Madinat al

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Madinat al-Zahra.
1. La Historia de la ciudad.
Madinat al-Zahra tuvo una vida relativamente breve, de apenas setenta y cinco
años. El comienzo de las obras, encomendadas al arquitecto Muslama ben Abd Allah,
puede situarse, según distintos autores árabes, en el año 936 ó 940 de la era cristiana,
continuando durante los veinticinco años siguientes, coincidiendo con el final del
reinado de Abd al-Rahman III (912-961).
Éste encargó desde el principio el control de la construcción de la ciudad
palatina a su hijo y sucesor, al-Hakam II (961-976), que realizó importantes reformas
para engrandecerla. Pero su muerte significó el fin de su esplendor y el inicio de su
decadencia, que se acentuó cuando el primer ministro y “dictador” Almanzor,
usurpando las funciones califales, fundó en el año 983 Madinat al-Zahira, que se
convirtió en la sede del poder político quedando relegada Madinat al-Zahra al papel de
residencia del califa Hisham II (976-1013).
La historia del complejo va unida a la del convulso final del Estado califal en la
Península Ibérica con capital en nuestra ciudad. Entre los años 1010 y 1013, Madinat alZahra fue saqueada y destruida, aunque los principales materiales de construcción
(plomo de las tuberías, planchas de cobre de las puertas, capiteles, fustes y basas,
maderas, bronces, etc.) fueron saqueados para su posterior utilización en otros edificios
por almorávides (1090-1148) y almohades (1148-1236).
Vista aérea del conjunto.
Página
Situada a 8 Km. al
oeste de Córdoba, en la
ladera de la sierra, Madinat
al-Zahra fue concebida,
más que como residencia
palaciega del califa, como
la capital del Estado
islámico
centralizado
desde el que se dirigía la
vida
política
y
administrativa del califato.
Su construcción llevó
aparejada,
como
correspondía
a
su
importancia, la creación de
una serie de estructuras
(vías
de
acceso,
1
2. Estructura.
canalizaciones
para
abastecimiento
de
agua, canteras que
proporcionaban
los
materiales
de
construcción)
que
hicieron de ella una
ciudad independiente
con entidad propia.
Madinat
al
Zahra adopta una
forma rectangular de
dimensiones notables
(1518 m. de lado en
sentido
Este-Oeste;
745 m de norte a sur;
112 ha. de superficie
intramuros).
Las
distintas edificaciones
del
complejo
se
disponen en terrazas
superpuestas,
Los dos sectores de la ciudad: el público y el privado.
adaptándose al relieve
del
lugar
de
emplazamiento. Las dos primeras terrazas corresponden al palacio, que están elevadas
con respecto a la terraza inferior donde se sitúa el caserío urbano y la mezquita aljama.
Actualmente se ha excavado sólo un 10 % del total de la superficie intramuros
de la ciudad, correspondiendo al núcleo central del alcázar, donde se pueden distinguir,
desde un punto de vista organizativo y funcional, dos sectores que muestran la
separación existente entre espacios residenciales y de gobierno: uno público u oficial, al
este, al que corresponden los grandes salones de recepción, y, al oeste otro privado o
residencial, ocupado por espacios de trabajo y viviendas de personajes vinculados a la
corte. La citada distinción en dos sectores, público y privado, del alcázar nos servirá de
guía en el comentario de los principales aspectos artísticos que nos ha legado Madinat
al-Zahra dado el estado actual de las excavaciones.
Página
Comenzando por el sector este, lo primero que nos encontramos, al norte, es la
puerta de acceso al alcázar. La puerta norte era el lugar de abastecimiento del alcázar
tanto de materiales para la construcción del palacio como de materias primas para su
población. A dicha puerta se llega por el Camino de los Nogales, cuyo punto final está
flanqueado por una torre que cuenta con letrina y escalera de acceso al camino de ronda
de la muralla.
Actualmente, quedan pocos restos originales de la puerta norte, debido al
expolio de material de los paramentos, quedando la caja de cimentación de sus muros
perimetrales, que fueron elevados en su altura, quedando a nivel del suelo otros restos
cuya función es difícil de establecer.
2
3. La puerta norte.
Por
su
disposición, se trataría
de una puerta de acceso
en recodo, seguida de
una estancia con puertas
afrontadas, donde se
situaría un pequeño
cuerpo de guardia que
controlaba el
paso
desde el interior y
garantizaba una mayor
seguridad en el acceso
al alcázar en caso de
peligro.
