11.3. FERNANDO VII: ABSOLUTISMO Y

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11.3. FERNANDO VII: ABSOLUTISMO Y LIBERALISMO. LA EMANCIPACIÓN DE LA AMÉRICA HISPANA.
Con la derrota napoleónica, tras el tratado de Valençay, entre Napoleón y Fernando VII, éste recuperó el trono
español. Los liberales desconfiaban de la predisposición del monarca para aceptar el nuevo orden constitucional.
Por ello prepararon el viaje de regreso de Fernando VII (El Deseado) a España de manera que fuera directamente
a Madrid a firmar la Constitución y a aceptar el nuevo marco político. Pero Fernando VII llega a Girona y de ahí va
a Zamora a Zaragoza finalmente llega a Valencia donde le entregan el “Manifiesto de los Persas”. El grupo
absolutista (nobleza y clero) sabían que la vuelta del monarca era la mejor oportunidad para volver al Antiguo
Régimen y deshacer toda la obra de las Cortes de Cádiz. Los absolutistas se van a organizar, van a movilizar al
pueblo y le van a pedir la vuelta del absolutismo en el llamado “Manifiesto de los Persas”, donde se defendía la
monarquía absoluta y se pedía la derogación de la obra de las Cortes de Cádiz. Con todo este apoyo Fernando VII
se siente seguro ya que se da cuenta que la mayor parte de la población estaba en contra de la Constitución y por
ello va a traicionar sus promesas de y mediante el Real Decreto de 4 de mayo de 1814, anuló la Constitución y las
leyes de Cádiz y anunció la vuelta al absolutismo. Tras esto, comenzó una dura represión contra liberales y
reformistas y miles de españoles marcharon al exilio.
1. EL SEXENIO ABSOLUTISTA (1814 – 1820). Tras anular la obra de las Cortes de Cádiz y volver al Antiguo
Régimen, Fernando VII restauró las antiguas instituciones del Antiguo Régimen. En el contexto exterior, esta
vuelta al Antiguo Régimen coincide con la derrota de Napoleón y el establecimiento del Congreso de Viena y la
creación de la Santa Alianza que garantizaba la defensa del absolutismo en Europa y el derecho de intervención
en cualquier país para frenar el avance del liberalismo. Fernando VII tuvo que hacer frente a las consecuencias de
la Guerra de Independencia, que significó la ruina de la agricultura y la destrucción y el desmantelamiento de la
escasa industria nacional. La situación se agravó por las luchas de las colonias americanas por su independencia,
lo que significó a la larga la pérdida de un importante mercado y una fuente de ingresos para la Hacienda. Su
negativa a desamortizar bienes eclesiásticos y la oposición del estamento privilegiado a establecer un sistema de
contribución proporcional a las rentas de cada contribuyente, condujeron a la Hacienda a la ruina. Poco a poco, el
malestar se fue generalizando en todos los sectores de la sociedad: Los sectores liberales, perseguidos e
incapaces de encauzar sus reivindicaciones políticas por vías legales, se apoyaron en el ejército para alcanzar el
poder. Desde organizaciones secretas los liberales llevaron a cabo numerosas conspiraciones con ayuda de
algunos militares, dando lugar a los “pronunciamientos” o intentos de golpe de Estado para restaurar el sistema
Liberal, pero fracasaron y fueron reprimidos con dureza por la monarquía. Pero en enero 1820, el comandante
Riego, al frente de un ejército preparado para viajar a América para luchar contra los independentistas de las
colonias, se levantó en Sevilla a favor de la Constitución de 1812, logró numerosos apoyos y consiguió obligar a
Fernando VII a jurar la Constitución de 1812, el 10 de marzo. Inmediatamente se formó un nuevo gobierno y se
convocó elecciones a Cortes.
