ACTO DE CONMEMORACIÓN DEL HOLOCAUSTO EN LA ASAMBLEA DE MADRID (Madrid, 27 de enero de 2011) Excmo. Sr. Embajador de Israel (Alon Bar), Excma. Sra. Embajadora de Suecia Excmo. Sr. Embajador para las Relaciones con las Comunidades Judías Representantes de las Embajadas de los Estados Unidos de América, Argentina, Austria y Reino Unido Excmo. Sr. Presidente de la Asamblea de Madrid, Ilmos. Sres. Portavoces de los Grupos Parlamentarios 1 Ilmo. Sr. Presidente de la Comunidad Judía de Madrid Gran Rabino de la Comunidades Judías de España (Rav Moshé Bendahan), Ilma. Sra. Delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid Excmos. Sres. Consejeros de la Comunidad de Madrid Excmo. Sr. Defensor del Menor Exmos. e Ilmos. Sres. Alcaldes de la Comunidad de Madrid, Ilmas. Sras. Diputadas e Ilmos. Sres. Diputados de la Asamblea de Madrid, Excmas. e Ilmas. Autoridades, 2 Sr. Presidente del Movimiento contra la Intolerancia Representantes de Asociaciones Señoras y señores, Este es el primer año que tengo el honor de intervenir ante ustedes en este solemne acto en recuerdo del Holocausto, que anualmente celebra la Asamblea de Madrid con motivo del aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi de Auschwitz. 3 El 27 de enero de 1945 el mundo descubrió una de las mayores infamias de la Historia. Aquel día, ignorantes del terrorífico descubrimiento que iban a realizar, un destacamento de soldados cruzó bajo un arco de metal en el que se leía el sarcástico letrero de “El trabajo os hará libres”. En esas instalaciones abandonadas por los nazis se encontraban cientos de seres humanos famélicos, que resultaron ser los únicos supervivientes del mayor horror del siglo XX. 4 Desde entonces, Auschwitz ha pasado a ser la imagen de un lugar terrible. Un infierno que no estaba en manos de terroríficos demonios, sino de hombres de aspecto normal. Un infierno donde, en un orden invertido de valores, se castigaba a los inocentes. Todos tenemos grabados los rostros de aquellos hombres de ojos hundidos y mirada vacía Las imágenes de aquel día forman parte de nuestra memoria colectiva. Unas imágenes que todavía producen un sentimiento de rabia, de estupefacción y, sobre todo, de vergüenza por lo que un hombre puede hacer a otro hombre. 5 Todo el Holocausto es terrible, pero lo más terrible son sus cifras. Sólo en Auschwitz murieron asesinados entre 1,5 y 2,5 millones de personas. De tanto repetirla, la palabra millones nos resulta abstracta y pasa por nuestra mente sin que seamos conscientes de su significado real. Pero si dedicásemos conmemorar a un cada día uno para de los millones de judíos asesinados por los nazis necesitaríamos más de 16.000 años. 6 Conmemorar es recordar, y hoy lo hacemos recuperando una historia individual de las millones de historias frustradas que no pudieron vivir lo que tenían que haber vivido. Hoy recordamos la vida de Janusz Korzcak, que fue asesinado en el campo de exterminio de Treblinka. Korzcak tenía 64 años y podía estar satisfecho de su vida, de su esfuerzo y de sus resultados. 7 Era un hombre que dedicó su vida a mejorar las condiciones de vida de los demás, especialmente de los más desfavorecidos. Un buen hombre que se dedicó a mejorar el desarrollo físico y mental de los niños, a trabajar por la igualdad de derechos para las mujeres y a realizar un sinfín de buenas obras. Podía haber escapado y ponerse a salvo, pero decidió seguir cuidando a los niños de su orfanato aún sabiendo que le costaría la vida. 8 Korzcak fue un héroe. Uno de los miles de héroes mártires que produjo el nazismo. Un hombre bueno que terminó sus días viendo la peor cara del hombre, el mismo hombre en el que él tanto creía. El Holocausto sigue siendo un crimen tan inabarcable para la razón humana que todavía hoy, 68 años después, no logramos comprenderlo. Todavía estamos lejos de entender los mecanismos irracionales que llevaron a una comunidad civilizada a traicionar a la humanidad. 9 Hoy conmemoramos la liberación de Auschwitz- Birkenau, que fue un lugar terrible, y que hoy sigue siendo un lugar terrible. Una ignominia que si sigue en pie es para mostrar al mundo cuales son los resultados de olvidar que todos los seres humanos hemos sido creados iguales. Este homenaje es una forma de renovar nuestro compromiso con las víctimas y de conjurarnos para que lo que ocurrió no vuelva a suceder, aunque para hacerlo tengamos que recordar el horror. 10 Pero recordarlo y no olvidarlo jamás es nuestra obligación para con todos los millones de judíos cuyas vidas fueron segadas de golpe. Este homenaje será eternamente necesario, pero no basta el acto ritual que aquí celebramos. Conmemorar significa recordar, pero recordar no es un mero ejercicio de memoria. Si hoy conmemoramos el vacunarnos contra él. 11 terror es para Conmemorar hoy es celebrar que los judíos que sobrevivieron a ese genocidio encontraran un lugar donde rehacer sus vidas, es defender el derecho de todos a una convivencia en paz y justicia y es luchar contra la discriminación por motivos de sexo, raza o religión en cualquier lugar del mundo. Conmemorar es acabar esa sin razón de ver a todos los demás como inferiores y es el compromiso de luchar por la libertad y por los derechos humanos. 12 Conmemorar es honrar la memoria de los 6 millones de judíos que murieron por la sola razón de ser judíos. Conmemorar es proclamar que sus vidas no fueron en vano, es reconocer su martirio, es proclamar su inocencia y es denunciar la sinrazón Holocausto a través de los tiempos. Muchas gracias. 13 del