Bases Tecnicas Especificas Modalidad Residencias

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BASES TÉCNICAS ESPECÍFICAS
MODALIDAD RESIDENCIAS ESPECIALIZADAS
Bases Técnicas Específicas. Modalidad Residencias Especializadas
INDICE
1. Definición de la residencia
2. Objetivos
3. Resultados esperados
4. Descripción del proceso de trabajo
5. Localización
6. Orientaciones técnicas a garantizar en la ejecución
Bases Técnicas Específicas. Modalidad Residencias Especializadas
1.
Definición de la residencia.
Estas residencias constituyen una medida de protección de carácter especializado, excepcional y
transitorio, disponible para el niño, niña o adolescente privado de su medio familiar por
resolución judicial. 1
Están destinadas a proporcionar a estos niños, niñas y adolescentes, de forma estable, alojamiento,
alimentación, abrigo, recreación, apoyo afectivo y psicológico, asegurando su acceso a la educación,
salud y a los demás servicios que sean necesarios para su bienestar y desarrollo,
complementariamente a un proceso reparatorio del daño asociado a situaciones de graves
vulneraciones de derechos, tales como: situación de calle, consumo abusivo de drogas, explotación
sexual comercial infantil, y para aquellos menores de 14 años de edad que cometan infracciones a la
ley penal.
En ese sentido, las residencias especializadas, constituyen un recurso para los proyectos
especializados en la reparación del daño, pues se trata de residencias destinadas a la atenc ión de
niños, niñas o adolescentes con características de complejidad. Esto es, aquellos que requieren de
cuidados y contención de tipo especializada y focalizada al tipo de problemática que dio origen a su
ingreso. Estas residencias deben considerar la especificidad del sujeto a atender, lo que exige que
sean diferenciadas en consideración a la vulneración de derechos que presentan. Por lo tanto, deben
diferenciarse aquellas que ingresan niños, niñas o jóvenes que son víctimas de explotación sexual
comerc ial, calle, drogas, de aquellas cuyo perfil del sujeto está asociado la comisión de alguna
infracción de ley (en calidad de inimputables).
Ante estas graves vulneraciones, los niños, niñas y adolescentes víctimas, presentan un severo daño
en su desarrollo general; ausencia o debilidad de algún adulto protector que pueda brindar los cuidados
y seguridad básica que toda persona en desarrollo requiere; y presencia de factores de riesgo de tal
relevancia, que pudieran generar un grave peligro para su integridad física y mental e incluso poner en
riesgo su vida. Esta modalidad residencial emana de la necesidad de desarrollar una nueva línea
especializada, que forma parte complementaria del complejo proceso de reparación que desarrollan los
programas ambulatorios focalizados en las temáticas señaladas con anterioridad.
En su accionar cotidiano, este tipo de residencias deben desarrollar rutinas y acciones que contribuyan
al proceso de reparación y restitución de derechos de niños, niñas y adolescentes víctimas de graves
vulneraciones, respondiendo a un plan complementario a las intervenciones psicológicas, sociales,
educativas, y judiciales que -entre otras acciones- realizan los programas de protección especializados
en el tratamiento de las problemáticas antes señaladas.
Es importante señalar, que las actividades que se realizan en las residencias deben estar en
coherencia con la edad, sexo, intereses y situación de los niños, niñas y adolescentes, y siempre
orientadas al propósito de fortalecer los recursos personales de estos y contribuir al proceso
reparatorio correspondiente. Al respecto, es factible desarrollar talleres de diverso tipo, que aborden la
integralidad del sujeto, por ejemplo, de desarrollo personal, de apoyo escolar, recreativos, deportivos,
de manualidades y de relajación. En ese sentido, la rutina diaria de las residencias constituye también
un componente terapéutico, de mediación y apoyo a los procesos de los niños/as, que son conducidos
por los equipos técnicos de los programas a cargo de la intervención.
2.
Objetivo general.
Asegurar condiciones fundamentales de cuidado, provisión, participación y buen trato de cada uno de
los niños, niñas o adolescentes ingresados a fin de favorecer la normal convivencia e interrelación con
otros, la incorporación de normas, la contención y acompañamiento en crisis, de manera de contribuir
al proceso reparatorio y al restablecimiento de los derechos conculcados, en coordinación con el/los
respectivos programas especializados que les estén brindando atención.
