XV CONGRESO NACIONAL DE EDUCACIÓN COMPARADA Eje Temático 5. Participación política y ciudadanía. Una perspectiva comparada Nuestra sociedad se estructura a través de dos grandes vías, una formada por los organismos privados y la otra con los organismos públicos y políticos. Así, de una parte, está la sociedad civil y de la otra el Estado (Bobbio, 1975), que se corresponde con la hegemonía que el grupo dominante despliega en la sociedad. A la sociedad le concierne el desarrollo y el progreso del Estado, y es la ciudadanía la que da sentido a la democracia, participando en la actividad pública para buscar soluciones a los problemas sociales. La sociedad instrumentaliza sistemas u organismos para lograr sus objetivos. Las instituciones son algunos de estos instrumentos que sirven para facilitar el desarrollo organizado de los temas públicos, para promover y fomentar la participación ciudadana haciendo, además, de medio de interlocución con el Estado. Bastantes gobiernos municipales, europeos y latinoamericanos comienzan a finales de los 80´ a poner en práctica experiencias y mecanismos concretos de participación ciudadana y asociativa que buscan complementar los ofrecidos por la democracia representativa. Cabe señalar, por ejemplo, los llamados “presupuestos participativos” practicados en varias ciudades latinoamericanas y en algunas europeas; los “jurados ciudadanos” ejercitados en las ciudades británicas y españolas, las distintas experiencias de “planificación estratégica” y “consejos consultivos”, etc. Dichos diseños llamados de innovación democrática- pretenden ser novedosos al promover la intervención e involucramiento ciudadano de tipo mixto (personas y asociaciones) y combinar funciones cercanas a la deliberación, la toma de decisiones y la gestión de servicios o políticas locales (Font 2002). Las aproximaciones más clásicas al fenómeno de la participación, coinciden en una serie de elementos a la hora de definir la participación política ciudadana: la incidencia que pueden tener los ciudadanos comunes – directa o indirectamente- no sólo en la elección de los gobernantes, lo que habitualmente es entendido como participación electoral, sino también en las decisiones que éstos toman a lo largo de todo el periodo de gobierno. Es evidente que la participación política se ve mediada por la percepción que la ciudadanía tiene sobre su propia capacidad para influir en la acción política. Cuando los ciudadanos y las ciudadanas se consideran útiles a la acción política desarrollan un sentimiento de eficacia que según Ferrer (2006) es eficacia interna si se percibe como capacidad personal de participar como actor o actriz político/a, y eficacia externa si se percibe como que el XV CONGRESO NACIONAL DE EDUCACIÓN COMPARADA sistema político responde a las demandas de la ciudadanía. (Amador, Mateos y Cárdenas, 2012). Siguiendo esta línea, podemos entender por participación ciudadana aquellas acciones emprendidas por ciudadanos que están destinadas a influir en las decisiones de los gobernantes, y que por ende, pretenden incidir en la política pública del gobierno local. Hoy la concepción de una nueva ciudadanía colaboradora, activa y participativa pasa por nuevas formas de gobernar para el ámbito local, quizás reinventado una democracia de participación. Desde este eje temático pretendemos: − Desentrañar las dinámicas que se generan alrededor del uso de estos mecanismos de participación ciudadana. − Analizar el modo en que se inscriben la participación ciudadana en un contexto político y cultural más amplio. − Conocer estudios centrados en el análisis de la participación ciudadana. − Analizar la relación “gobierno municipal – asociaciones/ciudadanos”. − Establecer modelos de democracia, teorías de la participación, enfoques sobre la cultura política, la influencia del color político, etc. Por todo esto, desde aquí os animamos a presentar trabajos, estudios o investigaciones que estéis realizando respecto a esta temática.