^ ^ i Núm. 19•71 H liill LA "TIÑA" DEL PUERRO JAVIER HERNANDEZ AINA Ingeniero Agrónomo MINIBTERIO DE 1&RICULTUR^ La "tiña" del puerro Este insecto microlepidóptero, conocido científicamente por Acrolepia assectella, en su estado adulto, es una mariposilla de unos 18 milímetros de envergadura, gris pardusca, con cabeza rojiza. Las alas anteriores son pardas, salpicadas de zonas más oscuras y presentan, en su parte inferior, dos manchas blancas características. Las alas posteriores son de color gris claro, más apuntadas que las anteriores y con abundante fleco de pelos grises a lo largo de su borde. La larva recién nacida es blanca grisácea y tiene unos 14 milímetros de longitud. Evoluciona a través de cinco estados larvarios a color blanco verdoso, presentando en cada segmento ocho pequeñas manchas negras, provistas de un pequeño pelo las cuatro dorsales. La cabeza es de color más oscuro. La ninfosis se realiza en un capullo poco tupido, de unos nueve milímetros de largo y dos milímetros de ancho, abierto en su extremidad anterior. En principio es grisáceo, virando posteriormente a pardo negruzco. CICLO BIOLOGICO Generalmente, el insecto inverna en forma de adulto, guarnecido entre cortezas y otros restos vegetales. Presenta cierta resistencia al frío, pero no tanta a la humedad. La presencia de adultos viene condicionada por la temperatura ambiente, influyendo también este factor sobre el número de g,eneraciones anuales. Es muy difícil, por tanto, dar cifras exactas referentes a la duración del ciclo evolutivo del insec- - 3 - to. Puede hablarse de dos a cinco generaciones anuales, siempre a modo orientativo, pues, repetimos, que varían según regiones y de un año a otro. La actividad de los adultos es crepuscular o nocturna, apareciendo los primeros en abril-mayo. Las hembras efectúan puestas de unos ochenta huevos de media, que quedan fijados a las hojas del puerro mediante un líquido que ellas segregan. Según que la eclosión se realice de día o de noche, la larva neonata penetra directamente en el vegetal o bien deambula unas horas por la hoja antes de perforar la cutícula foliar. Devora el parénquima, respetando la epidermis, y traza una galería, generalmente recta, paralela al eje de la hoja y dirigida hacia la base. Esta primera fase, en que la larva actúa como minadora, dura de dos a cinco días. Abandona después la galería, se desplaza sobre la superficie de la hoja, penetrando hasta el mismo corazón del puerro. Cuando la humedad relativa cs elev^da se hunde poco, limitándose entonces su acción a los parénquimas de las hojas al nivel del suelo. En tiempo ^C,^ ADU LT O Fig. 1.-Adulto de Acrolej^ia assectel[a. A la izquierda, indicación del tam,iño real de la mariposa. 4 Fig. 2. Larva u oruga de la Acrolepia assectella, con indicación del tamaño real. seco, penetra más, causando las lesiones más graves en el cuello y en las túnicas del bulbo. Permanece así en la zona interna del puerro hasta el momento de la ninfosis. Es de sumo interés detectar en el campo las fases larvarias anteriores a la penetración en el suelo, para realizar los tratamientos con oportunidad. Fig. 3.--Capullo invernal, aumentado. muy - 5 - DAÑOS E IMPORTANCIA ECONOMICA A1 hablar del ciclo biológico de la "tiña", hemos esbozado ya el cuadro de daños que provoca este insecto. Las larvas, en su primer estado, perforan las hojas, excavando posteriormente galerías en una fase minadora. Estas primeras lesiones no afectan apenas al crecimiento del vegetal. Los daños graves comienzan cuando la oruga desciende bajo el nivel dcl suelo. Allí destruye las tíinicas del bulbo y hojas jóvenes no desenvainadas, motivando un marchitamiento general de la planta que la hace inservible para su comercio. Pueden producirse asimismo infecciones secundarias de bacte- Fig. 4. - Ejemplo de daños iniciales en hojas y tallo. -6- rias y hongos sobre las lesiones ya causadas, y, en consecuencia, podredumbre y muerte total de la planta. El que los daños más graves se produzcan bajo el nivel del suelo, hace más difícil, para quien no conoce la plaga, diagnosticar el motivo de la marchitez general de la planta. Otra consecuencia, y de mayor importancia, es que en esta fase los tratamientos fitosanitarios son de menor eficacia. Para el técnico experimentado no resulta difícil distinguir la Acrolepia de la mosca de la cebolla (Hylemyia antiqua), pero sí lo es para el agricultor, ya que el cuadro de daños presenta bastantes analogías. Respecto a la importancia económica que