LAS VARIEDADES SOCIOCULTURALES Y LOS REGISTROS IDIOMATICOS: CLASES Y PRINCIPALES RASGOS LAS VARIEDADES DE LA LENGUA La función principal del lenguaje es la comunicación. El lenguaje se define como la capacidad que poseen los humanos para poder comunicarse mediante un sistema de signos lingüísticos. Su realización concreta en una determinada comunidad se denomina lengua. La lengua o idioma es, por tanto, un código común que utilizan los hablantes de una comunidad. Sin embargo, dicha lengua no es una estructura rígida sino que, según las circunstancias o características sociales y geográficas de los hablantes, se producen diversificaciones el seno de la misma. Son las llamadas variedades de la lengua. La sociolingüística es la disciplina que las estudia e investiga sobre las relaciones entre la lengua y sociedad en todos sus ámbitos. Hay dos tipos de variedades lingüísticas: 1. Variedades de Lengua, en relación con la competencia lingüística del hablante: a. La variedad de la lengua relacionada con el lugar donde se aprende a hablar o reside habitualmente da lugar a los llamados dialectos geográficos o variedades diatópicas: dialectos, hablas regionales y locales. b. La variedad de la lengua en función de circunstancias de carácter supraindividual (ajenas a la voluntad del hablante) como el nivel de instrucción o el estrato social del hablante da luz a los llamados dialectos sociales o variedades diastráticas. Según su nivel socio-cultural, cada hablante queda encuadrado en un nivel de lengua, ya que es fundamental la influencia del grado de cultura en la forma de hablar. 2. Variedades de habla relacionadas con los usos o modalidades que convienen a las diferentes situaciones comunicativas: son las variedades diafásicas. Cualquier hablante elige en cada momento determinados usos y rechaza otros. Este nivel de habla depende de las circunstancias en las que realiza el acto comunicativo. Estas modalidades de carácter individual reciben además el nombre de variedades de estilo o registro. VARIEDADES GEOGRÁFICAS DE LA LENGUA Actualmente, se cuentan en el mundo unas cinco mil lenguas que se agrupan en familias lingüísticas, históricamente emparentadas. La mayor parte de las lenguas de Europa proceden de un idioma ya desaparecido, el indoeuropeo. En la actualidad las lenguas más habladas son el chino, inglés y español o castellano. O siempre las fronteras políticas y lingüísticas coinciden. A veces en un mismo estado se hablan distintas lenguas, como España o Suiza. Por el contrario, también ocurre que distintos estados utilizan la misma lengua, como el inglés en Gran Bretaña y Estados Unidos, o el español en España y los países de Hispanoamérica. Las lenguas se diversifican al extenderse por el espacio. Si a la expansión se le añaden factores de carácter político y cultural, además de la evolución lógica que produce el paso del tiempo, se puede llegar a producir la diferenciación de una lengua. Surgen así los dialectos: sistemas lingüísticos derivados de una lengua viva o muerta. Es el caso de las lenguas romances, productos de la fragmentación del latín. Las variedades diatópicas o dialectales relacionan al hablante con su origen territorial. Son variedades geográficas: los dialectos, las hablas regionales y las hablas locales. Para se precisos debemos establecer las diferencias entre lengua y dialecto. Así, desde un punto de vista histórico, todas las lenguas son dialectos de otras anteriores de las que proceden. Sin embargo, desde una perspectiva diacrónica, se reserva la denominación de lengua a un sistema lingüístico que cumple las siguientes condiciones: Un alto grado de diferenciación con respecto a las demás lenguas. Esto implica que los que no sean hablantes de una lengua no pueden usarla sin aprendizaje. Nivelación: la lengua presenta un cierto grado de homogeneidad, de normalización. Para ello, dispone de una gramática, un léxico y unas normas de pronunciación comunes a todos los hablantes. Tradición literaria: la forma escrita debe haber alcanzado cierto grado de desarrollo y haber constituido una tradición. También caracteriza a una lengua el contar con una