2.1. Objetivos específicos.
•
Asegurar una adecuada calidad de vida y satisfacción de los derechos de alimentación, salud,
educación, recreación, vestuario, higiene, y seguridad.
El/la director/a responsable de la residencia evaluará caso a caso y en conjunto con el equipo técnico a cargo de la intervención
correspondiente, sugerirán al tribunal competente, el momento en que cabe determinar el egreso de la residencia de un niño, niña o
adolescente.
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3.
•
Otorgar un trato afectuoso y respetuoso, así como asegurar el derecho de opinar y participar en
las decisiones que los involucran.
•
Apoyar acciones para el proceso de reparación y derivación según corresponda, en coordinación
con el programa de protección especializado.
•
Contribuir al fortalecimiento de la capacidad parental, conforme a sugerencias realizadas por el
programa de protección especializado.
•
Coordinar acciones con las redes locales que permitan favorecer la integración social, educacional
y de formación.
Resultados esperados.
Los resultados esperados se evaluarán periódicamente a través de la supervisión semestral y anual, a
partir de la cual se emitirán los informes correspondientes con los logros del proyecto.
•
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•
•
4.
100% de niñas, niños y adolescentes ingresados, cuentan con necesidades de provisión (alimentación,
vestuario, higiene, seguridad, salud y otros) y de buen trato, cubiertas.
100% de los niños/as tienen facilitada su inserción en un programa de educación acorde a sus
necesidades (escuela, programas de nivelación o recuperación escolar, entre otros).
100% de situaciones donde no exista buen trato por parte del personal del centro de diagnóstico, o
externos al mismo, se investigan y se toman medidas, por parte del organismo colaborador, para la
protección del niño, niña y/o adolescente.
100% de niñas, niños y adolescentes ingresados, cuentan con plan de trabajo, establecido, en
coordinación con programa de protección especializado.
100% de niñas, niños y adolescentes ingresados, con requerimientos de atención reparatoria,
derivados a programas de protección especializados.
100% de niños, niñas y adolescentes, reciben orientaciones y acciones para la auto-valencia, de
acuerdo a su etapa de desarrollo e historia de vida.
100% de los niños, niñas y adolescentes cuentan con familia o referentes afectivos, no
contraindicados, vinculados a éstos.
Descripción del proceso general de trabajo en la residencia.
En estos centros, se visualizan a lo menos 4 momentos:
Ingreso y acogida: En este proceso son relevantes al menos dos acciones:
a)
Registro del ingreso del niño/a al proyecto y recopilación de los principales antecedentes de su
situación; establecer coordinación inmediata y permanente con programa especializado en la
reparación.
b)
Generar un ambiente de aceptación positiva e incondicional del usuario/a; ofrecer un espacio de
acogida que contemple la presentación del personal, reconocimiento físico del lugar, favorecer y
apoyar el contacto interpersonal con pares, hacer entrega de sus pertenencias, informar del lugar físico
que le ha sido asignado para guardar sus pertenencias; informar acerca de las normas de convivencia
diaria y de funcionamiento de la residencia; informar claramente el trabajo conjunto y coordinado que
se realiza con el programa reparatorio; proporcionar ubicación de acuerdo a edad, sexo y ciertas
características específicas del desarrollo evolutivo; proveer los elementos necesarios de aseo,
vestuario, y alimentación; y entregarle información permanente y oportuna acerca de su situación
personal.
Evaluación: Consiste en una verificación de las evaluaciones con que el niño, niña y adolescente ingresa a la
residencia, sus antecedentes sociales y evaluaciones psicológicas previas, historia de vida, factores de
riesgo, recursos personales, redes familiares o significativas de apoyo a los niños, niñas y adolescentes, de
manera de aportar elementos que sustenten los tratamientos a efectuar por los programas especializados de
intervención reparatoria y abordar situaciones de crisis que se pudieran producir durante su estadía. En este
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aspecto, los profesionales del centro deben guardar absoluta reserva acerca de los antecedentes
diagnósticos tanto del usuario/a, como de sus familias, respecto de agentes ajenos a la intervención.
