A. y S. t. 254, p. 142-146 - Poder Judicial de la Provincia de

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Reg.: A y S t 254 p 142/146.
Santa Fe, 3 de diciembre del año 2.013.
VISTA: La queja por denegación del recurso de inconstitucionalidad interpuesto por la parte
actora contra la resolución del 26 de marzo de 2013, de la Sala Segunda de la Cámara de
Apelación en lo Laboral de Santa Fe, en autos “ROMERO, CARLOS ADOLFO contra MALVICINO
S.A. Y OTROS -C.P.L.- (EXPTE. 155/12)” (Expte. C.S.J. CUIJ N°: 21-00508968-6); y,
CONSIDERANDO:
1. Mediante sentencia del 13 de abril de 2012 el Juzgado de Primera Instancia de Distrito
en lo Laboral de la Primera Nominación de Santa Fe admitió parcialmente la demanda,
condenando a la firma Malvicino S.A. al pago de los rubros remuneratorios e indemnizatorios que
surjan de la planilla a practicarse, y la rechazó respecto de los codemandados Pavioti y
Marchionatti.
Ambas partes interpusieron recurso de apelación. Por acuerdo del 26 de marzo de 2013, la
Sala Segunda de la Cámara de Apelación en lo Laboral de esta ciudad revocó parcialmente esa
decisión y dispuso el rechazo de la demanda contra Malvicino S.A. respecto de los rubros que se
admitieran, con excepción de la indemnización conforme artículo 80, ley 20744 (fs. 2/5v.).
2. Contra el referido pronunciamiento deduce la actora recurso de inconstitucionalidad,
señalando que lo decidido contiene vicios que lo descalifican como acto jurisdiccional válido y
lesiona sus derechos constitucionales, al negarle la adecuada protección a sus prerrogativas
esenciales laborales y -en definitiva- el acceso a la justicia.
2.1. Achaca arbitrariedad al fallo de Cámara, por afectación a los principios de defensa,
congruencia y debido proceso, señalando que el recurso de apelación parcial que interpuso
Malvicino S.A. sólo refirió a “...los rubros acogidos por la sentencia y lo referente a la imposición
de costas...”, dejando firme la procedencia de la demanda. Sostiene que de conformidad al
artículo 109 del Código Procesal Laboral, no pudo la Sala entrar a analizar la injuria y el despido
indirecto y dictar una sentencia en la que se dispusiera el rechazo de la demanda (f. 16).
Afirma que el fallo de Cámara tergiversa la real pretensión actoral, modificando los términos
en que se trabó la “litis”, sin traducir lo que realmente sucedió en la causa. Manifiesta que el A quo
comenzó analizando los agravios de la parte demandada, en particular el tercero, para concluir en
el rechazo de la demanda, mas sin siquiera mencionar los agravios y contestación de los mismos
por su parte.
Agrega que la codemandada al expresar agravios lo hizo como una nueva oportunidad de
contestar la demanda, intentando una nueva traba de “litis”, y que ello así fue valorado por la
Cámara al abocarse a tratar cuestiones ya consentidas por las partes.
2.2. Refiere asimismo, la falta de consideración de circunstancias injuriantes que ameritaron
su derecho a considerarse indirectamente despedido, endilgándole falta de fundamentación, al
sostener la decisión en meras afirmaciones dogmáticas.
3. La Sala Segunda de la Cámara de Apelación en lo Laboral de Santa Fe, mediante
resolución del 30 de julio de 2013, deniega la concesión del recurso de inconstitucionalidad, por
ausencia de planteo oportuno de la cuestión constitucional y carencia de agravio constitucional de
arbitrariedad viable, señalando que al momento de argumentar sobre los supuestos vicios de
arbitrariedad de la sentencia sólo “...hace referencias genéricas a la garantía de debido proceso y
a los principios del Derecho del Trabajo...” (f. 43), volviendo sobre argumentos de derecho común
ya resueltos en la “litis”. Concluye que la recurrente no presenta una crítica superadora del fallo
impugnado que demuestre que la decisión judicial no fue la aplicación razonada del derecho
vigente. Esta resolución motiva la presentación directa de la actora por ante esta Corte Suprema.
4. Se adelanta que el presente recurso no puede prosperar, por las razones que
seguidamente se exponen.