significativa comunidad de hablantes y el haber alcanzado la condición de lengua nacional imponiéndose a otros sistemas lingüísticos. Por su parte el dialecto, la modalidad que adopta una lengua en una parte del territorio, presenta los siguientes rasgos diferenciales con respecto a la lengua: Subordinación a otra lengua: el hablante de un dialecto sitúa su ideal lingüístico en una lengua superior y más general, a la que tiene conciencia de pertenecer. Además, el dialecto no se encuentra suficientemente diferenciado de la lengua de la que depende. Escasa nivelación: los rasgos dialectales no son unitarios, no están normalizados. Las diferentes características gramaticales, léxicas y fonéticas no son compartidas por todos los hablantes de un dialecto. Sin tradición literaria: los rasgos dialectales difícilmente se plasman en forma escrita porque los hablantes, al escribir, utilizan la lengua general. Las raras excepciones no llegan a constituir una tradición. El habla regional es la variedad que presenta la lengua en una región determinada. Supone un nivel lingüístico de menor coherencia y cohesión que el dialecto por ser menor su diferenciación con respecto a la lengua, ya que su extensión suele ser más limitada. En el habla local, se acentúan las particularidades que se han apuntado en relación con las hablas regionales. Este mayor grado de particularismo se debe a que el habla local es una variedad de lengua que se produce en una zona geográfica muy reducida: una comarca, una ciudad… Como vemos España posee una rica variedad lingüística. VARIEDADES SOCIALES El carácter social de la lengua se fundamenta en el hecho de que es compartida por los individuos de una comunidad. Sin embargo, toda sociedad se halla internamente organizada en clases que se distribuyen a modo de estratos; entre sus diferencias, las de carácter lingüístico ocupan un lugar relevante. La modalidad que adopta una lengua en una determinada capa social de la comunidad lingüística recibe el nombre de variedad diastrática, dialecto social, socieloecto o nivel de lengua. Dado que existen fronteras claras en las formas de hablar de las distintas clases sociales, las modalidades lingüísticas parecen corresponder más bien a diferencias socioculturales. Es el grado de instrucción o cultura de un hablante el factor determinante de su variedad de lengua, y no el económico o la clase social. La relación entre cultura y clase social es muy estrecha ya que las posibilidades de formación de un individuo dependen en gran medida de su nivel económico. Según el grado de instrucción, podemos distinguir los siguientes conjuntos lingüísticos: Personas con sólida formación. Personas de mediana cultura. Personas poco instruidas o incultas. Además hay otros factores extralingüísticos, en relación con ellos, se pueden aislar diversos sociolectos: Según el hábitat: lengua rural y lengua urbana. Según la edad: diferencias condicionadas por la pertenencia a un determinado grupo generacional. Según la procedencia: los dialectos de los barrios. La inmigración suele distribuirse en las ciudades en virtud de su lugar de origen y esto determina diferencias notables en el habla de los distintos barrios. Según los diversos oficios o actividades: las diferencias las encontramos en el novel léxico-semántico. En función de estos factores, se distinguen las siguientes variedades sociales: nivel culto, nivel popular, novel vulgar y nivel estándar. NIVEL CULTO Es el propio de personas instruidas y de gran nivel cultural. Funciona como modelo de corrección y como ideal de lengua para los estratos inferiores. Es el nivel más preciso, más estructurado y el más rígido, sus características fundamentales son: Corrección. Afecta a todos los niveles: al fonético con una pronunciación que conserva los matices de expresividad y evita todo vulgarismo o localismo; al gramatical, con un uso riguroso de las construcciones sintácticas, utilización de conectores adecuados; al léxico, precisión en el vocablo y rechazo de vulgarismos y barbarismos. Riqueza léxica. La lengua culta dispone de un léxico preciso y rico que abarca a las ciencias y a la cultura en todos