8/4/2014 Catholic.net 2.00^ Homilia en la misa del Profesor Jérôme Lejeune ~ ., ,, Quendos Hermanos y Hermanas, Auton Michel Schooyans Estamos aqui reunidos en el corazôn de la Semana Santa para celebrar los sufrimientos redentores del Senor y para seguirlo en su Pasiôn. Pero la evocaciôn y la celebraciôn de sus sufrimientos no pueden hacemos olwdar que la Misa es siempre celebraciôn de Cristo Resucitado, de Aquel que los discîpulos de Emaus van a reconocer enseguida en la fracciôn del Pan (Le 24, 13-35). Es el Jesûs vencedor del mal, de la mentira y de la muerte que nos reûne en tomo a très grandes servidores de la vida: el Doctor John Billings, fallecido en Melbourne el sâbado pasado, dia 31 de marzo 2007, Michel Raoult, fallecido el 27 de marzo de 2002 y Jérôme Lejeune. Dirigiéndome primera a usted, querida Seriora Raoult, y a sus hijos, quisiera decirie cuénto la muerte trâgica de su marido conmoviô a la gran familia intemacional de aquellos que luchan por la defensa de la vida. Sabemos que su marido dio prueba de heroismo interponiéndose frente a un injusto agresor. Sabemos también y sobre todo, que su marido, vuestro padre, nuestro amigo muriô como testigo viviente del precepto del cual Jesûs va a damos el ejemplo durante toda esta semana: « No hay amor mâs grande que dar la vida por los que uno ama. » (Jn, 15,13). Pero si no nos reunimos en tomo a Michel traspasado por las balas, tampoco nos reunimos en tomo a John o a Jérôme postrados por la enfermedad. Reunidos, sî, lo estamos, pero en tomo a Michel, a John y a Jérôme, transfigurados e invitados a compartir sin otra demora la vida del Resucitado. Este reencuentro deslumbrante, Hermanos y Hermanas, Jérôme lo prépara a lo largo de toda su vida. Lo préparé con una coherencia y una constancia sorprendente. Fiel a la prestigiosa tradiciôn de la Escuela francesa de Medicina, Jérôme aprendiô temprano a consentir con la verdad cientîfica. Observé, constatô la presencia de un individuo humano, portador de una carta de identidad genética; él ofreciô este pequeno ser humano al reconocimiento de todos. No se preguntô si este pequeno ser humano respondia a las directrices de la Union Eurapea, siempre pronta a sospechar que lo real no esté en conformidad con las normas consensuales de la Comunidad. Jérôme tuvo el atrevimiento de pensar y de decir, que jla carta de identidad genética, ténia mas valor que la carta de identidad civil! En este dominio, el Método Lejeune ya habia sido probado con suceso por el Samaritano de la parâbola (Le, 10, 29-37), mes apurado en asistir al herido que en preguntarse si el objeto sufriente no identificado respondia a la definiciôn politicamente correcta de prôjimo. Esta sumisiôn a lo real surgia, en Jérôme, de su corazôn de poeta. ^Recuerdan el azul de su mirada? Querida Birthe, justed no se equivoeô, el dia bendito en que un joven estudiante de medicina, de una imprevisiôn premeditada, se acercô a usted en una sala de biblioteca, con el pretexto de pedirle tinta! Los acontecimientos posteriores autorizan a pensar que el efecto de la mirada azul fue fulgurante y duradero. Jérôme - hablo del poeta - estaba fascinado por el misterio; lo acechaba. Y allî donde otros murmuraban contra la melancolia de la vida, Jérôme se maravillaba frente a una flor o frente al enloquecimiento de la pupila de los enamorados. Esta avidez de someterse a lo real, esta disposiciôn a sorprenderse conducian a Jérôme a no separarse jamâs de su lupa de bolsillo. Es que - «jjo ven ustedes? - la palma de una mano rebosa de preciosas informaciones sobre la historia genética de un sujeto. Jérôme Lejeune conservé hasta el fin su mirada de nirio. En su dominio de investigaciôn y de acciôn, el conocimiento progresô en el jûbilo frente al misterio que cède poco a poco al investigador mientras que finge resistirle. 