Para llegar al poder hay que estar preparado (así de

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TENDENCIAS | LATERCERA | Sábado 30 de noviembre de 2013
L
Para llegar al
poder hay que
estar preparado
(así de simple)
Las personas que de manera
insospechada asumen el
poder en el trabajo, pueden
tener actitudes vengativas.
Para ejercer bien la
autoridad, hay que haberla
tenido antes.
TEXTO: F. Derosas
O QUE viene es la explicación clara, certera y científica de esos casos que son
verdad, pero parecen cuento de mentiroso y que hablan del último eslabón de
la cadena de oficinistas que llegó a la
jefatura y se vengó de los que se habían
burlado de él cuando era un don nadie.
De acuerdo a dos sicólogos de la Universidad de Kent, Estados Unidos, y la
de Adelaida, en Australia, las personas
que no están adiestradas para ejercer el
poder y de manera sorpresiva lo obtienen, se vuelven más propensos a promulgar la venganza y otros actos de
agresión. Esto, porque al no estar acostumbrados al poder, su estado de alerta
y sensación de amenaza aumenta.
Antes de más detalles, una aclaración, “estar en una posición de poder
en sí, no hace que las personas se
comporten negativamente. Esto sólo
puede pasar cuando lo toma una persona que no ha experimentado el poder nunca en su vida, en ningún sentido”, explica uno de los coautores de
este estudio, Peter Strelan, de la U. de
Adelaida, a Tendencias,
Entonces, si no es el poder el que
cambia a las personas, qué es lo que
motiva a algunos a experimentar actos
de venganza cuando alcanza una posición de poder. De acuerdo a Mario
Weick, de la Universidad de Kent y
también autor de esta investigación,
hay dos razones principales.
En primer lugar, las personas que a
menudo viven sin poder tienden a ser
el blanco de las transgresiones. Por eso,
las motivaciones de la venganza son
también más grandes en comparación
con los que detentan el poder y que tienen más recursos. En esos términos,
los individuos que no han experimentado esto pueden llegar a ver el poder
como una oportunidad para poner a
otros en su lugar. Y en segundo término, las personas que no están acostumbradas al poder pueden sentirse menos
seguras y tienen una mayor necesidad
de afirmarse en su nueva posición. Esta
necesidad es menos fuerte para la gente
que se siente más segura y que ha detentado la autoridad antes o por más
tiempo.
Para llegar a esta conclusión, los expertos realizaron un estudio con 500
participantes de Inglaterra y Australia.
En la investigación, a los voluntarios se
les dio la posibilidad de tomar posiciones de poner y luego los hicieron llenar
cuestionarios donde los ponían en situaciones de plagio, chismes y delitos
bajo las influencias del alcohol. Fue
aquí donde descubrieron que quienes
no estaban acostumbrados a sentirse
poderosos, eran más propensos a caer
en actos de venganza.
Pero descubrieron algo más.
Las posturas corporales también influyen en el cambio de actitud. Weick
explica que una postura corporal aumentada -cuerpo erguido, manos empuñadas- está íntimamente ligada a la
sensación de poder (probablemente por
nuestro pasado evolutivo). De hecho,
investigaciones anteriores han demostrado que el cambio de postura del
cuerpo puede afectar la liberación de
testosterona (hormona masculina) y
cortisol (hormona de estrés), que tienen implicancias en la forma en que,
por ejemplo, respondemos a los demás.
Finalmente, con todo esto y como
concuerdan los expertos, “actuar vengativamente es poco útil en la mayoría
de las situaciones, ya que tiende a provocar el resentimiento y la contravenganza; es mejor actuar de manera restaurativa (por ejemplo, hablar con la
persona y discutir una forma de lidiar
con el problema) en respuesta a una
amenaza percibida”, termina Weick.T
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