Desde la puerta
norte se inicia, hacia la
izquierda, una rampa
descendente de forma
quebrada, que conecta
con cuatro puertas –
Casa del Ejército o Edificio Basilical Superior.
identificadas por sus
quicialeras y mochetes–
y que nos lleva, a su vez, a la siguiente estructura destacable del sector público del
alcázar: el edificio basilical superior.
Página
Este edificio sería el lugar de espera de las personas que iban a ser recibidas por
el califa, en el cual estarían ubicadas, según algunos escritos de la época, las oficinas de
dos importantes personajes: Ziyah ibn Affah, caballerizo mayor, y el general Galib. Por
ello, la identificación más probable de este salón es la “Casa del ejército” (Dar alYund), construida hacia los años 955-960.
De planta basilical, cuenta con cinco naves longitudinales tres centrales que
constituyen el núcleo y dos más exteriores que las flanquean orientadas Norte-Sur y una
transversal que ocupa todo el ancho de las anteriores, rematando cada extremo por una
saleta. La nave axial cuenta con un triple arco de herradura y el resto con uno doble,
arcos que constituyen las fachadas de acceso desde la nave transversal. La arquería se
sustenta sobre capiteles de piedra caliza donde alternan los de talla simple, con fustes de
mármol rojizo (procedente de Cabra) con los de avispero o trépano, de talla profunda,
con fustes de color gris azulado (mármol procedente de la sierra de Córdoba).
En cuanto a su decoración, destaca la ausencia de placas de piedra, el
revestimiento de los paramentos con mortero de cal y arena pintado de almagra y
blanco, colores utilizados además en las dovelas de los arcos, y la pretensión de simular
la utilización de ladrillo mediante un enlucido en rojo aplicado sobre las dovelas de
piedra.
A los pies del edificio se sitúa una amplia plaza, de la que no se preserva el
pavimento original, pero sí unos restos de sillares en el centro del lado norte en el lugar
donde se situaría un abrevadero para los caballos.
En el costado occidental de la plaza se sitúa el acceso a las caballerizas,
dispuestas en el espacio de forma alargada comprendido entre los sectores oficial y
3
4. La casa del Ejército (Edificio basilical superior).
privado del palacio, dividido longitudinalmente en dos espacios por una galería de
pilares, situándose los caballos en el lado oriental, con espacio máximo para veinticinco
animales.
5. Gran Pórtico Oriental.
Más allá del salón basilical y las estructuras próximas, hacia el Este parte una
calle en rampa quebrada de dos tramos separados por puertas, con poyetes a ambos
lados, puertas de las que se conservan jambas y quicialeras.
En un principio, fue construido el pórtico como una batería de quince arcos –
catorce escarzanos y el central de herradura– erigidos sobre pilares y alineados en
dirección norte-sur a partir del amurallado norte, que ocupó el frente oriental de la
citada terraza. La arquería fue decorada con sencillez: un enlucido blanco y la presencia
alternada de
dovelas
de
ladrillo
y
piedra.
Delante
de
ella hay un
amplio
espacio, que
sería utilizado
como “Plaza
de armas” en
la que se
efectuarían
paradas
militares
presididas por
el califa, con
El Pórtico Oriental.
una serie de
habitaciones
sitas al norte y al sur.
La galería porticada sostuvo una terraza, de la que no quedan restos,
pavimentada con mortero de cal pintado a la almagra. En su centro, sobre el arco axial,
habría un pequeño templete, desde el que el califa pasaría revista a las caballerías, y que
tampoco se ha conservado.
Poco después de su construcción, efectuada a finales del reinado de Abd alRahmán III o comienzos del de al-Hakam II, el conjunto sufrió una importante
remodelación, que supuso cambios en su aparente simetría. En la parte norte de la plaza
de armas se levantó un terraplén para crear una rampa empedrada que comunicara con
el camino norte de acceso al alcázar. Esta medida supuso el cierre de los tres primeros
arcos de la galería porticada, que fue compartimentada en varias habitaciones
individuales que se utilizarían como cuerpos de guardia.