8W2014 Catholic.net L^r rnjsteno protegio aJérôme de la tentaclôn del cientlficlsmo. El no pldiô ala disciplina que suntuosamente honra de resolver los problemas pertenecientes ala filosoffa oala teoLla Él sS que el campo de ejercco de la razcn humana no se limitaba al nlvel del cômo, sino qTd cômo mtemo S recJiazaï™ fumanamente las cuestiones esenciales, relativas al sentido de la existera - al ^no^iln h Ï* ?mU,ertf•f!hUbi6ra esa lohubiera v^acîôn ala la reno^cion de la antropologfa filosôfica, C°ntribUJd0 que él puso9e"^amente, en practica ensitodo largo sldo de susu actividad SSiÎH K?y ^^teilhardianas. COnWndd° qUe él podria haber desarrollado una tellogfa de faSeaciôn decantada de 7 las nebulosidades ^mlsmo tiempo en que servfa la verdad cientffica de manera ejempiar, Jérôme puso en evidencia los peUgros alos cuales esta expuesto el sabio. El principal de estos peligros, es el rechazo aver; peor aûn«H rechazo am.rar lo real. Durante toda su carrera, Jérôme honrô una concepciôn de la ciencia que coloca al sab.o al amparo de la tentaclôn del poder yde la tutela del poder. Asî, Jérôme es un maestro para nosotros ypara las generaclones futuras. Clarividencia sorprendente, en una época en que proliferan todo tipo de ideologias oscurantistas reducidas a invocar la autoridad de ciertos sabios, mas que la de la ciencia, para «validar» programas de selecciôn, de eugenismo, de erradlcaciôn, de elimlnaciôn, como lo recordo recientemente el Profesor Didier Sicard con tuerza y coraje (cf. Le Monde del 4 defebrero de 2007 y la débil respuesta del 3 de marzo). John Billings queria, con sus investigaciones, excluir el aborto de la fez de la Tierra. Jérôme, él, se encontre en el corazôn de los debates concemientes a la legalizaclôn del aborto; es, por otra parte, en este marco que nosotros nos conocimos. Lo que siempre me impresionô en estos debates, y ya en' las publicaciones anteriores a estos debates, es que no se explica nunca en qué consiste exactamente un aborto. El ûnico paramétra que se toma en cuenta, es la realidad de la mujer. Vfctlma del lenguaje estereotipado e indirecto, un pedazo entera de la realidad se sllencia: a saber, la realidad del niflo. Ycomo la realidad de este ser humano se oculta, se ignora voiuntariamente, el legislador estima tener las manos libres para legislar en el supuesto beneficio de la mujer y de dia sola. Esta es la paradoja: al legalizar el aborto, el legislador ratifica la no-protecciôn, la no-existencia juridicas del nino. El lenguaje mismo es felseado: se interrumpe lo que se présenta como un proceso, a saber el embarazo, mientras que el manto eufemista disimula lasupresiôn de un tndividuo humano real y en pleno crecimiento. La magia del lenguaje interviene, por tanto, para operar una doble mistrficaciôn: ocultar la presencia de un individuo humano, y ocultar en consecuenciala naturaleza homicida del gesto que lo suprime. Estamos aqui en el corazôn de una actitud de mala fe, pues se pide al Personal biomédico de callar voiuntariamente una realidad humana viviente que es, por otra parte, el objeto mlsmo de sus investigaciones y eventualmente de sus curas. El no-reconocimiento de la realidad del nino es la condiciôn previa para que sea proclamado el «derecho» de la mujer a disponer libremente de su cuerpo. El nifio es percibido como un obstâculo a la afirmaciôn de la libertad de su madré; y entonces la muerte del nino es presentada como el precio de la libertad de la mujer. Esta muerte es en primer lugar una muerte jurïdica querida por el legislador, luego ejecutada por el Personal médico. Esta situaciôn es no solo violenta sino que también mentirosa. Ella se apoya en la exaltaciôn unilatéral de un solo aspecto de la realidad. En el binomio madre-hijo, la mujer es discriminada positivamente. Ella sola émerge como sujeto de derecho - |y qué «derecho»! El nino es como mâximo un objeto, el objeto de un proceso: el embarazo; el objeto de un acto criminal: el aborto. iCômo podriamos nosotros, Hermanos y Hermanas, no reaccionar pûblicamente, y polfticamente, frente a esta nueva revoluciôn culturel? La ocultaciôn deliberada de la realidad, operada por el lenguaje, es validada, si se lo puede decir, porel legislador, que no tiene ya mâs que reconocer ni defender la realidad del nino puesto que este es