sus ámbitos. Capacidad de abstracción. La lengua culta se diferencia de la popular y la vulgar en que es capaz de expresar con mayor profundidad y precisión los conceptos abstractos. Tradición literaria. La lengua culta recoge el peso de la tradición literaria y puede compartir con ella su belleza formal. Es la más apropiada para todo tipo de actividades intelectuales. NIVEL POPULAR Se sitúa en un nivel medio de competencia lingüística y se usa en el ámbito de la vida cotidiana. Sus rasgos: La subjetividad del hablante: uso frecuente de interjecciones, exclamaciones, expresiones irónicas, interpelaciones al oyente… Economía en el uso de medios lingüísticos: oraciones inacabadas o suspendidas, oraciones sincopadas, falta de precisión léxica, frases cortas o muy expresivas, elementos que remiten al contexto extralingüístico (deícticos), muletillas, frases hechas, etc. Continuas apelaciones al oyente. Uso del llamado lenguaje proverbial o refranes ligados a la filosofía popular. NIVEL VULGAR El nivel vulgar es utilizado por las capas más modestas y peor escolarizadas de la sociedad. Es un sistema pobre, con una gramática sencilla y un léxico reducido. Se caracteriza por la alteración de la norma y el uso de vulgarismos, palabras incorrectas o errores lingüísticos debidos a la ignorancia del hablante. Los vulgarismos son variados y se producen en todos los niveles de la lengua: Vulgarismos fonéticos: o Desplazamientos acentuales: máestro… o Indecisión vocálica: sigún… o Simplificación consonántica: dotor, istancia… o Relajación consonántica: colorá, toavía… o Alteración r/l: arquiler… o Cambio de consonantes: cocreta, grabiel… Vulgarismos morfológicos: o Formaciones analógicas: haiga, ayer caminemos… o Leísmo, loísmo y laísmo: la dije… o Uso de partículas: pienso de que, dempués… o Alteraciones verbales: cantastes… o Vulgarismos léxicos: Solecismos: explosionar (explotar), ves (ve, vete) Léxico figurado: limpiar (robar)… o De origen gitano: gachó, parné… Humorístico: finolis, locatis... Vulgarismos sintácticos: Orden de las palabras: me se escapó… Concordancias incorrectas: la clima, la Carmen… Frases hechas e impersonales: uno es así… NIVEL ESTÁNDAR Esta variedad lingüística se sitúa en un nivel medio pero forma de la lengua. Adopta las exigencias normativas del idioma, aunque es menos rígida y meticulosa que la variedad culta. Sirve de modelo tanto en la comunicación oral como escrita. Respeta la norma léxica y gramatical que supone el uso correcto del idioma, siguiendo las instrucciones de la Real Academia de la Lengua. Se adapta a los cambios que puedan ser introducidos por las modas o préstamos de otras lenguas y se difunde a través de los medios de comunicación y, también, en la enseñanza. Es una lengua común a la gran mayoría de los hablantes que pertenecen a un nivel sociocultural medio. LOS LENGUAJES ESPECÍFICOS Los lenguajes específicos son las variedades de la lengua común o estándar que identifican a un grupo sociocultural. Las características de estos subsistemas afectan fundamentalmente al nivel léxico y, en menor grado, al morfosintáctico. Estos lenguajes específicos son muy heterogéneos e ilimitados: lenguaje publicitario, lenguaje , científico-técnico, jergas de oficios y profesiones, hablas de los grupos marginales… Vienen condicionados por su área de aplicación y dependen, fundamentalmente, de dos factores extralingüísticos: El aspecto sociológico: la lengua tiene un carácter social y es una importante seña de identidad de un grupo social. El aspecto temático: la lengua transmite unos contenidos, designa objetos y relaciones. Se distinguen tres tipos de lenguajes específicos: Las jergas o argots: son lenguas de grupos sociales marginales con finalidad críptica. Destaca el lenguaje del hampa, el carcelario, tribus urbanas… Los rasgos lingüísticos de los argots afectan fundamentalmente al léxico. Dado que la vida de las palabras es muy breve, la sinonimia adquiere una especial importancia sobre todo en el argot de la delincuencia, ejemplo: cantar por confesar… Los lenguajes sectoriales: empleados por los miembros de diferentes actividades y profesiones. No