Jérôme Lejeuneja celebraciôn de la Vida - Michel

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8/4/2014
Catholic.net
2.00"^
Jérôme Lejeuneja celebraciôn de la Vida
Auton Astrid Palluat de Besset
i.Quién era para usted Jérôme Lejeune?
Era ante todo una referencia cientlfica y moral indiscutible. Jérôme Lejeune era un
gran serïor del espîritu y del corazôn. En un mundo en que impera un lenguaje lleno
de trampas, su libertad de pensamiento impresionaba. La pasiôn por la verdad a
buscar y a comunicar era su razôn de vivir. Sus adversarios y enemigos debian de
envidiarle esta soberana libertad que una cierta disciplina del arcano les prohibi'a. No
obstante, a medida que se progresaba en el conocimiento de Jérôme, se descubrîa en
él un poeta, capaz de maravillarse y de hacer compartir su admiraciôn. En su caso,
en un sentido, el poeta precedia al sabio. Era un enamorado de la vida, que tan bien
sirviô y celebrô.
i,Cémo fue que ustedes se encontraron?
A partir de los anos 70, las discusiones sobre el aborto y su legalizaciôn se intensificaron. En este
contexto, los defensores de la vida, aunque poco numerosos y disponiendo de pocos medios, comenzaron
a conocerse mejor y a trabajar juntos. Habla intercambio de articules y, sobre todo, congresos
intemacionales muy animados. Hubo, por ejemplo, dos grandes congresos, uno a Ostende, el otro en
Dublin; también otro muy importante a Paris, en el cual Jérôme estuvo, como siempre, brillante. Otras
reuniones hubo en diversos paîses y en Roma. En estos encuentros participaban especialistas en diversas
disciplinas; y constituyeron rapidamente una red mundial por la Vida. Es en este contexto muy
estimulante que tuve el privilegio de encontrar al Profesor Lejeune. Con el correr del tiempo, nos volvimos a
ver con frecuencia y sabiamos poder contar el uno con el otro en todo momento.
Recuerdo muy bien nuestro ûltimo contacto el 2 de marzo de 1994. Leimos juntos el Evangelio y le di la
Santa Comuniôn. Jérôme solo ténia en ese momento un hilo de voz, pero reuniô todas sus energias para
decirme a la vez sus temores pero también su inquebrantable esperanza. Un mes mas tarde, del 6 al 10
de abril, tenîa lugar en Irvine, Califomia, la gran asamblea intemacional de Human Life International. Fue al
llegar allî, justo antes de la Asamblea, que supimos que Jérôme habîa sido llamado a Dios el dia de
Pascua, el 3 de abril. El 8 de abril, propuse a la asamblea plenaria una mociôn aclamada y refrendada por
numerosas personalidades présentes. Redactada en inglés, esta peticiôn fue transmitida enseguida a las
Autoridades romanas. Luego de las consideraciones usuales, se decîa particularmente: «Muy Santo
Padre, nosotros, participantes de la XIII Conferencia Mundial de Vida Human Intemacional sobre el Amor,
la Vida y la Familia, pedimos humildemente a Su Santidad que se inicie, en el momento oportuno, la
causa de beatificaciôn del Dr. Jérôme Lejeune».
i.Qué recuerdostiene usted de él?
Guardo en la memoria un recuerdo particularmente conmovedor porque implica dos personalidades por las
cuales tuve siempre respeto y afecto. Hace cerca de veinte anos, Jérôme fue invitado por el Rey Balduino
de Bélgica al Palacio Real de Bruselas. El Profesor habia sido invitado a un coloquio singular que tratô, me
figuro, sobre el respeto de la vida. Como habiamos convenido, enseguida después de esta entrevista,
Jérôme, radiante, me vino a ver a mi casa a Louvain-la-Neuve. Su discreciôn fue ejemplar, pero no fue
necesario que tuera descubierto el secreto del Rey para comprender que entre Su Majestad y el Sabio, la
corriente habîa pasado perfectamente.
iPiensa usted que él pueda ser un ejemplo para una nueva generaciôn de servidores de la
Vida?
