Sigmund Freud Centro Valenciano de la Asociación Psicoanalítica

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¿Qué reconocimiento le otorgaría a la figura de Sigmund Freud en el contexto actual del siglo XXI?
El pasado Septiembre se conmemoró el 75 aniversario de la muerte de Sigmund Freud, descubridor del
Inconsciente, creador del Psicoanálisis y uno de los investigadores que más ha contribuido a modificar el
pensamiento humano, en áreas como la Psicología, la Psiquiatría, la Neurología, la Pedagogía, la
Sociología, la Antropología, el Arte y la Filosofía.
Freud, de origen judío, estudió medicina en la Universidad de Viena y se formó con las figuras más
importantes de la época. Trabajó inicialmente en el laboratorio de neurología de Brücke, y posteriormente
con Meynert, neuropsiquiatra, con quien discrepaba por sustentar una concepción anatómica del cerebro
exclusivamente localizacionista. De él tomó la idea de un psiquismo primario y ancestral, y otro
secundario y socializado. Freud se especializó en neurología, siendo un médico muy reputado en la Viena
de finales del siglo XIX.
Durante unos meses trabajó con Charcot en el Hospital de la Salpetriêre de Paris, quien trataba los
trastornos histéricos a través de la hipnosis. A su vuelta a Viena, inicialmente aplicó el método hipnótico
a sus pacientes histéricas, abandonándolo poco tiempo después, al comprobar que sus efectos sólo se
mantenían mientras la enferma permanecía bajo la sugestión hipnótica.
Freud entonces sustituyó este método por la libre expresión de las asociaciones de las pacientes, técnica
que llamó “la cura del habla”. A través de la libre asociación de la enferma, junto a la atención flotante
del psicoanalista, se llegaba a conocer las poderosas fuerzas que determinaban el psiquismo inconsciente
del sujeto.
La práctica clínica le llevó a un abordaje diferente de los pacientes, en el que la asociación libre era el
material fundamental para el descubrimiento del inconsciente. El psicoanálisis se orientó a descubrir las
fantasías que, cargadas de energía, gobernaban las decisiones, conducta, emociones y percepciones de los
pacientes, causando los conflictos y la patología.
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En “La interpretación de los sueños” sienta las bases de un funcionamiento psíquico que permite dar a
conocer al paciente sus conflictos, ofreciéndole la posibilidad de liberarse de sus incapacitantes
mecanismos psicopatológicos. Los sueños, a partir de este descubrimiento, ya no son considerados un
producto mental desechable, sino que representan un trabajo psíquico lleno de sentido.
En su primera concepción del psiquismo, Inconsciente, Preconsciente y Consciente están en continuo
dinamismo, son depósito de las arcaicas huellas de las vivencias de satisfacción del ser humano en sus
etapas más primitivas, e impulsan al individuo a buscar experiencias que le hagan liberarse del displacer
producido por las necesidades básicas insatisfechas.
Estos contenidos inconscientes acceden a la motricidad y a la verbalización mediante los lapsus, los actos
fallidos, los chistes, como muestra en las obras “Los recuerdos encubridores”, “Psicopatología de la
vida cotidiana” y “El chiste y su relación con el inconsciente”. Su descubrimiento del inconsciente
propone una mente dividida en capas o niveles, dominada por la voluntad primitiva.
A través de los casos clínicos, “Fragmento de análisis de un caso de histeria”, “Historia de una neurosis
infantil”, “Análisis de la fobia de un niño de cinco años”, “A propósito de un caso de neurosis
obsesiva”, Freud muestra importantes avances técnicos y conceptuales. Descubre el fenómeno de la
transferencia, mecanismo por el que el paciente transfiere al terapeuta emociones y sentimientos
semejantes a los experimentados en el pasado con sus figuras familiares.