tienen finalidad críptica y fortalecen los lazos de unión de un grupo, ejemplo: lenguaje jurídico, deportivo, político… Los lenguajes científico-técnicos: lenguajes de las diversas ciencias. No tienen finalidad críptica, pero resultan incomprensibles para los no iniciados, ejmplo: lenguaje de la medicina, bilogía, física… LENGUA Y SITUACIÓN COMUNICATIVA: VARIEDADES DIAFÁSICAS El uso individual de la lengua en los diferentes actos de habla da lugar a las variedades diafásicas que el hablante elige en función de la situación en que se produce la comunicación. Llamamos situación comunicativa al conjunto de circunstancias extralingüísticas en las que se desarrolla el acto de comunicación. Los elementos que conforman la situación comunicativa son: La personalidad de emisor y receptor. El grado de influencia de factores como el nivel sociocultural, la edad, el sexo, ideología, profesión, hábitat o estado de ánimo de quienes intervienen en un acto concreto de comunicación acentúa o difumina determinados rasgos del código lingüístico. Es muestra de ello el carácter innovador o conservador del lenguaje. La atmósfera, tensión comunicativa o grado de formalidad. Refleja el grado de proximidad o distanciamiento entre emisor y receptor, de ahí relaciones que van de lo informal a lo formal. El tema o materia sobre el que versa la comunicación. Puede estar establecido de antemano o, por el contrario, variar e improvisarse en el transcurso del acto comunicativo. Además el tipo de asunto elegido puede condicionar el lenguaje: no es lo mismo hablar de un tema intranscendente de la vida cotidiana que abordar materias más serias y graves. La intencionalidad. El hecho de entablar un proceso comunicativo puede obedecer a múltiples finalidades: informativa, explicativa, didáctica, prescriptiva… La unilateralidad o no de la comunicación. Unas veces el mensaje circula en una sola dirección, sin que se produzca respuesta inmediata, es el caso de los medios de comunicación. En otras ocasiones, en cambio, se produce la alternancia comunicativa con intercambio de turnos, un debate, por ejemplo. El espacio o ámbito de interacción social, que puede ser: laboral, profesional, académico, familiar… El conjunto de todas estas circunstancias determina que el hablante elija el código, el medio de expresión y la estructura discursiva que más se ajuste a la situación de comunicación: a) El código. El emisor puede decidirse por un código exclusivamente verbal o combinarlo con el no verbal, ejemplo: los medios de comunicación de masas que se sirven de códigos iconográficos (fotografía, dibujos, colores…), tipográficos (tipos y tamaños de letras…) y auditivos (música, efectos sonoros…) b) El canal. El medio físico que elijamos para comunicarnos condiciona también nuestro lenguaje, así es distinta la expresión oral y escrita… c) La estructura discursiva. Con arreglo a las necesidades del contexto el usuario optará por un tipo de discurso u otro atendiendo a su especial configuración formal: descripción, narración, argumentación, exposición, monólogo o diálogo. LOS REGISTROS IDIOMÁTICOS El uso individual que de la lengua hace el hablante, en virtud de la situación comunicativa en que se encuentre recibe el nombre de registro idiomático. Cada situación comunicativa requiere un registro idiomático propio. Sin embargo, la adecuación des discurso no siempre es posible. La capacidad de cambiar de registro de los hablantes depende de su competencia lingüística: cuanto mayor sea el grado de instrucción mayor su nivel de conocimiento de la lengua y más fácil le será pasar de una modalidad a otra. De acuerdo con el uso más generalizado de la lengua podemos distinguir dos tipos de registros: Registro formal. Utilizado en ámbitos especializados: científico, literario, jurídico, técnico o periodístico. En ellos predomina la preocupación por seleccionar la forma correcta y adecuada de los recursos lingüísticos. El registro culto es el registro formal por excelencia. Se caracteriza por utilizar un lenguaje cuidado en todos los aspectos, fónico, morfosintáctico y léxico. Busca, ante todo, la precisión, originalidad y la