cre­
ci.ente de la administración y objetaba los elementos básicos de
las rnedidas económicas y políticas.
¡lOS
Los conservadores antioque­
que hablan o:Jnformado el núcleo más decidido del" historicis-­
mol! eran típicos representantes de esta
actit.ud de pragmatismo
político, de interés por el simple desarrollo de la riqueza y de
fastidio por un Estado que perturbaba la actividad privada con sus
medidas proteccionistas y sus manipulaciones monetarias (SO).
En Agosto de 1. S97, los conservadores históricos produjeron un
documento a manera de declaración de principios denominado las
"Bases ll
ClaS
•
que resumía el pensamtento de su parti.do y las di.feren-
con la Regeneración tal como habían sido formuladas en 1.896,
el cual a su vez servirla de base para la unión de e lernentos con
servador'AS contra e 1 Régimen nacionalista. ASl mi.smo fué presen
-
-
tado a los di.stintos c.andidatos con el objeto de precisar su pensa
mi.ento sobre las reformas enunciadas y tomar una actitud de res
Daldo o de rechazo a sus candidaturas.
I
I
I
I
I
I
I
I
333
Los princlpales puntos de "Las Bases " buscaban:
limitar- el poder ejecutivo, restaurar las libertades
ei vlles, fortalecer los poderes separados del Congre­
so y de los tribunales y establecer un sistema elec­
toral abso lutamente libre de la interferencia oficial ...
descentralizaci6n fiscal, una mayor fiscalización por
el Congreso sobre lps gastos del Gobierno, la prohi­ bici6n de decretar impuestos de exportación, la e limi
nación de los mono po 1íos fiscales nacionales, la reduc
ción de aranceles y una prohibición abso luta de emi--­ tir papel moneda de cueso forzoso .•. a fin de volver
a las especies metálicas y el jLe go natural de 1 créd~
lo particular ... ; impulsar el desarrollo progresivo de
la instrucción pública" (81).
11
Dependiendo de las respuestas al documento, las candidaturas va­
riaron durante todo el año de 1.897. Inicialmente los históricos
antioqueños y Ca u c...a no s respaldaron a Rafael Reyes y Guillermo
Quinter'O Calderón para
Presidente y Vicepresidente, evitando así
'la posible reelección de Miguel Antonw Caro (82).
Más acle lante se
run,oraron vél.t"las alternativas y combinaciones tales corno las de
Mal-·celian:.) \/élez-Miguel Samper, Marceliano Vélez- F:Jedro A.
lina, Marce1iar-'o Vélez-José M.
fVe_
Marroquín, Marceliano Vélez-Quin
tero Calderón, y hasta Marceliana Vélez-Jorge Holgu(n (83). En N<2.
viembre surgier'On las candidaturas de Guillermo Quintero Calderón
y
Maree liana vé lez a quienes se consideraba los más firmes expo_
nentes de los principios del partido histórico.
Pero en el último
momento los Reyistas y los jefes del conservatismo histórico die­
334
ron instrucción a sus electores para votar por las listas naciona
listas en razón de que José M. Marroquín se comprometía a lle­
var' a cabo las reformas propuestas por los históricos.
Por su part.e el partido liberal, adoptó un programa muy semeja'2.
t.e al promulgado en "Las Bases" y partició en la lucha electoral
con sus candidat.os Miguel Samper para Presidente y Foción Sot.o
para Vicepresidente. Aunque las declaraciones del partido liberal
indicaban los prOpÓsitos de participar en la lucha pacífica por el
¡:oder po 1íUco, la Convención aprobÓ también una resolución secre
ta que autorizaba a Aqui leo Parra para preparar al partido para
la guerra, ya que dadas sus anteriores experiencias en las elec­
ciones, esta alternati Vd podía ser una salida más efectiva para la
r'econquista del poder. El directorio naci.onal envió al exterior una
comisión compuest.a por L.. uis A. Robles y Foción Soto, a la que se
unió Rafael Uribe U. para buscar armas y aliados, especialmente
en los gobiernos liberales de Venezuela, Ecuador y Cent.ro Améri
ca.
