El anhelo de la comunidad ideal

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EL ANHELO DE LA COMUNIDAD IDEAL
EL ANHELO DE LA COMUNIDAD IDEAL
JOSÉ ALEJANDRO SABOGAL GUZMÁN
Trabajo de grado para aspirar al título de
Maestro en Artes Visuales con énfasis en expresión audiovisual
Asesora
CECILIA TRASLAVIÑA
Docente de animación
Facultad de Artes
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE ARTES
DEPARTAMENTO DE ARTES VISUALES
BOGOTA D, C.
2010
Nota de aceptación:
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Firma de jurado
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Firma de jurado
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Firma de jurado
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Firma de asesor
Bogotá, 13 de diciembre de 2010.
INDICE GENERAL
INTRODUCCIÓN……………………………………………………..PAG. 1.
LA BÚSQUEDA DE LO DESCONOCIDO………………………...PAG. 2.
-DE LO IMAGINARIO A LO REALEL ANHELO DE LA COMUNIDAD IDEAL………………………..PAG. 13.
LA COMUNIDAD IDEAL…………………………………………….PAG. 15.
FRENTE A LA COMUNIDAD REAL
LA COMUNIDAD TICUNA DE……………………………………...PAG. 19.
SAN SEBASTIÁN DE LOS LAGOS
Comunidad Pequeña…………………………………………...PAG. 20.
Comunidad Autosuficiente……………………………………..PAG. 20.
Comunidad Distintiva………………………………………......PAG. 21.
Componente histórico de la comunidad de………………….PAG. 25.
San Sebastián de los Lagos
El inicio de los conflictos en el territorio……………………...PAG. 27.
De San Sebastián de los Lagos
CULTURA TICUNA, UN HECHO TRANSFORMADO……….....PAG. 28.
EN EL TIEMPO
Imposición de Clanes………………………………………......PAG. 29.
La Pelazón……………………………………………………….PAG. 29.
CONCLUSIÓN………………………………………………………..PAG. 36
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………… …PAG. 37
INTRODUCCIÓN
De un lugar a otro. Observar algo conocido para luego encontrar algo distante y
ajeno a mi vida, algo de lo cual mi curiosidad desde niño necesitaba comprobar
y mis ojos observar. De la ciudad a la selva, del ruido contaminante del estrés
citadino al sonido del choque de la hojas de los árboles y del agua que corre,
cantos que salen de la profundidad de los corredores naturales del Amazonas y
se mezclan con el viento mientras narran historias de lo que fue los inicios una
comunidad ideal que ya no existe, transformada en el tiempo, pero que se
quiere recuperar aunque sea un objetivo imposible de alcanzar.
Predomina en el aire el vibrar del cascabel Ticuna, ARU en su propia lengua,
como recuerdo y herencia de aquella anhelada comunidad. Cascabel distintivo
que mantiene en sus semillas cada paso de las danzas de las mujeres y los
hombres que festejan al ritmo del tambor un acontecimiento; antes sagrado y
que ahora representa solo el simbolismo de lo que ya no es.
Semillas que conforman un clan de líderes precursores de progreso, su sonido
se extiende como linaje de sangre, conforma la familia; tal vez lo más cercano
a esa comunidad inalcanzable que fue pescada del lago Eware y mantiene la
magia, el encantamiento de su creación.
Peces transformados en hombres, actividades cotidianas que enmarcaron una
forma de vivir y se sostienen en el tiempo a pesar de los cambios trazados por
la mezcla cultural que se entrelaza como tejido natural.
Comunidad antes, con una forma de vida ideal, comunidad ahora con todos los
obstáculos que pueden predeterminar la voluntariedad. Obstáculos y cambios a
veces imposibles de determinar o bastante obvios para ser notorios.
Ver la realidad de una forma cercana, romper mis ideas de infancia y conocer
las tristezas y las luchas de una etnia que poco a poco pierde su identidad. Es
mi experiencia, tal vez ingenua, pero me aclaró el proceso de los cambios en el
tiempo de lo que me imaginaba eran los indígenas Ticuna como comunidad
ideal, la que creó el padre Jutapa, la que escuchaba cada vez que las abuelas
cantaban, y lo que son ahora, como comunidad real, la que no ha perdido del
todo la enseñanza ancestral, pero que ha mutado para ser una pieza más del
mundo evolutivo y encajar en el transcurrir imparable de la globalización.
Este fragmento es la inspiración de la imagen, movimientos en el tiempo y
pequeños cambios, imágenes que muestran lo ideal, lo perdido y lo real de la
comunidad Ticuna.
1 LA BUSQUEDA DE LO DESCONOCIDO.
-DE LO IMAGINARIO A LO REALLa decisión por hacer animación experimental fue tomada por el hecho de
trabajar en algo que no había tenido la oportunidad de hacer. Es una decisión
basada en el hecho de querer plasmar mis ideas de una manera orgánica, que
el dibujo fuera hecho con mis manos de una forma directa sobre el papel, que
tuviera vida con el movimiento y mostrara la unión entre mis pensamientos y
mis experiencias. Quería utilizar técnicas que me enamoraran del trabajo, que
me ayudaran a expresar mis emociones, pero era consiente que lo que
pensaba, requería de tiempo. Observé libros de grabados que me llenaron de
ideas, pero hacer grabado para animación era algo que también por tiempo
podía ser inconcebible.
Primero necesitaba aclarar el tema que quería trabajar. No sabía qué hacer,
estaba parado al frente de un espacio vacío, sin saber cómo llenarlo. Tenía
cierta inquietud por las culturas indígenas de nuestro país, mantenía una
idea desde mi infancia respecto a lo mágico y lo sagrado que tenían éstas
culturas en sus tradiciones, por narraciones de mi padre, por representaciones
teatrales que hacíamos en el colegio en las que los animales se convertían en
hombres y por el recuerdo de videos infantiles y míticos en los que los
indígenas mantenían una sola unión con su comunidad y con la naturaleza.
Esa idea de mi niñez no tenía mayor importancia hasta ese momento porque
era consciente del desarrollo y la evolución de los pueblos indígenas. Sabía
que éste tema era extenso y reducirlo iba a ser un proceso complicado.
La única idea que se me venía a la cabeza era la problemática que viven las
comunidades indígenas, pero ¿Qué encerraba esa problemática? Los temas
eran desde el desplazamiento y la
explotación de tierras, hasta la
mendicidad de los indígenas en las
ciudades, pero las únicas respuestas a
estos temas, eran las más obvias, las
que vemos en los diarios por el conflicto
armado y en los noticieros por las
marchas y mingas que exigen el respeto
por las tierras.
Yo quería conocer algo más a fondo,
quería tener una vivencia y mostrar
cosas significativas, que me enseñaran
más de la cultura de un pueblo y de las
tradiciones ancestrales.
2 La única forma de encontrar y conocer esto, era viajando a una comunidad, mi
tentativa era conocer el Amazonas, pero no sabía si lo podía hacer realidad.
Por iniciativa de mi asesora de proyecto, logré un contacto en la ciudad de
Leticia. Era el número de celular de un señor llamado Manuel Zuña,
perteneciente a la etnia Cocama. Y sin conocer a nadie más, decidí viajar.
Cuando llegué a Leticia, me encontré con don Manuel y su familia, ellos me
esperaban para ir al puerto. Tenía gran curiosidad por lo que me iba a
encontrar. Hasta ese momento todo para mí era una aventura en un lugar
completamente desconocido. Salimos en un bote, después de cuatro horas por
el rio Amazonas, llegamos a una comunidad llamada Yaguas en la que se iba a
realizar un encuentro departamental de comunidades indígenas. En este
resguardo se encontraban representantes de varias comunidades (Ticunas,
Cocamas, Muinanes y Yaguas).
El camino para iniciar la
investigación
era
extenso. Necesitaba un
punto de partida. Para mi
sorpresa no encontré
danzas ni rituales, que
era lo que esperaba, por
el contrario me encontré
con una reunión de
líderes, llamados curacas
que
analizaban
las
problemáticas
que
enfrentaban
las
comunidades a nivel de salud, educación y territorio junto con el gobernador del
departamento, pero en ningún momento hablaron de cultura, o etnoeducación y
mucho menos de rituales. No sabía qué observar, me sentía distante y cada
vez más confundido para encontrar algo que me ayudara a definir mi trabajo
por la magnitud de los temas que abordaron.
Comencé a hacer entrevistas, de forma directa, hablaba con los abuelos y
esperaba que me contaran algo, cualquier cosa que me diera una luz para
definir mi tema. Ellos me respondían hablando de maquinarias, de insumos
para la comunidad, de gestiones políticas y de desarrollo. Eso era interesante
pero no llenaba mis expectativas.
Al salir de esta comunidad me sentía desilusionado, todos los temas que
trataron los habría podido deducir en Bogotá. Necesitaba algo más sensible,
algo que me dejara ver enseñanzas y tradiciones en estas comunidades.
3 Resguardo yaguas - Amazonas, Reunión de las comunidades indígenas con el
gobernador del departamento Dr. Félix Acosta – 2009.
Después de estar una semana en la comunidad de los yaguas, salí hacia la
ciudad de Leticia. Esa tarde me encontré con una indígena Ticuna llamada
Ruth Lorenzo, después de una larga plática y varios jugos de copoazu que es
una fruta que se da en la amazonia, ella por su propia iniciativa, me comenzó a
narrar el mito de la creación Ticuna. Eso me parecía fascinante, me sentí como
un niño de nuevo mientras ella me contaba la historia de su comunidad,
entonces pensé que al fin había encontrado algo que me brindara un punto de
partida, y ese punto era volver al pensamiento de la comunidad indígena que
tenía desde mi infancia; pero sabía que animar solamente el mito no
funcionaba, quería encontrar algo más pero no sabía qué era.