Conjuntamente, se busca generar y fortalecer en ellos/as una percepción de seguridad, de sentirse
protegidos, cuidados e importantes de modo de incentivar la motivación al cambio y el vínculo terapéutico con
la casa, grupo de pares, y equipo a cargo de la residencia, a fin de potenciar el proceso reparatorio.
Desarrollo del plan de trabajo: Corresponde a un plan de intervención individual, que contiene los objetivos
y acciones a desarrollar con el niño, niña o adolescente, el que debe estar en concordancia con el/los
programa/s de tratamiento a cargo del caso. En su rol de apoyo al proceso reparatorio, la residencia deberá
satisfacer las necesidades de los sujetos de atención en todos aquellos aspectos fundamentales para su
desarrollo integral, tales como educación, salud, recreación y participación. Deberá, además, abocarse al
fortalecimiento de los recursos personales y participación activa en actividades que permitan utilizar el tiempo
libre, contribuyendo así a la resignificación de las graves vulneraciones vividas. Para esto, la residencia debe
considerar también la interrelación sistemática con familiares o adultos significativos que sean agentes de
apoyo a los casos y cuya interacción con el niño, niña o adolescente no haya sido contraindicada por
profesionales del programa especializado y/o tribunal competente.
El plan de trabajo debe ser registrado en la carpeta individual de cada caso, considerando los resultados
esperados y tiempos estimados de intervención en cada una de las áreas a abordar.
El plan podrá ser modificado en razón de las necesidades que se presenten, por tanto debe ser flexible y
participativo. Cobra vital importancia retroalimentar dicho plan con la observación y coordinación con el
programa especializado en el que esté siendo atendido el niño, niña o adolescente.
El plan consignará:
1. Un diagnóstico de la situación del niño/a, a partir de la información recopilada del tribunal, del
propio niño/a o terceros significativos y de sus necesidades inmediatas.
2. Objetivos del plan con el niño/a o adolescente, con su familia cuando no afecte su interés y con el
programa especializado respectivo.
3. Las actividades a desarrollar, fecha y responsables de su ejecución.
4. Los resultados esperados y tiempo estimado para la ejecución de las actividades.
5. Sugerencias u observaciones individuales cuando corresponda
Las acciones ejecutadas por la residencia a favor del niño/a o adolescente, deberán ser registradas, de
acuerdo a la planificación realizada, mediante el registro de las actividades de dicho plan, que deberá
consignar: fecha de realización de las actividades, personas que las ejecutaron; resultados o avances de las
mismas; sugerencias u observaciones individuales, y -cuando sea pertinente- los documentos que acreditan
su ejecución. Todo ello de conformidad a las condiciones y plazos establecidos en el plan. Este registro
deberá ser actualizado permanentemente.
En cumplimiento a la normativa vigente, los directores de las residencias deben informar a lo menos cada 6
meses al tribunal que ordenó el ingreso del niño; niña o adolescente, de la evolución de la situación de
internación, dentro de un período de tres a seis meses posterior al ingreso, siendo responsabilidad de la
dirección del establecimiento facilitar la supervisión e informar a SENAME de los resultados de la misma.
Egreso: Las residencias especializadas deberán planificar los egresos en conjunto con el programa de
intervención reparatoria ambulatorio y realizar un proceso de acompañamiento con el niño, niña o adolescente
que les permita iniciar un proceso de cierre, finalización de los procesos y fortalecimiento de sus recursos
personales. Este proceso de cierre debe involucrar a todas las instancias de apoyo con las que se ha
trabajado (tales como escuelas, consultorios, organismos de capacitación, entre otros), como también a
aquellas instancias de protección y familiares o adultos significativos participantes en el proceso -si los
hubiere-, a los que sea posible traspasar la responsabilidad por la atención del niño, niña o adolescente.
En esta etapa se evalúa el proceso desarrollado con el niño, niña o adolescente, lo que debe quedar
expresado en un informe técnico final, el que debe ser remitido al tribunal correspondiente, órgano exclusivo
para tomar la decisión final del egreso.
5. Localización.
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A los aspectos ya considerados en la localización, se le debe agregar en estos centros:
• Asegurar que las residencias estén ubicadas en un territorio de fácil acceso y congruentes con la
necesidad de reparación.
• Asegurar que formen parte de la oferta reparatoria del territorio.