4.1. En cuanto a la achacada vulneración del principio de autolimitación recursiva, no logra
demostrar la recurrente que el A quo hubiera efectuado una aplicación o interpretación arbitraria o
inadecuada del artículo 109 del Código Procesal Laboral, la que -por el contrario- luce acorde con
la señalada por este Tribunal en los precedentes “Severini” (A. y S. T. 39, págs. 335/341),
“Calligaris” (A. y S. T. 179, págs. 354/359) y “Bonora” (A. y S. T. 222, págs. 178/183).
En efecto, de conformidad a la hermenéutica expuesta en el referido precedente “Calligaris”
no se frustra el derecho del actor de acceder al pronto pago, cuando los "puntos o rubros" no
cuestionados están estrechamente vinculados con los cuestionados, de una manera tal que la
suerte de los primeros -ya sea en su procedencia sustancial o en su cuantificación final- dependa
de la solución final brindada a los segundos, puesto que en esas hipótesis resulta claro que
tampoco el actor podrá recurrir al mecanismo contemplado por el artículo 121 del Código Procesal
Laboral.
En el “sub lite”, de la lectura del acuerdo de Cámara se advierte el alcance total que se
otorgó al recurso de apelación, de acuerdo a lo sostenido en la expresión de agravios de la
demandada, en el entendimiento de que la procedencia o no de los “rubros” apelados tiene directa
e inescindible relación con la injuria invocada como causa del distracto, habilitando de ese modo el
pronunciamiento al respecto por el tribunal de la segunda instancia.
Por otra parte, no existiendo rubros firmes que habilitaran en el caso el mecanismo del
pronto pago contenido en el artículo 121 del Código Procesal Laboral, la interpretación pretendida
por la recurrente resultaría excesivamente formalista y contraria al derecho de defensa, por cuanto
implicaría privar a la contraria de su legítimo derecho a la segunda instancia.
Por tanto, no se evidencia un tratamiento diferencial por parte del A quo de los
cuestionamientos de ambas partes, ni inducción a error -como pretende- sino en todo caso, la
alteración en el orden de tratamiento de los agravios y el abordaje de una cuestión que -por la
conclusión a la que condujo- selló la suerte de los restantes planteos de ambas partes.
4.2. En cuanto al agravio que gira en torno a la arbitrariedad por falta de fundamentación,
los argumentos que desarrolla la recurrente revelan su mera discrepancia con los brindados por el
fallo cuestionado.
Es que si bien pretende encuadrar la situación en una causal de arbitrariedad y otorgarle un
matiz constitucional, su queja es en definitiva genérica, no demostrando en las particularidades del
“sub exámine”, cómo se habría configurado la arbitrariedad aducida o de qué modo sus planteos
habrían merecido distinta solución en atención a las constancias de la causa.
Afirma que fueron una serie de condiciones inadecuadas e irregulares del vínculo laboral
las que hicieron viable la injuria laboral y motivaron el despido indirecto. Y que la Cámara, en la
fundamentación dada al analizar la “...causa invocada por el actor para justificar su despido
indirecto...”, que devino en el rechazo de la demanda, no pudo “...salir de su análisis inicial;
creando una abstracción jurídica limitada al mismo, que excluye al actor y al A quo en cuanto a
sus fundamentos.” (f. 17). Del análisis del fallo cuestionado, no se advierte la abstracción que
denuncia.
En efecto, el fallo del A quo consideró: 1) Que los hechos expuestos en la demanda,
reconocidos por la demandada y tal cual constan en los recibos de sueldo, describen tareas no
comprendidas en las categorías Administrativo “E” o “F” del Convenio Colectivo de Trabajo
130/75. Por lo cual, aunque las partes están de acuerdo en la aplicación del referido Convenio
Colectivo de Trabajo, la actividad denunciada parece corresponder más a un empleado fuera de
convenio; 2) Que las consideraciones en torno a la categoría laboral permiten determinar el
salario; 3) Que el actor, para darse por despedido indirectamente mediante telegrama colacionado
laboral de fecha 31.12.2007, intimó su correcta registración señalando que percibía en su recibo
de sueldo haberes de media jornada, estando inscripto de esa manera, cuando en realidad
trabajaba jornada completa; 4) Que si el actor hubiese trabajado jornada completa, conforme el
salario convencional que devengaría como Administrativo “F” del Convenio Colectivo de Trabajo
130/75 (para tomar el sueldo más elevado entre “E” y “F”) “lo cierto es que no le correspondía
percibir una remuneración mayor a la liquidada por su empleadora.” (f. 3).