Una vez conc1uídas las e lecciones los resultados fueron los siguie!'2
tes: ManuelA. Sanclement.e obtuvo 1.606 votos y José Manuel Ma­ l'"'roquln 1.693; Samper 318 y Soto 324; y Reyes 121 (84).
E::n general !X)dría afirmarse que los hi.stóricos antioqueños aCEpt.~
335
ron
las candidaturas Sanclemente-M arroquín aunque algunos p~
pusieron más bien coa li.siünes don e 1 partido liberaL As6 mffimo,
mientras el periódi.co "El Ciri.rí" de Medellfn recomendaba abs­
tend6n en las e lecciones,
pación li.beral.
11
El Espectador" impulsaba la partici.­
F-ué notoria sin embargo la abstención de aquellos
Distritos en los cuales cundió el fraude en las elecciones de 1.896
(Sopetrán, Antioquia, Titlrib[, Remedios, Andes y
otr~os).
Fredonia entre
F'or su parte los nacionali.stas interpretaron estas absten­
ciones como "situaciones de orden y quietud" (85). Estos hechos
y los recientes resultados electorales los fortalecieron pollti.ca­
~"Clente, reforzando aún rnás sus clientelas polfti.cas en las locali.­
dacjes que controlaban. Un caso revelador entre otros muchos,
mostraba las c'onexiones familiares, po llticas y re llglOsas en Ma­
nizales, la capital de la Provincia del Sur, del siguiente modo:
" Censo nacionalista.
Diez servidores de la Patria
en Manizales: todos de Vahos.
10 Pbro. Gregario Nacianceno Hoyos, Cura párroco.
2° Fernando Hoyos, padre del anterior, abogado y
mayordomo de una fábrica en ejercicio.
30 Al varo de J. Hoyos, hermano del Cura, Magistra­ do del Super'ior Tribunal.
4° Valerio Hoyos, hermano del Cura, Fiscal del Tri.
buna] y
Consejero Municipal.
5° Mi.guel Hoyos, primo del Cura, Fiscal del Circuí.-·
te y Consejero Municlpal.
f)0 José Manuel Hoyüs, nermano del Cura, Director
eJe r2'scuela y Consejero Municipal.
I
I
I
I
I
I
I
336
7° Arcadio Herrera, primo del Cura, Director de
Escuela, Diputado á la Asamblea y Consejero M~
nicipal.
8° Miguel A. Hoyos, sobri.no de 1 Cura, (de doce
años) portero del Juagado del Circuito.
9° Salvador Hoyos. sobrino del Cura, Maestro de
Escue la.
10° Luis Hoyos, sobrino del Cura. Maestro de Es
cue la II (86').
Un resultado aproximado de las e lecciones por Departamentos re':...
lizadas en Dici.embre de 1.897 para Presi.eente y Vic.Epresidente,
es I.~l r'~~surnE':n
qUé
publicó el periódico "El Nacionalista ll y que ci­
ta "El t:::spectador" de
I\I\edeUín:
[':: LE CTO RE S
Naciona 1istas
"T 01 i ma ... , . . • . . . . . . . . . . • . 12 O
Liberales
2
Conservadores
51
94
102
15
135
23
30
107
39
239
121
68
130
123
18
35
Santander •••..•..•....... 187
36
69
399
656
Antioqui.a . . . . . . . . . . . • • • • .
Ro 1ivar • . • . . . . . . . . . . . • • • .
Boyacá. . . . • • . . . . . . . • . . ..
eauca. . . . . . . . . . . . • . • . . .•
Cund i namarca. . . . . • . • • . ••
Magda le na. . . . . . . . . . • . . ..
Par')amá,
Totales generales
e
,(1
•
101
243
43
•
1 .187
92
2
18
(87) .
Fuente: El Espectador, Medellín F"ebrero 2-1.898
Comparados los totales generales de éste cuadro con los resulta­
dos deflmti.\!os ya seña lados, la suma de les e lectores nad ona lig­
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