o acabamos la prostitucion o nos prostituimos todos

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En VENEZUELA XXI: La Revolución de la Estupidez, Gonzalo Palacios Galindo
sugiere cómo la prostitución ha dañado fatalmente la moral de la Nación. El
gobierno podría eliminar la estupidez causada por esta enfermedad social. Sigue
la novena entrega de esta serie: Ad inteligentes, pauca.
O ACABAMOS LA PROSTITUCION O NOS PROSTITUIMOS TODOS.
¿Eliminar la prostitución? Ni siquiera Jesucristo se lo propuso, aun
cuando se encontraba en una Jerusalén ocupada por el Imperio Romano y por
consiguiente con numerosas prostitutas, porque prostitución y ocupación militar
suelen ir juntas. Los Evangelios describen pocos pero significativos encuentros
de Jesús con estas infelices; el trato que les daba fue muy diferente del que le
dio a los fariseos y a los mercaderes en el Templo. Con estos tuvo poca
paciencia y cero tolerancia. En las pocas ocasiones que se encontró con
aquellas mujeres, les hablaba con simpatía y cariño y les perdonó su
comportamiento. Créase o no en su divinidad y en su mensaje, conviene
recordar cómo Jesucristo trató a las mujeres. El caso de la “pecadora” que le
lava los pies con sus lágrimas (de arrepentimiento) y luego los seca con su
cabellera es de especial interés ya que Jesús justifica a la mujer ante su anfitrión
Simón, explicándole al fariseo que “a quien poco se le perdona, poco ama.” A la
mujer, que tenía mucho por perdonar, simplemente le dice, “Tu fe te ha salvado,
vete en paz,” (Lucas, 7, 48).
Cuando Cristo se encuentra con una Samaritana en el pozo de Jacobo
(Juan, 4,4), sabe perfectamente con quién habla: “Bien dices ‘no tengo marido’
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porque cinco tuviste ,, y el que ahora tienes no es tu marido.”
El episodio
concluye al revelarle a la pecadora que él es el Mesías.
La narrativa de María Magdalena en Lucas, 16,9, es la de mayor
significación histórica. Fue a esta mujer, poseída por el mismo Satanás (“de
quien [Cristo] había echado siete demonios”) a quien Jesús se aparece
resucitado “la mañana del primer día de la semana.” De haber ocurrido la Pasión
de Cristo en el Calvario de Caracas, puedo imaginarme la reacción de los
apóstoles ante el anuncio de María Magdalena.
“¡Sal de aquí, mujer! ¡Déjate de vainas! ¿Quién le va a creer a una mujer
como tú? ¡Fuera!”
“Simón Bar Jona, tú fuiste quien negó conocerlo…”
“¡Fuera! Este no es tu sitio, ¡salte de aquí!”
Y termina la narración bíblica: “pero oyendo que vivía y que había sido visto por
ella, no lo creyeron” (Lucas, 16, 11).
Como dije anteriormente, ni siquiera
Cristo se propuso eliminar la prostitución en Jerusalén, pero su ejemplo puede
guiarnos para lo que debemos hacer en la VENEZUELA XXI.
Será más fácil eliminar todas las fuerzas armadas y todo el armamento
bélico existente en la República Bolivariana de Venezuela que tan solo disminuir
el número de prostitutas en la VENEZUELA XXI. Es explicable; las guerras,
razón de ser de los ejércitos y de los armamentos, son productos de odios
colectivos y solo nos dejan destrucción y sufrimiento. En cambio la prostitución
casi siempre es producto de falsos amores o egoísmos frustrados, y nos dejan la
insatisfacción de un breve placer y el sufrimiento espiritual de toda esclavitud.