• Asegurar que las residencias estén alejadas de focos habituales de tráfico y consumo de drogas,
delincuencia y/o explotación sexual comercial.
• Asegurar la accesibilidad a los servicios necesarios para los niños, niñas y adolescentes. Para ello,
los centros deben considerar en su ubicación, la proximidad de servicios como educación, salud,
recreación u otros requeridos.
6.
Orientaciones técnicas a garantizar en la ejecución.
Sujeto
Ámbitos
Vía de ingreso
Tiempos de
permanencia
Requisitos técnicos básicos
Niños, niñas y adolescentes privados de su medio familiar, entre 62 a 17 años
11 meses y 29 días,3 víctimas de alguna grave vulneración como explotación
sexual comercial infantil, situación de calle, drogadicción e inimputables ante
la ley penal, insertos en algún programa ambulatorio de intervención
especializada.
Todos deben ser derivados a la residencia, desde los tribunales o fiscalías
correspondientes.
La permanencia puede extenderse por un período de hasta 24 meses, en
consideración al plazo estimado para el adecuado desarrollo del proceso
reparatorio.
La medida será revisada por el tribunal cada tres o seis meses, según criterio
del juez.
Criterios de trabajo
Podrá renovarse en esos mismos términos y condiciones, mientras subsista la
causal que le dio lugar y el tribunal así lo determine.
• Las residencias especializadas deben proveer servicios integrales a los
niños, niñas y adolescentes, con énfasis en los siguientes aspectos:
• Buen nivel de calidad de vida, considerando el cuidado personal, el buen
trato, convivencia, participación, alimentación, acorde a las necesidades
nutricionales (atendidos factores de edad, características de desarrollo,
carencias nutricionales, entre otros), vestuario e implementos de higiene
personal suficientes y adecuados, y materiales escolares requeridos.
• Atención personalizada, en cuanto el proceso reparatorio requerirá el
acompañamiento constante y permanente de la residencia, con respecto a
las necesidades de cada sujeto. Esto representa poner en práctica todas
aquellas disposiciones especiales emanadas de la intervención reparatoria,
intervención inmediata frente a crisis, control de visitas, administración de
medicamentos (indicados por médico tratante), revisión o supervisión de
tareas u otras indicaciones pertinentes formuladas por el proyecto
ambulatorio de atención especializada.
• Contribución a la restitución de derechos vulnerados, facilitando el acceso
a la salud, educación, y a todos los ámbitos de socialización e integración
social compatibles con el proceso de reparación.
• Propiciar la reunificación familiar y el fortalecimiento de competencias
parentales, en los casos que esto sea posible, de acuerdo a lo definido por
el programa especializado.
• Favorecer la generación y fortalecimiento de recursos personales para la
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Los niños y niñas menores de 8 años preferentemente deben ser atendidos en sistema de familias de acogida especializadas.
Excepcionalmente jóvenes mayores de 18 años y menores de 24 años, cuando se encuentren cursando estudios superiores
acreditados.
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autonomía, de acuerdo a la etapa de desarrollo de los residentes y la
realidad familiar de cada caso.
Requisitos para la
estadía
• Otorgar efectiva protección a los niños, niñas y adolescentes gravemente
vulnerados, aunque esta no sea requerida de manera voluntaria por ellos
Las residencias especializadas deben contar con instalaciones físicas que
permitan el desenvolvimiento de la vida diaria, en espacios habitacionales
diferenciados por sexo, edades y factores de complejidad, determinados por
las problemáticas abordadas y las características y exigencias de los
respectivos tratamientos.
Además, deben contar con condiciones de seguridad y prevención de
riesgos, lo que resulta imprescindible desde el punto de vista terapéutico, en
el sentido de prevenir riesgos de deserción, auto agresiones y/o agresiones
entre residentes y conductas destructivas. Esto representa contar con
espacios protegidos en los que no existan elementos con los que los
residentes pueden inferir o autoinferirse heridas o agredir a otros, o poner en
riesgo su vida. Por ejemplo, constituyen factores de riesgo las zonas
vidriadas, las conexiones eléctricas, las ventanas sin protección en espacios
de altura, los cierres interiores de puertas de dormitorios, salas o baños, el
acceso sin vigilancia a cocinas u otros artefactos que puedan generar
incendios.