8/4/2014
Cathdionei
Los jôvenes de hoy, como por otra parte los menos jôvenes, tienen necesidad de figuras del temple de
Jérôme. Es claro que en un mundo donde demasiados médicos sirven a la muerte o explotan el sufnmiento
de los otros, el Profesor Lejeune aparece, moral y cientfficamente, como un lider incontestado liamado a
suscitar una nueva generaciôn de investigadores y de médicos facultatives en el vasto dominio de las
ciencias biomédicas. Pero la influencia de Lejeune no va a detenerse allf. El hermano Jérôme va a
continuar motivândonos a todos para que nos comprometamos aûn mâs en un abanico ampliado de
acciones concertadas y convergentes para la vida.
iQué medios concretos ve usted para defender la vida?
Lo que es urgente, es mejorar la formaciôn de los jôvenes. So capa de la «salud reproductiva»,
organizaciones intemacionales y gobiemos nacionales estân pervirtiendo a la juventud, desde la nifîez. Los
padres deberïan ligarse para objetar en conciencia estos programas de depravaciôn. Lo mismo es
necesario invertir la vision que ve en el nino un riesgo mâs que un don, y en la sexualidad una explotaciôn
de la fisiologfa al servicio del hedonismo individual. En cuanto a la (glesia, debe afrontar los mercaderes de
muerte. Ella debe recordar que los cristianos no tienen el monopolio del respeto de la vida, dado que este
respeto esté inscrite en todas las grandes tradiciones morales de la humanidad. Reconocer el valorde la
vida humana, es la condiciôn previa a la entrada en moral cristiana; es el pôrtico de esta moral.
iQué funciôn debe asumir el cristiano en la vida pûblica?
Contrariamente a lo que se dice con frecuencia, la religion no es un asunto puramente privado. La fe, dice
la Escritura, révéla su dinamismo en la caridad (Cf. Ga 5,6). Todo el Evangelio, toda la doctrina social de la
Iglesia son un liamado al compromiso cristiano en el mundo de este tiempo. Los cristianos siempre
reconocieron esta necesidad de contribua al buen flincionamiento de la Ciudad. Lo hicieron y continûan
haciéndolo en el sector social y econômico. Frente a los ataques de los que la vida es objeto, existe hoy
en dia un deber particular y urgente de compromiso, no solamente en el sector biomédico, sino también en
el doble sector de la polftica y el derecho. También es necesario que los cristianos no den el espectâculo
escandaloso que ofrecen aigunos, diciendo: «Como cristiano estoy contra el aborto; pero como polftico
estoy por su legalizaciôn.» En suma, hay que evitar dos trampas. La primera es la privatizaciôn de la
religion. Preconizada por el laicismo, esta privatizaciôn apunta a neutralizar la acciôn de los cristianos en
la sociedad y a desmovilizarlos. La segunda, es la «recuperaciôn»: es el riesgo que corren los cristianos
que flirtean con las sociedades iniciaticas. El cristiano se arriesga en este caso de volverse complicede la
restricciôn mental que empuja al iniciado a ocultar una dimension esencial de su identidad: la pertenencia
a tal sociedad sécréta. AI término de este proceso ambiguo de comparlerismo, le sera muy diffeil al
cristiano rechazar la mano tendida y criticar pûblicamente, por ejemplo, tal proyeeto moralmente
inadmisible...
Lovaina-la-Nueva, marzo 2007.
Te recomendamos ver este video Jérôme Lejeune a los altares
Mons. Michel Schooyans es catedràtico emérito de Filosoffa polftica y de ideologfas contemporâneas de la
Universidad Catôlica de Lovaina. Es miembro de la Academia Pontificia para la Vida, de fa Academia
Pontificia de las Ciencias Sociales y de la Academia Mejicana de Bioética. Es consulter del Consejo
Pontificio para la Familia.
<http://esxathoHc.net/imprimir/index.phtml?ts=226tea=3718&te=428&id=31536>
Contact: <http: / /www.michel-schooyans.org/fr/ >
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