Esquizofrenia. ¿Cuando y cómo intervenir? Portillo F., Malagón M.A., Leal I., Córcoles D., Martín L. M., Bulbena A. Servicio de Psiquiatría. IAPS. Hospital de Mar. IMAS. Barcelona Introducción El tratamiento de la psicosis está presentando una importante transformación en los últimos diez años, siendo la detección e intervención precoz uno de los principales temas actuales de investigación. El interés por el conocimiento y tratamiento de las fases de inicio de la esquizofrenia responde a la evidencia de la enorme influencia de las medidas terapéuticas tempranas en el curso evolutivo de la enfermedad1. Estudios recientes han mostrado que existe un importante periodo de tiempo, alrededor de dos años, antes de que los pacientes inicien el tratamiento2. Este periodo inicial se conoce como duración de la enfermedad sin tratar (DUI) y abarca dos fases. Una primera, denominada prodrómica, comienza con la aparición de la primera sintomatología inespecífica en un individuo sano (depresión, ansiedad, insomnio) hasta el desarrollo de los primeros síntomas psicóticos atenuados (suspicacia, referencialidad no delirante, aislamiento social). Posteriormente prosigue la etapa que se conoce como duración de la psicosis sin tratar (DUP) (figura1). El desplazamiento del foco de atención desde la fase estable o residual de la enfermedad hacia los inicios de la misma, esta suponiendo una serie de avances, tanto en la evaluación y diagnóstico, como en las modalidades terapéuticas y en la consiguiente reordenación de los servicios asistenciales3. En este contexto se desarrolla en Barcelona un Equipo Multidisciplinar de Sopor te Especializado (EMSE), cuyo objetivo principal es la evaluación, tratamiento y vinculación de los pacientes psiquiátricos a la red asistencial por encontrarse en situación de descompensación psicopatológica o de riesgo sin recibir la asistencia adecuada. CURSO EVOLUTIVO DE LA PSICOSIS DUP DUI POBLACION GENERAL FASE PREMORBIDA FASE PRODROMICA PRIMER CONTACTO/ TRATAMIENTO SINTOMAS PSICOTICOS ENFERMEDA D MENTAL ESTABLECIDA PEP DURACION DE LA ENFERMEDAD Caso clínico Anamnesis • Motivo de ingreso: Varón de 21 años de edad que ingresa en la Unidad de Agudos remitido por el EMSE por alteraciones conductuales y aislamiento en domicilio de un año de evolución. • Antecedentes biográficos: Natural de Barcelona. Hijo único, padres separados. Convive con su madre y abuela. Buen rendimiento académico hasta los 20 años. Antecedentes somáticos: Sin alergias medicamentosas conocidas. Nacido a término mediante cesárea tras dos abor tos previos. Sin alteraciones durante embarazo ni en el pospar to. No alteraciones en el desarrollo psicomotor. Intervención quirúrgica de adenoidectomía e hipospadias. Consumo de sustancias psicoactivas: Fumador de 20 cig/día. No otros hábitos tóxicos. Antecedentes psicopatológicos familiares: No antecedentes conocidos. Antecedentes psicopatológicos personales: Personalidad premórbida con tendencia a introversión y escasas relaciones sociales. No otros antecedentes previos. Enfermedad actual: A partir de la edad de 20 años, sin desencadenante aparente, el paciente presenta ruptura biográfica clara. Comienza a ausentarse de la escuela, presentando mal rendimiento académico. Se aísla en domicilio, abandonando sus amistades y actividades habituales, así como su higiene personal. Pasados 7 meses, acaba abandonando los estudios y aislándose en domicilio completamente (únicamente sale para comprar tabaco). Este periodo de tiempo lo pasa jugando por internet, durmiendo de día y permaneciendo despierto por la noche. Al preguntarle sobre su estado de ánimo, refiere " que se sentía como si no tuviese sentimientos". La familia ha observado durante este tiempo risas inmotivadas, expresiones faciales "como si estuviese comunicándose con alguien", a menudo cuando se le habla pide que se espere un momento como "si estuviese ocupado con otras cosas". Puntualmente, ha realizado algún comentario sobre espíritus y extraterrestres que cohabitan en el domicilio. Ante esta situación, en la que el paciente presenta aislamiento en domicilio, negándose a realizar ningún seguimiento médico de forma ambulatoria, la familia se pone en contacto con la psiquiatra de su centro de salud mental de referencia la cual activa al EMSE. Se realiza una primera visita familiar previa a la visita domiciliaria de evaluación, en la que el paciente presenta un aspecto muy descuidado, irritable, sin colaborar en la entrevista. Se evaluó mediante: • Escala de Agresividad y Violencia (AVAT): puntuación total de 1. • Escala de evaluación insight (SUMD): global 10/15, conciencia 5/5, atribución 5/5. • Escala de Discapacidad de la OMS (WHO/DAS): Cuidado personal 3/5, Funcionamiento ocupacional 4/5, Funcionamiento familiar 4/5, Funcionamiento social 4/5, duración de un año o más. • Escala de gravedad de enfermedad psiquiátrica (GEP): total 20/36. En una segunda visita domiciliaria tras el primer contacto y presentación del equipo al paciente, se propone continuar con las visitas e iniciar tratamiento farmacológico. El paciente continúa mostrándose nada colaborador y con nula conciencia de enfermedad. Ante la gravedad del cuadro, el tiempo de