Articulaciones
territoriales
Las coordinaciones realizadas por las residencias especializadas con distintas
instancias e instituciones, deberán efectuarse conforme a los respectivos
planes de intervención definidos por el equipo técnico de la residencia, en
articulación con el programa reparatorio ambulatorio respectivo.
Para ello, es fundamental articular, reforzar y mantener la atención y el acceso
a la oferta de prestaciones especializadas existentes, para el tratamiento de
desintoxicación de drogas y alcohol, infecciones de trasmisión sexual,
embarazo precoz, trastornos psiquiátricos y/o neurológicos, entre otras, que
constituyen problemáticas habituales en la población a atender en estas
residencias.
Se consideran relevantes también, las articulaciones permanentes con
instituciones de la red pública o privada para la obtención de bienes y
servicios complementarios a los procesos reparatorios y de reinserción social
de los niños/as y adolescentes (tales como, programas especiales de
recuperación escolar; deportes y recreación; entidades de capacitación
laboral, etc.) y la comunidad, a objeto de evitar riesgos de estigmatización y
discriminación.
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Enfoque de género
En aquellas residencias donde se atienda a población mixta, se debe
consignar en la propuesta la información desagregada por sexo, tanto en el
diagnóstico del proyecto como en la experiencia anterior de trabajo -si ésta es
pertinente a la actual presentación-, con un breve análisis que considere las
similitudes y diferencias tanto de la situación de vulneración de derechos que
afectan a niños y niñas, como de sus tiempos de permanencia. Al mismo
tiempo, deben plantear algún objetivo o meta tendiente a trabajar el tema de
género con niños y niñas.
De igual manera, deben considerar la incorporación de este enfoque en los
informes de avance e incluir, en el informe de evaluación anual, un análisis de
género sobre la base del trabajo desarrollado a lo largo de un año, lo que
permita dar cuenta de la relación entre el tipo de derecho vulnerado, la
gravedad del daño y el sexo de las personas afectadas, así como evidenciar
los diversos cambios experimentados.
Es también necesario, tanto cuando se tiene población mixta o de un solo
sexo, agregar otras iniciativas como las siguientes:
• Históricamente quienes se han involucrado en los programas de SENAME
son las mujeres (abuelas, tías, madres y otras), por tanto es importante
incentivar la participación de la familia, especialmente de figuras
significativas masculinas (adultos) en las distintas actividades que se
realicen en el centro (entrevistas, talleres u otras), siempre y cuando ello no
afecte el interés superior del niño/a, o no exista alguna orden en sentido
contrario del tribunal.
• Considerar la opinión de niños y niñas para la realización de las distintas
actividades que desarrollan el centro, respetando sus intereses y evitando
que los estereotipos de género coarten la posibilidad de participación de
cada sexo.
• La posibilidad de contar en el equipo de trabajo, con profesionales que
tengan alguna formación en género, ya sea por su propia experiencia, o
por estudios acreditados.
En el punto 6 del formulario de proyectos, se debe consignar, de manera
resumida, la o las estrategias y/o metodologías de trabajo para la intervención
desde un enfoque de género.
Recursos
Humanos
El equipo básico de una residencia debe estar conformado por un/a
encargado/a de residencia, psicólogo/a, educadores, manipuladora de
alimentos y auxiliar-estafeta. Se considera importante que se evalúe la
posibilidad de contar con horas profesionales de psiquiatra, neurólogo,
terapeuta ocupacional, entre otros, dependiendo de las necesidades de
atención requeridas.
Es indispensable que este personal sea seleccionado en un proceso que
permita asegurar su idoneidad, exigiendo que las personas designadas para
un cargo presenten su certificado de título profesional o técnico (según
corresponda), sus antecedentes al día, y acrediten logros curriculares en
especialidades reparatorias. Además, deben demostrar salud compatible con
el cargo, y un manejo óptimo de las relaciones interpersonales y del manejo
de población compleja.
Director/a residencia
Preferentemente profesional de las ciencias sociales, con experiencia en
trabajo con infancia gravemente vulnerada, con habilidades para la resolución
de conflictos e intervenciones en situaciones de crisis, con capacidad de
liderazgo y trabajo en equipo, y de dirección y administración de recursos
humanos y materiales.