Para así decidir, se apoyó en el informe pericial contable, de donde surgía que “...los rubros
salariales liquidados tienen todos el carácter de remunerativos...”, que las remuneraciones
percibidas por el trabajador fueron incluso superiores a las que correspondían para la categoría
convencional que denuncia, concluyendo por tanto que “...no existe perjuicio ni para el trabajador
en lo que hace a la seguridad social, ni para el Fisco Nacional...” (f. 3v.).
Asimismo, puntualizó el error incurrido en anterior instancia en la interpretación de la
cuestión planteada, no dando adecuada solución a la misma, por cuanto se consideró “...la
extensión de la jornada como el punto principal de la litis cuando, en verdad, al momento de
analizar la causa de despido lo que resulta relevante es el salario que el actor percibe y su
correcta registración...” (f. 3v.), entendiendo la Alzada que no encontraba sobre esos puntos, nada
que objetar a la demandada.
De lo anteriormente expuesto concluyó que, por tanto, la comunicación del despido
indirecto cursada por el actor, expresando que “...ante negativa propuesta de blanqueo laboral
conforme real jornada de trabajo y falta de pago de los rubros adeudados...” se consideraba en
situación de despido indirecto, no contaba con causa suficiente para sostener jurídicamente la
decisión y, por tanto, no correspondía que ese despido indirecto genere consecuencias
indemnizatorias.
Con lo cual, frente a lo así resuelto, la recurrente intenta oponer su particular enfoque a
través de cuestionamientos más bien genéricos y globales, con citas jurisprudenciales,
doctrinarias y normativas del esquema laboral protectorio, sin lograr vincularlos de modo eficaz
con las constancias de autos, ni rebatir con ello los fundamentos y el razonamiento del fallo “ut
supra” reseñados o desmerecer esa respuesta desde una óptica constitucional.
Tampoco demuestra la carencia de fundamentación que reprocha. Por el contrario, su
discurso sobre el derecho laboral, la dignidad del trabajador, los principios y normas laborales,
evidencian su mera disconformidad con el resultado del pleito que le ha sido adverso, pero sin
poder demostrar que lo así concluido vulnere sus derechos.
Nótese que aun cuando hubiese laborado jornada completa -como aduce-, si la
remuneración que le correspondía por convenio era la efectivamente percibida -según los recibos
de sueldo-, aparece como desproporcionada la situación de despido indirecto en la cual se
colocara. Y contra este razonamiento del Tribunal de Alzada no opone la recurrente más que
principios, normas y citas jurisprudenciales que consagran derechos, pero que se tornan hueros
de contenido en el caso concreto.
Siendo ello así, del análisis liminar que de lo decidido corresponde efectuar en esta
instancia excepcional, no se advierte prescindencia de las reglas de la sana crítica racional, ni que
las motivaciones expuestas no resulten derivación razonada del derecho vigente con apego a las
circunstancias de la causa.
En reiteradas oportunidades esta Corte ha expresado que no es su misión señalar a los
jueces de la causa la respuesta a dar en torno a cuestiones que pueden resultar opinables, sino
más bien y por imperio constitucional y legal, controlar si el decisorio impugnado cuenta con
debida fundamentación, lo que se concreta en la carencia de desarrollos argumentales
suficientemente claros y precisos, que den una respuesta adecuada a los planteos de los
recurrentes y a lo que era esperable a efectos de satisfacer adecuadamente el derecho a la
jurisdicción que les asiste. Si dentro de ese espectro de posibles respuestas adecuadas, la
solución brindada le resulta adversa a una de las partes, ello no torna al supuesto -per seencuadrable en una causal de arbitrariedad que permita su descalificación por inconstitucional,
como se pretende en el “sub lite”.
Por ello, la Corte Suprema de Justicia de la Provincia RESUELVE: Rechazar la queja
interpuesta.
Regístrese, hágase saber y oportunamente remítanse copias al Tribunal de origen.
FDO.: GASTALDI ERBETTA GUTIÉRREZ NETRI FERNÁNDEZ RIESTRA (SECRETARIA)
Tribunal de origen: Sala II de la Cámara de Apelación en lo Laboral de Santa Fe.
Tribunal que intervino con anterioridad: Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo
Laboral N° 1 de Santa Fe.
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