El Senado de la Nación Secretaría Parlamentaria Dirección General de Publicaciones (S-3823/08) PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados, ... ARTÍCULO 1º.- Objeto. La presente ley tiene por objeto establecer los criterios de valoración y el procedimiento para la declaración de un lugar (ciudad, localidad, departamento, partido o provincia) como capital nacional respecto de una actividad, producto, cosa, evento, hecho o acontecimiento por el que se destaque. ARTÍCULO 2º.- Ámbito de aplicación. La presente ley es aplicable a todo proyecto que tenga por objeto la declaración referida en el artículo precedente, por parte del Honorable Congreso de la Nación. ARTÍCULO 3º.- Objeto declarable. Forma del acto. El objeto declarable será un evento, actividad, producto, hecho o acontecimiento, natural o cultural, o una combinación de estos, vinculados a un lugar geográficamente determinado, que lo destaquen respecto de otro u otros lugares del país. La declaración se hará por ley de la Nación. ARTÍCULO 4º.- Criterios de Valoración. Será merecedor de la declaración de capital nacional el lugar que demuestre que su propiedad o cualidad destacable, reúne los siguientes requisitos: a) Ser sostenida por el consenso social de sus habitantes; b) Ser reconocida en la historia del lugar; c) Aportar un testimonio único o por lo menos que presente características singulares o sobresalientes respecto de las de otros lugares que las compartan. ARTÍCULO 5º.- Efectos. La declaración de Capital Nacional producirá los siguientes efectos: a) El lugar que la obtenga será incluido en el calendario de promoción turística nacional; b) Ningún otro lugar podrá ser declarado bajo una misma denominación, ni como género, ni como especie o subespecies que adjetiven ese género. ARTÍCULO 6º.- Extinción de la declaración. La declaración de capital nacional se extingue y quedará liberado el uso de la denominación correspondiente, cuando medie cualquiera de las siguientes circunstancias: a) Cesación o desaparición de la cualidad o combinación de cualidades que dieron origen a la declaración; b) Interrupción o discontinuidad de esa cualidad o combinación de cualidades por tres años consecutivos o cinco alternados dentro de un período de 10 años; c) Renuncia expresa, manifestada por el órgano o cuerpo con función legislativa del lugar objeto de la declaración y comunicada al H. Congreso de la Nación. ARTÍCULO 7º.- Requisitos para el procedimiento. Todo proyecto de ley que tenga por objeto la declaración de un lugar como capital nacional, requiere como condición necesaria para su consideración, lo siguiente: a) Haber sido declarado capital provincial o estar acompañado de una solicitud expedida por la legislatura de la provincia a la que corresponda el lugar, que exprese la voluntad de declarar al lugar como capital nacional; b) Contar con un informe o estudio de antecedentes expedido por una institución pública con incumbencia en la materia sobre la que verse el objeto declarable, cuyo contenido permita o facilite la evaluación de las características sociales, históricas, culturales, económicas o de otra especie, que se atribuyen al lugar objeto de la declaración. ARTÍCULO 8º.- Vigencia. La presente ley entrará en vigencia a partir de su publicación en el Boletín Oficial. ARTÍCULO 9º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo. Liliana Fellner. FUNDAMENTOS Sr. Presidente. La declaración de capital nacional debe ser el producto de un análisis lo más objetivo posible, de tal suerte que su resultado no deje lugar a dudas o plantee conflictos acerca de la pertinencia y merecimiento de adjudicar tal distinción al lugar sobre el que recae. No cabe duda que se trata de una distinción muy significativa y valiosa para quienes pertenecen al lugar que la recibe. No menos cierto es que su valor y significado trasciende ampliamente la finalidad de difusión turística del lugar que ostenta el honroso título de ser “Capital Nacional de....” y se proyecta en la consolidación de una identidad común de la gente que lo habita, tanto como de su vínculo de pertenencia y arraigo a ese lugar. Este factor reviste enorme importancia en un país de una geografía tan extensa y diversa como el nuestro, donde muchos rincones del país, aun escasamente poblados, se hacen más visibles para el conjunto de la Nación, llegando incluso a adquirir una reputación que trasciende las fronteras, precisamente a partir de un atributo único o sobresaliente, que los distingue, sea éste brindado por la naturaleza o forjado a partir del trabajo humano. Considero de gran importancia que se logre un consenso básico respecto a ciertos criterios de valoración y procedimiento, que doten de mayor rigurosidad a la decisión de declarar un lugar del país como capital nacional. Dicho consenso debería quedar plasmado en un texto de ley marco para las futuras declaraciones de capitales nacionales, con relación a lo cual cabe adelantar desde ya que la presente iniciativa debe tomarse como una propuesta sujeta a correcciones o que podrá ser enriquecida a partir de su estudio y discusión en Comisión. La iniciativa surge a partir de la observación de que en la práctica parlamentaria no se advierte que haya criterios de valoración y selección explícitos, ni tampoco una metodología clara, que asegure una pauta de razonable objetividad para la evaluación y posterior decisión de otorgar a un determinado lugar la distinción de capital nacional. En todo caso el criterio tácito que se sigue en la praxis se ajusta a la máxima