EQUIPOS DE ORIENTACIÓN ESCOLAR – MINISTERIO DE EDUCACIÓN DE LA NACIÓN (extracto del documento ”Los Equipos de Orientación en el Sistema Educativo. La dimensión institucional de la Intervención. Inclusión democrática en las escuelas.” Ministerio de Educación de la Nación. Subsecretaría de Equidad y Calidad Educativas. Programa Nacional de Fortalecimiento y Desarrollo Profesional de los Equipos de Orientación. Marzo de 2014. ) -Situarnos, pensarnos. Trabajar en educación y en la escuela hoy requiere de un doble movimiento: •sostener con firmeza principios que garanticen la educación como derecho para todos y todas; •abrir, cuestionar, habilitar y reconfigurar las maneras de mirar, y ofrecer espacios de encuentro entre quienes enseñan y quienes aprenden, quienes dirigen las escuelas y quienes llegan a ellas para ser educados. Por eso, no se trata de disociar principios de prácticas, leyes de situaciones a ser reguladas, o teorías de escenas cotidianas; por el contrario, se trata de hacer que los principios que se sostienen se verifiquen efectivamente, que lo que proponemos, se haga práctica, y que las prácticas puedan ser dichas, pensadas, analizadas desde diferentes perspectivas. Trabajaremos en este texto el concepto de “problema de intervención”, despegado de significaciones vinculadas con un conflicto u obstáculo a remover, sino como esa configuración de elementos, tensiones, recursos, relaciones, etc. que permiten intervenir. L os equipos de orientación que trabajan en el ámbito educativo y, particularmente, en las escuelas de los diferentes niveles y modalidades del sistema, son convocados de diversas maneras para realizar tareas de acompañamiento a quienes cotidianamente llevan adelante la labor de enseñar, dirigir las instituciones y sostener las trayectorias escolares de sus alumnos. El primer capítulo se centra en la trama institucional y la posición de los equipos de orientación en ella, reconoce los hilos de esa trama e invita a situarse allí a los equipos junto con otros. El segundo capítulo profundiza esa implicación recuperando un pasaje necesario y complejo, de la demanda a la construcción de problemas de intervención. El tercer capítulo enfatiza la intervención, desde la construcción de problemas que permitan intervenir, hasta la invención de dispositivos concretos que organicen, reconfiguren relaciones, dispongan y pongan a disposición las herramientas necesarias para cada actor institucional. La matriz moderna de la escuela conduce a demandar sólo por los alumnos y, generalmente, de manera individual. En este sentido, la construcción del objeto de trabajo implica la reformulación de la demanda en el desplazamiento de la mirada hacia los sujetos en medio de relaciones, en contextos, en situaciones; los espacios, las formas de enseñanza, la organización escolar misma. La demanda puede ser entendida como solicitud, petición o reivindicación. También puede ser querella, pero sin duda significa de algún modo reconocimiento. Se requiere contextualizarla, problematizarla, ingresarla en una trama compleja de significaciones, interacciones y relaciones. La demanda no es algo literal, requiere ser resignificada, también pensando en la posición que ocupa el que la enuncia y no sólo su decir, lo que desde esa posición en el sistema puede visibilizar. Ahora bien, no todas las intervenciones de los Equipos de Apoyo y Orientación necesariamente deben construirse como respuesta a una demanda específica. Con frecuencia se verifica que los dispositivos de intervención surgen como una propuesta de trabajo en co-operación con las instituciones educativas, originada en el análisis de situaciones problemáticas relevadas por los equipos y/o por los resultados de la investigación, desde diversas disciplinas. Estas propuestas de trabajo pueden estar vinculadas a problemas estructurales que atraviesan el sistema educativo en su conjunto, por ejemplo, el fracaso escolar, o coyunturales, derivadas en ocasiones de los procesos de transformación del sistema o las vicisitudes en la relación entre la política nacional y jurisdiccional en un momento determinado. En otros casos se relacionan con las condiciones de época que introducen problemas novedosos no deseables, como puede ser la medicalización de la infancia y la adolescencia o bien, ante cambios ostensibles en los procesos de subjetivación de niños, adolescentes y jóvenes y que resignifican las anteriores. [...]Este tipo de intervenciones, no sólo contribuyen a generar y sostener procesos de cambio, sino que además impactan en la transformación paulatina de los modos tradicionales de solicitar la intervención de los equipos […].