22/06/2005 EL OBSERVADOR, Uruguay, Página 5 Serpaj publicó

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22/06/2005
EL OBSERVADOR, Uruguay, Página 5
Serpaj publicó tétrico relato sobre los menores internados
SEGÚN EL INFORME, EL CENTRO DE MÁXIMA SEGURIDAD DE
COLONIA BERRO ES UNA CÁRCEL Y NO UN LUGAR DE
REHABILITACIÓN
El SER no tiene nada que envidiar a la peor estructura carcelaria, dice el documento
Un pormenorizado informe realizado por el Serpaj (Servicio Paz y Justicia) sobre la
situación de los menores internados las dependencias del Instituto Nacional del Niño y
el Adolescente (INAU), reveló que el establecimiento de máxima seguridad conocido
como SER ubicado dentro de la Colonia Berro, no cumple en absoluto con su objetivo
de rehabilitación de los delincuentes e infractores.
Según el documento al que tuvo acceso El Observador, y que recoge testimonios de los
propios funcionarios, el SER fue creado como un centro de “castigo” y por ello tiene
más condiciones de cárcel que de centro de rehabilitación.
A partir del año 2002, el SER comenzó a desbordarse y en él quedaron internados muy
pocos menores “primarios”.
“No tiene nada que envidiar a la peor estructura carcelaria para mayores de edad que
uno pueda imaginar”, narra en el informe el funcionario del Serpaj que lo visitó a fines
del año pasado.
En el escrito titulado “Uvas secas”, se cuenta que el SER “terminó convirtiendose en lo
peor de lo peor; allí se juntan los menores sancionados de otros hogares, los menores
más peligrosos por su grado de violencia delictiva y los peores funcionarios”.
También señala que hay jóvenes que cumplen su “castigo” y, cuando culmina la pena,
no pueden volver a su hogar de origen porque su cupo se lo dieron a otro menor recién
llegado.
“Son casos frecuentes y lo increíble es que se pierde todo el trabajo que hacían los
técnicos con estos menores en sus respectivos hogares”, subraya el documento.
Según el informe, lo más positivo del hogar SER radica en que actúa como un
“fantasma” para los menores internados en otros hogares.
Algunos testimonios. El documento del Serpaj dedica un capítulo a públicas testimonios
textuales de funcionarios del INAU. Los que siguen son algunos de ellos: “Acá en
Cimarrones hay otro sistema de trabajo. Pero en Berro, enseguida se da cuenta que la
única premisa es que mientras está internado no delinque. Ahí la óptica es distinta.
Están hacinados, faltan todos los derechos. El objetivo es un encierro. Un verdadero
encierro. Si el tipo está en cana, se jode. Punto. Asunto solucionado. Pero en realidad no
se soluciona nada. Al contrario, empezás a traen los problemas al lugar”, (Funcionario
del Interj Cimarrones)
“La realidad del pibe a veces es fuertísima. Ellos salen de acá pero vuelven al mismo
lugar de donde salieron, con la misma familia, el mismo barrio, el mismo contexto. Y
eso nosotros no lo podemos cambiar. Al poco tiempo nos enteramos, que cayó en el
Comcar" (Funcionario del Interj Ituzaingó).
“Salen casi, casi, condenados. Rehabilitación no hay. Lo que hay son esfuerzos
personales. Pero a nivel institucional no, nada. Actualmente nada. Hubo en algún
momento cuando en La Tablada habían tres talleres, tres maestros, asistentes, sicólogos,
enfermeros. Se trabajaba bien y había rehabilitación. Pero ahora no. Ahora hay
superpoblación. Son tres maestros para toda la Colonia Berro. Hice un curso para una
tarea específica. Pero no la puedo aplicar. No hay recursos. Entonces estoy fracasando.
Si salvo a un pibe, entonces considero que el resultado fue fantástico. Pero no la veo...”.
(Funcionario del SER )
Marginados . “Pobres, excluidos, marginados en el sentido amplio del término
(económica, social y culturalmente), expulsados del sistema educativo, pertenecientes a
núcleos familiares numerosos, desarticulados, inestables. Inexistencia de la figura
paterna. Salen a “trabajar” (robar), como sustento económico familiar”.
sí resume el Serpaj el perfil de un menor internado en el Inau.
Según la institución defensora de los derechos humanos, el fracaso del INTERJ
(Instituto Nacional de Rehabilitación Juvenil) se basa en cinco puntos que reflejan una
dura realidad:
1) Escasos funcionarios
2) Escaso nivel intelectual y de capacitación de los funcionarios,
3) Alto porcentaje de funcionarios provenientes de servicios destinados a hacer cumplir
la Ley (militares, policías, etc.
4) Baja proporción internos-funcionarios.
5) Ambiente de muy escasa seguridad.
La mitad de los infractores elige reincidir
Según Serpaj, teniendo en cuenta las casi nulas posibilidades de rehabilitación, el
porcentaje de menores reincidentes no es tan alto. El 54% de los jóvenes internados con
medidas de seguridad reinciden. Por su parte el 46% de los menores alojados sin
medidas son reincidentes. El informe de Serpaj aclara que no hay un seguimiento de los
menores una vez que cumplen los 18 años.
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