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Como dije anteriormente, no culpo al dictraidor Chávez de que la
prostitución continúe haciendo estragos a la salud de los venezolanos; esta
ESTUPIDEZ BÁSICA precede a sus antepasados “…toda mi vida he sido puta y
vine aquí como puta cuando no había mujeres” dice la protagonista de un cuento
de Benito Yradi, “Para nombrar una mujer” i. En Junio de 1751 Felipe Ricardos
llega a Caracas encargado por la Corona española de ponerle un paro a las
manifestaciones contra el monopolio de la Compañía Guipuzcoana, encontrar al
fugitivo Juan Francisco de León y calmar los temores de los mantuanos por las
posibles pérdidas que sufrirían en el comercio de cacao. Las tropas de Ricardos
aumentaron la población masculina caraqueña en un 10% e inmediatamente
crearon un problema para las prostitutas de la ciudad. La solución del
ESTÚPIDO precursor del dictraidor Chávez fue la ESTUPIDEZ de prohibirle a
las mujeres visitas al cuartel y pasearse por la plaza principal después del
anochecer. Pero en cuanto a la práctica de la prostitución, el ESTÚPIDO no
supo que hacer.
Todo venezolano y más de un extranjero se podrá recordar de cuando, en
la cultura de la prostitución, era costumbre para el pater familiae (o los varones
mayores) asegurarse que sus hijos perdiesen la virginidad llevándolos al burdel
de moda o a la prostituta amiga. “Me lo cuidas bien, Fukana (por inventar un
nombre), mira que no quiero maricos en mi casa...” Y el “viejo” se iba al bar
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mientras Fukana iniciaba al joven en su vida sexual, probablemente a los trece o
catorce años de edad. Nuestra tradición tiene raíces antiquísimas; en Las
Confesiones, San Agustín describe el orgullo de su padre en lo bien dotado
sexualmente que era su hijo:
“...cierto día me vio pubescente mi padre en el baño
y revestido de inquieta adolescencia, como si se gozara ya
pensando enlos nietos, fuese a contárselo alegre a mi
madre...” (Libro II, 3, 6).
Cuando salí del país por primera vez conocí a centroamericanos,
mexicanos, caribeños y a varios compañeros del Cono Sur. Pronto nos
enteramos que habíamos recibido las mismas enseñanzas en aquello de “Como
ser hombre.” Así terminaba la secundaria o el liceo, según fueses oriundo de
México, Centro América, Argentina, Chile o Uruguay y pertenecieras a las élites.
Los resultados sociales de esa ESTUPĺDISIMA educación sexual eran de
esperarse: 1) se garantizaba la continuación del predominio del hombre sobre la
mujer; 2) se justificaba la división de la sociedad en clases económicas; 3) se
reducía la sexualidad a una mera transacción comercial; 4) se negaban los
derechos sexuales de la mujer al convertirlos en materia mercantil. Se podrá
observar que de todos estos resultados emanan otros tan ESTÚPIDOS o más
que los enumerados aquí, haciendo de ellos ESTUPIDECES BASICAS. Del
primero, vemos que la continuación del machismo en el Continente ha reducido
el rol de la madre en la familia a un plano supeditado al del padre, sin importarle
al sistema jurídico las cualidades humanas del progenitor. El estado actual de la
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familia y el maltrato físico y sicológico del que son víctimas los niños en
Venezuela y en el resto de América Latina constatan lo que significa la
ESTUPIDEZ del machismo entre nosotros.
El segundo resultado, la división en clases económicas, sirve para
explicar ciertas ideas marxistas diseminadas a mitad del siglo XIX al analizar los
efectos del dinero. Es muy sencillo: si alguien puede comprar o “alquilar” a otro
ser humano, está convirtiéndolo en “plusvalía”, es decir, la prostitución
deshumaniza a quienes participan en ella. Este punto y el cuarto llevan a la
misma conclusión: toda actividad que deshumaniza a uno o más miembros de
un grupo social debe prohibirse como perjudicial a la Nación.