Página
En la terraza situada al este del “jardín alto”, fue construida la mezquita aljama
que, por su situación, contigua al palacio aunque exterior al mismo, permitió un uso
compartido del edificio para los residentes de la ciudad y los habitantes del alcázar.
4
6. La mezquita aljama.
5
Página
La fecha de finalización de su construcción es variable: fuentes escritas señalan
el año 941, mientras que los restos de una lápida conmemorativa principal la retrasan
hasta el año 944 ó 945. Apenas quedan restos del edificio, que fue de los que más sufrió
el saqueo de sus materiales. Bien orientada hacia La Meca (sureste), la planta de la
mezquita es rectangular, y sus tres elementos principales –patio, sala de oración y
alminar– responden al esquema “clásico” seguido en otras mezquitas del occidente
islámico. El patio de abluciones (sahn) cuenta con galerías cubiertas en tres de sus
lados, excepto en el sureste, ocupado por la fachada del oratorio, y fue pavimentado con
losas de caliza violácea.
La sala de oración es de planta basilical, con cinco naves perpendiculares al
muro de la qibla –destacando este último por corregir las desviaciones existentes en la
mezquita de Córdoba; dichas naves están separadas por arquerías de ocho arcos de
herradura. El suelo terrizo de todo el oratorio (haram) se cubrió con esteras de esparto,
salvo en la maqsura – plataforma elevada desde la que el califa o imán dirigía la
oración– que está pavimentada con baldosas de barro. En cuanto al mirhab, hueco o
nicho profundo
que
da
al
exterior, centro
de
toda
mezquita
y
donde
se
concentra
la
decoración más
rica y vistosa,
apenas
se
conservan
restos que nos
indiquen
su
forma
y
motivos
decorativos.
Desde el
“Salón
Rico”,
Los restos de la mezquita.
el califa podía
acceder
al
oratorio a través de un pasadizo cubierto (sabat) adosado al lado oriental del “jardín
alto”; el desnivel de la calle era salvado mediante un puente de tres arcos, que se
conserva excepto sus arranques que permitía el acceso al citado pasadizo, construido
durante el final del reinado de Abd al-Rahmán III o comienzos del de su hijo al-Hakam
II.
En el lado noroeste, junto a la puerta principal, se erige el alminar o minarete,
torre de planta cuadrada al exterior y octogonal al interior, donde se situaba la escalera
de subida a la terraza desde la que el muezzin o almuédano llamaba a los fieles a la
oración. Su emplazamiento en el interior del patio y desplazado del eje central para
dejar enfilada la puerta de acceso con el mirhab, anticipa el alminar de la mezquita
cordobesa.
Con la mezquita, acaba el análisis de los principales edificios y restos situados
en la parte este del alcázar, que hemos denominado sector “público”. A partir de ahora
comenzamos el análisis de la parte oeste, el “sector privado”. Sin embargo, esta división
por funcionalidad no se cumple en todos los casos, ya que, como veremos, el “Patio de
los Pilares” tiene un carácter público u oficial.
Página
Desde los puntos de vista artístico y simbólico, el salón de recepciones políticas
de Abd al-Rahmán III y el gran jardín aledaño son los espacios más significativos que
se han conservado de Madinat al-Zahra. Tanto el salón como el jardín fueron
concebidos de forma unitaria, para resaltar el simbolismo del poder político y religioso
del califa y engrandecer su figura. En el “salón rico” se desarrollaron tanto las
recepciones políticas como las principales fiestas religiosas anuales –sacrificios y
ruptura del ayuno– hasta el fin del reinado de al-Hakam II en el año 976. Durante las
recepciones, el califa se colocaba en la cabecera central del salón y, a sus lados, se
situaban, según
su importancia
jerárquica,
los
altos dignatarios
y funcionarios de
la administración
estatal.
El salón
de
Abd
alRahmán III fue
construido entre
los años 953 y
957,
como
demuestran las
inscripciones
epigráficas
existentes en las
basas y pilastras.
Su planta sigue
El Salón Rico de Abd al-Rahmán III.
un
esquema
basilical, con un
núcleo principal, integrado por dos baterías de arcos de herradura, separadas de las tres
naves longitudinales. Las cabeceras de estas últimas naves están rematadas por arcos
ciegos, en uno de los cuales, el arco central, estaría situado el estrado donde se colocaba
el califa. A diferencia de lo establecido en el protocolo de los califatos orientales, el
califa cordobés mostraba su presencia durante las ceremonias, no ocultándose tras un
velo.