voiuntariamente escamoteado. Asf, a partir de un problema que parece circunscrito, a saber la union vital que une el nifio a aquella que lo porta, todo el proceso législative de las sociedades democraticas es puesto en duda. El derecho no tiene mâs como objeto la justicia; tiene como objeto la ley. Y, segûn Kelsen, la ley es la expresiôn de la voluntad de aquei que puede imponer su ley. Las leyes que liberalizan el aborto nos han asf vendido una concepciôn puramente positivista del derecho. Este voluntarismo juridico es confirmado e ilustrado por los proyeetos pariamentarios concemientes, entre otros, al eugenismo, la experimentaciôn sobre ser vivo, la eutanasia. 8/4/2014 Cathdic.net !£Z? le^^T^X^^ T*-"** AUSChWit2' Hay neSacionistas que niegan las rafces KauZZ It! ?^'k Tamb,en hay ne9ac,°n'stas que niegan las realidades naturales mâs évidentes îtt£EE^ne9acionistas que nlegan «ueuna soci«*ad ^ **><* « «*^ - t^S^T^S ,0 SU^Clente a'Sefiornecesitamos de habemosdedad0 los ****** como deScSa Mozart oel Beato Fra >^gel,co. Pero mâs que nunca intercesores comodela belleza, MadréTeresa como John Billings, como Michel Raoult ycomo Jérôme Lejeune. ' M? H^n«n^te ï e" ^ ce,e*ramos més Particularmente el aniversario de la muerte de Jérôme, los mvrto, Hermanos y Hermanas, a dar gracias al Serior por habémoslo dado. por que, en un mundo nofh^rT UniSUn,laamwbelleza T^r^ C6deesencial al *«*»quede Jérôme ,a ^tasl W^simodula ^Tafclo nos haceredescubnr de la vardad.EUrDPa Esta qUe lecciôn nos dejô v^ZlV^0 diferen^, de laMdade enMichel que Raoult. nos en^tremos. Leeuneademés suscité" yocacones de poUticos al*?service de lamMm vida, como El Profesor Lejeune, mvito asus cdegas medicos adesolidarizarse de los mercaderes de muerte y a serfieles asu vocaciôn 2iPal??8 ? ? '9ua,mente' l-V*1™ aPrem»ô a sus colegas juristas a salvar el derecho de la indignidad en la cual cae cuando se déjà instrumentalizar para legallzar cualquier practica. Alas mujeres el esposo y el padre ejempiar que lue Jérôme recuerda que el verdadero feminismo, es aquel que reactiva lajcntaja comparativa de la mujer tener un corazôn muy grande, hacer prevaler las relaciones de amor sobre las relaciones de fuerza - en suma, ser el icono de latemura de Dios. Testigo de la verdad, Jérôme lo tue hasta el fin. Se volviô para siempre hijo de Dios por el bautismo. Aquel dfa Jérôme recibiô en su corazôn la luz del Espfritu Santo. En los Santos fnocentes que asistla el médico Jérôme, el creyente, reconocfa alos hijos queridos de Dios. Se cuenta que en la cercanfa de sumuerte ei Sefior apareciô aSanto Tomâs de Aquino y le dijo: «Tû hablaste bien de mf, Tomâs. ^Qué quieres como récompensa?» «Serior, respondiô Tomas, pio quiera otra recompensa que Tû mismo!» iBienaventurado ères tu, Hermano Jérôme, de haber conservado toda tu vida un corazôn de pobre! iBienaventurado ères tû de haber tenido hambre y sed de justicia! iBienaventurado ères tû de haber sido perseguido por la justicia como lo tueron y como lo son todos los profetas! pienaventurado ères tû porque el Reino de los cielos es de los que se te parecen! iBienaventurado ères tû, Jérôme, de haber reconocido en tus enfermos a los hermanitos y las hermanitas de Jesûs! Eran eilos todos que teesperaban, hace trece afios, en la cima de tusubida dolorosa hacia Aquel que es tu recompensa: jel Vencedor de la muerte, el Serior de la Vidal Te recomendamos ver este video Jérôme Lejeune a los altares Mons. Michel Schooyans es Profesor ordinario emérito de Filosofia polftica y de Ideologfas contemporâneas de la Universidad catôlica de Lovaina. Es miembro de la Pontificia Academia para la Vida, de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales y de la Academia Mejicana de Bioética. Es consulter del Consejo Pontificio para la Familia. Preguntas o comentarios al autor <http:/ /esxatholic.net/ imprimir/index.phtml?ts=22&ca=371&te=428&id=31598> Contact: <http:/ /www.michel-schooyans.org/fr/ > regresar Homenajes | Condfciones de engua^es (||SQ ( Donativos | p^acldad | Transparertcla | Pubficfdad | Contâctanos I RSS