Le pedí a Ruth que me permitiera ir a su comunidad, conocer a su familia. Al
día siguiente me encontré con ella y por primera vez me dirigía hacia el
resguardo de San Sebastián de los Lagos.
Ese día hice mi primer viaje en un bote pequeño por la quebrada Yahuarcaca y
conocí el lago zapatero, allí es donde ellos pescan. Ese día fui con uno de los
hijos de Ruth, y por todo el camino le preguntaba sobre su comunidad, él me
decía que ya las cosas en la comunidad no eran como las de sus ancestros,
que todavía hacían ciertos rituales pero que ya habían cambiado mucho, no se
hacían como antes.
4 Remando en la quebrada Yahuarcaca-2009
Hasta el momento eso solo me daba otra idea. Tenía en mis manos un mito de
la creación y un cambio en la forma de los rituales, ahora tenía que determinar
cuáles eran esos rituales y cuales eran esos cambios, y en que se asemejaban
con las enseñanzas hechas por el creador.
Viví con la comunidad un tiempo, necesitaba ganar su confianza para que me
contaran algo más. Hasta ese momento el tema todavía era incierto aunque ya
visualizaba un camino a seguir en mi investigación.
Entonces dejé de hacer preguntas, notaba que eso solo predisponía a los
indígenas y no me decían algo que me ayudara a seguir definiendo el tema,
simplemente me dediqué a observar y a escuchar.
Notaba ciertas cosas que distinguían sus acciones de lo que comúnmente
hacemos en Bogotá, actividades que marcaban notoriamente las diferencias de
género, la mujer cultiva, el hombre construye, la mujer cocina, el hombre tala,
la mujer teje, el hombre caza.
5 Comencé a comprender que estos eran rasgos de enseñanzas ancestrales,
pero también comencé a ver otro tipo de características en lo jóvenes que me
sorprendieron, influenciadas por movimientos urbanos y música comercial,
querían vestir a la moda por las tendencias que observaban en la televisión,
pero sus acciones eran muy diferentes, jugaban recogiendo frutas o seguían
haciéndose tatuajes de símbolos nativos con tintes naturales.
Esto me comenzó a generar un choque de ideas y notaba que por ahí podría
haber un camino para seguir, que me llevara a definir el tema.
Cuando regresé a Bogotá, sorprendido le decía a mi asesora que no había
encontrado lo que yo creía que era la comunidad indígena, le decía que la
cultura se había perdido, que los abuelos ya no enseñaban las tradiciones y
finalmente seguía sin aclarar mis ideas para definir mi trabajo.
Entonces quise determinar de forma detallada algunos factores ancestrales que
había visto en la comunidad y factores ajenos a ésta, que estuvieran
influenciando a los indígenas. Determinar esos factores, comenzó a ser tarea
imposible. Todo apuntaba nuevamente a la globalización en términos
generales.
Viajé nuevamente, esta vez decidido a encontrar algo mejor, o por lo menos a
organizar mejor la información de estos temas tan extensos. Para poder viajar
fue necesario hacer un trato con la comunidad. No podía llegar nuevamente al
resguardo sin ofrecer nada a cambio, y más cuando me era imposible pagar un
hotel. Necesitaba quedarme en la comunidad pero tenía que brindar un aporte
a sus habitantes; entonces decidí ofrecer unos talleres de animación porque
los jóvenes estaban en temporada de vacaciones y con esto promovía el buen
uso del tiempo libre y la creatividad.
6 Fotografías realizadas durante los talleres de animación en el reguardo de San Sebastián
de los Lagos - 2009.
7 Yanchama Pintada con huito, trabajo realizado por jóvenes de la comunidad de San
Sebastián durante los talleres de animación – 2009.
La noticia fue bien recibida en la comunidad, los talleres los dictaba de lunes a
viernes de nueve de la mañana a una de la tarde. Era un trabajo un poco duro,
porque a veces teníamos que trabajar al aire libre y soportar el sol abrumador
de estos territorios. Estas clases fueron la excusa perfecta para poder entrar en
confianza con los pobladores de este resguardo.
Volví al punto de partida, al mito de la creación y esto me llevó a buscar, cómo
sería esa primera comunidad de los ticunas, la que creo Jutapa el padre
creador y la asocié con la comunidad que yo tenía en mi mente desde niño.
Esa fue la luz, ahora tenía que encontrar qué factores se habían perdido de
esta primera comunidad mágica y sagrada que yo era consciente que no era
real y referentes que respaldaran estos conceptos.
Tuve inicios de certeza con el tema, cuando encontré algunas teorías del
sociólogo Zygmunt Bauman y comencé a fortalecer los conceptos de lo que
era hasta ese momento la comunidad de mi mente infantil, la comunidad
idealizada.
Ahora tenía que determinar qué factores se mantenían en la comunidad de San
Sebastián, que hacían parte de las enseñanzas del estilo de vida de la
comunidad ideal que actuaba bajo un entendimiento innato, un entendimiento
común que hacía que la comunidad viviera bajo la perfecta armonía.
8 Es así como comencé a notar los cambios de la comunidad ideal a la
comunidad real y a conocer más sobre la etnia Ticuna de este resguardo.
La pregunta era ahora ¿qué podría destacar de la comunidad de san
Sebastián que hicieran notorios esos cambios de la comunidad ideal a la
comunidad real?
Comencé a observar los rituales
que todavía realizaban como
comunidad y a resaltar los cambios
que se habían hecho en el tiempo,
distinguiendo algunos factores que
los habían influenciado. Esto podía
ser más específico que mencionar
a la globalización solamente como
factor de transformación.
Apoyado en referentes de sociólogos y antropólogos el tema comenzó a tomar
forma, ahora el reto era ¿Cómo detectar dentro de esta experiencia la base
visual que sirviera como estructura para realizar mi animación? De algo estaba
seguro, quería que las imágenes fueran simbólicas, que mostraran en parte la
comunidad ideal que tenía en mi mente y que creó Jutapa, las
transformaciones en el tiempo, lo que se había perdido de la enseñanza
ancestral, flautas ceremoniales que como fantasmagorías aparecen y luego
se van. Algunos conflictos característicos de la comunidad real y lo que ha
perdurado como representación de la idealización. De ahí el título de mi
animación “ARU”, que significa cascabel y que no solo es uno de los
instrumentos representativos de la danza, que acompaña cada paso, sino que
también es el clan Ticuna al que pertenece el primer curaca que tuvo el
resguardo de San Sebastián, el abuelo Hernando Lorenzo y su hija Ruth
Lorenzo Chota, quien me abrió las puertas de su familia, de su comunidad y
con la cual estoy completamente agradecido.
Al iniciar la realización de la
animación,
tenía
tantos
elementos que representaban
la comunidad ideal y en parte
la comunidad real, que logré
definir un story board, luego
todo fue incierto, no tenía una
estructura
narrativa
clara
porque
eran
demasiados
elementos que necesitaba
condensar de la comunidad
9 real, entonces encontré lo que no esperaba y lo que nunca encontraría en
libros: la historia de la unión entre los abuelos que fundaron el resguardo y
algunos problemas entre ellos por el territorio. Tuve que encontrar la forma de
ser sutil con los detalles en la animación, los cuales se muestran de forma
simbólica para no ofender la integridad de la comunidad. Estos detalles fueron
los nombres y las acciones que realizaron estos personajes y que marcaron un
punto negativo en la historia de San Sebastián.
Esta información quedará documentada por primera vez en la animación y
servirá en el resguardo como material didáctico para que futuras generaciones
conozcan una parte de la fundación de su territorio.
Finalmente a partir de mi experiencia y mi vivencia con los Ticuna, la
animación representa de manera simbólica la comunidad real, pero muestra lo
ideal de la comunidad que tenía en mi mente cuando era solo un niño.
En cuanto a la técnica, comencé a experimentar con carboncillo sobre lienzo,
teniendo como referente a William Kentridge, pero no me sentía cómodo, la
técnica se me dificultaba, entonces decidí probar con grafito sobre papel y
decidí quedarme con este tipo de dibujo por varios motivos, aunque sabía que
era una técnica que requeriría de mucho tiempo. El primer motivo era porque
podía ser parecida a lo grabados que había observado, que evocaban un
pasado. Algo que ya no existía y que con solo las tonalidades de grises me
ubicaba el recuerdo de esa comunidad idealizada, que quería mostrar.
Comencé a dibujar, pero notaba que algo faltaba, necesitaba encontrar lo que
identificara a los indígenas con los cuales estaba trabajando. Entonces decidí
utilizar como fondo de los dibujos la yanchama, que es el tejido que los Ticunas
utilizan en las ceremonias, que sacan la fibra de una corteza y que pintan como
artesanía.
10 Me gustó la forma como los dibujos se unieron con la yanchama. Sugería
movimiento. El paso siguiente era determinar que otra técnica podría trabajar,
intente con tinta china (aguadas) pero me parecía muy rígida la forma del
dibujo, quería encontrar algo que me diera más tonalidades.