Describe un conflicto básico en todo ser humano entre las tendencias de vida y las tendencias
destructivas, y en su segunda concepción de la mente, un psiquismo dividido en estratos. El Yo, que lucha
por crecer y progresar atendiendo a la realidad externa, y que tiene que mediar entre el Ello, sede de las
tendencias primitivas, y el Superyo, sede de la conciencia moral, heredero de las normas e ideales de la
familia y de la sociedad.
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No descuidó la dimensión cultural y social de los fenómenos psíquicos, a la que consideró en estrecha
interdependencia con la psicología individual, en obras como “Tótem y tabú”, “Psicología de las masas y
análisis del yo” o “El malestar en la cultura”, esta última tomada como punto de partida de autores
como Marcuse, o la Escuela de Frankfurt, en su descripción de las fuerzas inconscientes que movilizan
los fenómenos sociales.
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¿Qué influencia cree que han tenido sus aportaciones en nuestro país?
En nuestro país, es en la Residencia de Estudiantes donde intelectuales y creadores como Azorín,
Machado o García Lorca, conocen la obra del creador del psicoanálisis. Dalí visita a Freud en Londres, a
quien retrata en un dibujo a carbón. Su influencia se refleja en la atmósfera onírica de sus cuadros, en los
sueños que crea para la película “Recuerda” de Hitchcock, y junto a Buñuel, en la película “El perro
andaluz”. Según los críticos de arte la obra de otro gran artista, Joan Miró, también se ve influenciada por
el psicoanálisis.
La guerra civil española interrumpe el desarrollo del psicoanálisis en nuestro país, ya que los primeros
psicoanalistas españoles tienen que emigrar a otros lugares, y no es hasta los años 50 cuando de nuevo un
pequeño grupo de profesionales empieza a trabajar en España, creando unos años más tarde la Asociación
Psicoanalítica de Madrid y posteriormente el Centro Psicoanalítico Valenciano, pertenecientes a la
Asociación Psicoanalítica Internacional.
En la actualidad el legado de Freud sigue plenamente vigente, conserva su núcleo esencial y puede ser
matriz de ideas renovadoras que siempre tendrán un lugar en el abordaje científico de la mente, por la
gran complejidad del aparato psíquico, dada la enorme diversidad y variabilidad de los factores
determinantes de la psicología del ser humano.
Freud concibió el psicoanálisis como un sistema abierto que necesita un trabajo de investigación
permanente. En el “Proyecto de una psicología para neurólogos” intuye y anticipa descubrimientos que
han sido confirmados en el presente. Los avances de la neurología actual siguen las coordenadas descritas
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por Freud en esta obra, como expresa Kandell, premio Nobel de Medicina en el 2000 por sus
investigaciones sobre la plasticidad neuronal. Estas investigaciones implican un punto de encuentro entre
neurociencias y psicoanálisis.
A lo largo de la historia se ha ido dando un movimiento pendular entre la causalidad psíquica y la
causalidad orgánica de la enfermedad mental. Los estudios actuales acerca de la plasticidad neuronal o las
neuronas espejo, cuestionan el determinismo y apoyan la idea de la complejidad del psiquismo humano.
El hecho de que cada experiencia deja una huella a nivel neuronal, da una idea del cambio permanente al
que nos vemos sometidos, de la influencia sobre nuestra mente de todas y cada una de las experiencias
que vivimos.
A su juicio, ¿qué ha supuesto para su desarrollo profesional? ¿Sus descubrimientos le han afectado
directamente?
Tomada en su conjunto, la obra de Freud ha sido fundamental en nuestro desarrollo profesional por sus
grandes descubrimientos. Pensamos que el psicoanálisis instaura un antes y un después respecto a los
intentos de comprender en profundidad las motivaciones humanas, tanto individuales como sociales,
infantiles como adultas, sanas o patológicas.
En la clínica, nuestra actividad profesional se enmarca en tratamientos de pacientes tanto en psicoanálisis
como en psicoterapias psicoanalíticas. La terapia se puede llevar a cabo de forma individual, de pareja,
grupal y familiar. En cuanto al tipo de patología, estaría indicado en las dificultades que presentan niños,
adolescentes y adultos.
