DE HISTORIA NATURAL. 83 maravillosos secretos, se encuentra más tarde el primer impulso dado á la ciencia, para que desde el siglo x , las Universidades de Córdoba, Sevilla y Toledo, sean el sitio donde se dan cita los sabios del universo conocido. Comprende la época cuarta desde el siglo xni basta finalizar el decimoquinto. Merece honrosa mención el gran monarca Don Alonso el Sabio, que no sólo dotó á la jurisprudencia con la más sabia de las leyes, imperecedero monumento, más glorioso cuanto más antiguo, sino que su decidida protección por los estudios de las ciencias naturales, barán que éstas no olviden la gran figura del autor de las Partidas. Alberto el Magno, Rogerio Bacon, Eck de Sulzbach (uno de los que inician el conocimiento del oxígeno), Ulsted, Basilio Valentino, cuya sin igual laboriosidad suministró á la materia médica preciosos preparados, todos ellos figuran en este período. La quinta de las épocas comienza con el esplendor del renacimiento de las letras y finaliza con el siglo xvni. El lector asiste, como es consiguiente, al desarrollo de las ciencias naturales y físicas en este período, cuando se le dan á conocer extensamente las biografías de muchos de los que en ellas descollaron, tanto en nuestro país como en extranjeras naciones, desde algunos modestísimos cultivadores de los conocimientos de la naturaleza, hasta la figura del gran Linneo, cuyo genio se verá centellear á través de los tiempos, cual los brillantes reflejos de las purpurinas nubes del país sueco, en que vio la luz del dia, lo mismo que Carlos Guillermo Scheele, incesante obrero de la química, émulo de Lavoisier, descubridor de gran número de sustancias, y casi autor del análisis del aire, germen de los progresos de la fisiología moderna. La última de las épocas comprende el estado de la ciencia farmacéutica durante el siglo que atravesamos, donde los grandes progresos de la química, de todas las ciencias naturales y médicas han elevado aquella ciencia á singular altura, desde cuyo punto de vista se examina detenida y prolijamente bajo el aspecto científico y social, dando también la merecida importancia á las corporaciones que con su colectivo esfuerzo han contribuido al impulso progresivo de las ideas, con lo que terminan su libro, cuya consulta no deja de ser útil y curiosa al que se dedica á este linaje de conocimientos. El distinguido naturalista D. Agustín Yañez mereció tener ACTAS DE LA SOC. ESP. — IV. 3