SANTIFICADO SEA TU NOMBRE - Segundo Tema: 1ª petición Ya sabéis que aquí “nombre” significa persona, ser. Nada ni nadie puede añadir nada a Dios. Está siempre colmado su ser y no se puede añadir ni una gota más. Lo que quiere decir es “que nosotros” debemos descubrir esa presencia en nosotros y los demás. Debemos vivir esa realidad y debemos darla a conocer a los demás tal y como es, a través de nuestra propia existencia. Santificamos “su nombre” cuando somos lo que tenemos que ser, respondiendo a las exigencias más profundas de nuestra naturaleza. Esta petición no es tanto una alabanza cultural cuanto un ruego para que Dios manifieste su poder salvífico en la vida de cada uno y de la comunidad. Dice S. Juan Crisóstomo: “Santificado sea tu nombre vale tanto como glorificado sea tu nombre”. Para que santifiquemos su nombre, Dios nos rociará con agua pura, nos dará un corazón nuevo e infundirá en nosotros un espíritu nuevo. Santificar su nombre significa que todos le conozcan como Padre, que le acepten como Padre, que se acerquen a Él como tal, que lo proclamen así. Lo santificamos no sólo con palabras, sino con el esplendor de la vida. Sin contradicción entre nuestros labios y nuestra vida... nada glorifica tanto el nombre del Padre como las obras de sus hijos. 1ª petición: 1) PETICIÓN O DESEO: que sea SANTIFICADO EL NOMBRE DE DIOS dirigida al Padre Dios 2) COMPROMISO: Cumplir el Decálogo, especialmente los PRIMEROS MANDAMIENTOS: Amar a Dios sobre todas la cosas. No tomar el nombre de Dios en vano. Santificar las fiestas 3) VIRTUD: TEOLOGAL a cultivar: la FE Cooperadores Amigonianos España Página 1 de 4 SANTIFICADO SEA TU NOMBRE - Segundo Tema: 1ª petición 4) VALOR que conseguimos realizando diariamente actos de Fe: LA FIDELIDAD 1.1 EL NOMBRE DEL SEÑOR El nombre de Dios expresa el ser de Dios. Expresa la actuación amorosa de Dios en medio de los hombres, su presencia salvadora y liberadora. Recordad que en un apuro decimos: Ay, Dios mío! Como una petición de auxilio. En esta petición ensalzamos su nombre. El verdadero creyente pone toda su confianza en el nombre de Dios. Ese nombre es todo para él. Como dice la canción: “Yo celebraré, el nombre del Señor, cantaré un canto nuevo”. 1.2. SANTIDAD DE DIOS: solemos pensar en la perfección moral. Sin embargo en la tradición bíblica es el modo de ser propio de Dios. Solo Dios es “santo”. Distinto de cuanto existe. Completamente Otro. Ama y busca la justicia como ninguno. Defiende a los débiles, su misericordia no tiene fin. Salmo 71: “Librará al pobre que clamaba, al afligido que no tiene protector, se apiadará del humilde e indigente y salvará la vida de los pobres “. Nuestros chicos. La santidad de Dios es fundamento para vivir de manera santa. “Sed santos, porque yo soy santo”. En nuestra condición terrena, tan expuesta a ambigüedades en todos los sentidos y en todas las dimensiones de nuestra existencia, como verdaderos creyentes sentimos casi prisa para que se realice cuanto antes la Parusía que finalmente ha de poner en evidencia la santidad de Dios, y así se lo pedimos: “¡Manifiesta Tú mismo que eres Santo!”… Pero con realismo tendremos que preguntarnos: ¿estamos dispuestos a pedírselo en serio, compenetrándonos con esta perspectiva verdaderamente escatológica?... 1.3. SANTIFICAR EL NOMBRE DE DIOS: No se le deja a Dios ser Padre de todos. Decía San Francisco: “El Amor no es Amado”. Y lo repetía y lloraba. Exponemos nuestro deseo de que su nombre santo sea reconocido, venerado, agradecido y ensalzado. Deseamos que Dios sea Dios, que su bondad, su amor y su justicia salvadora lo penetren todo, que su nombre de Padre, profanado por los hombres sea glorificado. Que se imponga su amor de Padre entre unos hombres y mujeres cada vez más hermanos1. Es reconocerlo como el Padre Bueno de la parábola del Hijo Pródigo que se alegra de la vuelta del hijo perdido. Así es el ABBA de los amigonianos. 2 NOS COMPROMETEMOS: Debemos desear vivir de “manera santa” para poder ver el nombre santo de Dios, reconocido y santificado en nosotros2. Dando gloria a Dios en nuestra propia vida. Haciendo obras buenas: “Alumbre vuestra luz a los hombres; que vean el bien que hacéis y glorifiquen a vuestro Padre del cielo” (Mt 5, 16). Qué bonita misión -dicen; falta que digan: ¡viva el Padre que os la encomendó! Significa “respetar a Dios”, dejarle a Dios ser Dios, sin pretender manipularlo; hacerle sitio en nuestra vida, en nuestro pensar, sentir y actuar; acogerlo como origen y destino último de nuestra existencia; amarlo como Abbá, Padre querido. No hacernos otros dioses. “La fe en cuanto asociada a la conversión, es lo opuesto a la idolatría (L.F.13)”. “Los mundanos ridiculizan sus dogmas como impropios de nuestra civilización, y los malos 1 2 PAGOLA, J. A., Padrenuestro. Orar con el espíritu de Jesús, Madrid. PPC, 2002, p. 27-29 Cf. Compendio de la doctrina social de la Iglesia. Nº 530 y Juan Pablo II. Veritatis Splendor. (1993) Nº 1217 Cooperadores Amigonianos España Página 2 de 4 SANTIFICADO SEA TU NOMBRE - Segundo Tema: 1ª petición católicos la desacreditan ante los incrédulos con su vida relajad… la hemos de confesar con las obras” dirá el P. Luis Amigó3. Crear relaciones más santas entre los hombres, justas y humanas; reaccionar contra todo lo que destruye la dignidad y los derechos de las personas; trabajar por una vida más digna y feliz para todos pues lo que “da gloria a Dios es un hombre lleno de vida”(San Ireneo). Sabemos que no acabaremos de ver un mundo santo, justo, perfecto, donde Dios sea acogido como Padre y los hombres se amen como hermanos. Por eso damos paso a la siguiente petición desde la esperanza de que “Dios sea todo en todos” (1 Cor 15, 28). 