Al observar una animación titulada “LOS TRES ERRANTES” realizada por
Juan Camilo González, Artista visual de la Pontificia Universidad Javeriana,
comencé a utilizar tinta para estilógrafo diluida en agua y cloro. Esto creaba un
efecto de color sutil, que funcionaba bien frente a la técnica del grafito y podía
hacer un dibujo más suelto. Me permitía generar más movimiento y asociar la
imagen de agua con la comunidad Ticuna, que es comunidad de agua.
El proceso de montaje fue tedioso, recortar digitalmente la cantidad de dibujos
hechos, no era un proceso fácil, realmente fue agotador, aunque recibí ayuda
de algunos compañeros comenzaba a perder el interés que le sentía a la
animación.
Finalmente comencé el trabajo de audio con Jeferson Rosas, estudiante de
ingeniería de la universidad javeriana, quien realizo las mezclas del sonido.
Escogimos grabaciones hechas durante los viajes, pero necesitaba algo más,
aunque todo era simbólico, quería una voz que narrara las imágenes, esto lo
pensé porque podría mezclar la voz de la narración en lengua Ticuna con los
efectos sonoros de la naturaleza y aunque las imágenes fueran simbólicas, la
narración, los cantos y el sonido nos ubican en hechos culturales y naturales de
los Ticunas y de la Amazonia.
Busqué en Bogotá a algún indígena Ticuna que me ayudara a grabar la voz,
estuve varias veces en la ONIC “organización Nacional Indígena de Colombia”
pero fue imposible. Tomé la decisión de invitar a Ruth Lorenzo, a mi casa en
Bogotá. No puedo negar que fue algo complicado conseguir el dinero para
pagar los tiquetes aéreos, pero era algo en lo que valía la pena invertir no solo
por ser tan significativa su presencia en este proyecto, sino también por la
relación que fuimos tejiendo a lo largo de este proceso.
Las grabaciones se hicieron en los estudios de la universidad javeriana, Fue un
poco complicado grabar la voz por los nervios que tenía Ruth de sentir el
micrófono a tan solo cinco centímetros de su boca. Necesitábamos hacerla
sentir tranquila y que diera una intención verbal más suelta. La única forma era
molestar un poco, hacer que el ambiente fuera agradable, darle toda la
confianza para que ella pudiera practicar y respirar tranquilamente sin que
sintiera la responsabilidad de lo que implicaba hacerlo bien o mal. Mientras ella
practicaba, grabábamos los sonidos, así ella no se daría cuenta y lo haría de
una forma más segura.
El segundo día de grabación fue mucho mejor porque Ruth ya tenía más
confianza y se sentía más cómoda en el estudio. Durante una semana
11 estuvimos grabando sonidos y en este tiempo tuve la oportunidad de leerle el
texto y mostrarle las imágenes. Así, me pude cerciorar que lo que hacía, en
ningún momento ofendería a su comunidad y que podría mostrar el material
tranquilamente cuando vuelva al resguardo.
12 EL ANHELO DE LA COMUNIDAD IDEAL
Todos los procesos de aprendizaje, dejan experiencias que ofrecen durante la
vida nuevos puntos de vista, cambios de ángulo que rompen un transcurrir,
visto como algo que ocurre de manera lineal, que navega en el tiempo y
sostiene su estructura en las acciones ejecutadas en el espacio.
La estructura de mi vida tiene su punto de partida en un hogar citadino, lejos
de los contextos rurales, sumergido en el único sistema social que he
conocido. Los puntos de giro en mi línea de tiempo se enmarcan en nuevas
“alternativas, enfoques” que despertaron la curiosidad y generaron acciones
que dejaron un rastro significativo, que en ocasiones se pierde como olvido
pero que regresa como recuerdo. Estas acciones son las que decidí realizar.
Por todo esto quise acercarme a mundos distantes para comprender e
identificar otros tipos de pensamiento y perspectivas diferentes a las mías.
Las experiencias, son sucesos, que reconocemos, solo cuando se vive lo
suficiente para darse cuenta que cada momento puede ser una buena razón
para confrontar el pensamiento anterior -- así parezca una breve visión, como
un sueño en las mañanas después de dormir una larga noche-- y poder
generar las ideas presentes.
Pero mi experiencia es solo una parte de la construcción en el proceso del
conocimiento. El complemento de dicha construcción lo consigo cuando
establezco una relación activa entre mis experiencias con otras vivencias y
cuando confronto las mismas, con libros, imágenes y otros materiales que
13 sirven como referentes y que en cierta medida me ayudan a aclarar cualquier
planteamiento.
La curiosidad por conocer “estilos de vida” diferentes y otros contextos me llevó
a indagar por los pueblos indígenas, que era algo con lo cual nunca había
tenido aproximación. Cuando era un niño había escuchado relatos de las
tierras encantadas y sagradas de los indígenas, ahora, de adulto solo
publicaciones en los medios de comunicación. El interés por conocer nuevas
culturas despertó la inquietud de ver qué hay más allá de lo noticioso, siempre
expectante a encontrar --independientemente a la comunidad que fuera-- todas
las ideas que yo tenía desde niño y que hacían referencia a que vivían, de
acuerdo a mis suposiciones un estilo de vida idealizado. Realmente quería
encontrar la comunidad que tenía en los pensamientos construidos en mi
imaginario infantil, la que comparte no solo el territorio o las costumbres, sino
también la que ofrece el sueño de la seguridad cuando se vive en ella, la que
es idealizada porque ofrece protección, la que hace que los habitantes acojan
todos los parámetros establecidos dentro de dicha vivencia y se mantenga una
armonía basada en el entendimiento común. Una vida sin problemas, fraterna,
un paraíso permanente regido únicamente por sus modelos culturales
inalterados y primitivos.
La extensión de mis ideas con respecto al tema, eran cortas. Planteé un alto
en la cronología lineal del avance mundial, me quedé con la idea de mi infancia
y aunque ahora era consciente de la evolución de estos pueblos “que ya
fueron alcanzados por la historia”(1), quería sostener esa idea y encontrar algo
que la apoyara.
14 El chamanismo, la medicina tradicional, las narraciones de los abuelos, las
danzas son enseñanzas ancestrales que esperaba fueran el eje fundamental
en las comunidades y estuvieran presentes en sus actividades, que fueran una
constante aún en el mundo contemporáneo, pero a través de un viaje por
territorios indígenas logré dar un giro en el punto de vista y encontrar
herramientas suficientes para entender y conocer de manera vital todos los
cambios ostensibles que viven estos pueblos.
Encontrar esa vida sin problemas que proporciona la tan anhelada convivencia
comunitaria, conlleva a una búsqueda constante del entendimiento común.
Este entendimiento lo describe Zygmunt Bauman, “como algo que ya está ahí,
que es natural e inconsciente, que no se construye o se gana y que es el
principio básico de toda convivencia comunal, precede a todos los acuerdos y
desacuerdos, es un sentimiento vinculante que permite la unión en comunidad
a pesar de todos los factores de separación”. Pero la búsqueda de la vida
tranquila, sin discusiones que ofrece el entendimiento, es la meta por lograr,
es el propósito colocado en el más alto pedestal de lo inalcanzable. Es en este
punto en el que puedo comenzar a generar una visión entre la comunidad
idealizada que tenía en mi mente desde niño y lo que sucede con lo que la
sociología o cualquier ciencia que estudie el comportamiento humano llama
comunidad real. Ésta es la que todos conocemos, que tiene que enfrentar a
diario las adversidades de las diferencias entre sus miembros para generar un
entendimiento, ya no innato, sino construido por medio de conciliaciones y
acuerdos. Yo conocía este significado de la comunidad existente, pero
esperaba que los pueblos indígenas mantuvieran el entendimiento innato que
conforma la comunidad ideal.
LA COMUNIDAD IDEAL FRENTE A LA COMUNIDAD REAL
La ingenuidad y la falta de información antes de convivir con pueblos
indígenas me llevaron a creer que éstas comunidades tenían un pensamiento
“inocente” ante los cambios tan drásticos que viene presentando el mundo a
pasos agigantados, un pensamiento infundado en mis experiencia infantiles.
Mantenía la idea planteada por Bauman cuando describe “la comunidad puede
ser realmente feliz mientras no sepa cuan verdaderamente feliz es”; el perder
esa inocencia y encontrarse con influencias externas hace que todos los
intereses comunales varíen.
(1) Christian Gros: -Colombia Indígena, identidad cultural y cambio social.
15 ¿Cómo puede “sobrevivir” la comunidad y la cultura indígena a estos cambios?,
la respuesta que yo me formulaba era con tendencia a la lástima, pensaba que
la vida idealizada que yo creía que tenían estaba desapareciendo, no sabía
cómo se defenderían en este mundo cambiante, y más aun cuando tenía la
idea de que la desaparición cultural era en contra de su voluntad. En mi mente
desde niño tenía el concepto de que la vida en unidad que posee un
entendimiento compartido existía.