evolución y escasa colaboración del paciente para la vinculación ambulatoria, se promueve ingreso involuntario, con apoyo de su familia, en una unidad de Agudos de Psiquiatría para estudio. Exploración psicopatológica: En el momento del ingreso, el paciente se muestra con un aspecto descuidado, hostil, desafiante, poco colaborador. Ansiedad psicótica importante. No alteraciones de la psicomotricidad. Presenta un discurso escaso, centrado en la disconformidad de estar ingresado, sin ser posible explorar la presencia de contenidos delirantes. Minimiza la clínica previa, negando alteraciones sensoperceptivas. Existe inversión del ritmo vigilia-sueño. No existe clínica afectiva mayor. No presenta ideación auto ni heteroagresiva. Destaca la nula conciencia de trastorno y de necesidad de tratamiento. Exploraciones complementarias: • Hemograma y bioquímica general: dentro de la normalidad. Serología de hepatitis B y C, luética y HIV negativas. Hormonas tiroideas dentro de la normalidad. • Análisis de tóxicos en orina: negativo a anfetaminas, cannabis, opiáceos, cocaína, barbitúricos, metadona y benzodiacepinas. • Neuroimagen mediante Resonancia Magnética Nuclear: sin hallazgos significativos. Orientación diagnóstica: Esquizofrenia indiferenciada, episodio único con síntomas negativos acusados (DSM IV-TR 295.90; CIE-10 F20.3). Tratamiento: Se inició tratamiento con olanzapina hasta 30 mg/día, obteniendo una mejoría franca del cuadro. Evolución: Durante el ingreso se objetiva un predominio de clínica psicótica negativa insidiosa, en forma de apato-abulia y embotamiento afectivo. El paciente va reconociendo clínica delirante positiva previa al ingreso, en forma de autorreferencialidad e interpretaciones delirantes de perjuicio (en la escuela reconoce que los compañeros le molestaban, se reían y hacían comentarios de él, le robaban cosas). Con el tratamiento antipsicótico se consigue una mejoría clara del cuadro. Al alta se derivó para continuar tratamiento en régimen de Hospital de Día para mejorar la conciencia de enfermedad, adherencia a tratamiento y adaptación socio-laboral. En la entrevista de seguimiento realizada por el EMSE un año después, se confirma la vinculación del paciente a su CSM de referencia. El paciente continúa acudiendo a las visitas, toma la medicación pautada y se está reincorporando a sus clases de forma gradual. Discusión Este caso es un ejemplo de la necesidad de equipos asistenciales especializados que puedan actuar de manera rápida y eficaz en el periodo inicial, el cual es crítico para el desarrollo de discapacidades asociadas la psicosis, como el desempleo, escaso soporte social, escasa autoestima, consumo de tóxicos, etc. En este caso, en el que predominaba la clínica de aislamiento, la actuación inicial del equipo especializado EMSE, junto con su coordinación con el resto de recursos asistenciales (agudos, hospital de día, centro de salud mental, área básica de salud) consiguieron no sólo la remisión de la clínica aguda, sino, lo que es más impor tante, una estabilidad clínica y recuperación en el funcionamiento social y laboral. En la actualidad comprobamos que se pueden detectar de manera eficaz y temprana las psicosis en sus primeras manifestaciones tanto en la forma prepsicótica como en su primer episodio4. En el caso que nos ocupa la inter vención se desarrolla en la fase PEP o primer brote psicotico en la que el paciente ya había desarrollado la sintomatología psicótica consiguiendo acortar la duración de la fase sin tratar (DUP) debido a la actuación conjunta con el programa domiciliario que logra vincular al paciente a la red asistencial en un caso de marcada clínica de aislamiento. Observamos como el paciente logra una buena adaptación y recuperación de la psicosis en la fase postaguda reintegrándose a su proyecto vital y manteniendo un seguimiento en Salud Mental tanto farmacológico como psicoterapéutico. Al igual que otros autores5, compartimos la impresión de que una importante tarea para el futuro será definir mejor los tratamientos indicados para estas fases iniciales, así como refinar y ajustar más las características de los existentes y a la vez, estudiar el modo de integrar mejor estas inter venciones con otros tratamientos psicológicos y farmacológicos. Bibliografía 1. McGorry PD, Yung AR, Phillips LJ, Yuen HP, Francey S, Cosgrave EM, et al. Randomized controlled trial of interventions designed to reduce the risk of progression to first-episode psychosis in a clinical sample with subthreshold symptoms. Arch Gen Psychiatry 2002 Oct; 59(10): 921-8. 2. Lieberman JA, Fenton WS. Delayed detection of psychosis: causes, consequences, and effect on public health. Am J Psychiatry 2000 Nov; 157(11): 1727-30. 3. Vallina O, Lemos S, Fernandez P. Early detection and intervention in Psychosis: The state of the art. Psychology in Spain 2007; 11:1-23. 4. Phillips L, McGorry P, Young A, McGlashan T, Cornblatt B, Klosterckötter J. Prepsychotic phase of schizophrenia and related disorders: Recent progress and future opportunities. Br J Psychiatry Suppl 2005; 187(48): 33-44. 5. Haddock, G. y Lewis, S. (2005). Psychological interventions in early psychosis. Schizophr Bull 2005; 31(3): 697-704.