Este salón recibe la denominación de “salón rico” por lo espectacular de su
decoración. En este sentido, debemos destacar dos características. La primera, el
establecimiento definitivo de las características del arco de herradura califal. En
segundo lugar, el uso de una nueva técnica: la decoración, se tallaba sobre una piedra
distinta a la utilizada en los paramentos constructivos, recubriéndolos en toda su
superficie. Por último, debemos hablar del conocido como “jardín alto”, que se extendía
a los pies del “salón rico” y que culminaba la espectacularidad del conjunto. Dicho
jardín se organizó en cuatro parterres, delimitados por sendos andenes perimetrales y
mediales, y en su eje axial se construyó un edificio, el pabellón central, rodeado por
cuatro albercas. Dichos parterres eran regados mediante un sistema de acequias.
6
7. Salón Rico de Alb al-Rahman III.
8. Viviendas superiores.
El conjunto conocido con el nombre de “viviendas superiores” está integrado por
dos edificios semejantes caracterizados por la distribución de sus estancias en torno a
grandes patios cuadrados –con pavimento de sillares y andén perimetral elevado– que se
constituyen en los espacios más importantes de las viviendas. Se accedía a estas
viviendas desde la calle en rampa –en el parte este del alcázar–, que comunicaba desde
el escalón sur con el “espacio trapezoidal” (que comentaremos a continuación). Esta vía
de entrada se cerró en la vivienda occidental al colocar a la entrada de ella una letrina
junto a la puerta. En el centro de los patios se colocaron pilas de mármol rectangulares
que servían para abastecer de agua a dichas viviendas. Además, cada una contaba con
letrinas, cuya limpieza se efectuaba mediante pequeñas pilas, de las que se conserva la
de la vivienda oriental.
En principio, las viviendas, que formaban parte del diseño original del alcázar
estaban organizadas en base a amplias habitaciones –algunas de las cuales tuvieron una
planta alta o un altillo–, con cubiertas de tejas y a una sola agua que vertía al patio. La
habitación más importante de la vivienda occidental, situada en el centro de su lado
norte, contó con alcobas en los extremos y una letrina, lo que indica que fue ocupada
por un personaje importante en la Corte. Por el contrario, la vivienda oriental era el
punto de llegada de alimentos al palacio, lo que demuestra su carácter doméstico (zona
de servicio de la vivienda occidental), confirmado por el hallazgo en sus desagües de
esta vivienda de abundante material cerámico.
9. Espacio trapezoidal.
Por debajo y al sur de la “viviendas superiores”, se halla el llamado “espacio
trapezoidal”, que fue concebido por sus constructores con esa forma para así resolver
las diferencias de orientación existentes entre las viviendas del escalón alto y el resto
del alcázar. Por su posición y emplazamiento, se convirtió en nudo de comunicaciones
internas del alcázar y de control de paso a las grandes residencias que vienen a
continuación.
La mitad occidental fue ocupada por una vivienda, con puerta de acceso en
recodo, que conecta con las estancias del conjunto superior a través de una gran
escalera, de la que actualmente se conservan sólo tres peldaños y las cajas abiertas de la
misma. El hallazgo en la casa de un horno de cocina permite deducir que sirvió para
proveer a la alimentación de una parte de la guardia del palacio.
Por su parte, la mitad oriental de la antigua calzada confirma la función
estratégica del “espacio trapezoidal”, antes indicada, como nudo de comunicaciones. Su
uso por la guardia de palacio parece indiscutible.
De las dos residencias emplazadas al sur de las “viviendas de servicio”, la
oriental es la “Casa de Ya'far”. Recibe su nombre por Ya'far ibn Abd al-Rahmán,
designado primer ministro (hayib) en el año 961 y fallecido diez años después. Este
personaje cobra especial relevancia en el terreno artístico, pues, en el tiempo en el que
desempeñó el cargo de primer ministro, dirigió las obras del pabellón central de
Madinat al-Zahra y la ampliación de la mezquita de Córdoba ordenada por el califa alHakam II, tal como se indica en la inscripción del mirhab. La coincidencia entre el
ascenso al trono del citado califa y la designación como primer ministro de Ya'far ibn
7
Casa de Ya’far.
Página
10.