No me atrevo a afirmar que el entendimiento innato haya desaparecido del
todo, o que se haya generado una muerte comunitaria con el hecho de romper
el ideal de vida; una extinción o desaparición por adaptar factores externos a la
comunidad. Por el contrario, si hago referencia al término sobrevivir es porque
las comunidades se han transformado, adaptado y apropiado al avance
mundial, y con mi visita a algunos pueblos indígenas del amazonas, me di
cuenta, ya no de la idealización anhelada, ni de la comunidad soñada, que
menciona Bauman cuando hace referencia a Robert Redfield, --pionero de la
antropología jurídica— “la que no tiene motivo para la reflexión, la crítica y la
experimentación porque es fiel a su naturaleza o a su modelo ideal”, sino de la
unidad colectiva que hace parte de la realidad que existe en el mundo
globalizado, la comunidad real que tiene que establecer el respeto y la
tolerancia por la diferencia tanto entre los habitantes de la misma, como con
todo lo externo a ella, la que tiene que llegar a acuerdos por medio de la
discusión, el discurso y la crítica, pero que en cierta medida tiene algunas
enseñanzas ancestrales y de entendimiento tácito que se mantienen en
algunas ceremonias o en la cotidianidad, manifestadas en formas de cocinar,
de trabajar los tejidos, de preparar tintes naturales, en el conocimiento de
plantas medicinales y en otras características que hacen parte del día a día.
16 Robert Redfield plantea que para conservar la inocencia de comunidad es
necesario que se genere una protección que filtre algunas influencias externas
que pueden causar una posible extinción y transformación teniendo en cuenta
el sentido estricto de la idealización. El sistema de defensa lo divide en tres
partes: la primera hace referencia a que “la comunidad debe ser distintiva, y
esta distinción determina la división entre nosotros y ellos”, esto hace que no
haya diferencias entre conocimiento, pensamiento y conducta entre sus
habitantes. La comunidad real, existente, no ha perdido del todo la distinción en
esta época. Si hacemos una comparación, aun podemos reconocer que
mantiene ciertas diferencias, comparada con nuestra forma de vivir, nuestras
costumbres. Diferencias que son notorias en la división del trabajo entre el
hombre y la mujer, la chagra como cultivo de sustento, la forma de comprender,
de ver los elementos que existen en su contexto para darles utilidad, volverlos
herramientas, alimento y en algunos casos, que para nosotros sería extraño,
dar explicación o advertencia a algunas cosas que suceden en la cotidianidad.
Por ejemplo la chicua es un ave que habita en el trapecio amazónico, para los
indígenas sus dos formas de canto son de gran importancia. Una es un sonido
repetitivo que anuncia algo muy bueno que va a suceder en el día, entonces si
un cazador escucha este canto, se pone muy contento porque sabe que va a
conseguir una buena presa, o si está de pesca y escucha el canto,
inmediatamente sabe que tendrá abundancia de peces. El otro canto de la
chicua anuncia las cosas malas, advierte que algo desastroso o peligroso va a
suceder. Si un indígena está en la selva y escucha este canto tiene que
prevenir el ataque de algún animal, o evitar algún accidente que puede
suceder, también puede llenar el corazón de tristeza porque puede anunciar
que algún familiar va a morir.
La experiencia con la chicua la viví mientras nadaba en la quebrada
Yahuarcaca, una mañana en época de verano. Todos los indígenas jóvenes y
niños que estaban nadando conmigo salieron del agua en cuestión de
segundos, cuando observé estaba completamente solo en la quebrada. Uno de
los indígenas se acercó apresuradamente y me pidió que saliera del agua
porque algo malo iba a suceder. En ese instante no entendí lo que pasaba,
pero después de estar en tierra firme me explicaron la historia del canto del
ave. Lo más probable era que algún animal depredador acuático estuviera
cerca.
Este tipo de costumbres son las que diferencian y hacen todavía “distintivas” a
algunas comunidades reales contemporáneas.
Ahora la comunidad existente, real no es completamente distintiva, como lo
era la comunidad ideal. Aunque mantiene
algunos elementos de sus
tradiciones, definitivamente la influencia de los factores externos a los pueblos
indígenas, ha hecho que se adopten formas de vida diferentes, que se
17 generen transformaciones en sus propias costumbres y asimilen cada vez más
estilos de vida muy similares a los de las ciudades cercanas. Por ejemplo:
formas de vestir, cambios en la alimentación, utilización de maquinaria de
última tecnología, comunicaciones avanzadas, etc. Quiero aclarar que no hago
referencia a que esta influencia inevitable proporcionada por el avance de la
globalización mundial sea mala o negativa para las comunidades, solamente
resalto el punto en el que comienzan a perder la distinción que solamente esta
en la comunidad idealizada y anhelada.
La segunda parte que menciona Redfield como medio de protección es que
“la comunidad ideal debe ser pequeña y así la comunicación entre sus
miembros es absoluta y abarca todo, al ser la comunidad pequeña y al tener
una comunicación densa, todos los aspectos que llegan de afuera y que
generan un choque son rechazados por su diferencia y rareza, por ser
desconocidos y superficiales al no tener nada en común con su estilo de vida
ancestral”. La comunidad ideal pequeña no hace referencia al territorio, se
refiere específicamente al número de habitantes, de familias que la conforman,
que viven bajo los parámetros del entendimiento común y hacen que sea
afianzado. Una comunidad puede estar constituida por una sola familia. Entre
más pequeña sea la comunidad puede mantener más fácilmente una vida
fraterna, fortalecer las costumbres y enseñarlas de forma colectiva, percibir
más fácilmente cualquier influencia que transforma su estilo de vida.
La gran mayoría de comunidades existentes son pequeñas, hay comunidades
en el Amazonas que están conformadas por no mas trescientas personas, pero
el número de habitantes está en aumento, haciendo que muchas de sus
tradiciones comiencen a desaparecer. Hay dos factores que generan el
crecimiento de las comunidades. El primer factor es debido a la llegada de
familias o personas, habitantes de ciudades cercanas o de otros pueblos, que
se establecen, en los resguardos.
El segundo factor, es porque las
últimas generaciones indígenas
contemporáneas, que están abiertas a todas las influencias externas, salen en
busca de nuevos modelos de vida, para luego regresar con familia, con hijos y
hasta con nietos que traen nuevas costumbres y aumentan el número de
pobladores, siendo más difícil cada vez mantener y arraigar las tradiciones.
El tercero y último sistema de defensa que describe Redfield “es que la
comunidad debe ser totalmente autosuficiente debido a su aislamiento.
Asociamos a la comunidad indígena idealizada con un primitivismo ligado a su
hábitat, a la profundidad de la selva. Este aislamiento conlleva a una
independencia total de cualquier influencia externa y es así como la
comunidad debe autoabastecerse solamente utilizando los recursos que ofrece
el medio en el que viven. La cacería, la pesca, los cultivos, la medicina
18 tradicional, la enseñanza de la tradición hacen parte de todos los elementos
que autoabastecen la comunidad aislada.
Con el avance de las comunicaciones y de los medios de transporte se
comenzó a facilitar y a disminuir cada vez más la distancia entre los territorios
indígenas y las ciudades, los nuevos modelos de mercado comienzan a ser
parte del diario vivir de las comunidades indígenas. El trueque como único
modelo de intercambio está pasando prácticamente a la desaparición. Las
chagras ya no solo no autoabastecen a las familias de la comunidad, sino que
también los cultivos pasaron a ser parte del comercio, para así suplir otras
necesidades, como la sal, el azúcar y las leguminosas y servicios públicos que
ya son una necesidad en las comunidades más lejanas. Entonces surge una
pregunta ¿una comunidad del siglo XXI, que busca ser autosuficiente y
mantenerse en aislamiento, por fuera de todo cambio, está destinada a la
desaparición?
Dentro de la comunidad ideal este sería un método de protección, pero en
comunidades contemporáneas, afectadas por los cambios globales,
necesariamente debe generarse el contacto con los factores externos. La
cacería que era uno de los principales métodos de autoabastecimiento
comienza a dificultarse cada vez más, los animales se desplazan hacia el
interior de la selva en la medida en que avanza la deforestación, haciendo más
difícil conseguir la carne para el alimento. La pesca ha dejado de ser
abundante y esto ha hecho que los indígenas tengan que comprar conservas o
alimentos congelados en los mercados cercanos. Los cambios climáticos y la
contaminación han afectado las selvas y los ríos; si una comunidad indígena
vive en completo aislamiento, lo más probable es que el nivel de vida promedio
sea corto, y tengan más vulnerabilidad a pestes y enfermedades que pueden
causar la extinción.
Aunque hay un porcentaje de cosas que todavía autoabastece la comunidad,
como la pesca o algunas siembras, hay otro porcentaje alto no solo de víveres,
sino también relacionado con la salud, la higiene, e incluso la educación, que
necesariamente deben ser conseguidos en relación directa con factores
externos ajenos a su estilo de vida.
LA COMUNIDAD TICUNA DE SAN SEBASTIÁN DE LOS LAGOS
El pueblo Ticuna es uno de los más numerosos que habitan en la Amazonía
colombiana, su población es aproximadamente de unas 7200 personas. Dentro
de las comunidades que se encuentran en la zona de influencia de la ciudad de
Leticia están San Sebastián, San Antonio, Nazareth, Macedonia, Mocagua, El
Vergel, Nuevo Jardín, Arara, Loma linda, San Martín de Amacayacu, San José
del Km 6, Castañal de los Lagos entre otras.
19 Con mi llegada a la Amazonía, y luego de recorrer varios resguardos sin
encontrar un objetivo claro para la investigación, finalmente, por un encuentro
casual que tuve en la ciudad de Leticia con una de las líderes del resguardo de
San Sebastián de los Lagos, el interés se centró en ésta comunidad. Vivir un
tiempo en éste territorio, me enseñó nuevas experiencias de conocimiento
respecto a la comunidad soñada y la comunidad real.
