Sopa de letras Resulta interesante ver que algunos de los aspectos

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Sopa de letras
Resulta interesante ver que algunos de los aspectos relacionados con el capital humano de la
organización se integran alrededor de ciertas letras iniciales comunes. Como ejemplo se pueden
citar los que tienen que ver con el compromiso, la comunicación institucional y la relación entre el
líder formal y sus colaboradores. Además, como se verá, entre estos tres aspectos hay vínculos
estrechos.
Si se empieza con el Compromiso, para que éste se genere es necesario que previamente se den
otras “C’s”. La primera de ellas es el Convencimiento, ya que no se puede pedir a alguien que se
comprometa con algo si no ha llegado antes a la conclusión de que ese algo es bueno, apropiado o
conveniente para lograr un objetivo, mejorar una situación o resolver un problema. Pero para que
haya convencimiento, se requiere de Conocimiento y Confianza; el primero será producto de la
información proporcionada a través de un proceso eficiente de Comunicación institucional; la
segunda se da a través de la relación jefe-colaborador.
La comunicación institucional, que es la que utiliza los medios establecidos por la organización
para facilitar y hacer más eficiente el flujo de mensajes entre las personas, áreas y niveles que la
constituyen, persigue cinco objetivos básicos, que tienen por letra inicial una “I”: Informar lo que
sea necesario para que las personas sepan lo que sucede en la empresa y lo que afecta o puede
afectar su trabajo; lograr la Identificación de los colaboradores con su organización; propiciar la
Integración, fomentando el espíritu de equipo y la colaboración; impulsar el Involucramiento de la
gente en la empresa, de manera que contribuya activamente al cumplimiento de los objetivos
establecidos, y crear una Imagen favorable de la organización entre sus empleados.
Las cuatro “R”
Por su parte, la relación entre jefes y colaboradores debe sustentarse en cuatro “R” que son
fundamentales para que se genere la Confianza: antes que nada, en el Respeto, en el sentido más
amplio del término, que va desde la aceptación de las diferencias hasta el compromiso por
garantizar los derechos de las personas y el cuidado de su dignidad.
En segundo lugar, en la Retroalimentación, que por un lado le permita al colaborador tener una
idea precisa del grado en el que su desempeño cumplió con lo esperado, así como de sus áreas
de oportunidad, y por otro, le permita al jefe saber cómo lo ve su propia gente y de qué manera
puede apoyarla para que ese desempeño mejore.
En tercer lugar, el Reconocimiento, que consiste en hacer patente a la persona que la
organización, a través del propio jefe, valora los resultados obtenidos gracias a su esfuerzo. En
cuarto lugar, la Recompensa, que hace que el reconocimiento se vuelva tangible cuando el
colaborador no solamente cumplió, sino excedió con lo esperado, es decir, cuando le agregó valor
a su trabajo.
Desgraciadamente, esta letra, la “R”, no aparece en el diccionario de un buen número de
organizaciones, porque en ellas ni se respeta, ni se retroalimenta, ni se reconoce ni se recompensa
a las personas. Esto hace que no exista Confianza y, por consiguiente, Compromiso. Cuidar las
“C’s”, “I’s” y “R’s” puede ayudar a las organizaciones a convertirse en un mejor lugar para trabajar,
lo que repercute favorablemente en los resultados del negocio.
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