EL PROCESO DESAMORTIZADOR EN LA ESPAÑA DEL SIGLO XIX. INTRODUCCIÓN La agricultura era en el Antiguo Régimen y durante bastante tiempo en el Nuevo Régimen liberal la base de la economía; la propiedad de la tierra era su elemento principal. El paso del Antiguo al Nuevo Régimen tuvo entre sus rasgos fundamentales el cambio de la propiedad de la tierra. En el Antiguo Régimen la propiedad de la tierra estaba en su mayor parte amortizada; es decir vinculada a instituciones como la nobleza (a través del mayorazgo), la Iglesia, los Ayuntamientos (bienes propios y bienes comunes) y el propio Estado. Al estar vinculada a instituciones estas tierras no se podían vender, partir, etc, es decir; estaba fuera de los mecanismos capitalistas. Los ilustrados consideraron que esta forma de propiedad era poco racional e impedía una explotación y unos rendimientos más intensivos, por ello denominaron a estos beneficiarios "manos muertas". La desamortización va a resultar clave en el cambio del antiguo al nuevo régimen. Para que se produzca una verdadera revolución industrial es necesario una verdadera transformación o revolución agraria. En España el proceso desamortizador tuvo bastantes consecuencias perjudiciales, pero ello hay que contextualizarlo dentro de las dificultades del paso del viejo al nuevo régimen. Juan Álvarez Mendizabal LAS MANOS MUERTAS. Los liberales denominaron así a las instituciones que en el Antiguo Régimen poseían la mayor parte de la propiedad de la tierra. Las principales instituciones eran las órdenes religiosas, los mayorazgos (formula que buscaron las casas nobiliarias para mantener su prestigio y sus propiedades. Estas siempre pasaban al primogénito que podía ampliar, pero no vender), el estado y los ayuntamientos (los ayuntamientos tenían propiedades en forma de bienes propios y comunes. Estos cumplían una doble función, sufragaban los gastos municipales bienes propiosy servían de complemento económico para la mayoría de los campesinos-bienes comunes-). Estas propiedades no entraban dentro del mercado capitalista y por ello su producción era bastante ínfima. La propiedad de la tierra en el Antiguo Régimen I.- CONCEPTO Y MECANISMO DEL PROCESO. DEFINICIÓN: Proceso legislativo por el cual aquellas propiedades de manos muertas, sujetas a vinculación, pasan a ser declaradas bienes nacionales, tras haber sido apropiadas por el Estado (con indemnización o sin ella) y son posteriormente vendidas en pública subasta, convirtiéndose en bienes de propiedad particular plena de sus titulares. MECANISMO DEL PROCESO: En toda desamortización hay dos pasos. Primero: nacionalización de los bienes vinculados o amortizados (unas veces con indemnización como con Madoz y otras sin ella como en el caso de Mendizábal). Segundo: esos bienes se venden a propietarios privados (bien sea con pago en metálico o con títulos de Deuda Pública *) , aunque siempre previa obtención de unos beneficios por parte del estado, pues la motivación principal práctica de ello eran solucionar los problemas de la Hacienda Pública. * DEUDA PÚBLICA: El estado suele recurrir a los títulos de Deuda Pública para compensar la diferencia entre gastos e ingresos. Estos títulos son documentos que acreditan que el comprador ha prestado al estado ese dinero y por lo cual el estado debe devolverlo en el plazo fijado y además pagar unos intereses por ello. En toda la historia de España el recurso de los títulos de deuda pública ha sido muy utilizado por sus gobernantes. En el siglo XIX las innumerables guerras (independencia, colonial, carlista...) hicieron aumentar considerablemente la deuda pública y poner en graves aprietos al Estado. En este contexto hay que entender el proceso desamortizador del siglo XIX. II.- OBJETIVOS FISCALES: El objetivo principal de todas las medidas desamortizadoras del siglo XIX va a ser recaudar fondos para solucionar los problemas de la Hacienda Pública, bien para hacer frente a los gastos ocasionados por la guerra (Godoy y Mendizábal) o para hacer inversiones públicas (Madoz y el ferrocarril) POLÍTICOS: Se trataba de crear una masa de propietarios que ligara sus intereses al liberalismo o nuevo régimen. Ello se va a conseguir pero a cambio se enturbiaron las relaciones con la Iglesia católica. ECONÓMICOS: Se pensaba que modernizando la estructura de la propiedad se producirían grandes transformaciones agrarias, con lo que se facilitaría el desarrollo económico y la revolución industrial. Este objetivo no se consiguió porque la propiedad se concentró y no se favoreció la mediana propiedad. SOCIALES: Se creía que un proceso desamortizador era la ocasión ideal para reformar la estructura de la propiedad, fomentando la mediana propiedad. Los objetivos sociales tampoco se consiguieron ya que tuvieron prioridad los objetivos fiscales (es decir, recaudar dinero). El campesinado quedó marginado de estas mediadas y no pudo acceder a la compra de tierras. III.- PROCESO CRONOLÓGICO. La desamortización no es un acto aislado, sino un proceso histórico que va a abarcar gran parte del siglo XIX. Hay que constatar que las medidas legislativas desamortizadoras coinciden con gobiernos progresistas, que se caracterizan por sus reformas económicas (Cortes de Cádiz, Trienio Liberal, Mendizábal y Madoz). La desamortización de Godoy. Las Cortes de Cádiz.1811. La desamortización de Mendizábal. 1836 La desamortización general de Madoz. 