Abd al-Rahmán permite situar el inicio de la construcción de la “Casa de Ya'far” en la
primera fecha indicada, el año 961, a falta de otros testimonios documentales o
epigráficos.
La vivienda fue concebida como residencia de uso personal del alto personaje de
la corte califal del que hemos hablado. En su estructura se articulan tres ámbitos
espaciales, organizados en torno a sus correspondientes patios: uno público, uno íntimo
y uno de servicio. El “espacio” oficial lo constituye una edificación de planta asimilable
a la basilical, con
tres
naves
longitudinales que
comunican entre sí
mediante puertas
con
arcos
de
herradura, y una
nave
transversal
abierta al patio,
donde
se
interrumpe
la
correspondencia
existente entre las
naves
longitudinales y la
fachada, con el
objeto de adaptar
Fachada de la Casa de Ya’far.
esta última al
espacio creado por
la construcción de un baño contiguo. La fachada se organiza mediante un triple arco de
herradura soportado con columnas.
En cuanto a la decoración del edificio, éste se pavimentó con gruesas losas de
mármol blanco, excepto en el patio, donde se emplearon piedras de caliza violácea;
además, destaca la decoración de ataurique de la fachada –de temática vegetal y
geométrica–, que también está presente en el vano de comunicación de la nave
transversal y la central, que ostenta sendos tableros en los frentes y las jambas del vano.
En el lado oriental de este ámbito aparecen una letrina y un corredor, escalonado en
profundidad, que permite el paso hacia el ámbito “espacio” íntimo de la casa. Este
segundo espacio cuenta con una serie de estancias culminadas en la alcoba, a la que
antecede un patio con pila de mármol (situada en el centro) y surtidor.
En el lado occidental, las dependencias anexas –que debieron construirse antes
de la edificación de la propia “Casa de Ya'far”– comunicaron con el ámbito “íntimo” y
quedaron incorporadas a la vivienda constituyendo su “espacio” de servicio.
Situada al oeste de la “Casa de Ya´far”, la “Vivienda de la alberca” ofrece como
primer rasgo destacable que se trata de la única edificación, de las hasta ahora
excavadas en Madinat al-Zahra que organiza su estructura alrededor de un espacio
central ocupado con un jardín. Se desconoce la cronología del edificio, aunque se
supone que se construyó en fecha temprana basándose en criterios de índole artística y
arqueológica, criterios que también sirven para apoyar su identificación como la
residencia del califa al-Hakam II –hoy generalmente aceptada–, aunque esta hipótesis
8
Vivienda de la Alberca.
Página
11.
no haya sido confirmada
mediante
la
confrontación con restos
epigráficos o fuentes
documentales.
Los
parterres del jardín
abrazan en su extremo
occidental una pequeña
alberca, provista de
agua
mediante
un
surtidor (un animalillo
de bronce), y conectada
con una acequia de
riego por medio de dos
rebosaderos.
Las
habitaciones
de
la
“vivienda de la alberca”
se disponen en bloques
El patio de los Pilares.
de dos y se abren a los
lados menores del jardín
a través de sus correspondientes arquerías, decoradas con atauriques, levantadas en su
parte central sobre columnas y en los extremos sobre pilastras. Se puede observar la
similitud existente entre el baño anejo a la vivienda de la alberca y el baño anejo al
“Salón Rico”, tanto en su estructura arquitectónica como en su organización decorativa,
aunque también se perciben diferencias en la morfología de las saletas de la estancia
caliente y en la habitación del vestuario. En cualquier caso, ambos baños tuvieron como
modelos los existentes en el Oriente islámico.
El espacio conocido con este nombre se sitúa al norte de la “vivienda de la
alberca”. Se organiza en función de galerías abiertas adinteladas y sustentadas sobre sus
correspondientes pilares cuadrados que se disponen alrededor de dicho patio. Las
letrinas como ocurre en las “Viviendas superiores”, se ubicaron en el ángulo oriental del
lado norte precedidas de un patio.