A partir de esta reflexión trataré de mencionar características de la familia de
San Sebastián de los Lagos, como comunidad real, contemporánea y intentaré
determinar algunos factores que pueden hacer parte de la seguridad innata que
posee la vida en unidad soñada, teniendo en cuenta los tres filtros que plantea
Redfield para protección de la comunidad idealizada.
Comunidad pequeña
Esta comunidad es “pequeña”, mantiene la comunicación y la consanguineidad
entre sus habitantes, esto ha permitido que varias de las tradiciones sean
enseñadas entre las generaciones: Hablar la lengua Ticuna, desarrollar la
técnica para cultivar la chagra, construir las viviendas o la maloca, enseñar las
leyes dentro del territorio. Por ser pequeña, el círculo social de los jóvenes
indígenas de 12 a 20 años de edad, es en su mayoría entre la misma familia,
hermanos, primos, tíos o con otras familias que habitan en el reguardo.
San Sebastián cuenta en la actualidad con 551 habitantes, 111 familias, y 116
viviendas. En palabras de Ruth Lorenzo, una de las líderes de la comunidad,
“La comunicación entre todos los habitantes es buena, los conflictos se intentan
arreglar en familia y si no se logra una solución, se realiza una asamblea para
poder establecer un acuerdo”. La asamblea es dirigida por el consejo de
ancianos, que está conformado por todos los abuelos de la comunidad. Las
funciones que el consejo de ancianos realiza es el de ser consejeros, jueces y
son los únicos que pueden determinar castigos dentro de la comunidad
haciendo valer las leyes internas establecidas por toda la asamblea es decir
por todos los habitantes del resguardo. Los abuelos todavía enseñan estas
leyes, mediante cantos, danzas y narraciones de manera colectiva. Desde el
año 2005 la comunidad comenzó a incrementar su número de habitantes “Más
de la mitad hasta el año 2010” y aunque todavía se realiza la asamblea y la
enseñanza colectiva de tradiciones, ya se comienzan a generar problemas de
invasión de territorios y escases de alimentación, por la disminución de tierras
en el resguardo. Las chagras son reducidas y no producen lo que producían
anteriormente al crecimiento poblacional.
Comunidad autosuficiente
Teniendo en cuenta que la comunidad de San Sebastián se encuentra muy
cerca a la ciudad de Leticia, mantiene cierta independencia y “autosuficiencia”
por medio de los cultivos, la pesca y otras actividades que permiten el
20 sostenimiento de todos sus habitantes, pero claramente
no viven en
aislamiento. El contacto es constante con la ciudad de Leticia, varios de sus
habitantes poseen empleos, trabajan como vigilantes, obreros en
construcciones y en servicios domésticos. Estos trabajos les permiten obtener
un salario mensual y todo lo que por ley beneficia a un empleado, pensión,
cesantías y seguridad en riesgos profesionales.
Dentro del reguardo la pesca es el principal método de abastecimiento, seguido
de la agricultura en las chagras, con los
cultivos de yuca. No puedo afirmar que
con estos métodos logren sostenerse
por completo, como lo hicieron los
antepasados, esto debido a disminución
de peces y la migración de animales
hacía el interior de la selva, haciendo
cada vez más difícil lograr una buena
pesca y una buena cacería. Con estas
actividades según Ruth Lorenzo se
logra obtener un salario mínimo mensual
en una sola familia.
Al estar la
comunidad cerca de la ciudad, se facilita
el traslado de los productos para la venta. Esto implica que necesariamente la
comunidad establece una relación directa y comercial con los habitantes de
Leticia y depende económicamente de esta relación. La “autosuficiencia” y la
independencia no son totales, como en la comunidad idealizada.
Comunidad distintiva
Existe en de San Sebastián unas características que la hacen “distintiva” a
otras comunidades. Estas características se han mantenido en el tiempo y han
traspasado generaciones; son las leyes enseñadas por los abuelos, reglas
inquebrantables que ellos interpretan como los mandamientos y que por más
influencias externas que hayan llegado a la comunidad, se han mantenido y
han traspasado generaciones.
Cuando la comunidad Ticuna fue creada
por el padre Jutapa, fueron pescados del
lago Eware con la yuca dulce, se
transformaron en seres humanos. Jutapa
desapareció al salir de cacería, Yoí su hijo
salió a buscar a su padre y llamó a todos
los animales, las plantas, pregunto a los
ríos, a los peces si lo habían visto.
Con un llamado, el sonido de la flauta,
fueron organizados todos los animales y las semillas en diferentes clanes o
nasones como ellos los llaman; cada hombre recibió el nombre de un animal,
21 de una planta, o de un ave. Y a su vez todos los grupos se dividieron en dos:
los que poseen plumas, como los pájaros y los que no, como los animales de
pelaje, las plantas y semillas.
La regla para el matrimonio es que los miembros que pertenecen a la nasón
de plumas debe necesariamente casarse con alguien de la nasón que posee
pelo, escamas o semillas , por ejemplo un joven perteneciente al clan tucán
puede contraer matrimonio con una mujer de clan cascabel, tigre, o huito.
Un estudio reciente del instituto colombiano de antropología e historia (ICANH)
titulado -Aproximación cuantitativa a la organización social de los Ticuna del
trapecio amazónico colombiano(2), plantea que actualmente hay dos tipos de
asentamientos. El primero es la aldea indígena Ticuna; en ésta, es clara la
distinción de los clanes, y mantiene la tradición según su clan, como el
matrimonio y la jerarquización entre los mismos para restablecer un orden. La
segunda es la aldea multiétnica, en ésta no existe completamente la
organización por clanes y presenta conflictos por poder y diferentes formas de
desarrollo, de conocimientos entre sus habitantes, rompiendo totalmente el
entendimiento común.
Todas las familias de la comunidad de San Sebastián conocen sus clanes, es
lo primero que enseñan las abuelas. La sangre Ticuna corre en la mayoría de
los habitantes y la ley de unión entre clanes es muy respetada.
Inicialmente, cuando escuché sobre los clanes pensé que esta ley era solo por
tradición, por respetar normas sagradas, pero esto va más allá de la creencia,
la unión entre los clanes Ticuna de pelo o cascabel con pluma, se da para
22 mantener la sangre pura, esto implica el conocimiento de una regla genética,
que si se irrespeta, se pueden generar enfermedades en los hijos, alteraciones
motrices, síndromes de aprendizaje. La comunidad lo ve como un castigo de la
naturaleza por incumplir la norma legada por los abuelos.
En san Sebastián la multietnicidad es notoria. La llegada de otras etnias a este
reguardo y el conocimiento de nuevas costumbres ha hecho que algunas
formas de distinción Ticuna desaparezcan, como algunas flautas llamadas tokw
que tocaban en ceremonias los médicos tradicionales, también llamados
sabedores o chamanes. Dicen los abuelos que estas flautas eran hechas del
tronco del platanillo y podían medir hasta dos metros. Los chamanes se
turnaban en las ceremonias para tocarla. Después de que eran utilizadas, las
colocaban en el agua y con el pasar del tiempo se convertían en boas.
Otra característica que distinguía a la etnia Ticuna era la forma de construcción
de sus casas, los materiales que utilizaban eran: la hoja de Carana,
llamada
chua --en lengua tradicional--, con la que techaban la casa, utilizaban la pona o
yura, que es una madera dura y fina para cerrar las paredes de la habitación
en la que dormían, el resto de la casa no tenía paredes, la cocina era un
espacio amplio, en la que no solo cocinaban, sino también trabajaban la
artesanía, los amarres de la casa se hacían solamente con bejucos.
Las casas en actualidad se hacen con algunos materiales de construcción
convencionales, como cemento y lámina de zinc para techar. La madera solo
es utilizada para las hacer las vigas y los espacios de la vivienda son
reducidos.
La alimentación es otro factor que ha cambiado la tradición Ticuna en San
Sebastián. En la medida en que los factores externos diferentes a su
naturaleza han entrado y han transformando los modelos de vida, los
alimentos han variado. En general los ancestros no consumían granos, era un
alimento desconocido, ahora los granos son parte fundamental de la
alimentación. Hay alimentos que siempre consumían en ceremonias, como el
tucupi: Este era un ají sacado de la yuca brava, mezclado con pescado, con
chicorea -este es un cilantro diferente al que conocemos porque la hoja es
más grande-, también está mezclado con hormigas culonas y es cocinado por
un tiempo aproximado de 4 horas. En las celebraciones ya no lo preparan
porque las mujeres no dedican el tiempo que éste requiere en su preparación,
tampoco dedican el tiempo a la recolección de las hormigas, teniendo en
cuenta que en las fiestas están presentes varios resguardos, un promedio
aproximado de 3000 mil personas durante dos noches y tres días.
(2) Augusto Oyuela Caycedo Investigador asociado de la Universidad de Pennsylvania,
museo de Arqueología y Antropología y Juan José Vieco Albarracín Profesor asistente
del Instituto Amazónico de la Universidad Nacional de Colombia, Leticia - Instituto
Colombiano de Antropología e Historia
23 Otra cosa que se ha perdido en las ceremonias y que distinguía a los Ticuna,
era la repartición entre los invitados de carne de monte. La deforestación y
amplitud de la ciudad ha hecho que cada vez sea más difícil conseguir
animales salvajes. La carne para la ceremonia la buscan con mucho tiempo de
antelación, el pescado arreglado para la preparación es negociado en Leticia o
en Tabatinga. Para poder consumir la carne de animales salvajes deben
solicitar permisos para la cacería ante la alcaldía y la policía, teniendo en
cuenta la dificultad para conseguirlos.
