Durante el Románico la escultura quedará supeditada a la arquitectura, por lo que capiteles, tímpanos, frisos, canecillos, jambas e intercolumnios serán los espacios en los que escenas de la historia sagrada, diversos elementos decorativos y todo un catálogo de bestias infernales inunden monasterios, iglesias y catedrales. Unas esculturas que se convertirán en verdaderas biblias en piedra al servicio de una sociedad mayoritariamente analfabeta. Dentro del extenso repertorio descrito, las escenas de la Pasión de Cristo tendrán una considerable difusión, representándose habitualmente entre ellas la Flagelación. Si en un primer momento Jesús sigue apareciendo vestido con túnica (fig.5), conforme avanza el siglo XII la túnica será reemplazada por un sencillo trozo de tela en torno a la cintura (fig. 6). (fig.5) (fig. 6) 38