Educar las emociones Educar para la vida - GENESIS

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UNIVERSIDAD DE PLAYA ANCHA.
PROGRAMA DE DOCTORADO EN POLÍTICAS Y GESTIÓN EDUCATIVA.
CULTURA ORGANIZACIONAL
PROFESOR: DR. José Antonio López y Maldonado
RESUMEN
Educar las emociones
Educar para la vida
Amanda Céspedes Calderón
ALUMNA
Lorena Fernández del Río Donoso
Octubre, 2010
“Educar las emociones, educar para la vida” es un libro
dirigido a padres, educadores y todo aquel adulto que se relaciona en forma
permanente con niños, ayuda a entender y conocer lo que son las emociones y
el impacto del amor sobre las estructuras cerebrales diseñadas para
transformar las experiencias en vivencias cargadas de emoción. Todos
aquellos que estamos en contacto permanente con niños debemos saber cómo
educar las emociones, lo que exige conocer de modo sólido el escenario
biológico donde ellas ocurren y plasman nuestra existencia, lo que nos ayuda a
guiar en la formación emocional y desarrollar todas las potencialidades y
talentos del niño sin perder la felicidad propia del alma infantil.
Amanda Céspedes en este libro busca cambiar el paradigma del adulto
autoritario y dominante por uno empático, comprensivo, intuitivo, que conoce y
sabe utilizar las herramientas para lograr una comunicación afectiva y efectiva
necesaria, en su libro nos dice como: “Acompañar al niño hacia la conquista de
la conciencia de sí es un trabajo laborioso, que puede resultar más fácil si se
posee algunos conocimientos y éstos se conjugan con la voluntad de amar y la
certeza de estar cultivando dones para un mundo mejor”, además nos dice que
“Instalar las emociones en la escuela y ampliar el ámbito de la educación en
casa a la llamada educación emocional, constituye un cambio de mirada
imprescindible para preservar en nuestros niños su más preciado potencial: el
perfecto diseño de un programa biológico que garantiza la felicidad y la
armonía”.
En el libro podemos aprender como entendiendo la personalidad de los
otros a través de conocer el temperamento, el carácter y el cerebro en el
ámbito social, logramos educar a nuestros niños para que tengan una vida
emocionalmente sana y llena de felicidad y amor.
El capítulo I: “El intelecto emocional se nutre de afecto”, invita al
lector a descubrir como el diminuto cerebro del feto va transformando y
archivando las vivencias y así construyendo una memoria autobiográfica
alrededor de la cual se articula su identidad individual. Por otra parte, explica
como durante muchos años el estudio de las emociones tendió a ser ignorado
siendo un enfoque más bien experimental, parcelado, escasamente integrado
con la psicología de la salud y abordado en exceso desde la psicopatología, sin
embargo, a fines del siglo XX, las emociones ligadas a la salud irrumpieron con
inusitada fuerza en el escenario explicativo de los fenómenos humanos, de la
mano de la emergente escuela de psicología transpersonal, luego nutridas por
la corriente de medicina holística y terapias alternativas y, más tarde,
entusiastamente apropiadas por las neurociencias, llevando al ciudadano
común las investigaciones sobre salud, adaptación social y emociones, a través
de autores como Damasio, Daniel Goleman y Le Doux, logrando un
extraordinario avance en el estudio y aplicación del conocimiento de la vida
emocional humana a la vida sana y a la armonía existencial.
En el Capítulo II: “Apego y vínculo: Las emociones cuentan para
sobrevivir”, podemos aprender como el cerebro del niño desde que está en el
útero se prepara activamente para reconocer al otro e investirlo de una
profunda y duradera significación emocional y como una vez nacido, el bebé
llega al mundo perfectamente preparado para iniciar un proceso constante,
cada vez más complejo e intenso, logrando a los dos meses de vida
experimentar un estado de enamoramiento mutuo con su madre, es aquí
cuando aparecen una señal inequívoca de la voluntad del bebé por insertarse
en el mundo social: la sonrisa intencionada. A partir de entonces, el niño esta
óptimamente preparado para ir ampliando las vinculaciones primarias,
estableciendo con nuevos actores relaciones intersubjetivas cargadas de
afectividad, cada encuentro quedará grabado en la memoria emocional del
niño. Desde este momento y durante las próximas dos décadas las
vinculaciones con otros significativos tendrán un papel crucial en la
construcción de una personalidad sana y equilibrada o, por el contrario, de una
personalidad frágil y proclive a la enfermedad.
En el Capítulo III: “La armonía emocional” podemos ver como los
niños atrapados en la oscura celda de las emociones negativas – miedo, rabia,
pena, dolor psíquico- y sentimientos negativos – desesperanza, frustración,
desencanto, pesimismo- se encuentran detenidos, paralizados, incapaces de
crecer emocionalmente y cognitivamente, y muy vulnerables a las
enfermedades. Sus recursos intelectuales y emocionales, de por sí precarios,
son invertidos en alimentar la hoguera de la rabia y de la desesperanza. Es
preciso, que ellos accedan a la armonía emocional, ya que es el más preciado
legado de crecimiento integral que nos deja un proceso vincular exitoso. La
plataforma primaria de la armonía emocional está constituida por tres potentes
sentimientos, los que comenzaron a gestarse antes de nacer, se fortalecieron
durante las sucesivas vinculaciones del niños con otros significativo y van a
ser, en definitiva, los fundamentos sobre los que el adulto va a construir su vida
social y sus relaciones afectivas, ellos son: La alegría existencial, la motivación
y la serenidad. Sentimientos que se explican con claridad y profundidad en este
capítulo.
En el Capítulo IV: “La conquista de la autorrealización emocional.