En conclusión el estilo de vida antiguo Ticuna heredado ya sea de forma
consciente o inconsciente y comparado con los tres sistemas de protección que
plantea Redfield sobre la comunidad idealizada, se ha transformado. Frente a
estos cambios la diversidad de pensamientos
comienza a romper el
entendimiento compartido y genera conflictos que luego deben ser
solucionados por medio de debates y consensos que pueden llegar a
acuerdos, pero que dejan una marca imborrable en la memoria.
Los conflictos, son circunstancias que ninguna comunidad real quisiera
afrontar en la vida, porque desearían lograr cualquier decisión u objetivo
propuesto con facilidad anhelada(3), pero inexistente, que no colocará nunca en
tela de juicio, ni cuestionará las acciones de la comunidad y no permitirá, como
resalta Estanislao Zuleta en su ensayo “elogio a la dificultad”, “la angustia que
genera combinar el entusiasmo y la crítica”. La búsqueda de nuevas
identidades, la llegada de factores externos y la transformación de algunas
enseñanzas pueden comenzar a confrontar la unidad mediante formas
artificiales de concordia. Por ejemplo, en San Sebastián el Curaca es la cabeza
líder del resguardo y es el que representa a su pueblo ante el estado. Por
suposición “obvia”, el hecho que haya adquirido este cargo es porque cuenta
con el apoyo de su pueblo comenzando por el consejo de ancianos, pero en
realidad se ha generado choques de ideas que comienzan a resaltar intereses
individuales, y aunque es aconsejado por varios líderes el choque prevalece, su
inexperiencia solo lo lleva a pensar en el dinero dejando de lado beneficios
sociales y la legislación indígena. Así mantenga el cargo, su autoridad y
credibilidad están en tela de juicio y es cuestionado por la mayoría de los
habitantes(4).
Con este ejemplo se resalta que definitivamente no existe completamente la
comunidad soñada, esa que ofrece a todos sus miembros bajar la guardia y
vivir a plenitud desde un entendimiento que precede desacuerdos y
negociaciones, que mantiene la “libertad” porque no existe la conciencia de la
voluntariedad. Ahora bien, San Sebastián es una comunidad real que ofrece
en parte seguridad, y con esto no me refiero a la seguridad ideal de las
soluciones definitivas sin esfuerzo, me refiero a la que permite en cierta
medida que todas las personas que la conforman mantengan el ideal y la meta
de lograr la convivencia anhelada. Pero no puedo continuar sin resaltar que
para mantener la seguridad en comunidad real hay que tener una capacidad
24 de entrega que requiere de sacrificio, una entrega que es estricta, que sigue
todos los paramentaros estructurales, morales, éticos, religiosos, políticos y
sociales, característicos y propios de ese estilo de vida común, parámetros que
los habitantes adoptan hoy en día de forma consciente, y hacen que se pierda
gran parte de la libertad, que se quisiera tener viviendo en comunidad ideal.
San Sebastián existe bajo la protección de las leyes que rigen el resguardo,
como pueblo indígena, su forma de vida está amparada por la normatividad
establecida previamente para los habitantes, el espacio común existe mientras
las leyes sobre el mismo sean ejercidas, y la identidad indígena como
comunidad existirá mientras esté sujeta a su territorio(5). La seguridad y el
amparo que tiene este pueblo exigen que la autonomía, la libertad que
proporcionaba en entendimiento común innato sea sacrificada por la
normatividad.
Seguridad o libertad, un diferendo de dos verdades que van paralelas y que
según Bauman “no podemos ser humanos sin libertad y sin seguridad”, pero en
el pueblo Ticuna de San Sebastián y en general todas las comunidades
existentes “no pueden tener ambas a la vez y ambas en cantidades
plenamente satisfactorias”.
Componente histórico de la comunidad de San Sebastián de los Lagos
En el siglo XVIII El pueblo Ticuna confrontó los cambios más notorios de su
cultura con las primeras invasiones esclavistas portuguesas. La llegada de los
grupos misioneros y los explotadores de madera y caucho, veían en este
pueblo la posibilidad de explotar todos los recursos naturales y obtener
ganancias, sin generar gastos por mano de obra. El maltrato constante a la
dignidad de los pueblos indígenas llevó a algunas comunidades a asentarse
en territorios que ofrecían el amparo de los patrones y a otros a escapar en
busca de nuevas tierras que permitieran recuperar las tradiciones.
(3) Estanislao Zuleta –“Un vida sin riesgos, sin lucha, sin búsqueda de superación y sin muerte,
y por lo tanto también sin carencias ni deseo: un océano de mermelada sagrada, una eternidad
de aburrición”. “se produce la más grande simplificación de la vida, la más espantosa facilidad”.
(4) opiniones recolectadas durante la estadía en la comunidad de san Sebastián entre sus
pobladores.- segundo semestre del año 2009 y primer semestre del año 2010. Amazonas.
(5) Libardo José Ariza. - “el funcionamiento del resguardo y sus principios fueron articulados
definitivamente por medio de la ley 89 de 1890 y aún se mantiene vigente con la constitución
de 1991, como control y protección de la población indígena. Ofrece la estabilidad que pocas
instituciones alcanzan en Colombia. Los indígenas defendían la ley, como único reducto que
les garantizaba su permanencia en la tierra y la construcción de su identidad. Los indígenas
estaban atados al resguardo porque, aparentemente, solo allí podían existir. Se establece, de
este modo, una relación esencial entre el espacio y la existencia de la identidad”. Derecho,
saber e identidad indígena / Bogotá (2009).
25 La comunidad de San Sebastián se
fundó en 1930 por
los abuelos
Antonio Fernández
y
Raimunda
Ramos, provenientes de omití Paraná,
en la desembocadura del rio
Putumayo en el Brasil. Estos abuelos
se escaparon de la esclavitud en la
época de la explotación cauchera y
huyeron con todos sus hijos de las
enfermedades y pestes que llegaron al lugar. Comenzaron a caminar rio arriba
hasta llegar al territorio actual; siempre escondiéndose de los explotadores.
Primero llegaron a Bella Vista en el Perú, allí también fueron obligados a
extraer caucho, salieron de allí y se ubicaron en las orillas de la quebrada
Yahuarcaca, hicieron sus chagras, empezaron a comercializar y también a
trabajar con las primeras personas que habitaron en Leticia.
La primera patrona del abuelo Antonio y la abuela Raimunda, fue una señora
llamada Patricia Sarria. El abuelo Antonio hacía la limpieza de su finca junto
con la abuela y los hijos.
De la unión entre Antonio y Raimunda nace Francisco, quien se casa con
Juliana según la tradición Ticuna, y nace Pascuala; ella es en la actualidad una
de las abuelas de la comunidad. Juliana conoció a Hernando Lorenzo, quien
fue el primer Curaca de este resguardo.
Durante los inviernos con las inundaciones del rio, todas las cosechas se
perdían. En 1969 Hernando Lorenzo como líder ubicó a la comunidad en las
26 tierras altas, en donde está el resguardo actualmente; la primera casa fue la de
los abuelos francisco y juliana.
Con gestión de Hernando, como curaca, construyeron la primera escuela
llamada Camilo Torres, donde actualmente estudian los niños de la comunidad,
comenzó a gestionar el desarrollo de carreteras, se mejoró el transporte fluvial
y terrestre.
Entre 1985 y 1986 se tramitó ante el ministerio del interior y se otorgó el título
de resguardo indígena a todo este sector. Se dividió en dos zonas San Antonio
de los Lagos y San Sebastián de los Lagos. Cada territorio tenía asignado un
curaca.
Ahora el objetivo de la comunidad es seguir buscando la ampliación del
resguardo ante el gobierno, para dar solución a los conflictos que se presentan
por territorio.
El inicio de los conflictos en el territorio de San Sebastián de los Lagos
La comunidad idealizada que el pueblo Ticuna busca, esa comunidad
armoniosa del padre creador Jutapa, la que no presenta conflicto alguno y en
la que el bienestar de todos está por encima de los intereses individuales,
definitivamente es un imposible desde el momento que la elección de vivir en
comunidad se convierte en voluntariedad y deja de ser entendimiento innato
El resguardo de san Sebastián, antes de recibir el título, fue un terreno que
genero conflicto entre hermanos. El abuelo Francisco tenía un hermano
llamado Santos Fernández, era médico tradicional y el único que no quería que
el territorio se convirtiera en resguardo, tenía la idea de vender el terreno y
volver al Brasil, a sus tierras de origen.
Sin importar el bienestar común, y la seguridad que el terreno representaba
para la comunidad, el abuelo Santos tenía clara su decisión. Deseaba solo el
dinero de las tierras, así pasara por encima de su pueblo
El abuelo Francisco luchó junto con su hermana menor, en contra de los
intereses de su propio hermano
Santos Fernández. Esto llevo a
enfrentamientos constates, se había desatado el odio entre hermanos. Las
peleas no solo eran de tipo físico, maltratos, golpes, riñas, sino también se
generó una pelea espiritual por el poder y el conocimiento que tenía el abuelo
Santos, como chamán y medico tradicional(6).
Estos conflictos reales, cuyos intereses individuales rompen la idealización de
vida comunitaria, son los obstáculos que constantemente se deben resolver en
San Sebastián. La solución independientemente de la forma que sea,
mantiene el anhelo, la búsqueda de aquella comunidad perdida, que no
generaba conflictos porque todos convivían bajo el mismo entendimiento. En
27 estos tiempos esas soluciones son una excusa para recuperar la seguridad
pero con la libertad que ofreció la comunidad del creador Jutapa. La
transformación en el tiempo de las enseñanzas y del estilo de vida innato ha
“hecho” que aquella comunidad Ticuna idealizada sea un paraíso solamente
alcanzable en los sueños.
