Efectividad de la terapia cognitiva conductual. (Effectiveness of behavioural cognitive therapy.) FUENTE: PSICOLOGIA.COM. 2003; 7(2) Rafael Portugal Fernández*; Jesús Pérez Hornero**; María del Carmen Iglesias García***. * Especialista en Psicología clínica, Dirección General de Acción Social, Diputación Regional de Cantabria, España ** Especialista en Psicología clínica, Unidad de Trastornos de la Alimentación, Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, España *** , Especialista en Psicología clínica, Dirección General de Acción Social, Diputación Regional de Cantabria, España E-mail: [email protected] PALABRAS CLAVE: Efectividad, Terapia cognitiva conductual. KEYWORDS: Effectiveness, Behavioural cognitive therapy. [artículo original] [25/4/2003] Resumen En el presente artículo analizamos la efectividad de la terapia cognitiva conductual en el tratamiento de los trastornos mentales basándonos en los datos de ocho unidades de salud mental y de 686 pacientes. Para ello, ponemos en relación la presencia o ausencia de terapia cognitiva conductual en cada unidad con el porcentaje de altas terapéuticas y de abandonos del tratamiento. Los datos hablan por sí solos y son consonantes con los de otros estudios. En aquellas unidades que utilizan la terapia cognitiva conductual, el número de altas supera ampliamente al número de abandonos. Por el contrario, en aquellas unidades donde no se emplea la terapia cognitiva conductual, el número de abandonos duplica al de altas. Abstract In this article i analyse the effectivenes of behavioural cognitive therapy in the treatment of mental disorders, taking the data gathered from 686 at eight mental health centres as a basis. For this purpose, i show the relationship between the presence or absence of behavioural cognitive therapy in each centre with the percentage of patients considered cured and with the percentage of patiens who have abandoned the treatment. The data speack for themselves and are consonant with those of other studies. In those centres in which behavioural cognitive therapy is used the number of patients considered cured greatly surpasses the number of patients who have abandoned the tratment. In contrast, in those centres in whith behavioural cognitive is not used, the number of patients who have abandoned the treatment doubles the number of patients considered cured. Introducción El objetivo de este trabajo es estudiar si la práctica de la terapia cognitiva conductual guarda alguna relación con la eficacia de las unidades que la utilizan. Si las unidades de salud mental que utilizan la terapia cognitiva conductual, , muestran resultados mejores o peores que las unidades que no la utilizan, podemos extraer conclusiones sobre la conveniencia o no de utilizar este tipo de terapia. Metodología Revisamos las historias clínicas de las 702 personas residentes en el término municipal de Santiago de Compostela que consultaron por vez primera en 1999. Obtenemos el porcentaje de aquellas personas que fueron tratadas con terapia cognitiva conductual en cada unidad. Hallamos el porcentaje de las personas que fueron dadas de alta dentro de los seis primeros meses y el porcentaje de las personas que abandonaron el tratamiento dentro de los seis primeros meses en cada unidad. Por último ponemos en relación todos estos datos. Las unidades consultadas fueron las siguientes: -Unidad de Salud Mental 1. -Unidad de Salud Mental 2. -Centro de Orientación Familiar. -Hospital de Día. -Unidad de Tratamiento del Alcoholismo. -Unidad de Salud Mental Infanto Juvenil. -Unidad de Psicogeriatría. -Unidad Municipal de Atención al Drogodependiente. En aquel momento, todas estas unidades se dedicaban al tratamiento ambulatorio. Tuvimos que eliminar del estudio a los pacientes de la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica o “Unidad de Agudos” por cuanto es una unidad de hospitalización rápida en la que se da el alta en menos de un mes y se deriva a otros centros y porque al ingresar en estado agudo, ningún paciente “abandona”. Estas personas son 16 por lo que el número final de los pacientes de este estudio es de 686. Dada la disparidad de resultados y el hecho de que el presente estudio no tiene como objetivo analizar la eficacia de unidades concretas, no identificaremos en los resultados a los diferentes centros. Resultados Unidad A: Personas que recibieron terapia cognitiva conductual: 