Domando al caballito salvaje”, se muestran variados guiones de niños en
diferentes etapas de la vida y se explica en cada una de ellas como va
evolucionando el desarrollo emocional del niño, sus actitudes, el impacto que
tiene el medio en que está inserto y las relaciones con los otros significativo. En
cada relato se entregan claves para que los padres, profesores y las personas
vinculadas con niños sepan que hacer y como leer cada proceso de regulación
emocional del niño o adolescente, logrando que la gradual consolidación del yo
y de la estructura de personalidad definitiva sea emocionalmente sana.
En el Capítulo V: “La familia como agente protagónico en la
educación de las emociones”, Nos muestra como desde las experiencias
primarias del apego hasta la conquista de la autonomía al final de la segunda
década de la vida, el ser humano va escribiendo un guión intersubjetivo, en el
cual, cobran crucial importancia sus padres y familiares cercanos, los cuales,
son los maestros en la educación de las emociones, en este libro se explica
cuales son las condiciones indispensables que deben cumplir para entregar
una educación emocional de calidad y cuáles son las características
psicológicas del niño en las distintas edades.
En el Capítulo VI: “Normas y Límites”, se profundiza en el tema del
profundo efecto deformador de la personalidad infantil sana provocado por la
aplicación de una autoridad sustentada en el dominio y cuyo objetivo es
disciplinar más que educar para la vida, este libro pretende responder a las
preguntas que con tanta frecuencia se hacen padres y profesores: ¿Es posible
legitimarse ante los niños y adolescentes mostrándose cercanos, empáticos y
flexible?¿No se confundirán los niños, creyendo que la flexibilidad es sinónimo
de permisibilidad?. La respuesta a grandes rasgos que nos entrega Amanda
Céspedes es simple: “En lugar de poner el énfasis en los castigos, se debe
insistir en la formación temprana y sistemática de hábitos a través de implantar
normas y límites como recursos de socialización y de educación emocional”.
El Capítulo VII: “La escuela como agente educador de las
emociones”, nos habla de las características que debe tener un maestro para
lograr una educación emocional efectiva y los conocimientos que debe manejar
un profesor, sobre características neurobilógicas y psicológicas del niño y del
adolescente, enriquecido con una mirada etológica, histórica y sociológica,
además, el docente debe estar consciente de su papel protagónico en las
génesis de un clima de aula, el que impacta en el aprendizaje de sus alumnos y
su propio crecimiento integral. En este capítulo Amanda Céspedes explica el
impacto de la salud mental laboral del profesor en el aprendizaje de sus
alumnos y en el desarrollo emocional de ellos. Este punto es crucial para el
clima laboral de la escuela y mantener una adecuada cultura organizacional.
Después de analizar la realidad de la salud mental del profesor en Chile, se
llega a la conclusión de que proteger la salud mental del profesor es pues una
tarea urgente e ineludible, por cuanto con ello se está protegiendo al niño del
contagio emocional de parte de un adulto que sufre y con quién está obligado a
compartir muchas horas del día en una interacción cargada de mensajes. Esta
tarea requiere medidas interdisciplinarias que actúen y cambien de raíz las
condiciones laborales del profesor chileno, especialmente en lo relativo a
remuneraciones, clima laboral, recursos, extensión de la jornada laboral, etc.
logrando una cultura organizacional que permita que nuestros niños y
adolescentes se desarrollen cognitiva y emocionalmente sanos.
El Capítulo VIII: “Inteligencia emocional y resilencia: Vino viejo en
Odre nuevo”, nos habla de la resilencia y de los factores neurotróficos, estos
últimos son todos aquellos que fortalecen el cerebro desde sus inicios en el
útero materno, produciendo neuronas sanas, fuertes y conexiones
interneuronales sólidas y precisas; Los tres principales factores neurotróficos
son el amor, la protección activa y la estimulación temprana centrada en la
calidad de la entrega afectiva y la riqueza, oportunidad y equidad en el traspaso
de estímulos y experiencias enriquecedoras.
En el Capítulo IX: “de la teoría a la práctica: educar las emociones
es el arte de enseñar a ser humano”, el presente capítulo, lleva a la práctica
con ejemplos concretos todos los capítulos anteriores en cinco fases que van
desde el tercer mes de vida hasta la adolescencia.
En el Apéndice “Las estructuras de la vida emocional” explica
detalladamente el sistema somatopsiconeuroinmunohormonal aludiendo a las
estructuras involucradas y sus funciones.
En conclusión, este libro nos entrega un profundo análisis sobre el
desarrollo emocional sustentado neurocientíficamente y nos enseña que la
única vía para que en cada niño nazca un hombre nuevo es el cambio de
mirada sobre la educación emocional, ejercida hoy mayoritariamente por
adultos cuya autoridad se sustenta en el dominio del más débil, sembrando en
su corazón emociones negativas: miedo, rabia que irán configurando en forma
gradual el implacable poderoso sentimiento de encono, ira, impotencia,
hostilidad, resentimiento. Sin saberlo, el adulto estará haciendo su aporte para
perpetuar la violencia. “Nada hay en el ser humano que impida la
conquista de la libertad interior, único camino para la construcción
individual de un mundo de paz. El dilema reside en que alcanzar esa
libertad interior es un trabajo que ningún niño puede llevar a cabo sin
ayuda” Amanda Céspedes.
Este libro nos da las bases para desarrollar en los niños una inteligencia
emocional sana, y ellos son los futuros trabajadores que pueden crear y
desarrollar culturas organizacionales armónicas y estables, logrando empresas
eficientes, eficaces y exitosas, sin perder la alegría de vivir.
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