variedad. Registro informal. Utilizado en ámbitos familiares o amistosos, en los que predomina una comunicación directa, espontánea e interpersonal. El más significativo es el registro coloquial. EL REGISTRO COLOQUIAL Aunque tiene elementos en común con la lengua popular responde a dos criterios diferentes: la lengua popular es una variedad de la lengua que depende del nivel sociocultural del hablante; por el contrario el registro coloquial alude a una situación comunicativa determinada. Es característico de la lengua oral pero ocasionalmente puede aparecer en cartas familiares o en textos literarios, cuentos o novelas, que pretenden imitar el estilo oral. Sus rasgos más destacados son: Carácter dialogado. Por ello, lo prioritario es que el oyente capte el sentido global del mensaje. Se tiende a la cooperación y nivelación para poder sintonizar y adaptarse a las necesidades comunicativas de ambos. Espontaneidad y falta de formalización. Al carecer de reflexión (y planificación) se abusa de la improvisación formal y de la imprecisión expresiva. Confluencia del código verbal y no verbal. El acto de conversacional se apoya en un código no lingüístico: posturas corporales, expresiones de la cara reveladoras de los más diversos estados de ánimo… Rasgos lingüísticos del registro coloquial: 1. Aspectos fónicos: Relajamiento en la articulación de los sonidos: a. Diptongación forzada: vete de ái (por ahí) b. Reducción de grupos consonánticos: istrucción (instrucción) c. Pérdida de un grupo de fonemas: taluégo (por hasta luego) 2. El tratamiento: a. Tratamiento pronomian: tú/usted b. Tratamientos nominales: apodos, hipocorísticos (Pili) o fórmulas con Don, Señor… c. Expresiones cariñosas: hijo de mi vida, pedazo de cielo… d. Comparaciones alusivas al mundo animal: gatita… o humano, princesa… e. Insultos que resaltan rasgos físicos o defectos de las personas, así como sus conductas sociales o sexuales. f. Fórmulas de cortesía con las que se muestra la deferencia del hablante hacia su interlocutor: fórmulas de despedida, presentación, pésame… 3. La expresividad: la manifestación de la subjetividad o afectividad del hablante se refleja en: a. Ampliación de la modalidad de la frase en función de la actitud personal, así a la enunciación se añade: duda, sorpresa, asombro, reproche, enfado... b. Organización subjetiva del mensaje. Se articula el discurso siguiendo los dictados del pensamiento-sentimiento sin reparar en la estructura lógica del mismo. Atiende a los siguientes rasgos: i. La dislocación sintáctica porque los elementos oracionales se ordenan según el interés del emisor ej: yo en vacaciones me gusta dormir. ii. La condensación sintáctica, que se refleja en el uso de expresiones de término único (interjecciones), estructuras oracionales sin predicado o con abundantes elementos omitidos (oraciones incompletas o sincopadas) iii. La fragmentación del mensaje en unidades aparentemente independientes: yuxtaposición; o predominio de la coordinación sobre la subordinación. c. El énfasis lingüístico mediante expresiones autorreafirmativas (te lo digo yo…) y otras que implican la conformidad del interlocutor (ya me entiendes…). Los elementos intensificadores pueden ser: i. Presencia de superlativos con sustantivos (mañana es la finalísima) ii. Impropiedad semántica (voy a ser tremendamente claro) iii. Redundancia semántica (Este no es persona humana) iv. Incompatibilidad semántica (Esta mujer tiene una paciencia infinita) v. Cambio de género: soltó dos palabros… d. Creaciones léxicas espontáneas: medios expresivos que surgen esporádicamente en la conversación: Ese muchacho tiene mucha pechonalidad… 4. Economía y comodidad. El emisor se asegura la comunicación con el menor esfuerzo de ahí el descuido formal e imprecisión expresiva, los rasgos son: a. Formaciones regresivas: apócope y aféresis: cole, tele… b. Concordancias improvisadas: se arreglan toda clase de desperfectos… (se arregla es impersonal) c. Muletillas: o sea, bueno, evidentemente… d. Frases hechas, expresiones estereotipadas, refranes. e. Comodines: cosa, chisme, rollo, cacharro… Variante del registro coloquial es el familiar.