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Bases Técnicas Específicas. Modalidad Residencias Especializadas
Profesionales
La intervención se centrará en responder a las necesidades que se presenten
en el diario vivir de los niños, niñas o adolescentes ingresados. Cabe recordar
que el tratamiento reparatorio propiamente tal es desarrollado por
profesionales que se desempeñan en los programas ambulatorios
especializados. Los equipos deben incluir un profesional psicólogo, con
habilidades para la resolución de conflictos e intervenciones en situaciones de
crisis.
El perfil de los profesionales de la residencia debe ser acorde a las
particularidades y complejidades que demanda el apoyo al tratamiento de
problemáticas asociadas a graves vulneraciones de derechos de los niños/as.
La proporción de los profesionales del área social y psicológica, debe ser de
uno por cada 20 a 25 niños/as y estar contratados en jornada completa.
Educador (a) de trato directo
Técnico/a, auxiliar social o educador/a especializado y con experiencia en
graves vulneraciones de derechos de infancia; con capacidad para administrar
las indicac iones del tratamiento de las diversas problemáticas que pueden
afectar a los niños/as y adolescentes residentes; con capacidad y habilidades
para crear, aportar y supervisar rutinas formativas y educativas que
contribuyan al proceso reparatorio de niños/as y adolescentes; para el trabajo
en equipo y para la contención en situaciones de crisis. Además, debe
demostrar condiciones para una adecuada relación con figuras de autoridad,
capacidad empática, ausencia de trastorno y/o patología mental, estabilidad
emocional y control de impulsos. En general salud compatible con sistemas de
turnos y posibles situaciones estresantes.
La residencia deberá contar con una dotación de educadores de 1 por cada 5
niños/as (jornada completa), en razón de la necesidad de que actúen como
referentes de apoyo para sus procesos de reparación.
Durante la noche, debe permanecer en la residencia el número de educadores
que permita un efectivo resguardo de la integridad de los niños/as.
Manipuladora de alimentos
Estudios básicos completos y conocimiento de manejo y manipulación de
alimentos, deseable con conocimientos de nutrición, y con experiencia y
motivación para relacionarse apropiadamente con niños, niñas y adolescentes
dañados.
Auxiliar
Estudios básicos completos, experiencia en limpieza, aseo, reparaciones y
labores de estafeta con motivación para desempeñar su actividad, capacidad
de establecer buenas relaciones personales.
Recursos materiales
mínimos
Respecto de la infraestructura, la residencia:
• Debe estar emplazada en un lugar de fácil acceso, y no ubicarse en
zonas donde exista riesgo inminente para la salud o seguridad.
• Debe reunir buenas condiciones de salubridad, seguridad, ventilación,
iluminación, calefacción y equipamiento, las que deben ser constatadas
por instancias especializadas.
• Deberá permitir una atención lo más personalizada posible.
Específicamente, deberá contar con:
• Número de habitaciones y baños, pertinentes a la cobertura del proyecto y
diferenciados por sexo.
• Número de oficinas o salas necesarias para desarrollar el trabajo.
• Baño para el personal y para el público, accesible a niños/as y familiares
que visiten el centro.
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Bases Técnicas Específicas. Modalidad Residencias Especializadas
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Sala de recepción.
Sala de reuniones.
Sala multiuso para talleres.
Sala de estar con sillones y televisor.
Condiciones de seguridad para el personal y público, tales como salidas de
emergencia, extintores de acuerdo a normativas y certificaciones de
instalaciones eléctricas, entre otros.
Respecto del equipamiento
• Se requerirá como mínimo, un computador con las siguientes condiciones:
procesador Pentium IV 2.8 MGS, o equivalentes, disco duro no inferior a 20
GB, memoria mínimo 512 MB RAM u otro, unidades de disco de 3 ½
pulgada de alta densidad y unidades lecto- grabador (opciones de
multimedia son necesarias por las características del software actual),
impresora, tarjeta fax-modem, conexión con Internet que permita correo
electrónico. Sistema operativo Windows 2000 o superior, programas Office
2000 con Access incluido. Navegador Internet Explorer 6.0 o superior. Un
ADSL mínima de 512.
• Teléfono, fax y correo electrónico
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