3. LA VIRTUD TEOLOGAL DE LA FE Aquí recuperamos todo lo asimilado el año pasado sobre el Credo y añadimos la primera encíclica del Papa Francisco sobre la fe: Lumen Fidei (LF). “La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor (L.F.4)”. Creer significa confiarse a un amor misericordioso, que siempre acoge y perdona (LF. 13)”. Y es don de Dios. Si no creéis no comprenderéis. La fe está unida también a la visión (VEO y CREO). “Al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Jn 11,45”. Y la fe nace del mensaje que se escucha Rm 10, 17. La fe es también un tocar 1 Jn 1,1. Tocar con el corazón eso es creer, dirá San Agustín. Y lo tocamos en los sacramentos, signos sensibles instituidos por Jesucristo para darnos la gracia, a El mismo. El Papa resalta el Bautismo, una forma concreta de vivir, y la Eucaristía, el alimento para la fe: no es ir o no a Misa sino que necesitamos alimentarnos de la Eucaristía y todo cristiano está convocado a celebrar este sacramento por necesidad no por obligación. No se puede alimentar sin comer y no se come sin acercarse a la mesa del Señor. La crisis de fe es una crisis de dejar de alimentarse de la Santa Mesa para ir a otras mesas que no tienen palabras de vida eterna. Para ello debemos convocar, invitar, cuidar las celebraciones. Ser activos cada uno desde su vocación porque en ella aprendemos a ver la profundidad de la realidad (LF. 44). Quien confiesa la fe se ve implicado en la verdad que confiesa (LF 45). 4. LA FIDELIDAD: El Magisterio es garantía de fidelidad LF. 49 Cuando el hombre piensa que, alejándose de Dios, se encontrará a sí mismo, su existencia fracasa (Lc 15, 11-24). ¿Cómo creerán en aquel de quien no han oído hablar? ¿Cómo oirán hablar de él sin nadie que anuncie? Rm 10,14. De lo que rebosa el corazón habla la boca, esa es la fidelidad. Si no vives como piensas acabas pensando como vives. Dime de qué vives y te diré cómo piensas. La unidad de la fe es la de un organismo vivo dice el beato John Henry Newman por eso hay que asimilar y purificar lo que encuentra. La fe se basa en la FIDELIDAD de los testigos que han sido elegidos por el Señor para esta misión (LF 49). Nosotros tenemos unos testigos privilegiados, nuestros mártires amigonianos. Todos los temas de fidelidad e infidelidad de la Biblia entran en esta petición. Los patriarcas con Abraham como padre en la fe (LF 8), el pueblo de Israel que se abre a la intervención de Dios como un largo camino con la mediación de Moisés (LF. 12). 3 Cfr. AMIGÓ, L. Obras completas. Nº 493 y 494. Desde el 484 exhorta el P. Luis sobre la fe. Cooperadores Amigonianos España Página 3 de 4 SANTIFICADO SEA TU NOMBRE - Segundo Tema: 1ª petición Y el ejemplo por excelencia de creyente es María, “dichosa tú que has creído porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá Lc 1, 45” que concluye la historia de fe de tantas mujeres fieles desde el Antiguo Testamento y hoy en día (LF.58). También nuestros grupos están formados mayoritariamente por mujeres de fe, asisten más a la Misa, a grupos. Por eso se debe valorar el papel de la mujer en la Iglesia y transmisión de la fe como asignatura pendiente, así lo recuerda el Papa Francisco. Señor: Tú nos has escogido para ser, en medio de una humanidad tan diversa, los que te invocan juntos como Padre de Jesucristo. Que tu “Nombre sea santificado” primero en nosotros mismos, en nuestras existencias personales, como en la vida de nuestras Iglesias y en las relaciones entre Iglesias. Cuando tu Hijo invocó tu nombre la noche de la Cena, pidió por la unidad de los que Tú le habías confiado: “Padre, que todos sean uno, como Tú y yo somos uno”. Nosotros te pedimos a nuestra vez por la comunión de los que ya invocan tu nombre de Padre. Mientras nuestras Iglesias estén separadas tu Nombre espera todavía ser plenamente santificado; si oramos en verdad para que lo sea, nosotros oramos por eso mismo para que se nos dé la unidad. Oramos también para que “tu Nombre sea santificado” en nuestro vasto mundo, más allá de nuestras Iglesias. Tú nos has pedido que demos a conocer el Evangelio de tu Hijo a todas las naciones, pero sabemos que Tú solo puedes revelarte a quien quieres, por los caminos que Tú quieres. Que tu Nombre sea conocido y honrado por tantos hombres y mujeres que te ignoran o que te buscan como a ciegas y que el testimonio común de nuestras Iglesias pueda ser para ellos un signo que les ayude a encontrarte y amarte. VEO, VEO… palabras que empiezan por F como fe… (Canciones sobre la fe) 1) Nombrar obras de santos que nos llamen la atención. 2) La fidelidad hoy: cómo recuperar este valor. Cooperadores Amigonianos España Página 4 de 4