El peor resultado de la ESTUPIDEZ BÁSICA que es la educación sexual
de la “oligarquía” chavezolana, es que retrasa o impide el progreso de la
Evolución Creativa en la humanidad. Los humanos hemos avanzado a través del
tiempo y del espacio hasta el punto en que somos animales racionales. Es decir,
la dirección del proceso evolutivo coincide con el proceso de espiritualización de
la Creación. El Amor, la Energía Divina que anima el Universo, nos lleva a la
próxima etapa, una en la que nos identificaremos, por un acto de
INTELIGENCIA con el Creador mismo. La prostitución (dinero y placer temporal)
nos niega esa identidad final (Amor y placer siempre presente). Ese es el destino
humano, pensar que no es ese punto Omega nuestro fin es pensar sin
INTELIGENCIA, es ser ESTÚPIDOS.
Ha sido una gran ironía histórica el que en la primera década del siglo XXI
se haya producido el mayor escándalo en la Iglesia Católica. Miles de abusos
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sexuales por parte de pederastas y otros pervertidos corroboran lo que se ha
dicho sobre la ESTUPIDEZ de la prostitución. La única diferencia es que para
las transacciones de este siglo los clérigos utilizaron la moneda del poder moral
en lugar del dinero, el “poderoso caballero” mercantil de la sociedad. El
problema, amigo lector, no es la prostitución de lo sexual sino la ESTUPIDEZ de
tolerar el comportamiento irracional de quienes niegan la ética de la
INTELIGENCIA.
Otra gran ESTUPIDEZ del dictraidor venezolano es haberle mentido al
pueblo pretendiendo que la Revolución Fidelista es un modelo de ética pública.
¡Nada más falso! Desde los primeros meses de haber entrado Fidel Castro en
La Habana se les hizo creer a las cubanas de todas las clases sociales que la
Revolución las había liberado de la moral burguesa y de las leyes de la Energía
del Amor que anima la Evolución Creadora. Como ha sucedido cada vez que la
ideología marxista cae en manos de seudo-revolucionarios, Castro nunca supo
disolver las contradicciones que surgen al aplicar el pensamiento decimonónico
del alemán Marx (hegeliano) a un pueblo agrícola y aislado del siglo veinte
(santero?): como dicen los universitarios, “nada que ver…” Posteriormente, a
principios de 1961, Fidel comenzó a combatir la prostitución so pretexto del daño
que causaba a la salud pública, al turismo y a la “mujer revolucionaria.” Pienso
que lo hizo para complacer a las mujeres a su alrededor, como Mirta Díaz Balart,
Marita Lorenz, Maritza Rosales, Celia Sánchez y, según el propio Castro, miles
de otras con quienes tuvo relaciones sexuales. Sólo los ESTÚPIDOS pueden
creer que el Fidel Castro del siglo pasado no podría eliminar la prostitución de
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habérselo propuesto. Hoy, quien visite La Habana y otras ciudades de la Isla
puede comprar “jineteras,” homosexuales, transexuales y demás seres cuya
deshumanización (pérdida de la libertad de pensar, esclavitud temporal) es
necesaria para mantener el poder absoluto del gobierno.
Lo que escribo se basa en experiencias vividas y constatación personal
de los hechos “revolucionarios” a través de los años. Simultáneamente se atacó
a la institución de la familia por constituir una estructura de oposición al
omnímodo poder del Estado. En este caso la Revolución obtuvo algunos triunfos
(eliminación de las fiestas religiosas relativas a la familia como las Navidades,
control de la patria potestad sobre los hijos, etc.) que no han sido suficientes
para acabar con la unidad básica de la sociedad.
En Venezuela XXI, el dictraidor Chávez ha sido claro en sus elogios al
ejemplo cubano y ya ha tomado medidas que emulan el sistema fidelista. ¿Qué
se podrá esperar de esta putería que es la Revolución Bolivariana?
¿Llegaremos a construir un burdel nacional modelo cubano de casi un millón de
kilómetros cuadrados y casi 30 millones de prostitutas? Ya el dictraidor lo
empezó, quien piense que no es esa su intención es un verdadero ESTÚPIDO…
i
José Balza, op. cit. pag. 497.
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