CULTURA TICUNA, UN HECHO TRANSFORMADO EN EL TIEMPO
El significado de cultura como un “hecho” social busca siempre un fin objetivo
en la descripción de los diferentes estilos de vida, pero ese objetivo cambia si
tenemos en cuenta el planteamiento de Bauman cuando se refiere a la cultura
como un “fenómeno diacrónico más que sincrónico”, y el hecho de que
transcurra y se desarrolle en el tiempo hace que se transforme, que adopte
nuevos modelos cognitivos y con estos nuevas necesidades.
En este punto me detendré para intentar aclarar que se puede entender como
“hecho”. La palabra hecho es sin duda vocablo universal de la lengua española,
y su significado es diverso. Según José Ferrater Mora(7) plantea que se puede
entender “como algo que está efectivamente cumplido y no puede negarse su
existencia”. Este significado lo puedo ampliar más con el planteamiento que
señala Roque García en la obra --sinónimos y antónimos--. “Todo lo que existe
es una cosa. Todo lo que hace, todo lo que obra, todo lo que se mueve, es un
hecho”(8).
Entonces a modo de ejemplo puedo señalar que la manifestación artística es
un hecho del pensamiento del hombre y todas las manifestaciones y
sustancias físicas son hechos de la naturaleza.
Con respecto a estos significados los dos autores coinciden en la clasificación
de “hecho”, como hecho natural y hecho cultural. Para García, como para
Ferrater el hecho natural “es el que proviene de la naturaleza y que no es
humano” y el hecho cultural lo describe el autor en sus propias palabras de la
siguiente forma: “se concreta al hombre, a todo aquello que el hombre hace, sin
calificarlo en ningún sentido, sin expresar que sea bueno o malo, falso o
verdadero, justo o injusto.”
(6) Relato hecho por Ruth Lorenzo Chota, nieta del abuelo Francisco y actual líder de la
comunidad Ticuna de San Sebastián de los Lagos. Leticia - Amazonas 2010
(7) José Ferrater Mora.- diccionario de filosofía, México, Atlante, 1941
(8) Ramiro Romero Hernández.- Apuntes para la filosofía de la contabilidad, el hecho
contable.
28 Los hechos culturales enmarcados en las costumbres heredadas del pueblo
Ticuna, son representados en ceremonias enseñadas por generaciones desde
el padre creador Jutapa, y transmitidos a través de los mitos de los abuelos
como regla fundamental. Estas ceremonias se han transformado en el tiempo,
no han desaparecido; conservan el principio infundado por el creador a la
comunidad idealizada, pero han mutado.
No puedo generar un calificativo y decir que esta mutación sea mala o sea
buena, simplemente es la transformación de lo que en el principio era lo ideal
para la comunidad que lo asumía de manera innata, y que ahora se asume de
manera voluntaria.
La creación Ticuna, es rastro de la tradición de un hecho cultural transmitido
en el mito, que se ha mantenido y que evoca el sueño de un pasado de unión
que poseía libertad y seguridad. Las enseñanzas del creador mantenían el
ideal de la vida en comunidad. Se estableció la organización social por clanes y
las leyes que hacían parte del entendimiento común.
Los rituales ceremoniales son la manifestación real de lo transmitido a través
de la palabra, y que sustentan la búsqueda de aquella comunidad segura y
libre que desapreció.
Imposición de clanes:
Este es el primer ritual que el pueblo Ticuna le practica a un niño recién nacido.
Inicialmente todo niño nacía en el resguardo, asistido por las abuelas. En el
momento de nacer estaba presente un padrino escogido por los padres del
bebe, quien se encargaba de cortar el ombligo con una hizana, llamada
también “dene” en lengua Ticuna. El padrino ungiendo huito –fruto que
produce tinte natural—sobre el niño, le hace la imposición del clan, que al igual
que el apellido es el mismo del padre.
Con el tiempo y los diferentes factores que han influenciado en la
transformación cultural, este ritual se ha ido perdiendo, conforme avanzan las
generaciones. Los partos de las mujeres indígenas son realizados en los
hospitales siguiendo los protocolos médicos comunes, tanto para el parto,
como para el corte del ombligo del bebe. No hay presencia de padrinos y la
imposición del clan se asume y se sustenta al niño con las enseñanzas de los
abuelos.
La pelazón:
Es un ritual sagrado en el que se purifica a las jóvenes de la comunidad en el
momento de su desarrollo, en su primera menstruación. Este ritual representa
el cambio de niña a mujer y lo realizan para no contaminar la naturaleza,
29 según sus enseñanzas, mantener un equilibrio natural. Este equilibrio evita
que el hombre que tenga relaciones con esta mujer, en términos de los Ticuna,
no sea “salado”; esto quiere decir que no sea una mujer que traiga desgracias,
sino por el contrario, una mujer que está purificada para ser buena esposa y
conformar un buen hogar.
Aunque esta tradición ha cambiado en algunos aspectos, trataré de hacer una
descripción del ritual como los hacían los antepasados Ticuna y describiré
algunas características que han cambiado en el tiempo.
En el momento de la primera menstruación, la niña es inmediatamente
separada de la familia y guardada según la tradición en una habitación
construida por el padre, especialmente para la ceremonia, en la maloca
Ticuna. La niña no es vista por ningún hombre, solamente es visitada por las
mujeres de la familia.
El aislamiento inicialmente dura alrededor de un año, durante su clausura la
niña aprende a sacar y a torcer la fibra de la chambira, hacer detalles para
obsequiar a los padrinos, que son escogidos por la mamá de la muchacha. La
joven teje hamacas, mochilas, y en general todo lo que es artesanía. Es la
preparación para ser una buena esposa.
Cuando el año de encierro de la niña comienza, la familia inicia la preparación
de la chagra, desde el cultivo hasta que la yuca dulce está lista, este proceso
dura un promedio de 6 meses. Se comienza la fabricación de los instrumentos,
en especial el tambor. Los hombres salen de cacería para conseguir el cuero
de los instrumentos, utilizan la piel de danta o de borugo. Hacen las flautas
de bambú, que representan el llamado de los clanes y fabrican la flauta de
invitación, que es hecha de una corteza. La flauta generalmente mide un metro
y medio de largo. El padre de la joven sale en un bote tocando la flauta y los
demás resguardos Ticuna reconocen el sonido, saben que es la invitación a la
fiesta y se deben alistar para la ceremonia. El padre lleva huito y lo regala a sus
invitados para que con este se maquillen en la celebración.
Todos los invitados alistan las
máscaras hechas de madera y
balso, unas
representan los
clanes y otras representan al
mono
travieso,
con
esta
máscara van a perseguir a la
joven durante la fiesta.
Las mujeres de la etnia
preparan el caldo de payawarú,
30 que es la bebida típica especial de la pelazón. Es un vino hecho con la yuca
dulce. Se prepara una parte y se deja fermentar, cuando faltan tres días para
iniciar la ceremonia arrancan nueva yuca y hacen nuevamente la preparación,
el vino fresco lo mezclan con la bebida ya fermentada para que suavice el
sabor.
Nunca deben callar los tambores mientras preparan el payawarú. Los
hermanos menores de la niña son los que tocan el tambor y están siempre
acompañados por un abuelo. El primer día de la ceremonia los invitados
ayudan a mezclar el payawarú fermentado con la nueva preparación. La
diferencia entre las dos preparaciones es de 6 meses.
Mientras ocurre todo el proceso de la preparación del payawarú, la abuela y la
mamá de la niña le aplican un suavizante en el cabello para que lo afloje. Este
suavizante está preparado con el sumo de lulo. La abuela y la madre con las
manos comienzan a arrancarle el cabello de la nuca y de las partes laterales
de la cabeza a la joven, estos son los lugares más dolorosos, por eso lo hacen
los familiares. La parte superior de la cabeza la dejan para los invitados, estos
arrancan el cabello durante la ceremonia. Por este acto el ritual recibe el
nombre de la pelazón.
El cabello de la joven está debilitado, la intención es que no debe doler, si el
dolor es excesivo significa que no va a ser una buena esposa, no va a tener un
buen futuro matrimonial, puede tener problemas de infidelidad y engaño.
La comida de la fiesta es abundante, el padre de la niña ofrece a sus invitados
la carne de los animales cazados en el monte para esta fiesta.
Todos los invitados que van llegando buscan bambú para elaborar un corral en
el que va a estar la joven, buscan huito para pintar a la muchacha. A las tres de
la mañana rayan el huito y cuando está el tinte, todos se pintan. La muchacha
es pintada por las familiares, luego la vendan con yanchama y la llevan al corral
sin que nadie la pueda ver.
Amanece el segundo día de la pelazón, los invitados cantan con los niños,
bailan todos con cascabeles en sus tobillos, con el casco de la charapa
(tortuga) y con las flautas, todos los invitados se reúnen para que se proceda
a perforar las orejas de las niñas pequeñas que están en la fiesta. Esta primera
perforación la hacen con una aguja hecha de pona bien pulida, ésta es la
madera fina con la que hacían las paredes de las casas. Estas perforaciones
solo se hacen durante las fiestas de pelazón.
