Un ciego te vio crecer…

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 “Un ciego te vio crecer…” Y aquellas que se opongan, Un ciego te vio crecer, También las provoco yo. Cuando toda la naturaleza es, La danza de tu razón. Es tanto ahora mi sentir, Entender de tu entender, Que dejarte no puedo ir, El motivo de tu son. Mi camino es un deleite, Donde azules y dulzuras, Yo soy la mampara de tu luz, Siempre provoco yo. Que la hizo relucir. Un diminuto sentir, Eres tú mi lindo grano, Para solo entonces asistir, Semilla entre mis manos, A la casa celestial, Dulzura de mi razón, Donde nunca pensaste ir. Ten cautela y mucho cuidado, De ver donde pongo yo, Un ciego te vio nacer, El gozo de la razón, Pero entonces dije yo, La paz del corazón. Porque este ha de crecer, Encarcelado y ausente, Tu causa la puse yo, De todo lo que hago yo. Y lo demás lo incito yo, Su libertad a de tener, Se también de tu gordura, Por eso me manifiesto yo. Pero también de tu dulzura, Si sé de tus zonas oscuras, Es tu piedad locura, Todas las quito yo, Que me palpita el corazón. Es DIOS mi razón, De que mi música arda, Y las letras se derritan, “La suerte se echa en el regazo; Mas de Jehová es la decisión de ella.” Proverbios 16:33 Cuando oigo Su canción. Nunca vio nadie que era yo, Pasión en su corazón, Todo dijo, El ciego que te crió, Todo dijeron, Los oscuros que te rodearon, Pero ninguno coincidió, Con la visión de DIOS. Visión que comparto yo, Propósito de mi vida, El estandarte de mi dicha, El Final para el que voy. Y así termina este verso: Donde comienza el amor, Ahí termina la muerte, Donde la vida y la gracia, Son la suerte, Que siempre la hace DIOS. 
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