2. EL TRIENIO CONSTITUCIONAL O LIBERAL (1820 – 1823). Se restableció la obra legislativa de las Cortes de Cádiz
y se creó la Milicia Nacional como cuerpo armado para la defensa del liberalismo. Fernando VII aceptó el régimen
liberal a la fuerza, pero desde el principio paralizó todas las leyes que pudo, recurriendo a su derecho de veto y
conspiró contra su gobierno buscando recuperar su poder mediante la intervención de las potencias absolutistas
en España. (Santa Alianza)
3. LA DÉCADA OMINOSA (1823 -1833). El fin del Régimen Liberal fue por la intervención de la Santa Alianza, a
quien Fernando VII va a pedir ayuda. La Santa Alianza encargó a Francia la intervención, y en abril de 1823 unos
100.000 soldados (“Los Cien Mil Hijos de San Luis”) entraron en España y volvieron a instaurar la monarquía
absoluta. Tras recuperar su poder absoluto, Fernando VII realizó una dura represión en contra de los liberales,
muchos de los cuales tuvieron que exiliarse. Con el fin de dotar de estabilidad a la monarquía absoluta de
Fernando VII, se mantuvo alguna reforma moderada del Trienio (Se establecieron todas las instituciones del
Antiguo Régimen excepto la Inquisición). Debido a los problemas económicos, el rey buscó la colaboración del
sector liberal moderado (burguesía financiera e industrial) para intentar reactivar la economía. Esta actitud del
rey va a aumentar la desconfianza de las clases realistas conservadoras ya que están descontentos por que el rey
no ha restablecido completamente el Antiguo Régimen, no ha vuelto a restablecer la Inquisición y no actuaba de
manera más contundente con los liberales. Este sector a partir de 1827 deja de apoyar a Fernando VII se va a
agrupar alrededor de Carlos María Isidro, hermano del rey y previsible sucesor de Fernando VII, ya que en este
momento no tenía descendencia.
LA EMANCIPACIÓN DE LA AMÉRICA ESPAÑOLA. Los criollos serán los artífices de la independencia de las colonias
y serán la élite gobernante de los nuevos países independientes Aunque sin el influjo de las ideas ilustradas no se
podría haber llevado a cabo la independencia, los factores que propiciaron este movimiento revolucionario
fueron diversos: Por un lado, la oposición al control mercantil de la metrópoli que impedía a los criollos (clase
dominante, descendientes de españoles emigrados a América, tenían el poder económico pero carecían de poder
político, reservado para personas procedentes de la Península) comerciar libremente con todos los países,
especialmente con los competidores anglosajones, con mejores precios y calidades. Por otra parte, el reformismo
de Carlos III había supuesto un mayor control sobre la administración colonial y el envío de funcionarios
españoles que desplazaban a los criollos de los puestos de poder y por el sometimiento a las colonias de fuertes
impuestos. Influyó además, el ejemplo de la emancipación de las colonias británicas del norte (Estados Unidos) ya
que demostraba que era posible enfrentarse a la metrópoli y conseguir la victoria. Por último es importante decir
que Gran Bretaña ayudará a los revolucionarios. El proceso de independencia: Al iniciarse la Guerra de la
Independencia, los criollos van a oponerse a la autoridad de José Bonaparte y van crear Juntas similares a las de
España asumiendo el poder en sus territorios. En estas Juntas predominaban los criollos, y aunque teóricamente
se mantenían fieles a Fernando VII, no reconocieron la autoridad de la Junta Central, por lo que expulsaron a las
autoridades españolas y comenzaron a autogobernarse. De poco sirvió la presencia de representantes
americanos en las Cortes de Cádiz y que en ellas se definiera España como la suma de los españoles de ambos
hemisferios. España va a ser incapaz de hacer frente al movimiento independentista, dado que apenas podían
controlar el territorio hispano. Los focos de independencia más importantes fueron el Virreinato del Río de la
Plata (líder: José de San Martín), Virreinato de Nueva Granada y Venezuela (Simón Bolívar) y México . Finalizada la
Guerra de Independencia, Fernando VII, en lugar de buscar el acuerdo con los americanos, envió 10.000 hombres
para controlar el territorio que, aunque pacificaron Nueva Granada y México no pudieron hacer nada en el
virreinato del Rio de la Plata por lo que Paraguay y Argentina se consolidaron como naciones independientes.
Posteriormente se independizaran prácticamente el resto de las colonias americanas. Consecuencias de la
independencia. Tras esto se acabó la presencia española en América continental. Sólo las Antillas (Cuba y Puerto
Rico) y las Filipinas permanecieron como posesiones españolas. Tras esto España pasó a ser una potencia de
segundo orden y perdió un gran mercado y unos recursos muy necesarios en un momento en el que otros países
europeos comenzaban su industrialización.
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