Cada conjunto de habitaciones comunican con sus respectivas galerías mediante
los correspondientes vanos de acceso, protegidos por arcos de herradura apoyados sobre
pilares. Las estancias de los lados norte y este están dispuestas como estancias centrales
alargadas y extendidas en anchura, que son rematadas en los extremos por pequeñas
alcobas cuadradas. La organización del patio de los pilares en grandes estancias
indicaría su uso como lugar de celebración de reuniones y consejos más que para
residencia privada. Por el contrario, en el lado oeste, las dos habitaciones existentes se
ubicaron en paralelo y, para resaltar su importancia con respecto a las demás, estas
últimas se pavimentaron con mármol blanco, mientras en las restantes se utilizó caliza
de color violáceo. El espacio libre que quedó al norte de las estancias más importantes
del patio –las del lado oeste, como se ha dicho– no fue aprovechado para construir más
habitaciones, sino que en él se levantó una escalera –del tipo de las de alminar–, que
giraba a la derecha sobre un muro central. A través de la escalera se accedía a un cuerpo
elevado sobre las habitaciones citadas anteriormente o a la terraza superior y, por debajo
de su tramo norte, discurría un pasadizo que comunicaba con la más occidental de las
9
Patio de los pilares.
Página
12.
dos estancias mencionadas y que llegaba al pie de las habitaciones de uso privado del
califa Abd alRahman III.
La construcción del “patio de los pilares” supuso una de las reestructuraciones
más importantes que sufrió Madinat al-Zahra a lo largo de su historia, porque,
originalmente, en esta parte de la ciudad palatina había dos grandes viviendas,
dispuestas de norte a sur; de ellas, sólo quedan restos de la vivienda situada al sur, en
concreto, la pequeña alberca hallada en el centro de su lado norte.
Desde el punto de vista artístico, conviene señalar la presencia de un sarcófago
de época romana, situado en el centro del patio y que daba frente a las habitaciones del
lado oeste. El sarcófago fue utilizado como pila de agua y destaca su decoración
mitológica (representación de la Caza de Meleagro).
13.
Casa Real (Dar al-Mulk).
Página
Extraído y modificado a partir de http://www.artencordoba.com/MEDINAAZAHARA/Medina-Azahara-Cordoba-yacimiento-introduccion.html
10
En el punto más elevado del Alcázar se sitúa la que se ha identificado como
residencia íntima del califa Abd al-Rahman III –la “Casa Real” (Dar al-Mulk), que
estaba orientada al sur, como los salones de planta basilical ya comentados (“edificio
basilical superior”, “salón rico”, etc.). Situado en ella, el soberano podía contemplar en
todo su esplendor y sin obstáculos, hasta muchos kilómetros de distancia, el resto del
complejo de la ciudad palatina de Madinat al-Zahra, el valle del Guadalquivir y la
campiña cordobesa. Por tanto, la cronología del edificio es temprana y éste debió formar
parte del diseño original del alcázar, encargado por el primer califa omeya de Córdoba y
dirigido por su hijo y sucesor, al-Hakam II.
La vivienda se organizó sobre una plataforma cortada en la roca donde se
ubicaron una terraza delantera –no conservada actualmente– y tres crujías paralelas de
habitaciones extendidas a lo ancho, rematadas en los extremos con alcobas y decoradas
con atauriques.
En su extremo este de esta unidad residencial debió disponerse un pequeño baño.
La “Casa Real”, como ocurre con otros edificios del alcázar, no se adosó sobre el
macizo de sillares de la plataforma superior, sino que se separó del mismo a través de
un largo corredor de servicio que atraviesa el conjunto.
Esta vivienda es uno de los lugares donde mejor se aprecian cambios posteriores
que sufrió el plan constructivo original de Madinat al-Zahra. Estas transformaciones
consistieron en eliminar el baño y construir nuevas estancias, y se realizaron por orden
del califa al-Hakam II (en el año 972) con el objeto de adecuar el edificio como lugar
donde el príncipe heredero, Hisham II, recibiera la educación y formación propias de las
tareas de gobierno. Además de la preeminencia con respecto al resto del alcázar por su
situación en altura, otros rasgos sobresalientes de la Dar alMulk son su abundante
decoración en piedra y la aplicación en el pavimento de las habitaciones –consistente en
baldosas de barro cocido– de una decoración a base de incrustaciones de piedra caliza,
que forman distintos motivos geométricos organizados en cenefas que recuadran la
planta de esas estancias.
Actualmente, no podemos hacernos una imagen completa de la espectacularidad
de este edificio, orientado al sur, por la no conservación de su fachada exterior y al
saqueo sufrido en sus muros.
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