El paciente acude a tratamiento en busca de ayuda, quiere solucionar sus conflictos, poner fin a su
sufrimiento. Desde nuestra perspectiva, todo paciente tiene una singularidad propia, y como terapeutas
hemos de contar con la potencialidad que tiene cada sujeto, respetando al paciente al máximo, sin
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imponerle nuestras opiniones o nuestros deseos respecto a lo que debería hacer o en quien debería
convertirse.
La tarea terapéutica consiste en ayudar al paciente a que pueda entender que le ocurre, y en este sentido es
fundamental la relación que establece el paciente con nosotros. A través del mecanismo de la
transferencia, las vivencias psíquicas anteriores no son revividas como algo pasado, forman parte del
vínculo actual con el terapeuta. En todo ser humano existen aspectos más evolucionados y otros que han
quedado ligados a experiencias primordiales.
En nuestro trabajo es esencial otro mecanismo psíquico: la contratransferencia. Abarca todos los
sentimientos que experimentamos por el paciente y supone una de las herramientas más importantes para
nuestra tarea. Nuestro inconsciente comprende al del paciente, y esta comunicación a nivel profundo, de
inconsciente a inconsciente, aflora en forma de sentimientos que notamos como respuesta al enfermo. Al
cotejar estos sentimientos con las asociaciones y la conducta del paciente, poseemos un medio sumamente
valioso para poder entenderlo y ayudarlo.
Llevaremos al paciente a que disminuya su malestar, contribuiremos a su desarrollo y crecimiento mental,
mediante la integración de lo que ha sido negado, escindido, reprimido, proyectado, de todos los aspectos
rechazados por el sujeto, permitiendo que el paciente se dé cuenta de cuál ha sido su modo de funcionar
hasta entonces, y los problemas que esta forma de actuar le ha acarreado.
En los síntomas que nos relata el paciente persiste un significado oculto, ahí donde no parece haber
ninguno. Nosotros damos sentido a una sintomatología que aparentemente no lo tiene: si el paciente es
capaz de aprehender el significado inconsciente, de aceptarlo, de reconciliarse con él, podrá dejar de
repetir esos comportamientos que le están haciendo daño.
Pero a la vez que el paciente expresa esa necesidad o ese deseo de cambio, aparecen las resistencias.
Además de la solicitud de ayuda por parte del sujeto sabemos que en muchos casos existe una dificultad a
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renunciar a determinados funcionamientos, hay una cierta tendencia a repetir una y otra vez los mismos
comportamientos, aunque estos sean patógenos, aunque provoquen sufrimiento.
Llevar al paciente a vencer las resistencias al cambio, dar significado a los síntomas con vistas a la
reintegración de aspectos proyectados, se realiza a través de un trabajo complejo que implica a toda
nuestra personalidad. No hay un auténtico cambio si no hay cambio emocional, y este sólo es posible que
ocurra a través de la experiencia que el paciente establece con nosotros.
Pensamos que el objetivo del psicoanálisis consiste en ayudar al sujeto a disminuir su malestar, a
recuperar el sentido de muchas conductas o fenómenos mentales que se han vuelto incomprensibles para
el enfermo y para los demás. La evolución a la que lleva el tratamiento implica la reintegración del
significado perdido de los síntomas, recuerdos, lapsus, sueños y transferencias, a la vida mental del
paciente.
Al devolver ese significado perdido, el paciente puede entender que le ocurre, tomar otras decisiones,
cambiar su modo de funcionar. La profundidad del tratamiento permitirá al paciente modificar la relación
consigo mismo y con los demás, lo llevará a que aumente su capacidad de hacer frente a las dificultades
que son inherentes a la vida de todo ser humano.
Encarna Amorós
En representación del Centro Psicoanalítico Valenciano,
Asociación Psicoanalítica de Madrid,
perteneciente a la Asociación Psicoanalítica Internacional.
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