DERROTA SOCIALISTA EN FRANCIA Aníbal Romero (El Nacional

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DERROTA SOCIALISTA EN FRANCIA
Aníbal Romero
(El Nacional)
Caracas, 09.04.2014
Las recientes elecciones municipales en Francia significaron una severa derrota para el
gobernante Partido Socialista, y en particular para el Presidente Hollande. Los
socialistas perdieron 155 ciudades que antes controlaban, contemplando a la vez con
estupor el sostenido aumento del apoyo al Frente Nacional, estigmatizado y odiado por
los engreídos bienpensantes de la “izquierda caviar” parisina.
Lo más interesante del asunto no es que el electorado francés haya infligido a los
socialistas un revés que bien merecían, luego de dos años de pésima gestión, sino que
les hayan escogido en primer término a pesar de las propuestas demagógicas de la
campaña de Hollande en 2012 y las funestas experiencias de un pasado cercano. Todo
lo cual indica que hasta los pueblos más avanzados sucumben de vez en cuando a los
cantos de sirena del socialismo.
El desempleo en Francia alcanza hoy al 10 por ciento de la población trabajadora y al
24 por ciento de los jóvenes. La sociedad entera se encuentra sumida en un estado de
ánimo caracterizado por el desengaño y el pesimismo. La inversión extranjera ha
descendido a menos de la mitad de lo que era para el momento en que el desangelado
Hollande asumió la Presidencia. Ello no debería sorprender a nadie en vista de que los
socialistas se han dedicado a aumentar impuestos, y a perturbar y hacerles la vida
imposible a quienes pretendan crear riqueza en lugar de vivir del Estado y de un
deficitario e insostenible gasto público.
La más absurda idea de Hollande, que eventualmente tuvo que dejar de lado, fue
proponer una tasa impositiva del 75 por ciento sobre el sector más pudiente de la
población, que desde luego incluye a numerosos empresarios e innovadores exitosos
que producen riqueza y generan empleo. Uno se pregunta: ¿quién aguanta que el
Estado le quite tres cuartas partes de sus ingresos legítimamente obtenidos? Yo no lo
soportaría, a pesar de no hallarme ni de lejos entre el sector al cual medidas como las
de Hollande se dirigen, también en otros sitios del mundo, y buscarìa emigrar y poner
distancia entre mi exiguo patrimonio y la depredación socialista. De hecho, eso es lo
que ha estado ocurriendo en Francia estos dos años; decenas de miles de jóvenes
emprendedores se han ido del país, con su excelente formación universitaria a cuestas,
para respirar libremente en espacios menos asfixiantes y más promisorios en otros
países.
Es lamentable que Francia, una gran nación, esté pasando por esto, y ello a pesar de
que los dos años de Hollande son una especie de réplica de los tiempos iniciales del
también socialista Mitterand, quien de igual forma comenzó su primer gobierno en 1981
ensayando
las
tradicionales
recetas
socialistas
de
intervencionismo
estatal,
hostigamiento a los sectores e individuos productivos, aumento exorbitante del gasto
público, nacionalizaciones, expropiaciones, y el resto de desatinos característicos de la
destructiva mentalidad socialista.
Al comprobar la rápida decadencia del gobierno de Hollande, es imposible eludir esta
pregunta: Si un sociedad como la francesa, que posee élites muy bien formadas e
intelectualmente sofisticadas, con amplia experiencia de gobierno republicano, así
como uno de los electorados más cultivados del mundo, es capaz de cometer el error
de llevar al socialismo al poder, ¿qué podemos esperar nosotros los venezolanos?
¿Qué otra cosa cabía aguardar de parte de los bárbaros que ahora destruyen el país, y
que fueron llevados en su momento al poder con los votos de una extraviada y ya
inexistente mayoría?
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