Un renteriano, campeón de España de boxeo

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R E N T E R IA
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F IE S T A S
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ca ta zo n ,
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Y
El correr del tiempo nos trae de nuevo la festividad
de Santa M aría M agdalena. Desde la época, aun cer-
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de Julio, que pone una nota más de encanto que añadir a los innum erables que de por sí tienen ellas.
cana de nuestra niñez, siempre hemos saludado su
E so es R entería en fiestas: Tradición, alegría, no-
llegada con una alegría, algo pueril, si se quiere, pero
bleza de corazón, belleza... Y esto es prem io que ha
que en el fondo no es sino la expresión de la psicolo-
conquistado con su propio esfuerzo, con su laborio-
gía del pueblo. N o hay, pues, que aceptarla en el sen-
sidad, con su inteligencia, con su aportación constan-
tido de que las deseamos para con ellas desquitarnos,
te. al progreso, sin perder por ello sus características
durante estos días, de las ansias de diversión refren a-
más acusadas, virtud ésta no com patible con la acep-
das a lo largo del año. R entería dispone, en todo mo-
ción que de la palabra progreso tienen otros pueblos.
mento, de medios adecuados para que sus hijos den
Preguntad a esas personas en las que la juventud
al olvido sus preocupaciones cotidianas, sin tener que
ha tiempo que pasó, qué es lo que significan para
esperar a que llegue una ocasión señalada. P o r tanto,
ellas las M agdalenas. L a vida, a lo largo de su e x is-
es lógico suponer que alguna razón habrá para que
tencia, las habrá tratado de la form a varia que acos-
todo un pueblo se decida, por breve tiempo, a alterar
tumbra. E n ella habrá una m ezcla de penas y alegrías,
su ritmo normal de vida y dar al traste con todo cuan-
contraídas en el rudo batallar de los años y, sin em -
to pueda significar una retracción, tanto moral como
bargo, me atrevo a asegurar que las fiestas de su san-
material, de él.
ta patrona sólo tienen un recuerdo agradable, que per-
esta razón no es otra que el viejo espíritu rente- dura y se renueva cada año, en el que vuelven a
sentir correr la savia m aravillosa del optimismo, y
riano, que revive en las alegres notas del airoso “ CenB
creen vo lver a v iv ir aquellas horas pasadas, en las
tenario” , para m ostrarse tal cual es, en una pródiga
Y
efusión de sana alegría y ferviente admiración para
que la juventud y el aimor les sonreían, gozosas, po-
la
niéndoles ante sí todo un mundo de esperanzas.
tierra
amada
donde
naciera.
La
tradición
ha hecho que las vieja s costumbres perduren enraizadas en el acervo común de todos los renterianos. a
pesar de las diferencias que entre ellos pudiera haber
Y
preguntad a los jóvenes, lo que son las fiestas
para ellos.
E s el anhelo de sana y honesta diversión. E s el
trenzar su vid a al son de esa m elodía que nunca m ue-
en cualquier orden de la vida.
P or ello, todo renteriano, en tales ocasiones, brinda
re, puesto que vu elve periódicam ente a anim ar el fu e-
a sus paisanos y a quienes vienen a R entería con tal
go sagrado que viv e en los corazones de todos los
m otivo a com partir sus goces, la ancha y clara son-
renterianos, que ven en sus fiestas un presente jubi-
risa, anuncio de su sa tisfa cció n ; el pueblo viste s<us
loso para unos y un recuerdo amable para otros, y
m eiores galas, y las renteriana, bellas entre las bellas,
para todos, la más genuina expresión de felicidad co-
reflejan en sus o jo s 'la gaya lum inosidad de ese sol
lectiva de R entería.—
Un
renteriano,
c am p e ó n
de
Ju l io
G IL .
España
P aco
de
Bueno,
boxeo
gran
deportista
renteriano, campeón de España de
boxeo de los semi-pesados, no olvida a su pueblo.
E n estas M agdalenas, como en
otras, le verem os pasearse por la
V illa y participar de ía alegría de
sus paisanos.
El
medio
.
simpático
d e' la
.
m uchacho,
R evista
por
R e n t e r ía ,
dirige a los renterianos un cariñoso saludo;
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