Rev Chil Psicoanal 2015 Vol 32 (1): 75-76 Comentario al Trabajo “PODER Y PERVERSIÓN…” de Nicolás Correa Hidalgo Ramón Florenzano U.* Este interesante trabajo aborda un tema siempre relevante: la aplicación del psicoanálisis al estudio de productos creativos: pinturas, esculturas, música, poesía, y en este caso, obras de teatro. El psicoanálisis fue creado como un método para aplicar a casos individuales, pero las teorías psicoanalíticas han sido usadas, desde el mismo Freud, para analizar áreas más amplias de la realidad. El trabajo comentado se inserta en este contexto, el de estudiar el mundo interno desde una obra de teatro, que es una creación colectiva de varias décadas, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile en su Sede Norte. La obra, que ha tenido reconocimiento nacional e internacional, ha ido variando pero mantiene escenas desde sus primeras presentaciones, en la década de los 70. Una mirada desde un vértice psicoanalítico puede considerarla como un material onírico, idea esbozada en el título de la obra: “Quiebrespejos y otros sueños”. Como todo sueño, sus contenidos manifiestos estarán multideterminados, con elementos que provienen de la profundidad del inconsciente, y otros productos del contexto y del mundo real. El trabajo de Correa se centra en cotejar ambos, en un intento bien logrado. Al mismo tiempo, aparecen las dificultades del análisis de productos literarios, que son afectados por elementos conscientes, como son el producir un impacto en el lector o espectador: debe existir una trama diseñada para mantener su atención, y debe llegarse a un clímax y desenlace, que llevará a los buenos comentarios de los críticos y a la mantención de la obra en cartelera, o a las re-ediciones de los libros, o a la venta de los cuadros. Eso hace que los textos que pueden partir de temas anclados en el inconsciente, son finalmente productos con mucha elaboración yoica posterior, como lo ha mostrado Ernest Kris(1) en su con- cepto de “regresión al servicio del Yo”, que él aplica al trabajo artístico y analítico. También Winnicott en sus trabajos sobre creatividad, en su elaboración del “espacio transicional” alude a esta dimensión intermedia entre mundo interno y externo(2). El trabajo de Nicolás Correa es por lo tanto una obra psicoanalítica sobre una obra teatral, que tiene además la característica de ser una creación colectiva, en la que han participado varios psicoanalistas, a través de sucesivas generaciones de médicos que la han representado y modificado. Otro elemento de interés es la polémica entre inconsciente individual o colectivo, tema de la divergencia entre Freud y Jung, en los comienzos del movimiento psicoanalítico(3). Si el inconsciente es producto de una particular situación intrapsíquica e interpersonal, de series complementarias como las planteaba Freud, es un concepto propio de cada individuo del cual es difícil generalizar: es más arriesgado analizar un producto colectivo. Esto es lícito si se acepta el concepto junguiano de inconsciente colectivo, o teologías como la del Islam, que consideran que la realidad profunda corresponde a la especie y no al individuo. En las obras de autoría individual, se pueden inferir temas propios al inconsciente del autor, como hizo Freud al estudiar la Gradiva de Jensen(4), o el Moisés de Miguel Ángel(5). Esto se complejiza en creaciones colectivas. Finalmente, se puede comentar la dificultad de aplicar los insights psicoanalíticos a situaciones macrosociales o microsociales. El ejemplo de la biografía de Wodrow Wilson de Freud y Bullitt(6) muestra el riesgo de aplicar directamente conceptos del psicoanálisis clínico a situaciones históricas. Los sociólogos y cientistas políticos, en especial, han resistido las interpretaciones psicoanalíticas de este tipo, recordando que hay un conjunto de * Psiquiatra - Psicoanalista. Miembro Asociación Psicoanalítica Chilena. 75 R. Florenzano U. situaciones de grupos sociales intermedios, que permean lentamente la estructura social global. En el caso del “Quiebrespejos” temas microsociales que pudieran elaborarse más son las características de una Escuela de Medicina que cuenta con un número importante de cientistas básicos (como el profesor que dedica su vida al estudio de las membranas) y su relación ambivalente con los profesionales clínicos que tienen un estilo y nivel de vidas diferentes; la vivencia de formarse como médicos en hospitales-escuela como son los de otras sedes de la misma Facultad de Medicina retratada en la obra es diferente; la movilidad social ascendente de muchos estudiantes de medicina y el legítimo orgullo de sus madres; el clima de segregación por género que existía en una época en que se aceptaba un número limitado de mujeres (“numerus clausus”) como estudiantes de medicina, son todos elementos microsociales que han sido estudiados tanto en trabajos psicoanalíticos como por ramas especializadas de la sociología: la sociología de las profesiones que en nuestro medio cultivó Gabriel Gyarmati(7). En resumen, es un trabajo que evoca muchos recuerdos intensos a quienes vivieron Email: [email protected] 76 parte de su formación médica en años cruciales en una Escuela que ha hecho historia, y un autor que abre temas para profundizar en un grupo psicoanalítico abierto. REFERENCIAS 1.- Kris E (1952). Psychoanalytic Explorations in Art. Nueva York: International Universities Press. 2.- Winnicott DW (1971). Creativity and its Origins. En Playing and Reality. London: Routledge, 1991. 3.- Florenzano R (1998). Breve Historia del Psicoanálisis. Santiago: Universitaria. 4.- Freud S (1906). Delusions and Dreams in Jensen´s Gradiva. SE 9: 1-94. 5.- Freud S (1914). The Moses of Michelangelo. SE 13: 209-236. 6.- Freud S & Bullitt WC (1967). Thomas Woodrow Wilson: Twenty-Eight President of the United States: A Psychological Study. Encounter, 28: 1. 7.- Gyarmati G (1987). Sociología de las Profesiones. Santiago: Ediciones Pontificia Universidad Católica de Chile.