revisten los daños causados por este insecto, diremos que es muy significativa. Concretamente, durante nuestra actividad profesional en la provincia de Guipúzcoa, nos han llegado frecuentes quejas de agricultores, alarmados por sus cuantiosas pérdidas en el cultivo del puerro. Este cultivo, aunque no ocupa una superficie elevada, es tradicional en la región y alcanza muy buenos precios en los mercados de la zona. AVISOS AGRICOLAS Sería muy interesante conocer los gráficos de vuelo de adultos en cada región. La importancia de los mismos nos permitiría apreciar la intensidad de las puestas y de ellos deducir el grado de peligrosidad en cada instante. Conoceríamos entonces la época oportuna para efectuar los tratamientos. Ello es de suma utilidad, ya que los plaguicidas deben alcanzar a las orugas antes de penetrar en profundidad en los tejidos de la planta, siendo su estado más vulnerable el que sigue inmediatamente a la eclosión, antes de que las orugas excaven las primeras galerías en las hojas. Trabajos de esta índole han sido realizados en Francia por su organismo de investigación agraria, cuyos métodos empleados para la confección de gráficos de vuelo describimos someramente. Uno de ellos consiste en colocar en el mismo campo donde se cultivan los puerros unas cajoneras de 80X80 centímetros Fig. 5.-Daños graves en que ya se aprecia el estado de marchitamiento general de la planta. de base y 100 centímetros de altura; su parte superior sostiene una fina malla de fibra de vidrio plastificada. Se introducen en ellas insectos con plantas procedentes del mismo campo. La evolución de la plaga se realiza en las mismas condiciones ambientales que al exterior, permitiéndonos seguir la actividad de la puesta de los adultos por examen del número de huevos depositados cada día. Otro sistema empleado se basa en la tracción que ejercen las hembras no fecundadas sobre los machos. La crianza de hembras adultas se realiza en el laboratorio a partir de larvas en sus últimos estados, momento en que son fácilmente diferenciables de los machos. Estas hembras adultas se introducen, en grupos de cinco, en cajitas bien ventiladas y cerradas con malla tupida, que se fijan en el interior de unos cilindros bien engomados. Este montaje se coloca en el campo por medio de unos bastidores especiales de madera. Las capturas cotidianas de machos permiten establecer las curvas de vuelo. MEDIOS DE LUCHA Como hemos indicado, es preciso cfcctuar los tratamientos con oportunidad, es decir, en los primeros estados larvarios, - 8 - antes de que las orugas alcancen las zonas profundas de la planta. Una medida indirecta, encaminada a reducir la población de insectos, sería la destrucción de hojas viejas y plantas abandonadas en el momento de la recolección. Los tratamientos químicos se deben realizar en el momento del trasplante y en terreno de asiento. En el trasplante, consiste en sumergir la planta, durante dos minutos, en un caldo insecticida, preparado a base de productos con acción de contacto, malathión, lindano, etc., o de contacto y profundidad, triclorfón (dipterex), diazinón, etcétera. Conviene emplear concentraciones algo inferiores a las usuales. En el terreno de asiento se deben efectuar los tratamientos cuando aparezcan los adultos, y lo más tarde cuando las larvas excavan las primeras galerías. La frecuencia de los mismos vendrá condicionada por el número de generaciones, que, como dijimos, dependen de los factores climáticos. Quince días es un plazo aconsejable a modo de orientación. Pueden aplicarse los insecticidas mediante espolvoreos o pulverizaciones, usando con preferencia productos con acción en profundidad. Respecto a las dosis a emplear, bien en emulsión o en polvo mojable, expresadas en gramos de materia activa por cada cien litros de caldo, podrían ser: malathión, 75; lindano, 30; diazinón, 40; carbaril (sevín), 125; triclorfón (dipterex), 90. Con estos datos, y mediante un sencillo cálculo, obtendremos la cantidad de producto comercial necesario. Debe respetarse estrictamente el plazo de seguridad específico de cada insecticida, es dccir, el tiempo que ha de transcurrir entre el último tratamiento y la recolección. (Las figuras proceden de la ficha A. C. T. A.. núm. 99.) PUBLICACIONES DE EXTENSION AGRARIA Bravo Murillo, 101. Madr9d-20 Se autoriza la reproducción íntegra de esta publicación mencionando su origen: ^^Hojas Divulgadoras del Ministeri0 de AgriCUltUra». Depósito legal: M. 31175 - 1971 Gráficas Aragón. S. A.-Madrld.