1855 Godoy, al frente del gobierno de Carlos IV desamortiza 1/4 de la propiedad eclesiástica cuya motivación principal fue la necesidad de ingresos para costear las guerras. Uno de los decretos más importantes de las Cortes de Cádiz fue el que eliminaba los señoríos jurisdiccionales y que convertía a los señoríos territoriales en propiedad individual. Gran parte de la nobleza se acogió a esta opción, bien aportando los títulos de propiedad o a través de los tribunales. Fue la más importante de todas ( no sólo por su volumen y la rapidez con que se llevó a cabo, sino también porque a partir de ese momento la desamortización fue un proceso irreversible) y afectó a los bienes eclesiásticos. Ésta se plasmó en dos disposiciones; la primera suprimía las órdenes religiosas y nacionalizaba sus bienes; la segunda determinaba el sistema de venta, que se haría en pública subasta y se podía pagar o en efectivo o mediante Deuda Pública. Sus dos grandes motivaciones vienen especificadas en los decretos; la política (atraerse al liberalismo a una masa importante de compradores) y la económica (paliar la crisis de la Hacienda pública, debido a la guerra carlista). Consistió en la venta forzosa, aunque con indemnización, de la totalidad de los bienes pertenecientes a los municipios, estado y otras instituciones. Su objetivo principal siguió siendo fiscal pero ahora dirigido a hacer inversiones públicas (ferrocarriles). También se da en un periodo progresista. Pascual Madoz Jornaleros esperando que les ofrezcan trabajo Álvaro Flórez Estrada IV- CONSECUENCIAS POLÍTICAS, SOCIALES Y CULTURALES: Políticas: se creó una masa de propietarios adictos al régimen liberal. La separación de la Iglesia-Estado se acentuó y desde Octubre de 1836 se produjo una ruptura entre el Estado y la Iglesia hasta que se firmó el concordato con la Santa Sede en 1851 por la que el estado sufragaba los gastos de la Iglesia. Los liberales, sobre todo los sectores más radicales se volvieron anticlericales. Sociales: aumentó el protagonismo de la burguesía y, sobre todo, apareció una nueva clase social; los jornaleros, que sobre todo en zonas muy latifundistas iban a ser una fuente de problemas durante todo el siglo XIX y parte del XX. Culturales: la desaparición de instituciones eclesiásticas supuso la destrucción o el deterioro de edificios históricos y la dispersión de su patrimonio, aunque parte se recuperó después en archivos y museos. Cambios en la propiedad: La desamortización produjo una radical transformación de la propiedad. A finales del siglo XIX estaba consolidada la propiedad privada e individual en España. Pero aumentó la concentración de la propiedad ya que compraron tierras quienes tenían dinero (nobleza y burguesía), en este sentido no sólo no se fomentó la mediana propiedad sino que aumentaron los minifundios y los latifundios. V.- RESULTADOS Y VALORACIÓN Los BENEFICIADOS fueron la nobleza, que adquirió tierras y que convirtió las suyas, antes vinculadas, en propiedad individual, y la burguesía comercial y agraria que adquirió gran parte de las tierras en venta (aunque no invirtieron en modernizar la producción como se esperaba). Los PERJUDICADOS fueron la Iglesia que perdió su principal base económica (aunque fue compensada), los ayuntamientos (que con la desaparición de los bienes propios y comunales perdieron una de las bases de su financiación e ingresos) y los pequeños campesinos (que no pudieron comprar tierras y en muchas casos se convertirán en asalariados agrícolas o jornaleros). V.- RESULTADOS Y VALORACIÓN VALORACIÓN: La desamortización tuvo como consecuencia final la consolidación del régimen liberal. Pero: No se produjo un aumento significativo de la producción agraria y La propiedad se concentró más todavía. El escaso desarrollo agrario impidió una profunda revolución industrial. Se recaudó menos dinero del previsto pues la mayor parte de las compras se hicieron en Deuda Pública y ésta se devaluó pronto. En definitiva, la desamortización no cumplió las grandes esperanzas de realizar una profunda reforma agraria, ni condujo a la industrialización. Pero la desamortización fue inseparable de las dificultades de consolidación de un Estado liberal amenazado por los partidarios del Antiguo Régimen y con unos ingresos fiscales absolutamente insuficientes para hacer frente a los gastos. Exposición de motivos del Decreto desamortizador de Mendizábal Vender la masa de bienes que han venido a ser propiedad del Estado, no es tan sólo cumplir una promesa solemne y dar una garantía positiva a la deuda nacional por medio de una amortización exactamente igual al producto de las rentas, es abrir una fuente abundantísima de felicidad pública; vivificar una riqueza muerta; desobstruir los canales de la industria y de la circulación; apegar al país por el amor natural y vehemente a todo lo propio; enganchar la patria, crear nuevos y fuertes vínculos que liguen a ella; es en fin identificar con el trono excelso de ISABEL II, símbolo de orden y de la libertad. No es, Señora, ni una fría especulación mercantil, ni una mera operación de crédito, por más que éste sea la palanca que mueve y equilibra en nuestros días las naciones de Europa: es un elemento de animación, de vida y de ventura para la España: Es, si puedo explicarme así, el complemento de su resurrección política. El decreto que voy a tener la honra de someter a la augusta aprobación de V.M. sobre la venta de esos bienes adquiridos ya para la nación, así como en su resultado material ha de producir el beneficio de minorar la fuerte suma de la deuda pública, es menester que en su tendencia, en su objeto y aún en los medios por donde se aspire a aquel resultado, se enlace, se encadene, se funda en la alta idea de crear una copiosa familia de propietarios, cuyos goces y cuya existencia se apoya principalmente en el triunfo completo de nuestras actuales instituciones. Gaceta de Madrid, 21 de febrero de 1836.