jurídica “primero en el tiempo mejor en el derecho”. Sin embargo, éste no parece ser un criterio justo, ni conveniente. Lógicamente, no cabe admitir que haya más de una capital sobre un mismo atributo, es más suele ser el principal efecto jurídico que tiene la declaración, esto es el derecho exclusivo al uso de la denominación por parte del lugar objeto de la declaración. No es un tema menor, sino por el contrario la principal causa de muchas disputas. Ello se advierte principalmente, en los casos, no poco frecuentes, de lugares que comparten un mismo atributo o cualidad destacable (algún producto, actividad, hecho, acontecimiento, etc.), que son propuestos y terminan suscitando controversias y recíprocamente neutralizados, lo cual bien podrían evitarse si se explicitaran y pautaran criterios de valoración que permita evitar o resolver una eventual situación de disputa, puesto que como se lleva dicho y el propio sentido común indica, el título de capital nacional no puede ser sino exclusivo y excluyente, y una vez apropiada la denominación por un lugar, ningún otro la podrá reclamar. Como antecedente de esta iniciativa se puede mencionar el proyecto de la Senadora M.C. Graciela Bar (S-2273/06). En dicho proyecto se propone un criterio de temporalidad, es decir, se sujeta la vigencia de la declaración a un plazo de cinco años. Si bien es un criterio válido e incuestionablemente objetivo, considero que no resulta adecuado, puesto que conlleva a que el lugar que oportunamente fue postulado y obtuvo la declaración, quede sujeto a una especie de revalidación periódica perpetua (cada cinco años), cuando tal vez no exista ninguna causa objetiva para ello, más que el mero transcurso del tiempo. Incluso bien puede suceder que el lugar que ya tiene el título adquirido, al cabo del período de cinco años, mejore o logre aún más méritos que los que dieron origen a su primigenia declaración. Entonces, no se advierte en tales supuestos el sentido que tendría someterlo a una revalidación o revisión de esa declaración. En el presente proyecto se sigue un criterio distinto respecto a este punto que hace al meollo de la cuestión. En lugar de someter la declaración a un plazo, se determinan taxativamente los supuestos frente a los cuales se extinguiría la declaración y consecuentemente quedaría liberado el uso de la denominación. Jurídicamente operaría como una condición resolutoria. Es decir, la extinción del derecho queda supeditada a la eventualidad de que ocurra alguna de las circunstancias previstas en la norma. A favor de este criterio cabe señalar que en la práctica, evitará al lugar que ya es capital nacional, llevar la carga “vitalicia” de tener que demostrar que sigue reuniendo méritos suficientes para mantener dicho título; por el contrario, estimo que el criterio elegido funcionará bajo la exigencia de que quienes quieran reapropiarse del uso de una determinada denominación ya ocupada, deberán demostrar las circunstancias enunciadas en los literales a) y b) del artículo 6º, es decir, que han cesado, desaparecido o sido interrumpidas por un determinado período, las propiedades del lugar que dieron origen a su declaración de capital nacional. Las mencionadas circunstancias revisten suficiente entidad para no dejar margen de duda respecto a que el lugar que alguna vez tuvo méritos para ser adjudicatario del título de capital nacional, ya no los tiene más, o bien, en el supuesto del inc. c) del citado artículo, no quiere continuar llevándolo. Con respecto a los criterios de valoración y el requisito mínimo para el procedimiento que se establecen en los artículos 4º y 7º, respectivamente, cabe decir que son normas estrechamente vinculadas entre si, que apuntan a dotar a las declaraciones de ciertas condiciones mínimas que permitan una evaluación más exhaustiva de los méritos para obtenerla, al tiempo que aseguren una mayor justicia en la decisión y preserven la jerarquía que siempre ha tendido este instrumento. En efecto, con los criterios de valoración, se pretende que las declaraciones reflejen su ajuste a pautas de valoración social, de tradición histórica e importancia del hecho, suceso o cosa por la que sobresale el lugar que se propone como capital nacional. En suma, se pretende que lo declarable sea determinado atributo o cualidad que demuestre continuidad en el tiempo, consenso entre los ciudadanos del lugar y singularidad o, al menos, que es sobresaliente. Con los requisitos para el procedimiento, se procura hacer operativos los criterios de valoración, de tal suerte que se facilite la verificación de las calidades mínimas requeridas para una toma de decisión suficientemente fundada. Finalmente, con relación al resto del articulado del proyecto, solo resta mencionar que el objeto declarable mantiene la amplitud que se observa en los proyectos y leyes que instituyen capitales nacionales (las limitaciones se dan a partir de las calidades que debe reunir ese objeto); y que la forma de toda declaración será la de Ley (artículo 3º). Ello obedece al hecho de que uno de los dos efectos jurídicos previstos para la declaración, es la inclusión del lugar en el calendario de promoción turística nacional, tarea que deberá cumplir el organismo competente de la órbita del Poder Ejecutivo; el otro efecto es el que ya se ha comentado, esto es, la exclusividad del uso de la correspondiente denominación (artículo 5º). Por lo expuesto, solicito a mis pares me acompañen con su voto afirmativo para la aprobación del presente proyecto de ley. Liliana Fellner. -