NINFAS El concepto de ninfas es mucho más genérico. Personifican las fuerzas naturales que presiden el crecimiento y la fecundidad, tanto en el mundo vegetal como en el animal. Hermosas todas, eran muy aficionadas a los juegos y las danzas. Se las dividió en tres clases: las ninfas de las montañas, las de las fuentes y ríos y las del campo. Posteriormente se les añadieron las de los árboles. Según Homero las ninfas habitan en las fuentes o manantiales de los ríos. También llamadas náyades, son criaturas que proporcionaban abundancia y protegían la continuidad de las aguas vivas. Se les atribuyen curaciones milagrosas. Mitológicamente son consideradas como hijas de Zeus, aunque algunos discrepan, y tienen muchos puntos de conexión con las hadas y ondinas de las leyendas modernas y, como éstas, tienen el don de la metamorfosis. Entran en relación con los hombres y se unen a ellos pero, al igual que las hadas, su amor trae fatales consecuencias. Según la leyenda eran las madres de los Silenos y los Sátiros, y educaron a Mercurio, Baco y otros dioses. Góngora en su obra “Fábula de Polifemo y Galatea” nos cuenta, en un extenso y maravilloso poema, el amor de Polifemo hacia Galatea, una ninfa del mar que desprecia su amor pese a los ricos regalos que él le hace, y que se decanta por Acis, un pastor muy pobre que únicamente puede hacerle presentes de la naturaleza (leche, miel, flores…). Polifemo enfadado los descubre en actitud amorosa y lanza una enorme piedra desde la cima más alta, que aplasta literalmente al muchacho. Galatea acude a su madre en busca de ayuda y ésta consigue que Acis se convierta en agua que desemboca en el mar, donde, convertido ya en un ser mitológico, puede vivir su amor para siempre.