Qué me puedes contar de Venus

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¿Qué me puedes contar de Venus?
Siguiendo nuestra línea no comentaremos nada de datos sobre el segundo planeta de
nuestro “Barrio Cósmico”, ya que para ello hay muchos artículos donde encontrarlos.
Sólo nos ceñiremos a sus curiosidades y al aspecto que presenta en su observación a
simple vista y con telescopios, este planeta que podemos decir “hermano” del nuestro
debido a que sus tamaños son prácticamente idénticos.
Desde tiempo inmemorial, el planeta Venus se presenta en el cielo como una
brillantísima estrella que aparece, o poco antes de que el Sol se ponga por el oeste o,
que salga por el este, y lo denominaron “La estrella Vespertina o de los Pastores” o “El
Lucero del Alba”, respectivamente. También se dieron cuenta que la aparición como
“lucero” o “estrella” era cíclica, invirtiendo un periodo de tiempo de 580 días, el cual
fue muy significativo para la confección de uno de los calendarios Mayas,
concretamente el “religioso”.
Este fenómeno es propio de los planetas interiores, y se debe a la perspectiva con la cual
lo vemos desde nuestro planeta, tal como los dos mundos se van desplazando en sus
respectivas órbitas alrededor del Sol. Ver imagen inferior.
El planeta no es visible en el firmamento cuando se encuentra en el mismo meridiano
que el Sol, es decir, cuando los tres astros están alineados en el espacio, esto ocurre
cuando Venus está en conjunción superior (más allá del Sol) y en conjunción inferior
(entre el Sol y nosotros). Cuando, debido al movimiento orbital de los dos planetas (en
azul, órbita y sentido de Venus, y en verde de la Tierra), los astros pierden la alineación ,
Venus tiende a alcanzar lo que denominamos elongaciones o mayores separaciones
angulares entre el Sol y la Tierra. En estas posiciones es cuando más tiempo pasa en el
cielo (un máximo de tres horas), siendo en la oriental “Estrella vespertina” y en la
occidental “Lucero”. Esta separación alcanza algo más de 45 º, unos tres “palmos” con
el brazo extendido dirigidos hacia el cielo y posicionando el pulgar o el meñique en la
posición solar, según corresponda.
Los babilonios lo denominaron Isthar, los griegos Afrodita y nos ha llegado con su
denominación romana, Venus, la diosa de la belleza, tal vez por presentarse en el cielo
como el astro más brillante después del Sol y la Luna. Venus tiene un brillo que va
desde una magnitud aparente -3 hasta -4,5.
Pero nunca un planeta tuvo un nombre tan equivocado. Venus, la diosa de la belleza, la
perfección y la armonía, da nombra a un mundo que es todo lo contrario, Venus es un
autentico infierno donde el plomo está en estado líquido (tanto en la zona iluminada
como en la zona nocturna), donde su densa atmósfera nos aplastaría al instante y donde
las tormentas no son de agua sino de ácido sulfúrico.
La duración de su día es mayor que la de su año, y si pudiésemos observar el “caminar”
del Sol en el “nublado” cielo venusiano, éste lo haría de oeste a este debido a que el
planeta gira en sentido “retrógrado”.
A través de un telescopio poco podemos observar, ya que es un mundo completamente
nublado, las imágenes del planeta en la anterior diapositiva, representa su verdadera
superficie, desvelada por cartografía radar.
Lo que puede llamar nuestra atención es que el planeta presenta distintas fases según en
la posición sinódica en la cual se encuentre. Como hemos mencionado antes, el planeta
no es visible en sus alineaciones con el Sol respecto de la Tierra, pero cuando sale de
conjunción superior, en el ocular del telescopio podemos observar un Venus
prácticamente lleno, que pocos días después ira menguando su fase, hasta alcanzar la
conjunción inferior, donde su fase será llena. Tal como nos acercamos o salimos de la
conjunción inferior, el planeta presenta unos grandes y afilados “Cuernos”, siendo en
este momento cuando es más luminoso, aún siendo muy escasa la superficie iluminada
que podemos observar, pero ¡está muy cerca de nosotros! Seguidamente, Venus irá
“creciendo”, pasando por la máxima elongación occidental, hasta alcanzar la conjunción
superior.
Podemos resumir, que cuando el planeta está más alejado de nosotros presenta las
máximas superficies iluminadas pero su tamaño es el menor, todo lo contrario cuando
estamos en las inmediaciones del la conjunción inferior, su tamaño aparente es máximo
pero su superficie iluminada es mínima.
Esta claro que en fase nueva, el planeta no es visible, viaja junto al Sol en el día terrestre,
pero en ocasiones, cuando los planos orbitales terrestres y del planeta coinciden, se
produce el fenómeno denominado “tránsito”. En un tránsito podemos observar como el
minúsculo punto del planeta se desplaza por el disco solar. Es obvio que en este tipo de
observación se utilizan filtros solares.
Tránsito de Venus de 2004, poco después del fenómeno de la “Gota
Negra”. Fuente Astronomía Grañén.
El tránsito del planeta se produce en sentido este-oeste, denominándose “primer y
último contacto” cuando el disco planetario toca por primera y última vez el limbo, o
círculo solar, respectivamente. El fenómeno de la “Gota Negra”, se observa cuando el
planeta acaba de introducirse en el disco solar, y también cuando toca el limbo solar
para comenzar a salir del mismo, siendo un fenómeno de naturaleza óptica.
La cadencia de los tránsitos de Venus es de 115 y 8 años, es decir, en 2004 observamos
un tránsito (nadie que vio el anterior vivía), el siguiente aconteció en el 2012 (una
segunda y última oportunidad para los que observamos el del año 2004.
X Mari y Ángel.
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