XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, 6/7/2014 Zacarías 9, 9-10; Salmo 144; Romanos 8, 9.11-13; Mateo 11, 25-30. Primer domingo del mes de Julio, ya en verano, y muchos de vacaciones, especialmente los niños y jóvenes, y en este domingo volvemos a ver como color de la liturgia dominical el verde, tras un mes de fiestas, lo que nos indica una vuelta a la normalidad, al tiempo ordinario, tras las fiestas Pascuales, las fiestas del Señor y la fiesta del Papa, el día de San Pedro y San Pablo. Para esta vuelta a la normalidad, en este tiempo de vacaciones, la liturgia de la Palabra nos deja 4 palabras que pueden servirnos bien para vivir este período hasta el mes de septiembre: ALEGRÍA, BENDICIÓN, ESPÍRITU Y DESCANSO. ALEGRÍA. La primera lectura nos invita a la alegría, a alegrarnos, y el motivo de la profecía es que el Señor llega para instaurar la Paz. En esta, como en toda época, los cristianos esperamos la llegada del Señor, una llegada que ya esta siendo realidad, y él llega para traernos la paz. Este debe ser nuestro motivo para estar alegres, para vivir con alegría en estos momentos, aunque sean difíciles y precisamente si lo son, pues es momento de mostrarnos los seguidores de Cristo como hombres y mujeres de esperanza, y con la esperanza va la alegría. BENDICIÓN. Bendecir, es decir, hablar, decir, bien, y bendecir al Dios que nos trae la Paz, la esperanza, que es el motivo de la alegría, a esto nos invita el salmo 144. El verano, las vacaciones, las oportunidades para ir a la playa o a la montaña, disfrutar de la naturaleza y de la familia, es un buen momento para bendecir a Dios por todo lo creado y por todo lo que nos da para nuestra felicidad. ESPÍRITU. Pablo en la carta a los romanos nos recuerda que los creyentes somos principalmente hombre y mujeres de espíritu, no tanto de la carne. El verano es tiempo de lucir cuerpos, de cuidarlos, de refrescarlos por fuera (los baños en la playa y las piscinas,...) y por dentro (helados, cervezas,... Pero, para nosotros también debe ser tiempo de cultivar el espíritu, de buscar espacios para la oración personal, para la lectura de libros que nos puedan ayudar a formarnos espiritualmente, para leer o releer la Evangelium gaudium. DESCANSO. Jesús nos invita en el Evangelio a acudir a Él para encontrar descanso. Este es un tiempo de descanso, pero para que lo sea de verdad, es un tiempo para acudir a Dios, escuchar el Evangelio, acercarnos por la Iglesia, participar en la celebración de los sacramentos, todo ello para ir cargando nuestro espíritu para poder seguir viviendo como cristianos. Feliz verano.