ep 065 - síndrome cardio-hepático en insuficiencia cardíaca aguda

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EP 065 - SÍNDROME CARDIO-HEPÁTICO EN INSUFICIENCIA CARDÍACA AGUDA
DESCOMPENSADA: ¿DISTINTAS ALTERACIONES, DISTINTOS PRONÓSTICOS?
Elian Facundo GIORDANINO | Pablo Alejandro KLIN | Carola ZAMBRANO | Federico
ZEPPA | Luis VARELA FALCÓN | Andrés BILBAO | Francisco KLEIN
FUNDACIÓN FAVALORO
Introducción: Se han descripto alteraciones de la función hepática en Pacientes (P)
internados por Insuficiencia Cardíaca Aguda Descompensada (ICAD). Aunque existen
diferentes patrones de alteración del hepatograma, aún no se conoce si se pueden
identificar distintos subgrupos de riesgo.
Objetivos: Identificar diferentes subtipos de Síndrome Cardio-Hepático (SCH) en P con
ICAD y analizar su pronóstico a corto y mediano plazo.
Materiales y Métodos: Se registraron datos clínicos, bioquímicos y demográficos al
ingreso por ICAD. Se definió SCH a la alteración de la función hepática caracterizada por
GOT ≥60 UI/L, GPT ≥75 UI/L, FAL ≥225 UI/L, bilirrubina total
≥1.5 mg/dl o GGT ≥100 UI/L. Se analizaron en 3 sub-grupos: SCH-1
(Necrosis centrolobulillar: elevación aislada GOT y GPT); SCH-2 (Congestión hepática y/o
patrón colestásico: aumento de bilirrubina y/o GGT o FAL); SCH-3 (Patrón combinado).
Se analizaron las características de cada grupo, el pronóstico intrahospitalario y a 90 días.
Resultados: Se analizaron 534 P consecutivos internados por ICAD entre marzo 2011 y
enero 2014. La prevalencia de SCH fue de 63%: correspondieron 16.3% al SCH-1; 70.2%
SCH-2 y 13.5% SCH-3.
El SCH-1 se asoció a la presencia de hipoperfusión al ingreso (24.4 vs 13%; p<0.01).
El grupo SCH-2 se caracterizó por ser una población más joven (64±17 años; p< 0.001)
que al ingreso presentaba signos de insuficiencia cardíaca derecha (71 vs 40%; p< 0.001)
y presión venosa central (14 vs 8 mmHg; p<0.001) y presión sistólica del ventrículo
derecho más elevadas (52 vs 47 mmHg; p=0.01). Este subgrupo requirió inotrópicos con
mayor frecuencia (39.2 vs 17.5%; p=0.001). Si bien se observó una asociación entre SCH
y desarrollo de insuficiencia renal, ésta fue más frecuente en los P del SCH-2 (51.6 vs
42.2%; p<0.05). Estos P también tuvieron internaciones más prolongadas (≥ 7
días)(51 vs 35%; p=0.001).
Al ingreso en el SCH-3 se registró menor tensión arterial (119±27 vs 133±34 mmHg;
p<0.05), mayor hiponatremia (Na+<136meq/L)(83 vs 41%; p<0.001) y menor fracción de
eyección (35 vs 40 %; p= 0.001).
La mortalidad hospitalaria fue de 8.4% y 15.1% a los 90 días. El SCH-2 presentó mayor
mortalidad en internación (11.2 vs 5.3%; OR 2.2; IC95% 1.04-4.8; p<0.05) y el SCH-3 a
los 90 días (20 vs 5.8%; OR 4; IC95% 1.5-11; p=0.01). Aunque no se detectaron
diferencias en la tasa de reinternación entre los grupos, los P del SCH-3 se reinternaron
más precozmente que los demás (28 vs 48 d; p<0.01).
Conclusiones: El SCH es altamente prevalente en nuestra población de P con ICAD,
siendo la forma colestásica o de congestión hepática la más frecuente. Aunque se
lograron identificar distintos grupos de acuerdo con el patrón de daño hepático, cualquier
alteración del hepatograma identifica un subgrupo de pacientes con peor pronóstico tanto
hospitalario como a mediano plazo.
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