EFEMÉRIDES Es importante destacar cómo en el periodo del Centenario de 1910, se da la construcción de una imagen de la Nación a través de pinturas, esculturas y toda suerte de iconografía que construye el relato que los estadistas de la época logran imponer, usando todos los recursos disponibles. Esa imagen está en consonancia con la idea de país que se consolidó tras el triunfo de la corriente liberalunitaria quien adoptó ropajes de federalismo; un país que buscaba con inmigración europea dar cabida al progreso y que daba como supuesto el triunfo de la civilización sobre la barbarie. Las trampas del registro visual de la Revolución de Mayo Por Ernesto Picco1 Las imágenes que componen la iconografía de la Revolución de Mayo no fueron produ cidas en el contexto histórico al que refieren. El registro visual de la Revolución fue elaborado, en su gran mayoría, en el marco de los festejos del Centenario, entre 1906 y 1912. Antes, prácticamente no había ninguna imagen sobre los protagonistas y los escenarios de la Revolución. Un solo hombre, Adolfo Carranza, CABILDO ABIERTO DEL 22 DE MAYO DE 1810. ÓLEO DE PEDRO SUBERCASEAUX. MUSEO HISTÓRICO NACIONAL. 1910 presidió una comisión que tuvo la tarea de producir cuadros, estatuas y estampillas sobre los días de Mayo y sus personajes. Estas imágenes forman parte de una interpretación de la historia hondamente influida por los intereses de clase de la oligarquía porteña del novecientos, en un país que presentaba por aquellos días un notable contraste con un despegue económico nunca visto y 1 Licenciado en Comunicación Social (UCSE). Becario del CONICET-Doctorando. una inestabilidad social marcada por los violentos enfrentamientos sociales, provocados por el cierre de los espacios de participación política. A partir del análisis semiótico de algunas de las imágenes más importantes y del estudio del diario personal de Adolfo Carranza, salen a la luz las huellas de la clase dominante argentina de principios del siglo XX en una iconografía que ofrece una trastocada visión de la historia argentina. Hay que señalar la diferencia fundamental que el registro visual de la Revolución de Mayo tiene con el resto del registro visual del siglo XIX. Las batallas de Cándido López, las pinturas de Rosas, los cuadros que Blanes hizo para Urquiza, las imágenes gauchescas de Juan Carlos Morel y hasta el Buenos Aires colonial de Emmeric Essex Vidal, fueron producidos en el momento en que los hechos ocurrieron. Mientras tanto, la iconografía de la Revolución de Mayo es en realidad parte de las ficciones orientadoras de la clase política argentina de principios del siglo XX. Carranza era director del Museo Histórico Nacional, y convocó a pintores como Pedro de Subercaseaux, Guillermo Da Re y Egidio Querciola, entre otros. Los aspectos resaltados y omitidos en estos cuadros dan cuenta de la impronta del discurso de la clase dominante argentina de 1910, que quería pintar una Revolución de Mayo blanca, pacífica y europeizada. Así aparecen las mujeres con vestidos ampulosos, los caballeros de galera y bastón, los militares con la espada siempre en la vaina y la presencia de la iglesia. Es notoria la escasísima presencia de los negros, que formaban el 30% de la población del Buenos Aires de principios del siglo XIX. En la iconografía de la Revolución de Mayo no aparecen los cuarteles ni las campañas militares de una Revolución que se hizo bajo la amenaza de las armas en la calle. Se trata de un registro visual que fue producido con la intención de dar un pasado en común a una Argentina poblada de inmigrantes de distintas razas, con la historia todavía a medio construir y un Estado en pleno crecimiento, pero aún lejos de la democracia moderna. Ese registro inconográfico fue heredado con los años sin objeciones, y pobló los libros de texto escolares, las revistas y publicaciones durante un siglo.