19,3% Altas: 41,5% Abandonos: 31,8% Unidad B: Personas que recibieron terapia cognitiva conductual: 3,1% Altas: 43,2% Abandonos: 26,3% Unidad C: Personas que recibieron terapia cognitiva conductual: 50% Altas: 38,2% Abandonos: 32,4% Unidad D: Personas que recibieron terapia cognitiva conductual: 0% Altas: 10,7% Abandonos: 17,9% Unidad E: Personas que recibieron terapia cognitiva conductual: 0% Altas: 20,9% Abandonos: 34,9% Unidad F: Personas que recibieron terapia cognitiva conductual: 11% Altas: 55,6% Abandonos: 22,2% Unidad G: Personas que recibieron terapia cognitiva conductual: 0% Altas: 9,9% Abandonos: 23,9% Unidad H: Personas que recibieron terapia cognitiva conductual: 0% Altas: 10,4% Abandonos: 31,2% Podemos comparar aquellas unidades que utilizan la terapia cognitiva conductual con las que no la utilizan. Hay que tener en cuenta que en las cuatro unidades que han empleado la terapia cognitiva conductual, la presencia de ésta, es mayor de lo reflejado en los datos por dos motivos: Hay un grupo importante de pacientes que no reciben ningún tipo de terapia, bien porque no se detecta trastorno mental alguno, bien porque abandonan tras la primera consulta. Muchos pacientes reciben terapia calificada como “ecléctica”. Es de suponer que dentro de esta denominación, se esconde muchas veces el empleo de técnicas cognitivas conductuales por parte de terapeutas que cuentan con ellas en su arsenal terapéutico. También es de suponer, que en aquellas cuatro unidades donde a lo largo de un año, nunca se ha utilizado la terapia cognitiva conductual, no se usa jamás. Agrupando los resultados de las cuatro unidades que utilizan la terapia cognitiva conductual y los resultados de las cuatro unidades que no la emplean tenemos: Unidades que utilizan la terapia cognitiva conductual: Altas: 42,4% Abandonos: 30,2% Unidades que no utilizan la terapia cognitiva conductual: Altas: 12,3% Abandonos: 23,3% 4- Análisis de los datos. Los datos hablan por sí solos. En todas las unidades donde se usa la terapia cognitiva conductual las altas superan a los abandonos. En todas las unidades donde no se utiliza la terapia cognitiva conductual los abandonos superan a las altas. Agrupando los datos de las unidades donde se usa y donde no se usa la terapia cognitiva conductual vemos como en los primeros el número de altas es claramente superior al de abandonos mientras que en los segundos, los abandonos duplican a las altas. Los primeros superan en 3,5 veces a los segundos en porcentaje de altas. Sin embargo los primeros también superan en 7 puntos porcentuales a los segundos en cuanto a abandonos. Conclusiones De la lectura de lo anterior se desprende que la terapia cognitiva conductual es realmente eficaz en el tratamiento de los trastornos mentales. Es por ello que el psicólogo clínico debe dominar el empleo de técnicas cognitivas conductuales y que su aprendizaje debe estar presente en todo sistema de formación de terapeutas. Este mucho mayor porcentaje de éxitos y la un poco mayor tasa de abandonos que observamos en los dispositivos que utilizan la terapia cognitivo conductual, opinamos que puede deberse a que este tipo de terapia es la más “incómoda”, la que más compromiso y grado de actividad exige al paciente. Es por ello que las personas que se comprometen en la solución de sus problemas obtienen una alta tasa de altas por éxito del tratamiento. Por el contrario, este tipo de terapia obtiene más tasa de abandonos porque no permite “vegetar” al paciente en la consulta, exige esfuerzo. También es posible que el terapeuta cognitivo conductual confíe, a veces, excesivamente en las técnicas, olvidándose de otros aspectos importantes. Recomendamos al psicólogo cognitivo conductual que dedique un poquito más de tiempo y esfuerzo al fortalecimiento de la alianza terapéutica, para reducir la tasa de abandonos y con ello aumentar el número de personas que se benefician de esta terapia. Bibliografía Buela, G., y Caballo, V.E. (1991). Manual de psicología clínica aplicada. Madrid: Siglo XXI. Barlow, D.H. (1988). Anxiety and its disorders: the nature and treatment of anxiety and panic. New York: Guilford Press. Echeburúa, E. (1993). Ansiedad crónica: evaluación y tratamiento. Madrid: Eudema. Edelman, R.J. (1993). Anxiety: theory, research and intervention in clinical psychology and healthy psychology. Chichester: Wiley. 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