El miedo es un sapo, un sapo que duerme dentro de nosotros

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Eje de Género, feminismos y anipatriarcado
El miedo es un sapo, un sapo que duerme dentro
de nosotras. A veces se despierta y empieza a dar
saltos dentro del pecho. En esos casos es inútil intentar
calmarlo, hablar con él, porque se pone a dar saltos
aún más grandes: del corazón a la garganta, de la
garganta a la tripa, de la tripa a la cabeza...
Según mi abuela, lo único que se puede hacer en
esos momentos es empezar a cantar. Si empiezas a
cantar, el sapo se extraña mucho, se para, quiere
saber de dónde le viene la canción y le entran ganas de
aprenderlo...
Pero, por lo visto, los sapos no han nacido para
la música y en seguida les entra sueño. Se atontan y
se quedan roques en un santiamén.
Y
entonces
desaparece
el
miedo.
Y
nos
tranquilizamos.
“Iholdi” Mariasun Landa. Cuadernos secretos.
El que viva verá. Me viene la idea de que en secreto persigo la historia de mi
miedo. O, más exactamente, la historia de su desenfreno, más precisamente aún,
de su liberación. Sí, de veras, también el miedo puede ser liberado, y en ello se ve
que forma parte de todo y de todos los oprimidos. (…) La mujer libre aprende a
apartar sus miedos poco importantes y a no temer al único gran miedo importante,
porque ya no es demasiado orgullosa para compartirlo con otras…
Casandra, Christa Woolf
Y anhelo eliminar la sujeción de unos cuerpos a otros procedente de un orden
naturalizado: impuesto y confabulado.
Javier Fernández
¿Cómo evadir las políticas de enunciación identitarias para abrir un espacio a las
articulaciones múltiples del deseo?
Fefa Vila, GTQ Madrid
Todos los compañeros tan radicales en los cafés, en los sindicatos y hasta en los
grupos suelen dejar en la puerta de su casa el ropaje de amantes de la liberación
femenina y dentro se conducen con la compañera como vulgares ‘maridos’.
Lola Iturbe, ‘La educación social de la mujer’ Tierra y Libertad, 1, núm. 9) 15
octubre 1935, p.4
Para
ellos la lucha estaba fuera. En casa, nuestros deseos eran puramente
utópicos. Azucena Fernández Baraba entrevista, Perpiñán, Francia, 27 de diciembre
de 1981.
Extractos de Mujeres libres, M. A Ackelsberg.
Dado que el ideal de imparcialidad es ilusorio y dado que las pretensiones de
afirmar la razón normativa como algo universal imparcial en la práctica dan como
resultado la exclusión política de las personas asociadas con la afectividad y el
cuerpo, necesitamos una concepción de razón normativa que no sustente ese ideal
y que no oponga la razón a la afectividad y el deseo.
Iris Marion Young 1987
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