31 En el tercer día siguen bailando con cascabeles tambores y flautas, hacia las
dos de la tarde, se alistan para sacar a la muchacha que está en corral hecho
de bambú.
Antes de salir le colocan la corona que significa la pureza, el triunfo, el poder,
ella sale con su torso desnudo, pintado con huito y con una falda de
yanchama.
El prometido de la niña, seleccionado por los abuelos, le ayuda a salir del
corral, él le tapa los ojos y sin dejar de danzar dan dos vueltas mientras que
colocan una tela de yanchama o nachine --en legua Ticuna-- pintada con el
clan de la joven en medio del lugar, luego sientan a la joven en la mitad y
todos le cantan.
Le quitan la corona y la tía inicia arrancado el cabello, luego los demás
invitados.
Todos bailan con la joven, siempre suenan los cascabeles, llegan los
enmascarados con sus trajes, estos traen un muñeco que representa una cría.
El mono travieso comienza a buscar a la muchacha y la persigue con el palo
de capinuri, este tiene forma de falo y representa la fertilidad.
Las ancianas le quitan la cría a los
enmascarados y ayudan a controlarlos, la
fiesta se convierte en una alegre
persecución. Los invitados continúan
bailando durante toda la noche.
Con el amanecer del cuarto día, la familia
da premios a los enmascarados, quitan las
máscaras y descubren quienes son las
personas disfrazadas. Los enmascarados le
dejan al dueño de la fiesta los trajes para
que la familia de la joven, ahora convertida
en mujer, los utilice para decorar la casa.
Luego estos trajes son utilizados en otra
etapa de la pelazón que se realiza al año
siguiente. Durante esta ceremonia solamente le quitan a la joven el cabello de
la frente y las faldas de chambira de los enmascarados son quemadas. Los
invitados bailan alrededor el fuego.
Los cuatro días de fiesta están caracterizados por los platos típicos, durante
toda la celebración se comparte la chica de yuca, el guarapo de piña, la fariña,
32 el sancocho de plátano, los envueltos de pescado entre otros alimentos típicos
de sus costumbres.
Aunque la ceremonia de la pelazón en la actualidad
se realiza en las comunidades Ticuna del trapecio
amazónico, ya no se hacen igual, como la hicieron
los antepasados. La voluntariedad es el primer
camino de acceso para realizar la ceremonia, y
aunque la mayoría del ritual se mantiene igual en su
orden, las variaciones son bastante notorias. En la
medida en que las generaciones avanzan la
extinción puede llegar a esta tradición.
El encierro de la niña ya no es de un año, como lo
hicieron los abuelos, es de máximo una semana, y
con esta sola variante, la trasformación del ritual ya
es significativa. El poco tiempo de encierro de la
joven ya no es suficiente para que aprenda todo lo
que se necesita para ser una buena esposa,
entonces el encierro adquiere un carácter simbólico,
se convierte en un aspecto representativo de la tradición pero deja de ser un
aspecto fundamental para la vida Ticuna.
El aprendizaje de las jóvenes para hacer artesanías lo realizan en cualquier
momento con la mamá o las abuelas, esto es de manera voluntaria, teniendo
en cuenta que la etnoeducación –el aprendizaje de su propia cultura-- ya no es
una prioridad para muchos jóvenes indígenas que dedican su tiempo a los
estudios básicos, técnicos y profesionales.
En algunas ceremonias todavía se hace la preparación del caldo payawarú,
pero en la mayoría de las ocasiones el licor es comprado en los pueblos, y
consumen la cachaza del Brasil y cerveza.
En el momento del ritual de la pelazón de la niña, las abuelas y la madre
utilizan tijeras, el corte de cabello también se convierte en un aspecto
simbólico.
Cuando la joven sale del encierro también hay cambios, ya no es el prometido
el que le ayuda a salir del corral, es un familiar, ya sea un primo o un hermano,
incluso el mismo padre. La niña ya no sale con la falda hecha de yanchama,
sale con una tela roja. Cuando se extrae la corteza de la yanchama para hacer
el tejido, generalmente sale de color blanco, pero en ocasiones la corteza sale
con un color rojizo. Ésta era la que utilizaban los antepasados en las
33 ceremonias porque para los ticunas el rojo representa la menstruación
femenina y la pureza. Ahora la tela se utiliza por practicidad, no es necesario
tejer y mucho menos conseguir el árbol adecuado para que la yanchama salga
de color rojo.
En general la ceremonia de la pelazón ha dejado de ser un ritual sagrado y un
manifiesto de vida, que era lo que representaba para los ancestros, era parte
del entendimiento innato de la comunidad. Ahora se ha transformado
simplemente en una fiesta que celebra un acontecimiento pero sigue siendo un
hecho cultural.
La idea de separar los hechos culturales de los hechos naturales no es un
concepto expuesto solo por José Ferrater Mora y Roque García, sino que fue
el planteamiento que dio origen al significado de cultura a partir del siglo XVIII.
Todas las manifestaciones creadas por el hombre determinaban el concepto de
cultura, mientras que todos los hechos naturales eran separados como los
designios que se presentaban en la vida y que el hombre estaba obligado a
seguir.
Este significado de cultura del siglo de las luces lo menciona Bauman, y lo
desarrolla con la transformación semántica que se ha dado con los “hechos
culturales y naturales” en el tiempo y destaca una mutación que para el siglo
XIX comienza a ser notoria, el hecho cultural ya no separaba al hombre del
hecho natural, sino por el contrario en términos de Bauman, se “naturalizaba
la cultura”(9).
El desarrollo de este pensamiento pone al hecho creado por el hombre en una
posición en la que la misma creación humana confronta y adopta el dominio
del hecho natural.
En el resguardo de San Sebastián quería determinar que este concepto era
válido en la comunidad Ticuna actual. La forma más apropiada de explicar mi
búsqueda es intentando aclarar ¿Qué era lo que realmente buscaba como un
hecho que naturalizaba la cultura? Las danzas y los rituales, como hechos
culturales eran actos sensibles y notorios en cualquier pueblo indígena que
mantuviera estas costumbres, pero ¿Qué más podía abarcar la naturalización
de la cultura?, comencé a investigar si había “hechos culturales” que pasaban
desapercibidos, cosas que pudieran ser tan cotidianas y distintivas que
fácilmente podían ser imperceptibles,
y que aunque eran enseñanzas
ancestrales fueron
transformaciones
de hechos culturales que se
naturalizaron.
(9) Zygmunt Bauman.- La cultura como praxis, “introducción” (1999)
34 No sabía por dónde comenzar o como identificar estos elementos que se
naturalizaron, son detalles difíciles de notar porque comenzaron a ser parte de
la cotidianidad del pueblo Ticuna, y son aún más difíciles de percibir si se
naturalizaron con influencia de hechos culturales provenientes del hombre
blanco y sus costumbres. Esto hace que sean prácticamente imperceptibles.
La observación podía ser mi única herramienta, pero ¿Cuál podría ser ese
momento, esa acción concreta de hecho cultural heredado, adaptado y
naturalizado? Solo encontré elementos sencillos, tal vez insignificantes y
difíciles de explicar, como formas de comer, de sentarse, de hablar y
relacionarse, estos hechos son producto de la tradición y delimitarlos puede ser
una tarea imposible, no me puedo centrar en el hecho mismo, realmente
podían ser una ilusión, incluso Bauman resalta los esfuerzos de los pensadores
sociales por demostrar estas acciones. Lo que puedo plantear es que estos
hechos culturales que se naturalizaron pueden ser vestigios de aquel
entendimiento innato que poseía la comunidad idealizada y que ahora solo se
manifiestan en pequeñas acciones prácticamente imperceptibles dentro de la
comunidad real.
35 CONCLUSIÓN
Llegar a un lugar desconocido, observar cosas de los pueblos indígenas que ya
comprendía por algún medio de comunicación o simplemente por conocer el
concepto de la globalización, no me implicó ninguna dificultad. El reto real era
identificar las ideas que yo tenía en mi mente de una comunidad ideal que ya
no existe, en la comunidad real de San Sebastián, con la que iniciaba una
nueva vivencia y una amistad que marcó todo el proceso de éste trabajo.
Con esta experiencia logré ver qué hay más allá de las cosas obvias que se
pueden conceptualizar, lo más notorio en una comunidad. Pude exponer las
ideas sensibles de mi imaginación y mis recuerdos, porque confronte lo ideal
de mi mente con la realidad. Aprendí a leer que en los pequeños de talles hay
grandes contenidos, actividades que pasan desapercibidas, pero que tienen
una gran historia.
Definitivamente la animación fue la mejor herramienta creativa, me permitió
dar vida a través del movimiento a mis ideas infantiles, unir lo real con lo irreal
y ante todo dejar un rastro del acercamiento entre mis experiencias con algo
completamente lejano a mi vida.
Éste es tan solo en inicio de un trabajo que debe continuar, con esto se abre un
camino para que mi deseo de conocimiento pueda seguir explorando el
gigantesco universo de las culturas indígenas y su transformación.
Llegar hasta este punto no es un camino fácil, de corazón agradezco a todas
las personas que de una u otra manera aportaron en éste proceso, y pido
bendiciones por mi familia, porque sin ellos, esta aventura no sería una
realidad.
36 BIBLIOGRAFÍA Y FILMOGRAFÍA
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Hubley, Faith - Time of the angels - The Hubley Collection v1 05 - (1987)
Cherkasova, Oksana - A Man From the Moon (2002)
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